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En una sentencia histórica, la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia señaló que la Iglesia católica es responsable civilmente de los abusos cometidos por sus clérigos, “en razón y ocasión de su función pastoral”. En un fallo de 65 páginas, el alto tribunal confirmó una condena interpuesta contra la Iglesia por los abusos cometidos por el sacerdote Luis Enrique Duque Valencia contra dos menores de Líbano (Tolima).
La corporación señaló en esta decisión sin precedentes que la Iglesia tendrá que responder civilmente, es decir, en términos de reparación, por los actos culposos o dolosos que realicen los miembros del clero en medio del ejercicio de la misión pastoral y espiritual. En pocas palabras, que en los crímenes cometidos por los sacerdotes, tendrá que responder ante las víctimas y “tiene la obligación legal de reparar los daños que un clérigo causa a sus feligreses”.
Igualmente dijo que la Iglesia no puede escudarse en que el hecho fue cometido por el sacerdote individualmente y reconoció la responsabilidad de la institución en los abusos que cometió el sacerdote Duque Valencia contra los menores y sus padres.
Todo se remonta a 2007. Ese año, creyendo que dejaban a sus hijos en buenas manos, Nidia Luz Dary Salazar y José Manuel Muñoz le entregaron sus hijos al sacerdote Luis Enrique Duque para que los cuidara por un tiempo. Ellos no podían hacerlo debido a la situación de pobreza en la que se encontraban. Pero Duque, en vez de cuidar a los niños de siete y ocho años de edad, abusó de ellos en la parroquia San Antonio de Padua, de Líbano, entre mayo y junio de 2007.
En entrevista con este diario, los padres de los menores dijeron que “se tiraron a nuestros niños”. José contó, por ejemplo, que el mayor tuvo que ser operado por las heridas causadas y que tuvo que ir a terapia. Todo se supo cuando el menor de los hermanos le contó a su mamá lo que estaba ocurriendo. Ella se lo relató a su esposo, quien le dijo que fuera a la parroquia, porque si él iba no sabía lo que podía ocurrir.
Nidia fue y le dijeron que Duque no estaba, lo cual era mentira. En realidad estaba abusando de su otro hijo. “Le taparon la boca al niño. Antes no me lo mataron. Y después la empleada le dijo al niño que no fuera a decir nada porque podían meter al padre a la cárcel”, indicó la madre.
José lamentó que el sacerdote se hubiera aprovechado de una familia desplazada: “Si yo hubiera sabido lo que él hacía. No hubiera hecho lo que hice”. Luego denunció que supo de otros niños abusados por él, pero los padres de esos menores retiraron las demandas contra Duque porque el sacerdote “se puso a comprarlos con dinero y casas”.
Duque fue condenado a 18 años y 4 meses de prisión. Estuvo un tiempo prófugo de la justicia, hasta que fue detenido en 2010 y enviado a la cárcel. Los padres de los menores lo demandaron a él y a la Iglesia por lo sucedido. El 29 de julio de 2011 el Tribunal de Ibagué condenó a Duque y a la Iglesia, representada por la Diócesis de Líbano y Honda, a indemnizar a la familia. Apelaron el fallo, pero éste fue confirmado por la Corte Suprema.
El alto tribunal dijo, incluso, que la indemnización por parte de la Iglesia no debería ser exclusivamente pecuniaria. “Vendría bien mandar al obispo de la diócesis incardinante que adopte todas las medidas administrativas y simbólicas que resulten necesarias para reparar el daño causado en su total dimensión, tales como reconocer públicamente el menoscabo causado a los creyentes en la religiosidad, pedir perdón, brindar apoyo espiritual a las víctimas”.
En entrevista con este diario, el abogado de la familia, Jaime Berján Rodríguez, sostuvo que este es un fallo “histórico”. Dijo que al comienzo intentaron llegar a un acuerdo con la Diócesis. No obstante, “ellos siempre se negaron a pagarle cualquier peso”, porque le han dicho que la Diócesis no tiene recursos para indemnizar a la familia.
El fallo abre el debate sobre la responsabilidad de la Iglesia católica por los abusos cometidos por sus clérigos, sobre todo en momentos en los que el papa Francisco ha reabierto el debate al respecto. La Conferencia Episcopal Colombiana no se ha pronunciado respecto al fallo. No obstante, el exsecretario general de la Conferencia monseñor Fabián Marulanda sostuvo que la “Iglesia como institución no tiene que indemnizar víctimas porque fue una persona en concreto la que cometió el abuso y ésta tiene que responder por él”.
Sostuvo igualmente que quien “comete eso debe ser castigado, eso tiene que ir a la justicia ordinaria. El sacerdote está condenado, entonces qué más puede hacer la Iglesia sino entregar al sacerdote para que la justicia lo juzgue como tiene que hacerlo con cualquier persona”. Monseñor Marulanda añadió que conoció a Duque como un sacerdote “piadoso, un poquito peleón”, pero que nunca se imaginó que hiciera algo como lo que hizo. Aseguró que “cuando se da un caso de esos la gente hace generalizaciones, que ‘todos los curas son así’. Y eso no es verdad, no todos los curas son así. Son excepciones dolorosas”.