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Indígenas se tomaron un pozo petrolero en el municipio de Toledo, Norte de Santander, en protesta por la supuesta inasistencia del Gobierno a una reunión en la que se iban a tratar los problemas de la comunidad U'wa, informaron sus representantes.
"En las afueras del complejo exploratorio (Magallanes) hay una concentración de comunidades U'wa, a fin de exigirle al Gobierno Nacional que le dé soluciones inmediatas a los proyectos petroleros que le están generando desintegración social, cultural y ambiental a la comunidad", dijo a Efe el vicepresidente del Cabildo Mayor de los nativos, Heber Tegria Uncaria.
Los U'wa se oponen a la reparación de un tramo del oleoducto Caño Limón-Coveñas, destruido el pasado 25 de marzo en un atentado guerrillero, y a las tareas de exploración en la plataforma Magallanes por parte de la estatal Ecopetrol, al considerar que la actividad petrolera ha tenido consecuencias negativas en su entorno.
El Gobierno citó el pasado viernes a representantes de la comunidad U'wa a una reunión sobre la reparación del tubo que concluyó sin un acuerdo, por lo que fue necesario programar un segundo encuentro para el lunes que fue suspendido por "un tiempo prudente" debido al incumplimiento de la delegación estatal, según los U'wa.
A pesar de la inasistencia de los delegados del equipo negociador a la cita, Tegria dijo que la comunidad "está abierta al diálogo", por lo que establecieron "como nueva fecha de encuentro para avanzar en las exigencias al Gobierno el próximo primero de mayo".
El alcalde de Toledo, Johan Triana, explicó a Caracol Radio que no va a haber desalojo del pozo petrolero, a pesar de la solicitud hecha por el Gobierno, pues fueron consideradas las implicaciones que dicha medida podría conllevar en un zona con una difícil situación de orden público.
El oleoducto Caño Limón-Coveñas, de 770 kilómetros de longitud y propiedad de Ecopetrol, transporta el crudo producido en los campos de Arauca, en la frontera con Venezuela, hasta el puerto caribeño de Coveñas.
El alcalde Triana resaltó, además, la necesidad de llegar a rápidos acuerdos con los U'wa, pues la parálisis del oleoducto Caño Limón-Coveñas ha causado grandes pérdidas a la economía del país.
La inactividad del oleoducto genera pérdidas de ocho millones de dólares diarios al Gobierno colombiano y tras su parálisis causó el despido de 500 trabajadores de empresas petroleras de la zona.
"Nosotros necesitamos el diálogo" y que Ecopetrol, las comunidades y el gobierno "puedan avanzar en las peticiones que se han hecho y lograr respuestas entre las partes", agregó Triana.