¿Irá a la cárcel Sebastián Correa?
Desde hace unos meses se sabía que Correa había cuadrado una reunión entre Andrés Giraldo, amigo personal de Roberto Prieto (gerente de las campañas de elección y reelección de Juan Manuel Santos) y Otto Bula, excongresista liberal que ya admitió haber recibido US$1 millón de parte de la constructora brasileña.
El Espectador
Este viernes 26 de mayo se definirá si Juan Sebastián Correa queda o no detenido en una cárcel mientras sigue la investigación en su contra por tráfico de influencias, uso de información privilegiada, abuso de la función pública, falso testimonio y un cargo que nadie se esperaba: amenaza a testigo, a un funcionario de la ANI llamado Harvey Carrascal, quien habría estado en una reunión con Correa y Otto Bula. Correa, quien rechazó los cargos, hasta hace dos meses fue el asistente personal del presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade, y ahora protagoniza la versión nacional del mayor escándalo de corrupción que haya sacudido a América Latina: Odebrecht.
Desde hace unos meses se sabía que Correa había cuadrado una reunión entre Andrés Giraldo, amigo personal de Roberto Prieto (gerente de las campañas de elección y reelección de Juan Manuel Santos) y Otto Bula, excongresista liberal que ya admitió haber recibido US$1 millón de parte de la constructora brasileña. Bula le contó a la Fiscalía que de ese dinero a él solo le habían correspondido $200 millones, que la plata restante se la había entregado a Giraldo con Prieto como destino final. Tanto Prieto como Giraldo han negado esa versión. Tras bastidores, el rol de Correa en toda la historia apenas se divisaba.
Sin embargo, lo que la Fiscalía dejó claro en la audiencia de imputación de cargos es que Correa no es una figura minúscula en esta historia. La hipótesis del organismo investigativo es que Otto Bula no recibió US$1 millón sino US$4,6 millones de parte de la constructora para conseguir una adición al contrato Ruta del Sol II, que se habían ganado en diciembre de 2009, también con sobornos, Odebrecht y sus socios. Pero esa obra luego generó sobrecostos, Odebrecht demandó y, buscando información para su pelea, llegó a Otto Bula. Y por ahí, a Juan Sebastián Correa.
La relación entre Bula y Correa, al parecer, era mucho más cercana de lo que se intuía: desde enero de 2013 -año en que Bula fue contratado por Odebrecht, supuestamente- hasta enero de 2017, habían intercambiado 1.043 llamadas. Por el celular incautado a Otto Bula durante su arresto, en enero de este año, se supo también que Correa informaba a una persona -no identificada- del manejo que le iba dando su jefe, Luis Fernando Andrade, a los reclamos de Odebrecht por la Ruta del Sol II.
Por su posición aventajada para conocer información confidencial de la ANI, y con base en llamadas y chats, entre otras cosas, es que la Fiscalía señala que Correa abusó de la función pública. Su beneficiario no habría sido solamente Otto Bula, sino también el senador Bernardo Elías, más conocido como el Ñoño Elías, quien, como le contó Luis Fernando Andrade a la Fiscalía -y reveló este diario-, invitó a Andrade a su casa o lo visitó en su oficina más de una vez, tratando de tender puentes con los altos ejecutivos de Odebrecht cuando la constructora estaba en pleito con la ANI por el tema de los sobrecostos, así como presentándoles a los ejecutivos de Afa Vías, la empresa que se iba a unir a Odebrecht en el contrato del Río Magdalena.
Este viernes 26 de mayo se definirá si Juan Sebastián Correa queda o no detenido en una cárcel mientras sigue la investigación en su contra por tráfico de influencias, uso de información privilegiada, abuso de la función pública, falso testimonio y un cargo que nadie se esperaba: amenaza a testigo, a un funcionario de la ANI llamado Harvey Carrascal, quien habría estado en una reunión con Correa y Otto Bula. Correa, quien rechazó los cargos, hasta hace dos meses fue el asistente personal del presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade, y ahora protagoniza la versión nacional del mayor escándalo de corrupción que haya sacudido a América Latina: Odebrecht.
Desde hace unos meses se sabía que Correa había cuadrado una reunión entre Andrés Giraldo, amigo personal de Roberto Prieto (gerente de las campañas de elección y reelección de Juan Manuel Santos) y Otto Bula, excongresista liberal que ya admitió haber recibido US$1 millón de parte de la constructora brasileña. Bula le contó a la Fiscalía que de ese dinero a él solo le habían correspondido $200 millones, que la plata restante se la había entregado a Giraldo con Prieto como destino final. Tanto Prieto como Giraldo han negado esa versión. Tras bastidores, el rol de Correa en toda la historia apenas se divisaba.
Sin embargo, lo que la Fiscalía dejó claro en la audiencia de imputación de cargos es que Correa no es una figura minúscula en esta historia. La hipótesis del organismo investigativo es que Otto Bula no recibió US$1 millón sino US$4,6 millones de parte de la constructora para conseguir una adición al contrato Ruta del Sol II, que se habían ganado en diciembre de 2009, también con sobornos, Odebrecht y sus socios. Pero esa obra luego generó sobrecostos, Odebrecht demandó y, buscando información para su pelea, llegó a Otto Bula. Y por ahí, a Juan Sebastián Correa.
La relación entre Bula y Correa, al parecer, era mucho más cercana de lo que se intuía: desde enero de 2013 -año en que Bula fue contratado por Odebrecht, supuestamente- hasta enero de 2017, habían intercambiado 1.043 llamadas. Por el celular incautado a Otto Bula durante su arresto, en enero de este año, se supo también que Correa informaba a una persona -no identificada- del manejo que le iba dando su jefe, Luis Fernando Andrade, a los reclamos de Odebrecht por la Ruta del Sol II.
Por su posición aventajada para conocer información confidencial de la ANI, y con base en llamadas y chats, entre otras cosas, es que la Fiscalía señala que Correa abusó de la función pública. Su beneficiario no habría sido solamente Otto Bula, sino también el senador Bernardo Elías, más conocido como el Ñoño Elías, quien, como le contó Luis Fernando Andrade a la Fiscalía -y reveló este diario-, invitó a Andrade a su casa o lo visitó en su oficina más de una vez, tratando de tender puentes con los altos ejecutivos de Odebrecht cuando la constructora estaba en pleito con la ANI por el tema de los sobrecostos, así como presentándoles a los ejecutivos de Afa Vías, la empresa que se iba a unir a Odebrecht en el contrato del Río Magdalena.