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Tras casi siete años en los que estuvo huyendo de la justicia, las autoridades capturaron ayer en Jamundí (Valle) a Sor Teresa Gómez, una mujer cuyo nombre es parte esencial de la historia del paramilitarismo en Colombia. Gómez es hermana de crianza y cuñada de los fallecidos jefes paramilitares Carlos, Vicente y Fidel Castaño, además de suegra de Jesús Ignacio Roldán, alias Monoleche, uno de los hombres más cercanos al clan Castaño.
Al momento de la captura, la mujer intentó huir de las autoridades, pero minutos después la retuvieron y le solicitaron que se identificara. Al principio mostró documentos que pertenecían a su hermana, pero ante la presión de los miembros de la Dijín de la Policía que lideraron el operativo, Sor Teresa reconoció su identidad.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, la mujer —quien se desempeñaba como jefa financiera de la banda criminal los Urabeños, fue trasladada a Bogotá, donde pasó la noche en los calabozos de la Dijín. Hoy será puesta a disposición del Inpec y, lo más probable, es que sea llevada al pabellón de máxima seguridad de la cárcel El Buen Pastor.
Durante años, Sor Teresa fue la representante legal de la Fundación para la Paz de Córdoba (Funpazcor), una entidad fundada por Fidel Castaño que, pese a su nombre rimbombante, no era otra cosa que una fachada del despojo con el que los paramilitares se apoderaron de miles de hectáreas en ese departamento.
Ahora Gómez deberá responder también por el asesinato de la lideresa campesina Yolanda Izquierdo, ocurrido el 31 de enero de 2007 —crimen por el que fue condenada a 40 años de prisión—, y porque, de acuerdo con las autoridades, seguía despojando a campesinos.
No por otra razón fue incluida el año pasado en un cartel con los rostros de los enemigos del programa de restitución de tierras, el cual presentó el presidente Juan Manuel Santos.
Funpazcor
La historia de Sor Teresa Gómez está vinculada a la de la Fundación para la Paz de Córdoba, entidad creada en noviembre de 1990 y desde la cual los paramilitares les entregaron a campesinos y desmovilizados del Epl cerca de 10.000 hectáreas como parte de su curiosa reforma agraria y, al parecer, con el fin de aparecer como aliados de la paz y asegurarse de paso el favor de los campesinos. Sin embargo, a los pocos años y tras la muerte de Fidel Castaño, los paramilitares empezaron a intimidar a los labriegos para que entregaran sus tierras a precios irrisorios.
Las vueltas de Funpazcor empezaron a ser investigadas tras un allanamiento hecho en Medellín en 1998. En ese operativo las autoridades descubrieron que la Fundación era vital para las finanzas de los paramilitares y sus indagaciones llevaron a que en 2001 ocuparan la oficina de Funpazcor en Montería.
Curiosamente, mientras las autoridades allanaban Funpazcor, Gómez creaba una fundación similar en Antioquia: la Asociación de Productores Agrícolas de Belén de Bajirá (Asoprobeba), con la que, al parecer, despojó a otros tantos campesinos.
A partir del allanamiento de 2001 se fue revelando el modus operandi de la entidad. En reuniones con Sor Teresa Gómez, otros funcionarios de Funpazcor y, al parecer, gente del Fondo Ganadero de Córdoba —que se benefició con el despojo y cuyo director, Benito Osorio Villadiego, es investigado por estos hechos—, se les dijo a los campesinos que sus tierras eran requeridas por los ‘paras’.
Tras ser intimidados, los campesinos le daban poderes a Gómez para que usufructuara los predios y el despojo quedara legalizado. Muchas de estas fincas fueron a parar al Fondo Ganadero de Córdoba y a testaferros de los Castaño, como Gabriela Henao Montoya y su esposo Diego Alonso Sierra, hoy bajo investigación.
Sin embargo, algunos de los campesinos se resistieron a las intimidaciones de los ‘paras’. Es el caso de la lideresa Yolanda Izquierdo, que fue el rostro de la lucha que adelantaron cientos de campesinos con el fin de recuperar lo que los paramilitares les habían quitado y quien cayó asesinada el 31 de enero de 2007, en Montería, en momentos en que descansaba junto a su esposo, Francisco Torregrosa, quien quedó herido.
Hoy, Izquierdo sigue siendo recordada por su lucha. De hecho, en febrero pasado, la Sala Especializada en Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Antioquia ordenó la restitución de 200 de las 1.120 hectáreas de la finca Santa Paula, uno de los predios despojados por los paramilitares y por el que Izquierdo luchó durante años para que fuera devuelto a los campesinos.
Tras años del despojo que los paramilitares perpetraron en Córdoba, Sor Teresa Gómez responderá por fin por esa campaña de terror de la que fue protagonista. Le esperan 11 procesos penales, entre ellos desplazamiento forzado, homicidio, concierto para delinquir y extorsión.