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El Tribunal Superior de Bogotá condenó al general (r) Iván Ramírez Quintero por su responsabilidad en la desaparición de Irma Franco durante la toma y retoma del Palacio de Justicia en 1985. La decisión es inédita en la investigación del holocausto, pues hasta ahora el alto mando había salido bien librado de las investigaciones que lo habían señalado como un eslabón clave en las labores de inteligencia que, entre el 6 y 7 de noviembre de 1985, llevaron a la desaparición, tortura y ejecuciones extrajudiciales de más de una decena de personas.
Para tomar la decisión, el tribunal tumbó una absolución de diciembre de 2011, en la que un juzgado de Bogotá había absuelto a Ramírez Quintero de toda culpa. Al estudiar en segunda instancia el proceso, los magistrados de la Sala Penal encontraron que el general retirado, así como el coronel (r) Fernando Blanco Gómez, fueron responsables del delito de desaparición forzada y ahora tendrán que pagar 31 años y 10 meses de cárcel.
Según la decisión del Tribunal Superior de Bogotá, Ramírez Quintero , como cabeza del Comando de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército (Coici), tuvo un papel primordial en el envío de hombres bajo su mando a los alrededores del Palacio de Justicia con una misión concreta: apoyar la identificación de las personas que salían como rehenes edificio, para establecer si realmente eran víctima o si, por el contrario, eran guerrilleros.
Para el tribunal, no hay duda de que Ramírez Quintero estuvo detrás de una serie de atropellos y abusos de autoridad, tal y como ocurrió con el comando B2 de inteligencia del Ejército, que culminaron en hechos que hacen parte de uno de los capítulos más críticos de la violencia en Colombia: la desaparición y tortura de civiles, asesinatos y hasta la ejecución extrajudiciales de un magistrado. El caso que se le atribuye a general retirado es el de Irma Franco.
Según el expediente, la guerrillera del M-19 salió viva del Palacio de Justicia, pero nunca más se supo de ella. Lo que investigaciones no judiciales han demostrado, al revisar videos y versiones de testigos de la toma y retoma, la mujer fue vista en la fila de personas que iban saliendo del edificio hacia la Casa del Florero. Allí, uniformados e integrantes de los comandos de inteligencia, perfilaron a los ciudadanos y los separaron por grupos: sospechosos o no sospechosos.
“La desaparición de Irma Franco fue el resultado de la coordinación que se dio entre los órganos de inteligencia, que se encontraban en la Casa del Florero, para disponer qué retenidos tenían qué tratamiento, de manera que para quienes, definitivamente, serían sujetos de un “tratamiento” diferente, porque para esas autoridades era claro que se trataba de subversivos. No se registraban los trámites realizados con ellos; lo que se constituye en un claro indicio de que la intención con estas personas era desaparecerlas”, se lee en la condena contra Ramírez.
¿Quién es Iván Ramírez Quintero?
El general en retiro es uno de los nombres insignias de la inteligencia militar colombiana. Fue comandante de los órganos castrenses más importantes en este campo: el Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia (Binci), el Comando de Inteligencia y Contrainteligencia Militar (Coici), la Brigada 20 y la Dirección Nacional de Inteligencia. En 1980 ya había recibido cuatro medallas de servicios distinguidos en orden público y su hoja de vida se mantenía sin mancha.
Sin embargo, ya había sido investigado por la Procuraduría por denuncias de presuntas violaciones de derechos humanos y en 1998, según un informe anual de Human Rights Watch, le fue retirada su visa estadounidense. Cinco días después de quedarse sin ese documento, le llegó el fin a la Brigada 20, que para ese momento ya tenía duros cuestionamientos por su presunta relación con grupos paramilitares que perpetraron asesinatos como el de Jaime Garzón, el abogado Eduardo Umaña, y los líderes sociales Elsa Calderón y Mario Alvarado.
El desencuentro con Estados Unidos no fue más que un tropezón en una trayectoria que incluía la Dirección de Inteligencia del Ejército (Dinte) y haber trabajado con Rafael Pardo, ministro de Defensa del presidente César Gaviria. Cuando le quitaron la visa era el inspector general del Ejército, es decir, lideraba investigaciones internas. De allí salió para ser designado en Chile como agregado militar hasta 2000, cuando llegó su retiro. Sin embargo, para 2006, todo empezó a tornarse gris, pues la Fiscalía lo llamó a rendir indagatoria por la desaparición forzada y el secuestro agravado de 10 empleados de la cafetería y una guerrillera del M-19.
En 2008, después de su declaración en el ente investigador, Ramírez Quintero fue capturado y, para enero de 2009, fue llamado a juicio por esa investigación. En 2011 fue absuelto por “duda razonable”, recuperó su libertad y trató de ganarse un cupo en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), pues también ha tenido que dar explicaciones sobre el papel de los hombres de inteligencia en los asesinatos, desapariciones y torturas a miembros de la Unión Patriótica.
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