La alerta sobre la filtración de secretos que no escuchó la Corte Suprema

Francisco Javier Farfán Molina, en cuestión de un mes y 12 días, pasó de ser el primer magistrado en ordenar la captura de un miembro del clan Char a ser el centro de un presunto caso de corrupción judicial, que recuerda los oscuros momentos del cartel de la toga. En esta oportunidad el caso tiene que ver con un expediente en contra de un peso pesado de la política en Cesar, el exsenador José Alfredo Gnecco, quien tenía un proceso en la Corte Suprema de Justicia por la supuesta compra de votos durante las elecciones al Congreso de 2018. Aunque el año pasado el alto tribunal archivó ese expediente, con el visto bueno del magistrado Farfán, hoy esa decisión es materia de polémica.

Francisco Javier Farfán Molina, en cuestión de un mes y 12 días, pasó de ser el primer magistrado en ordenar la captura de un miembro del clan Char a ser el centro de un presunto caso de corrupción judicial, que recuerda los oscuros momentos del cartel de la toga. En esta oportunidad el caso tiene que ver con un expediente en contra de un peso pesado de la política en Cesar, el exsenador José Alfredo Gnecco, quien tenía un proceso en la Corte Suprema de Justicia por la supuesta compra de votos durante las elecciones al Congreso de 2018. Aunque el año pasado el alto tribunal archivó ese expediente, con el visto bueno del magistrado Farfán, hoy esa decisión es materia de polémica.

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El pasado 18 de octubre, Noticias Caracol reveló la existencia de un informe de policía judicial que, desde agosto de 2019, les advirtió a las autoridades que había unas posibles irregularidades en la investigación contra Gnecco. En concreto, el informe alertó que, después de que la Corte Suprema ordenara la interceptación de las comunicaciones de varios miembros del clan Gnecco, el 14 de mayo de 2019, los mismos investigados supieron que la justicia estaba tras sus conversaciones. Lo que encontraron los investigadores no fue menor. Según el hallazgo, 21 días después de la orden de interceptación, Cielo Gnecco, baronesa política de Cesar, le advirtió a su sobrino, José Alfredo, que los estaban escuchando.

La alerta tenía nombre propio. Según el informe, quien le habría advertido a los Gnecco la orden de la Corte Suprema fue el propio magistrado Francisco Farfán. Las palabras textuales fueron: “José, es que Francisco Farfán... mandó un mensaje que te dijera que el teléfono, al tuyo, están copiando todo, que para ver si lo cambiabas”. “Ok, tía”, le contestó José Alfredo Gnecco. Este audio y más de 10 más quedaron consignados en dos informes de policía judicial, el de agosto de 2019 y uno más, fechado el 2 de diciembre de ese mismo año. Ambos documentos pasaron a formar parte del expediente contra el senador Gnecco, quien estuvo en el Congreso durante nueve años.

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Aun con estas evidencias en manos de la Corte Suprema y del magistrado Francisco Farfán, el alto tribunal cerró la investigación tres años después, el 24 de febrero de 2022. Con un agravante más: el alto tribunal no mencionó una sola palabra sobre las alertas que encendieron los informes de policía judicial ni pidió que se investigara quién les alertó a los Gnecco, en mayo de 2019, que la Corte los estaba escuchando. Con todo esto, el propio Farfán firmó el documento oficial que ordenó cerrar el expediente contra el exsenador. El Espectador quiso preguntarle al togado por qué solo hasta ahora se conoce el contenido de las alertas que apuntan a que información sensible fue filtrada desde la Corte.

Sin embargo, Farfán respondió que no daba entrevistas. En contraste, desde que se conoció el audio de Cielo Gnecco con su sobrino, el magistrado se ha movido en tres frentes. Lo primero que hizo fue reabrir la investigación que él mismo había cerrado hace un año en contra de José Alfredo Gnecco. Enseguida pidió que la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes los investigue, a él y a los miembros de la Corte que pudieron tener acceso a las decisiones del caso. Y, por último, el propio Farfán denunció a Cielo Gnecco, hoy prófuga de la justicia, por el delito de calumnia. En ese documento, el magistrado rechazó cualquier participación en la filtración de la información secreta.

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En el recurso, Farfán calificó lo dicho por la baronesa como un hecho de suprema gravedad que respondía a una estrategia de desprestigio en contra de un funcionario judicial para ambientar un montaje y agredir la credibilidad y legitimidad de la Corte Suprema de Justicia. A renglón seguido aclaró: “No es cierto que le haya enviado ninguna razón a Cielo Gnecco para comunicarle que tanto ella como su sobrino estaban siendo objeto de una interceptación de comunicaciones ordenada por mi despacho”. Para el magistrado, va en contra del sentido común que él mismo, como magistrado encargado de la investigación, le hubiera hecho esa advertencia precisamente a las personas que él necesitaba escuchar.

Aunque Farfán pidió reabrir la investigación contra José Alfredo Gnecco, el alto tribunal ya aclaró que él mismo se declaró impedido para seguir con el expediente. “La Sala Especial de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia hace un llamado a las autoridades competentes para que, desde las instancias legalmente establecidas en el marco de las garantías del debido proceso y la presunción de inocencia, investiguen con celeridad y rigor este hecho y los que se desprendan de él”, expresó el alto tribunal. La próxima semana la Comisión de Acusación confirmará quiénes serán los congresistas que investigarán a Farfán, que en todo caso tendrán que ser tres que no tengan investigaciones en el despacho del magistrado.

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