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Investigadora de la Javeriana desarrolla dispositivo para detectar minas antipersonal

Johana María Flórez, doctora en ingeniería de la Universidad Javeriana, desarrolló un sistema de inteligencia artificial que puede ubicar minas antipersonal, especialmente las que son rudimentarias, con una precisión de hasta un 80 %.

21 de diciembre de 2020 - 09:52 p. m.
Municipio de Corcorná (Antioquía) 03/03/2015. Un miembro del Ejército busca minas antipersona, como parte del desminado humanitario que se realiza en la vereda Campo Alegre de tal territorio.
Municipio de Corcorná (Antioquía) 03/03/2015. Un miembro del Ejército busca minas antipersona, como parte del desminado humanitario que se realiza en la vereda Campo Alegre de tal territorio.
Foto: EFE - Luis Eduardo Noriega

De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, el empleo de minas antipersonal durante el transcurso del conflicto armado en Colombia es el reflejo de la degradación humana, pues no solo la víctima se encarga de accionar su propia muerte o lesión, sino también el mismo artefacto yace en el terreno, a la espera indefinida de quien tenga la mala fortuna de pisar allí. Con el objetivo de atenuar las consecuencias de tal estrategia inhumana, la doctora en ingeniería Johana María Flórez desarrolló un dispositivo que puede detectar minas antipersonal con una precisión de hasta el 80%.

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El dispositivo de inteligencia artificial se llama “Sistema de Toma de Decisiones para la Percepción Activa y Heterogénea” (DMS-HAP, por su sigla en inglés). La doctora Flórez tomó como referencia los avances recientes en robótica móvil y aprendizaje de máquina, para hallar instrumentos tecnológicos y herramientas electrónicas que permitan rastrear minas bajo tierra. Contó con el apoyo del profesor Carlos Alberto Parra, quien es doctor de la Universidad de Toulouse III (Francia) y, además, del grupo de investigación javeriano “Sistemas inteligentes, Robótica y Percepción”.

La ingeniera Johana María Flórez logró desarrollar cinco sensores en su dispositivo. Uno de ellos, por ejemplo, mide la temperatura en un área circular; otro, además, es un radar de penetración terrestre equipado con dos antenas, que permiten transmitir una onda electromagnética y, luego, recibir información de la reflexión de estas señales sobre la tierra. “Luego de cinco años de investigación y del trabajo colaborativo entre los académicos javerianos y los profesores Mario Góngora y Fabio Caraffini, del Instituto de Inteligencia Artificial de la Universidad de Montfort, en Reino Unido, fue posible lograr que “la red de sensores reconociera con éxito los dispositivos con una precisión del 80 %”, expuso la revista Pesquisa Javeriana.

El dispositivo nace en respuesta a los retos actuales en materia de desminado humanitario en Colombia, así como la lentitud de las plataformas terrestres de detección de minas en campo, según la investigación. El proyecto de la Universidad Javeriana pretende ser una alternativa capaz de aumentar la precisión en la búsqueda de explosivos convencionales y rudimentarios, siendo estos últimos los más difíciles de detectar por sus componentes diferenciados -como madera, plástico y latas de cerveza-. La metralla dentro de las minas rudimentarias, en la mayoría de ocasiones, contiene clavos, vidrios y trozos metálicos.

El pasado 9 de diciembre, el Gobierno entregó cifras relacionadas a la eliminación de minas antipersonal en el país. Según el programa “Descontamina Colombia”, actualmente 432 de los 1.103 municipios en el territorio nacional están libres de sospecha de tales elementos. “En la actual administración se han entregado a la comunidad 154 municipios libres de sospecha minas antipersonal (de los 432), trabajo realizado en conjunto, por más de 4.000 hombres y mujeres acreditados, quienes hacen parte de ocho organizaciones de desminado con las que cuenta el país”, asegura la página de la Presidencia.

Si bien el Gobierno entregó cifras crecientes en cuanto a la eliminación de las minas antipersona, el Comité Internacional de la Cruz Roja describe un panorama cada vez más desalentador. La entidad asegura que en 2017 el número de víctimas fue de 57, en 2018 subió a 221 y en 2019 los casos superaron los 350, lo que significó casi una persona afectada por minas antipersona por día. En 2020, a la espera del balance final, durante el primer semestre se registraron 181 casos, de los cuales 27 personas fallecieron y 154 sobrevivieron.

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De acuerdo con el libro “La Guerra Escondida” del Centro de Memoria Histórica, publicado en 2017, desde 1990 la Dirección para la Acción Integral Contra Minas Antipersona registró un total de 11.481 víctimas de minas antipersona y remanentes explosivos de guerra en Colombia, de las cuales 7.028 corresponden a la Fuerza Pública y a 4.453 civiles. De las víctimas civiles, casi el 30% son niños, niñas y adolescentes. Además, desde 2008, el 25% de los afectados son erradicadores manuales de cultivos ilícitos.

Si bien el Gobierno expone que el 73% del territorio nacional está libre de minas antipersona, el Centro Nacional de Memoria Histórica tiene cifras que contrastan ese porcentaje positivo, pues el 98% de los atentados suceden en zonas rurales y solo en 25 municipios se concentra el 50% de la afectación total. Entre los territorios más perjudicados está Vista Hermosa (Meta), donde 220 personas han sido registradas históricamente como víctimas. El 22 de abril de 2008, por ejemplo, hubo dos atentados que hirieron a 75 civiles, lo que significó la victimización múltiple más numerosa por minas antipersona de la historia del país

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De acuerdo con la investigadora Johana María Flórez, el dispositivo que desarrolló puede ayudar al Ejército y a la Armada, en sus labores de desminado en Colombia. Si bien la inclusión de esta estrategia de guerra se le debe al Eln, que según el Centro de Memoria aprendió la tecnología de milicias camboyanas y la implemento en la década del setenta, el Ejército también minó el país durante el desarrollo del conflicto armado. “En 1974 el Ministerio de Defensa importó 6.030 Minas Antipersonal M-14 de fabricación estadounidense”, se asegura en el libro “La Guerra Escondida”.

De hecho, como lo cuenta el Centro Nacional de Memoria Histórica, para la década del noventa la fuerza pública de Colombia importó miles de minas antipersonas, fabricadas por empresas belgas y estadounidenses. Sin embargo, a finales de este periodo de tiempo el Gobierno adhirió a la campaña internacional contra el empleo de minas antipersona, firmando el Tratado de Ottawa el 3 de diciembre de 1997. Así las cosas, gracias a la investigación de la doctora Flórez, hoy Colombia tiene en su poder una herramienta más para despejar el territorio nacional de esos dispositivos de guerra.

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