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La madrugada de este 21 de julio fue la fecha escogida por el Ejército para realizar una incursión militar que pretendía darle un duro golpe a las disidencias de las Farc que controlan departamentos como el Guaviare, Vichada y Vaupés. El helicóptero del Ejército UH-60 Black Hawk que se accidentó el pasado martes apoyaba una operación en contra de la estructura primera de las disidencias. Desde 2016, este grupo armado controla con ley de hierro la zona y es liderado por quien fue el primer comandante guerrillero en rechazar el Acuerdo de Paz y volver a la selva: Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco.
(En contexto: Radiografía de las disidencias de las Farc)
Al parecer, en la espesa selva del Guaviare, Iván Mordisco ha encontrado el mejor lugar para evadir la ley. Del jefe guerrillero pocas cosas se conocen, pero su prontuario habla por sí solo. Según el portal InSight Crime, Iván Mordisco es una persona difícil y conflictiva, contraria a como era su antecesor, Edgar Mesías Salgado alias Rodrigo Cadete. En este sentido, algunos testimonios han indicado que tiene dificultad para negociar e igual de poca capacidad para captar adeptos ideológicamente, como lo hacía Cadete.
En la vereda El Mosco, de San José del Guaviare, inteligencia del Ejército localizó a miembros que conforman el Frente Primero. Allí fue enviado el helicóptero con la misión de que 11 soldados emprendieran la incursión militar. De acuerdo con el general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares, “en San José del Guaviare pertenece una estructura dedicada al narcotráfico, es ubicada por la inteligencia y procedemos a realizar una acción conjunta con la Fuerza Aérea y tropas del Ejército”.
La historia del Frente Primero ha ido creciendo a la par con los años. La injerencia del Frente Primero de las disidencias de las Farc se ha consolidado en los departamentos de Guaviare, Vaupés y Guanía tras haber sido parte del Bloque Oriental de las Farc desde 1981. La importancia del Bloque era toda pues, según entrevistas realizadas por la Organización Mama Coca a habitantes de la zona y guerrilleros, este aportaba el 30 % del presupuesto total de las Farc. Además, la región del suroriente colombiano ha sido un corredor para el tráfico de drogas desde los inicios de este grupo armando.
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En estas entrevistas, los guerrilleros del frente le contaron a la organización: “Ellos dicen si la coca está a $1.000, usted tiene que pagar $100 la cogida de libra de hoja, más o menos un 10% del valor del gramo vale la cogida, si vende a $1.200 paga a $120 (...) entonces todo está condicionado al precio de venta, y eso es respaldado por ellos (la guerrilla)”.
Entre la espesa selva se coordinan rutas para el trasporte de cocaína que sirven incluso, a intereses de los carteles mexicanos. ¿La razón? Las fronteras con Venezuela y Brasil. Néstor Gregorio Vera llegó a las filas de las Farc hace más de 20 años. Luego de 12 años, Iván Mordisco era conocido como un experto francotirador y explosivista que, además, se convirtió en comandante del Frente Primero “Armando Ríos” de la guerrilla. Desde 2008, había centrado sus esfuerzos en el reclutamiento forzado, cuyas víctimas en su mayoría son indígenas.
Tras décadas en la selva, Iván Mordisco aprendió a moverse fácilmente entre los departamentos de Vaupés, Vichada y especialmente Guaviare. Allí, Calamar, Miraflores y San José del Guaviare han sido los municipios donde más se ha sentido el control que ejerce la disidencia.
El punto de inflexión llegó rápidamente con la firma del Acuerdo de Paz. En 2016 era un secreto a voces que el líder guerrillero se rehusaba a ceder a los requerimientos negociados en La Habana y por medio de una misiva declaró que su frente no iba a desmovilizarse. En ella, también invitó a “guerrilleros, guerrilleras, milicianos y milicianas” a continuar con la lucha armada. En septiembre de ese año, la mesa negociadora de las Farc convocó la Conferencia Nacional Guerrillera para convencerlos de entrar en el proceso de desmovilización, pero a la cita nunca llegó la delegación del Frente Primero.
Así las cosas, el Frente Primero “Armando Ríos” de las Farc era cosa del pasado y en su lugar, para junio de 2016, Iván Mordisco se convirtió en el primer comandante guerrillero a la cabeza de una disidencia. A comienzos de abril del año pasado, la estructura primera, declarada la primera disidencia de las Farc, realizó en la vereda La Momposina (Guaviare) el primer ataque a la Fuerza Pública. El resultado fue la muerte de un sargento del Ejército y otros tres soldados resultaron heridos.
Las primeras versiones entregadas por los negociadores de La Habana y líderes del nuevo Partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) indicaban que la estructura estaba muy disminuida y que representaba una pequeña parte de los miembros pertenecientes a esta guerrilla. Sin embargo, para 2019, según cifras de inteligencia militar, el Frente Primero en Guaviare, Vaupés y Vichada contaba con aproximadamente 400 hombres.
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Las viejas tácticas de batalla no han cambiado mucho en estos departamentos que, por el contrario, viven un nuevo recrudecimiento del conflicto, como lo denunció en un informe el año pasado la Fundación Ideas para la Paz. El reclutamiento forzado es una táctica que las disidencias aprendieron de las Farc y que se rehusan a abandonar. Se estima que, como en el pasado, el 70 % de los menores de 18 años reclutados por esta organización son indígenas.
La fortaleza de Iván Mordisco radica en el crecimiento progresivo de reclutas, además, del control sobre las rutas del narcotráfico internacional entre Brasil y Venezuela que refleja la existencia de redes entre carteles de droga y otros grupos armados. Por ejemplo, se sabe que en Guaviare el Frente Primero estableció una alianza con Los Urabeños con el propósito de evitar enfrentamientos y repartirse entre ambos las ganancias de las extorsiones.
Desde el Acuerdo de Paz, en esta región suroriente del país la guerra no ha dado tregua y el panorama no es alentador. Durante los últimos años la expansión de las disidencias en esta zona parece no tener quién la detenga. Estos grupos alimentan la maquinaria de la guerra con el combustible que les dan el narcotráfico, la minería ilegal y la deforestación.
Hoy por hoy, según el portal InSight Crime, Iván Mordisco es conocido por ser uno de los comandantes guerrilleros más violentos, de la cual ni siquiera se salva la población civil. A la muerte de Edgar Mesías Salgado, alias Rodrigo Cadete, Iván Mordisco habría unido esfuerzos con la disidencia que controla Gentil Duarte en otros departamentos de los llanos orientales para unificar a todos los grupos que no se acogieron al Acuerdo de Paz.