“La Fiscalía quiso ocultar los audios de ‘El Ñeñe’”
Habla Miguel Ángel Del Río Malo, abogado que descubrió, enredadas en un expediente por asesinato en que él es apoderado de la víctima, los audios de conversaciones del colaborador vallenato de la campaña electoral del Presidente, José Guillermo “Ñeñe” Hernández, con la exasesora del senador Álvaro Uribe, Claudia Daza, que origina el denominado escándalo de la “ñeñepolítica”. Denuncia que la Fiscalía intentó desaparecer estas pruebas y asegura que hay más grabaciones que no le quieren entregar.
El proceso penal del tristemente famoso “Ñeñe” Hernández se ha enredado tanto que es difícil de entender ¿Cómo, en qué año y por cuáles hechos se origina este caso que interesa al país por unos audios de ese individuo en que hablaba sobre apoyo espurio a la campaña presidencial del actual jefe de Estado?
Los hechos tienen su origen en el asesinato, por error, del joven de 27 años Óscar Eduardo Rodríguez Pomar, en Barranquilla, en agosto de 2011, cuando los sicarios pretendían asesinar a su padre Carlos Rodríguez Gómez por una deuda que José Guillermo Hernández, alias “el Ñeñe” Hernández, tenía con este. Por ese homicidio se abrió un proceso penal y dentro de sus labores investigativas, la Fiscalía determinó interceptar, entre los años 2018 y 2019, al Ñeñe como presunto determinador del crimen. Algunos de los audios grabados a Hernández fueron los que dieron inicio a la llamada “ñeñepolítica”.
Ese proceso penal podría ser uno más de los miles que hay en Colombia. Salta al interés nacional cuando, este año, se conocen los audios que usted menciona en que “Ñeñe” Hernández habla con una asesora cercana al expresidente Uribe (Claudia “Caya” Daza), sobre una supuesta compra de votos para la campaña electoral del hoy presidente Duque, en Cesar y Guajira ¿Usted descubrió esos audios y cómo los obtuvo?
Así es: descubrí la existencia de esos audios. Se le estaban haciendo interceptaciones al Ñeñe para establecer su posible participación en el homicidio de Óscar Eduardo. Cuando la Fiscalía 21 de Crimen Organizado que adelanta este caso, me dejó ver el material probatorio, como abogado de la víctima que soy, me di cuenta de que había un informe de Policía judicial, del 26 de mayo de 2018, que advertía que, en algunas de las grabaciones, se podría detectar la materialización de un fraude electoral. Sin embargo, el informe escrito no contenía el disco con los audios. El propósito de la Fiscalía era ocultarlos…
Ese es un cuestionamiento serio ¿Por qué lo asegura?
Porque en los informes judiciales se les advertía a los dos fiscales que han pasado por este caso, sobre la existencia de los presuntos fraudes electorales y ninguno compulsó copias para que se abriera otra investigación por esos hechos nuevos. La Fiscalía 21solo me entregó parte de las grabaciones al Ñeñe. No tuvo más alternativa que dármelas cuando las pedí insistentemente y después de muchas dilaciones.
¿Por qué decidió darlas a conocer a través de unos periodistas?
Decidí ponerlas en conocimiento de la opinión pública por dos razones: primera, para probar que el proceso penal por el asesinato de Óscar Eduardo Rodríguez se había estancado por motivos diferentes al mismo; y segunda, para denunciar ante las autoridades, como me corresponde hacerlo, las presuntas irregularidades relacionadas con la campaña del presidente Duque.
Quisiera que fuera preciso: ¿usted cree que los dos fiscales que han pasado por este caso, conocieron las grabaciones del Ñeñe con la exasesora del senador Uribe y las ocultaron dolosamente?
Sí ¿En qué me baso? En la existencia de los informes judiciales escritos, uno, de abril de 2019, enviado a la primera fiscal que conoció el caso, Jenny Andrea Ortiz, que contiene una relación de conversaciones relevantes sobre el tema electoral, transliteradas en su interior. Allí se advierte sobre los presuntos fraudes que podrían haberse presentado. Ella no hizo nada. Y en un segundo informe, de agosto de 2019, dirigido al actual fiscal, Miguel Olaya, que sustituyó a la doctora Ortiz, se califica como grave lo que se escucha en una de las llamadas: la del Ñeñe Hernández con María Claudia Daza cuando ellos dos comentan que “Priscila” (de quien ahora sabemos que su apellido es Cabrales) había conseguido $1000 millones de pesos para “moverlos” con empresarios e ingresarlos a la campaña de Iván Duque. En las recomendaciones que hicieron en ese segundo informe, los investigadores le pidieron al fiscal Olaya que compulsara copias para que se investigara un presunto fraude electoral que habría allí, cosa que él no hizo jamás.
Si los fiscales no querían entregarle las grabaciones a usted, ¿por qué no desaparecieron, también, los informes escritos?
Porque en ese despacho había un gran desorden administrativo y esos informes estaban ahí, sin que aparentemente nadie se hubiera dado cuenta de su existencia. Yo pude encontrarlos después de la audiencia de acusación contra alias Marquitos Figueroa por el asesinato de Óscar Eduardo, cuando revisé el expediente. Ahí los descubro en medio de un cúmulo de papeles pero, repito, sin las grabaciones. Le exijo, entonces, al fiscal Olaya la entrega de ese material probatorio pero él me dice que no existe. Me molesté y le advertí que yo tenía el informe dirigido a su despacho que relacionaba las grabaciones. En ese momento empezó una cacería de brujas en contra de los investigadores policías para establecer si alguno de ellos me había entregado esos informes. Todo esto me lleva a interpretar que la Fiscalía quería ocultar tanto los informes como los audios…
¿Es por eso que cuando se publica la transcripción de una de las grabaciones, se difunde, en varios medios, la versión de que los audios no existían?
Sí. Cuando se conoce la transcripción de la conversación de Ñeñe con Claudia Daza, y debido a la presión de la opinión pública, la Fiscalía no tuvo más remedio que aceptar que había soportes auditivos pero para disculparse por la demora en la entrega de las grabaciones, afirmó que no estaban en sus instalaciones sino que las habían encontrado en el almacén de evidencias de la Dijin (de la Policía). Pero tampoco creo en esta versión porque si ya había informes judiciales dirigidos a los dos fiscales distintos en que se relacionaban los audios con número de identificación, en el mismo despacho tuvo que haberse producido la entrega material de estos.
¿Cree que la Fiscalía y la Dijin se enfrentaron, entonces, por estas versiones?
Es posible debido a la sospecha que tenía, ya no solo el fiscal del caso sino el mismo Fiscal General sobre la presunta filtración de los informes de los investigadores, a mí. Esos investigadores son los policías de la Dijín que hoy están capturados como sospechosos de haber contaminado las pruebas de la ñeñepolítica ¿Entiende usted el contexto que explicaría su actual detención y la acusación en su contra?
Con lo que usted relata, ¿va a presentar denuncia penal contra miembros de la Fiscalía que han conocido este proceso?
Sí. De manera inmediata hemos exigido la entrega total de los audios faltantes y hemos puesto en conocimiento de las autoridades, particularmente de la Procuraduría y de la propia Fiscalía, lo que ha sucedido para que investiguen las intervenciones de los funcionarios cuyo propósito era ocultar información relevante para el proceso, para la ciudadanía y para el Estado de derecho. La cacería de brujas también se desató contra mí: cuando fui a exigir al despacho la entrega de las grabaciones restantes, fui fotografiado dentro de la edificación de la Fiscalía conocida como el bunker y las fotos fueron subidas a las redes no solo como una forma de amenaza contra mí advirtiendo que me tenían vigilado sino, también, dejando la sensación de que yo estaba realizando actividades ilícitas.
¿Cuántos audios del “Ñeñe” hablando sobre la campaña electoral conoce usted, con cuál o cuáles miembros de la campaña Duque conversaba y en cuáles fechas?
Las interceptaciones al Ñeñe Hernández se dan en tres etapas: una, en 2017, que no arroja resultados significativos; una segunda etapa que va desde el 26 de mayo al 19 de noviembre de 2018. Estas interceptaciones son cruciales porque se dan en el periodo previo a la segunda vuelta presidencial. Allí es donde aparece el señor Hernández conversando con Caya Daza sobre los presuntos fraudes electorales. Y en una tercera etapa hay nuevas interceptaciones, entre el 19 de noviembre de 2018 y el 1° de mayo de 2019, poco antes del asesinato de Hernández en Brasil.
Los audios que conoce la opinión pública, ¿son todos o hay más que no se le hayan entregado a usted como lo ha sugerido a lo largo de esta entrevista?
Los audios que tengo en mi poder, no son todos. Faltan muchísimos más. De un total de 25 mil registros adicionales, la Fiscalía no me ha hecho entrega de ellos. Resalto que el ente investigador no tiene la opción sino la obligación de darme la totalidad de los audios so pena de incurrir entre otras faltas graves, en violación al debido proceso y a la necesidad de establecer la verdad material sobre el asesinato del joven Óscar Eduardo Rodríguez. A mi juicio, queda en evidencia el temor del Fiscal General, Francisco Barbosa, de que se me haga entrega de dicho material por las implicaciones que tendría ese material.
Entonces, y según ha podido establecer, ¿cuántas grabaciones o audios de conversaciones del Ñeñe existirían en el proceso?
Consta que hay dos discos compactos (CDs) con 25 mil interceptaciones cada uno. La Fiscalía me hizo entrega de uno de ellos. He enviado tres solicitudes y una petición directa al juez de conocimiento del proceso por el homicidio de Óscar Eduardo Rodríguez, para que ordene que se me entregue el resto.
¿Sabe o supone cuáles grabaciones hay en el disco que no le han entregado?
Ahí se encuentran las interceptaciones del 26 mayo - un mes antes de las elecciones presidenciales -, al 19 de noviembre de 2018. Entiende usted la importancia de este material que contiene las grabaciones de conversaciones del Ñeñe previas a la segunda vuelta presidencial.
En cuanto a los investigadores policías del proceso, ¿cuáles son los delitos que se les imputan y por qué un tercer fiscal les abre una causa y pide su detención?
La Fiscalía argumenta de manera equivocada, que dentro de las interceptaciones del Ñeñe, en el grupo de grabaciones de mayo de 2018, estos investigadores incluyeron cinco líneas adicionales pertenecientes a policías activos, sospechosos de cometer unos delitos en Cali. Sin embargo, el hecho es que esas líneas habían sido aportadas por alias la Penca diciendo que esas personas hacían parte de la organización de Marquitos. Es importante anotar que pudimos determinar que, desde 2019, la organización de Figueroa estaba preparando un montaje en contra de estos funcionarios de la Dijin. Hay una denuncia escrita y formalizada al respecto en que consta este hecho.
Usted termina siendo el defensor de estos policías ¿Por qué?
No dudo que el proceso contra estos dos policías tiene un carácter político. Conozco al mayor Tocarruncho y el sargento Velásquez de tiempo atrás porque eran quienes investigaban el asesinato de Óscar Eduardo. Mi relación con ellos era de cooperación, con el propósito de esclarecer el homicidio en el entendido de que la Fiscalía trabaja de la mano con la representación de las víctimas. Debido a esto, no permitiré que se cometa una injusticia contra ellos pues, según creo, el único propósito que tiene la Fiscalía es el de desprestigiar el trabajo riguroso que se hizo y contaminar la prueba original del Ñeñe en cuanto a su participación en la campaña electoral del Presidente.
Cabe la posibilidad de que estos investigadores sí hubieran introducido al proceso legal en que se ordenó interceptar al Ñeñe, líneas telefónicas que no tenían nada que ver con el caso, que es de lo que se los acusa ¿Contempla esta hipótesis?
La realidad probatoria establece que sí ingresaron unas líneas pertenecientes a unos policías activos de la Dijin. Eso no está en duda. Lo que nosotros, como defensa de los investigadores, advertimos, es que esas líneas ingresan por los señalamientos formales de una de las fuentes del proceso, alias la Penca. El fiscal que los investiga sostiene que ingresaron porque los investigadores capturados querían chuzar a sus compañeros voluntariamente y por otras razones.
El fiscal que investiga a los investigadores del “Ñeñe”, trató de que el juez de la audiencia impidiera que usted fuera el defensor de los acusados ¿Qué dijo?
Una semana antes de las capturas de los dos policías, el fiscal Daniel Hernández decidió escuchar en declaración a la primera fiscal que tuvo el proceso por el homicidio de Óscar Eduardo Rodríguez, Jenny Andrea Ortiz. Esta funcionaria aseguró que yo había participado en un soborno a un testigo. Basado en esa declaración, el fiscal Hernández compulsó copias contra mí y, al iniciar la audiencia preliminar contra los policías, argumentó conflicto de interés en mi contra. Yo interpreto que había un plan preconcebido entre la fiscal Ortiz y el fiscal Hernández para apartarme del proceso con el propósito de presionar a los investigadores policías a aceptar cargos. Lo curioso es que la fiscal Ortiz habría conocido mi actuación dolosa hace años y solo ahora la denuncia. Raro. El juez de garantías, luego de escucharme, no avaló esa solicitud y continúo representando a los dos policías.
Antes de terminar, ¿cuándo aparece en el proceso el nombre y la banda criminal de Marcos Figueroa y ¿qué relación tuvo este con “Ñeñe” Hernández?
Desde el momento en que mi representado Carlos Rodríguez encuentra a su hijo asesinado, sus declaraciones apuntaban a la presunta responsabilidad del Ñeñe. Sin embargo, fue mucho después, a través de informes de Policía Judicial, que alias “la Penca”, exmiembro de la organización de Figueroa, precisa la relación entre el Ñeñe y Marquitos. Aseguró que el Ñeñe hacía parte del brazo político de esa organización criminal y que los sicarios que participaron en el homicidio de Óscar Eduardo Rodríguez habían sido los autores de otros crímenes endilgados a esa banda.
¿Por qué ese personaje alias la Penca, sabía sobre el crimen y sobre la banda de Figueroa?
Porque él era miembro de la organización de Figueroa y manejaba el contrabando de gasolina, además de que era familiar del propio Marquitos. En cuanto al homicidio de Óscar Eduardo, según su versión, él presenció una conversación entre el Ñeñe y la plana mayor de esa banda, en una fiesta en donde se concertaron para cometer el asesinato del señor Rodríguez que terminó en el homicidio de su hijo.
“Una estrategia del fiscal Barbosa, invalidar la grabación del Ñeñe”
Usted ha dicho que lo que pretende la Fiscalía con la detención de los policías investigadores y con las sospechas sobre su propia conducta, es enredar la investigación sobre supuesta compra de votos y sobre la influencia de un presunto lavador de dólares y aliado de narcos (“Ñeñe” Hernández), en la campaña del presidente Duque. En su criterio de abogado, ¿se podrían invalidar las pruebas que implican a miembros del círculo gobernante y con esto se caería todo el caso?
Desde un principio he argumentado que judicializar a los policías investigadores que participaron en las interceptaciones del Ñeñe responde a una estrategia del fiscal Barbosa para sepultar la ñeñepolítica. Si logra que la etapa de interceptaciones a Hernández que comienza el 26 de mayo de 2018 sea decretada nula por un juez de conocimiento, se contaminaría necesariamente la grabación en que conversan el Ñeñe y Claudia Daza y otras más que corresponden a ese periodo. Y quedarían sin piso las investigaciones por presunto fraude electoral en la campaña presidencial tanto en Fiscalía, como en la Comisión de Acusación y en la Corte Suprema. Este propósito es el que, al mi juicio, hace que el Fiscal General no se declare impedido.
“La deuda con la víctima no sobrepasaba los $400 millones”.
Usted es el apoderado del padre de quien fuera asesinado por error, crimen por el cual se abre investigación contra el Ñeñe ¿A cuáles actividades se dedicaba su cliente para tener tanto dinero como el que se dice que le debía el “Ñeñe” y cuya deuda habría motivado ese homicidio?
Llegué al proceso por ese homicidio en 2018, 7 años después de iniciado, en un momento muy crítico para la investigación porque, debido a la falta de diligencia de la Fiscalía, los autores materiales del asesinato del joven Óscar Eduardo Rodríguez habían sido dejados en libertad por vencimiento de términos y no se había hecho nada para establecer quiénes habían ordenado el homicidio. Hoy, el autor material aceptó cargos y fue condenado a 20 años de prisión. Alias “Marquitos” Figueroa (jefe de una estructura de narcotráfico en Guajira y Cesar), presunto determinador del crimen junto al Ñeñe, tiene medida de aseguramiento y el juicio contra él está próximo a iniciarse. Sobre el dinero de mi cliente, es importante aclarar que, contrario a lo que se ha dicho, el monto real de la deuda del Ñeñe con él no sobrepasaba los $400 millones de pesos. El señor Rodríguez, padre de la víctima, era propietario de la famosa sastrería GQ, en Barranquilla, que vestía a los artistas vallenatos y tropicales más populares de la época.
El proceso penal del tristemente famoso “Ñeñe” Hernández se ha enredado tanto que es difícil de entender ¿Cómo, en qué año y por cuáles hechos se origina este caso que interesa al país por unos audios de ese individuo en que hablaba sobre apoyo espurio a la campaña presidencial del actual jefe de Estado?
Los hechos tienen su origen en el asesinato, por error, del joven de 27 años Óscar Eduardo Rodríguez Pomar, en Barranquilla, en agosto de 2011, cuando los sicarios pretendían asesinar a su padre Carlos Rodríguez Gómez por una deuda que José Guillermo Hernández, alias “el Ñeñe” Hernández, tenía con este. Por ese homicidio se abrió un proceso penal y dentro de sus labores investigativas, la Fiscalía determinó interceptar, entre los años 2018 y 2019, al Ñeñe como presunto determinador del crimen. Algunos de los audios grabados a Hernández fueron los que dieron inicio a la llamada “ñeñepolítica”.
Ese proceso penal podría ser uno más de los miles que hay en Colombia. Salta al interés nacional cuando, este año, se conocen los audios que usted menciona en que “Ñeñe” Hernández habla con una asesora cercana al expresidente Uribe (Claudia “Caya” Daza), sobre una supuesta compra de votos para la campaña electoral del hoy presidente Duque, en Cesar y Guajira ¿Usted descubrió esos audios y cómo los obtuvo?
Así es: descubrí la existencia de esos audios. Se le estaban haciendo interceptaciones al Ñeñe para establecer su posible participación en el homicidio de Óscar Eduardo. Cuando la Fiscalía 21 de Crimen Organizado que adelanta este caso, me dejó ver el material probatorio, como abogado de la víctima que soy, me di cuenta de que había un informe de Policía judicial, del 26 de mayo de 2018, que advertía que, en algunas de las grabaciones, se podría detectar la materialización de un fraude electoral. Sin embargo, el informe escrito no contenía el disco con los audios. El propósito de la Fiscalía era ocultarlos…
Ese es un cuestionamiento serio ¿Por qué lo asegura?
Porque en los informes judiciales se les advertía a los dos fiscales que han pasado por este caso, sobre la existencia de los presuntos fraudes electorales y ninguno compulsó copias para que se abriera otra investigación por esos hechos nuevos. La Fiscalía 21solo me entregó parte de las grabaciones al Ñeñe. No tuvo más alternativa que dármelas cuando las pedí insistentemente y después de muchas dilaciones.
¿Por qué decidió darlas a conocer a través de unos periodistas?
Decidí ponerlas en conocimiento de la opinión pública por dos razones: primera, para probar que el proceso penal por el asesinato de Óscar Eduardo Rodríguez se había estancado por motivos diferentes al mismo; y segunda, para denunciar ante las autoridades, como me corresponde hacerlo, las presuntas irregularidades relacionadas con la campaña del presidente Duque.
Quisiera que fuera preciso: ¿usted cree que los dos fiscales que han pasado por este caso, conocieron las grabaciones del Ñeñe con la exasesora del senador Uribe y las ocultaron dolosamente?
Sí ¿En qué me baso? En la existencia de los informes judiciales escritos, uno, de abril de 2019, enviado a la primera fiscal que conoció el caso, Jenny Andrea Ortiz, que contiene una relación de conversaciones relevantes sobre el tema electoral, transliteradas en su interior. Allí se advierte sobre los presuntos fraudes que podrían haberse presentado. Ella no hizo nada. Y en un segundo informe, de agosto de 2019, dirigido al actual fiscal, Miguel Olaya, que sustituyó a la doctora Ortiz, se califica como grave lo que se escucha en una de las llamadas: la del Ñeñe Hernández con María Claudia Daza cuando ellos dos comentan que “Priscila” (de quien ahora sabemos que su apellido es Cabrales) había conseguido $1000 millones de pesos para “moverlos” con empresarios e ingresarlos a la campaña de Iván Duque. En las recomendaciones que hicieron en ese segundo informe, los investigadores le pidieron al fiscal Olaya que compulsara copias para que se investigara un presunto fraude electoral que habría allí, cosa que él no hizo jamás.
Si los fiscales no querían entregarle las grabaciones a usted, ¿por qué no desaparecieron, también, los informes escritos?
Porque en ese despacho había un gran desorden administrativo y esos informes estaban ahí, sin que aparentemente nadie se hubiera dado cuenta de su existencia. Yo pude encontrarlos después de la audiencia de acusación contra alias Marquitos Figueroa por el asesinato de Óscar Eduardo, cuando revisé el expediente. Ahí los descubro en medio de un cúmulo de papeles pero, repito, sin las grabaciones. Le exijo, entonces, al fiscal Olaya la entrega de ese material probatorio pero él me dice que no existe. Me molesté y le advertí que yo tenía el informe dirigido a su despacho que relacionaba las grabaciones. En ese momento empezó una cacería de brujas en contra de los investigadores policías para establecer si alguno de ellos me había entregado esos informes. Todo esto me lleva a interpretar que la Fiscalía quería ocultar tanto los informes como los audios…
¿Es por eso que cuando se publica la transcripción de una de las grabaciones, se difunde, en varios medios, la versión de que los audios no existían?
Sí. Cuando se conoce la transcripción de la conversación de Ñeñe con Claudia Daza, y debido a la presión de la opinión pública, la Fiscalía no tuvo más remedio que aceptar que había soportes auditivos pero para disculparse por la demora en la entrega de las grabaciones, afirmó que no estaban en sus instalaciones sino que las habían encontrado en el almacén de evidencias de la Dijin (de la Policía). Pero tampoco creo en esta versión porque si ya había informes judiciales dirigidos a los dos fiscales distintos en que se relacionaban los audios con número de identificación, en el mismo despacho tuvo que haberse producido la entrega material de estos.
¿Cree que la Fiscalía y la Dijin se enfrentaron, entonces, por estas versiones?
Es posible debido a la sospecha que tenía, ya no solo el fiscal del caso sino el mismo Fiscal General sobre la presunta filtración de los informes de los investigadores, a mí. Esos investigadores son los policías de la Dijín que hoy están capturados como sospechosos de haber contaminado las pruebas de la ñeñepolítica ¿Entiende usted el contexto que explicaría su actual detención y la acusación en su contra?
Con lo que usted relata, ¿va a presentar denuncia penal contra miembros de la Fiscalía que han conocido este proceso?
Sí. De manera inmediata hemos exigido la entrega total de los audios faltantes y hemos puesto en conocimiento de las autoridades, particularmente de la Procuraduría y de la propia Fiscalía, lo que ha sucedido para que investiguen las intervenciones de los funcionarios cuyo propósito era ocultar información relevante para el proceso, para la ciudadanía y para el Estado de derecho. La cacería de brujas también se desató contra mí: cuando fui a exigir al despacho la entrega de las grabaciones restantes, fui fotografiado dentro de la edificación de la Fiscalía conocida como el bunker y las fotos fueron subidas a las redes no solo como una forma de amenaza contra mí advirtiendo que me tenían vigilado sino, también, dejando la sensación de que yo estaba realizando actividades ilícitas.
¿Cuántos audios del “Ñeñe” hablando sobre la campaña electoral conoce usted, con cuál o cuáles miembros de la campaña Duque conversaba y en cuáles fechas?
Las interceptaciones al Ñeñe Hernández se dan en tres etapas: una, en 2017, que no arroja resultados significativos; una segunda etapa que va desde el 26 de mayo al 19 de noviembre de 2018. Estas interceptaciones son cruciales porque se dan en el periodo previo a la segunda vuelta presidencial. Allí es donde aparece el señor Hernández conversando con Caya Daza sobre los presuntos fraudes electorales. Y en una tercera etapa hay nuevas interceptaciones, entre el 19 de noviembre de 2018 y el 1° de mayo de 2019, poco antes del asesinato de Hernández en Brasil.
Los audios que conoce la opinión pública, ¿son todos o hay más que no se le hayan entregado a usted como lo ha sugerido a lo largo de esta entrevista?
Los audios que tengo en mi poder, no son todos. Faltan muchísimos más. De un total de 25 mil registros adicionales, la Fiscalía no me ha hecho entrega de ellos. Resalto que el ente investigador no tiene la opción sino la obligación de darme la totalidad de los audios so pena de incurrir entre otras faltas graves, en violación al debido proceso y a la necesidad de establecer la verdad material sobre el asesinato del joven Óscar Eduardo Rodríguez. A mi juicio, queda en evidencia el temor del Fiscal General, Francisco Barbosa, de que se me haga entrega de dicho material por las implicaciones que tendría ese material.
Entonces, y según ha podido establecer, ¿cuántas grabaciones o audios de conversaciones del Ñeñe existirían en el proceso?
Consta que hay dos discos compactos (CDs) con 25 mil interceptaciones cada uno. La Fiscalía me hizo entrega de uno de ellos. He enviado tres solicitudes y una petición directa al juez de conocimiento del proceso por el homicidio de Óscar Eduardo Rodríguez, para que ordene que se me entregue el resto.
¿Sabe o supone cuáles grabaciones hay en el disco que no le han entregado?
Ahí se encuentran las interceptaciones del 26 mayo - un mes antes de las elecciones presidenciales -, al 19 de noviembre de 2018. Entiende usted la importancia de este material que contiene las grabaciones de conversaciones del Ñeñe previas a la segunda vuelta presidencial.
En cuanto a los investigadores policías del proceso, ¿cuáles son los delitos que se les imputan y por qué un tercer fiscal les abre una causa y pide su detención?
La Fiscalía argumenta de manera equivocada, que dentro de las interceptaciones del Ñeñe, en el grupo de grabaciones de mayo de 2018, estos investigadores incluyeron cinco líneas adicionales pertenecientes a policías activos, sospechosos de cometer unos delitos en Cali. Sin embargo, el hecho es que esas líneas habían sido aportadas por alias la Penca diciendo que esas personas hacían parte de la organización de Marquitos. Es importante anotar que pudimos determinar que, desde 2019, la organización de Figueroa estaba preparando un montaje en contra de estos funcionarios de la Dijin. Hay una denuncia escrita y formalizada al respecto en que consta este hecho.
Usted termina siendo el defensor de estos policías ¿Por qué?
No dudo que el proceso contra estos dos policías tiene un carácter político. Conozco al mayor Tocarruncho y el sargento Velásquez de tiempo atrás porque eran quienes investigaban el asesinato de Óscar Eduardo. Mi relación con ellos era de cooperación, con el propósito de esclarecer el homicidio en el entendido de que la Fiscalía trabaja de la mano con la representación de las víctimas. Debido a esto, no permitiré que se cometa una injusticia contra ellos pues, según creo, el único propósito que tiene la Fiscalía es el de desprestigiar el trabajo riguroso que se hizo y contaminar la prueba original del Ñeñe en cuanto a su participación en la campaña electoral del Presidente.
Cabe la posibilidad de que estos investigadores sí hubieran introducido al proceso legal en que se ordenó interceptar al Ñeñe, líneas telefónicas que no tenían nada que ver con el caso, que es de lo que se los acusa ¿Contempla esta hipótesis?
La realidad probatoria establece que sí ingresaron unas líneas pertenecientes a unos policías activos de la Dijin. Eso no está en duda. Lo que nosotros, como defensa de los investigadores, advertimos, es que esas líneas ingresan por los señalamientos formales de una de las fuentes del proceso, alias la Penca. El fiscal que los investiga sostiene que ingresaron porque los investigadores capturados querían chuzar a sus compañeros voluntariamente y por otras razones.
El fiscal que investiga a los investigadores del “Ñeñe”, trató de que el juez de la audiencia impidiera que usted fuera el defensor de los acusados ¿Qué dijo?
Una semana antes de las capturas de los dos policías, el fiscal Daniel Hernández decidió escuchar en declaración a la primera fiscal que tuvo el proceso por el homicidio de Óscar Eduardo Rodríguez, Jenny Andrea Ortiz. Esta funcionaria aseguró que yo había participado en un soborno a un testigo. Basado en esa declaración, el fiscal Hernández compulsó copias contra mí y, al iniciar la audiencia preliminar contra los policías, argumentó conflicto de interés en mi contra. Yo interpreto que había un plan preconcebido entre la fiscal Ortiz y el fiscal Hernández para apartarme del proceso con el propósito de presionar a los investigadores policías a aceptar cargos. Lo curioso es que la fiscal Ortiz habría conocido mi actuación dolosa hace años y solo ahora la denuncia. Raro. El juez de garantías, luego de escucharme, no avaló esa solicitud y continúo representando a los dos policías.
Antes de terminar, ¿cuándo aparece en el proceso el nombre y la banda criminal de Marcos Figueroa y ¿qué relación tuvo este con “Ñeñe” Hernández?
Desde el momento en que mi representado Carlos Rodríguez encuentra a su hijo asesinado, sus declaraciones apuntaban a la presunta responsabilidad del Ñeñe. Sin embargo, fue mucho después, a través de informes de Policía Judicial, que alias “la Penca”, exmiembro de la organización de Figueroa, precisa la relación entre el Ñeñe y Marquitos. Aseguró que el Ñeñe hacía parte del brazo político de esa organización criminal y que los sicarios que participaron en el homicidio de Óscar Eduardo Rodríguez habían sido los autores de otros crímenes endilgados a esa banda.
¿Por qué ese personaje alias la Penca, sabía sobre el crimen y sobre la banda de Figueroa?
Porque él era miembro de la organización de Figueroa y manejaba el contrabando de gasolina, además de que era familiar del propio Marquitos. En cuanto al homicidio de Óscar Eduardo, según su versión, él presenció una conversación entre el Ñeñe y la plana mayor de esa banda, en una fiesta en donde se concertaron para cometer el asesinato del señor Rodríguez que terminó en el homicidio de su hijo.
“Una estrategia del fiscal Barbosa, invalidar la grabación del Ñeñe”
Usted ha dicho que lo que pretende la Fiscalía con la detención de los policías investigadores y con las sospechas sobre su propia conducta, es enredar la investigación sobre supuesta compra de votos y sobre la influencia de un presunto lavador de dólares y aliado de narcos (“Ñeñe” Hernández), en la campaña del presidente Duque. En su criterio de abogado, ¿se podrían invalidar las pruebas que implican a miembros del círculo gobernante y con esto se caería todo el caso?
Desde un principio he argumentado que judicializar a los policías investigadores que participaron en las interceptaciones del Ñeñe responde a una estrategia del fiscal Barbosa para sepultar la ñeñepolítica. Si logra que la etapa de interceptaciones a Hernández que comienza el 26 de mayo de 2018 sea decretada nula por un juez de conocimiento, se contaminaría necesariamente la grabación en que conversan el Ñeñe y Claudia Daza y otras más que corresponden a ese periodo. Y quedarían sin piso las investigaciones por presunto fraude electoral en la campaña presidencial tanto en Fiscalía, como en la Comisión de Acusación y en la Corte Suprema. Este propósito es el que, al mi juicio, hace que el Fiscal General no se declare impedido.
“La deuda con la víctima no sobrepasaba los $400 millones”.
Usted es el apoderado del padre de quien fuera asesinado por error, crimen por el cual se abre investigación contra el Ñeñe ¿A cuáles actividades se dedicaba su cliente para tener tanto dinero como el que se dice que le debía el “Ñeñe” y cuya deuda habría motivado ese homicidio?
Llegué al proceso por ese homicidio en 2018, 7 años después de iniciado, en un momento muy crítico para la investigación porque, debido a la falta de diligencia de la Fiscalía, los autores materiales del asesinato del joven Óscar Eduardo Rodríguez habían sido dejados en libertad por vencimiento de términos y no se había hecho nada para establecer quiénes habían ordenado el homicidio. Hoy, el autor material aceptó cargos y fue condenado a 20 años de prisión. Alias “Marquitos” Figueroa (jefe de una estructura de narcotráfico en Guajira y Cesar), presunto determinador del crimen junto al Ñeñe, tiene medida de aseguramiento y el juicio contra él está próximo a iniciarse. Sobre el dinero de mi cliente, es importante aclarar que, contrario a lo que se ha dicho, el monto real de la deuda del Ñeñe con él no sobrepasaba los $400 millones de pesos. El señor Rodríguez, padre de la víctima, era propietario de la famosa sastrería GQ, en Barranquilla, que vestía a los artistas vallenatos y tropicales más populares de la época.