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Ante los micrófonos de Blu Radio, Roberto Prieto soltó una bomba frente a la financiación de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en 2010: que sí entraron US$400.000 de Odebrecht para pagar dos millones de afiches que hizo Impressa Group. El dinero no fue reportado y el mismo Prieto dijo: “Eso es una realidad y se lo tengo que decir honestamente, eso fue una operación irregular. Y la campaña lo tendrá que aceptar. El presidente (Santos) no tuvo nada que ver”. El hombre que llegó como salvador en 2010 de la contienda electoral que se veía perdida contra Antanas Mockus, insistió en que él no fue el responsable de que esos dineros ingresaran irregularmente e instó a los miembros del Comité Financiero a que asumieran su responsabilidad.
Se refería a Orlando Sardi de Lima, exembajador de Colombia en España y gerente financiero de las campañas presidenciales de Juan Manuel Santos en 2010 y 2014; Consuelo Caldas, expresidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá, y el empresario Juan Claudio Morales, padre del director de Protocolo de la Cancillería y quien lleva su mismo nombre. Estas tres personas, en febrero de 2010, fueron a un desayuno en el hotel Casa Medina con el entonces presidente de Odebrecht en Colombia, Luiz Bueno.
En un comunicado de prensa, tanto Sardi como Caldas y Morales confirmaron la reunión y explicaron que el encuentro se dio por intermedio de Eduardo Zambrano, quien fue el encargado de tender los puentes entre la firma brasileña y el comité financiero de la campaña Santos y que también está en el radar de la Fiscalía por la adjudicación irregular del contrato Ruta del Sol Sector II. Según relataron, en el desayuno Odebrecht mostró su interés de ser donante, pero le explicaron que personas jurídicas no podían financiar a candidatos presidenciales y que los recursos debían llegar a través de los partidos, como dice la ley. Supuestamente, después de eso no volvieron a tener contacto con los representantes de la constructora.
Sin embargo, una visión diferente tiene Roberto Prieto, quien fue el primero en dar la cara y salir a los medios a acepta su responsabilidad al advertir que él fue quien ordenó la compra de afiches. “La plata salió de Odebrecht. Eso no le niego. Cuando yo llego, eso está fondeado. Hay que contratar dos millones de afiches y me dijeron que eso lo pagaba a Odebrecht. Mándeles la factura”, fueron las palabras de Roberto Prieto, quien explicó que él nada tuvo que ver con la consecución de esos recursos. Su versión es que él llegó a la campaña el 4 de mayo de 2010 para impulsar la maquinaria del operativo y que, antes de eso, el comité financiero ya había pactado fondear gastos con plata de Odebrecht.
“La gente que participó en el fondeo de eso tiene que aceptar que desde la génesis eso fue irregular e hicimos quedar mal al presidente”, sentenció Roberto Prieto. El único que salió a dar la cara y aceptar que “los recursos no ingresaron bajo los procedimientos establecidos” fue el exgerente general de la campaña de Santos en 2010 y actual director de la DIAN, Santiago Rojas. El funcionario, sin embargo, salvó su responsabilidad al decir que desconocía las circunstancias que rodearon esa transacción de dinero por US$400.000 y que no participó en ninguna reunión de recolección de donaciones. El rumor era que iba a renunciar por estos hechos, pero eso no sucedió.
Sus palabras, al igual que las de Prieto, son contradictorias con la versión de los miembros del comité financiero de la campaña: “La compra de los afiches a que se ha hecho referencia, supuestamente efectuada con recursos de Odebrecht en el exterior, no fue de nuestro conocimiento, ni del gerente, ni del comité financiero y con el absoluto desconocimiento del entonces candidato Juan Manuel Santos, quien siempre exigió rigurosidad en el manejo de los recursos y el estricto cumplimiento de las normas y procedimientos de acuerdo con la ley electoral”. En pocas palabras, Sardi, Caldas y Morales le dieron la espalda Prieto.
Prieto, al final de la entrevista, insistió en que el presidente Santos no sabía y que él mismo le contó el pasado viernes sobre la reunión. Agregó que esperaba que los miembros del comité financiero dieran la cara, pues se debía tener “gallardía” para reconocer un error que perjudicaba enormemente a Santos. Finalmente, pidió que diferenciaran entre lo sucedido en la campaña de 2010 y la de 2014, pues en ésta última, según él, no hay pruebas en su contra y se trata simplemente de declaraciones de Otto Bula –a quien tildó de “jefe de la Oficina de Envigado”– que le han hecho mucho daño, pues nunca recibió un millón de dólares.
También, Roberto Prieto dijo que él no gestionó ninguna reunión entre Otto Bula y Andrés Giraldo y que el encargado de intermediar fue Juan Sebastián Correa, secretario privado de Luis Fernando Andrade, presidente de la ANI. Prieto aseguró que no tiene duda de que Correa y Giraldo son intachables y que Otto Bula está diciendo mentiras, pues es imposible creer su historia de cómo entregó $2.000 millones en una maleta. El exgerente de la campaña de Santos en 2014 sostuvo que todo era una infamia y que sus seis visitas a la ANI durante tres años simplemente fueron para hacer puente entre empresarios y el Gobierno. Finalmente, que nunca cobró porque no se dedicaba al “lobby” político y no iba a monetizar su relación cercana con el presidente Santos.
El presidente Juan Manuel Santos manifestó que “me acabo de enterar” de este hecho bochornoso, que pedía excusas y que nunca autorizó ni tuvo conocimiento “de estas gestiones, las cuales se hicieron en directa violación de las normas éticas y de control que exigí se impusieran en la campaña (…) que aclaren a la brevedad esta actuación inaceptable”. Finalmente sostuvo: “Esta violación de las normas de la campaña no supone, ni puede suponer, que se deriven hechos de corrupción en mi gobierno”, al reiterar su solicitud a las autoridades competentes “para que investiguen todas las decisiones de mi administración y sancionen a los responsables de cualquier acto de corrupción”.
Roberto Prieto ha sido el único miembro de la campaña de Juan Manuel Santos en 2010 que fue salpicado en las investigaciones de la Fiscalía. Ahora, con sus declaraciones, no es el único que queda en el radar, pues señaló que otros fueron los responsables de conseguir ese dinero. La Fiscalía tendrá la última palabra en esta investigación, pues los hechos relacionados con la contienda electoral de 2010 ya prescribieron y el Consejo Nacional electoral no tiene dientes para tomar decisiones. El caso Odebrecht permite evocar el proceso 8.000, donde todo sucedió a las espaldas de los implicados.