JEP ordena medidas cautelares para proteger Cementerio Central de Sincelejo
Según la Jurisdicción Especial para la Paz, en este camposanto pueden estar enterrados los restos de varias víctimas de desaparición forzada. Las medidas protegerán la zona de la manzana 6.
La zona de la manzana 6 del Cementerio Central de Sincelejo ahora está protegida por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Así lo determinó la Sala de Reconocimiento de Verdad, luego de estudiar las peticiones de familiares de víctimas de desaparición forzada que llevan años pidiendo que las autoridades busquen allí a sus seres queridos.
El espacio será caracterizado por un grupo de expertos forenses con el fin de garantizar el adecuado proceso de identificación y exhumación de los cuerpos que allí se encuentran. Además, la Alcaldía de Sincelejo, en compañía de la JEP, tendrá que identificar a los colectivos de víctimas que están interesados en esta intervención.
El nombre de una de ellas está claro: la Fundación Nydia Erika Bautista, una de las organizaciones que más ha insistido en la importancia de investigar en este camposanto. ¿La razón? Hay pistas de que allí se encuentran los restos de Julio César Blanco Vides, un campesino que desapareció en febrero de 1998 en el municipio de San Onofre (Sucre).
Su hermana, Cleiner Almanza, es una de las mujeres más representativas de la lucha por la búsqueda de los desaparecidos forzadamente en el contexto del conflicto colombiano. De acuerdo con un reporte de la organización Dejusticia, en 2017, Cleiner Almanza y su familia supieron que la Fiscalía tenía información sobre la muerte de Julio César y sobre el posible paradero de su cuerpo.
De acuerdo con el expediente judicial, “en 2011, un paramilitar habría confesado que Julio César murió el mismo día de su desaparición en un supuesto enfrentamiento paramilitar en una zona cercana al Carmen de Bolívar. Según este informe, el cuerpo de Julio César Blanco estaría en la fosa común del Cementerio de Sincelejo”, dice la publicación. Además, ese mismo excombatiente habría confesado que en esa foza habría otras víctimas del paramilitarismo de la región de los años 1972 a 1999.
Aunque las alertas de que Julio César Blanco podría estar en el Cementerio Central de Sincelejo están encendidas desde siete años, ninguna autoridad ha logrado concretar una búsqueda o exhumación en el camposanto. Además, el cementerio hace unos años comenzó una remodelación y dispuso que las nuevas bóvedas debían construirse encima de las fosas comunes donde, presuntamente, están los restos de víctimas de desaparición forzada, como los de Julio César Blanco.
Por eso, la reciente decisión de la JEP, podría significar el comienzo de la primera investigación forense y judicial para encontrar el cuerpo que tanto ha buscado Cleiner Almanza. Su hermano hace parte de una estadística aterradora: en la subregión de los Montes de María y el golfo de Morrosquillo, las autoridades tienen registradas a 1.808 personas como desaparecidas.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
La zona de la manzana 6 del Cementerio Central de Sincelejo ahora está protegida por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Así lo determinó la Sala de Reconocimiento de Verdad, luego de estudiar las peticiones de familiares de víctimas de desaparición forzada que llevan años pidiendo que las autoridades busquen allí a sus seres queridos.
El espacio será caracterizado por un grupo de expertos forenses con el fin de garantizar el adecuado proceso de identificación y exhumación de los cuerpos que allí se encuentran. Además, la Alcaldía de Sincelejo, en compañía de la JEP, tendrá que identificar a los colectivos de víctimas que están interesados en esta intervención.
El nombre de una de ellas está claro: la Fundación Nydia Erika Bautista, una de las organizaciones que más ha insistido en la importancia de investigar en este camposanto. ¿La razón? Hay pistas de que allí se encuentran los restos de Julio César Blanco Vides, un campesino que desapareció en febrero de 1998 en el municipio de San Onofre (Sucre).
Su hermana, Cleiner Almanza, es una de las mujeres más representativas de la lucha por la búsqueda de los desaparecidos forzadamente en el contexto del conflicto colombiano. De acuerdo con un reporte de la organización Dejusticia, en 2017, Cleiner Almanza y su familia supieron que la Fiscalía tenía información sobre la muerte de Julio César y sobre el posible paradero de su cuerpo.
De acuerdo con el expediente judicial, “en 2011, un paramilitar habría confesado que Julio César murió el mismo día de su desaparición en un supuesto enfrentamiento paramilitar en una zona cercana al Carmen de Bolívar. Según este informe, el cuerpo de Julio César Blanco estaría en la fosa común del Cementerio de Sincelejo”, dice la publicación. Además, ese mismo excombatiente habría confesado que en esa foza habría otras víctimas del paramilitarismo de la región de los años 1972 a 1999.
Aunque las alertas de que Julio César Blanco podría estar en el Cementerio Central de Sincelejo están encendidas desde siete años, ninguna autoridad ha logrado concretar una búsqueda o exhumación en el camposanto. Además, el cementerio hace unos años comenzó una remodelación y dispuso que las nuevas bóvedas debían construirse encima de las fosas comunes donde, presuntamente, están los restos de víctimas de desaparición forzada, como los de Julio César Blanco.
Por eso, la reciente decisión de la JEP, podría significar el comienzo de la primera investigación forense y judicial para encontrar el cuerpo que tanto ha buscado Cleiner Almanza. Su hermano hace parte de una estadística aterradora: en la subregión de los Montes de María y el golfo de Morrosquillo, las autoridades tienen registradas a 1.808 personas como desaparecidas.
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