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El 17 de noviembre de 2004 la periodista Claudia Julieta Duque llevaba un buen tiempo siendo hostigada por sus investigaciones, con las que había logrado atar cabos para vincular a exdirectivos del DAS con el asesinato de Jaime Garzón. Ese día, sin embargo, vivió el que según ella fue “el peor momento de la tortura”: recibió una llamada amenazante en la que le dijeron que su hija sería torturada, violada, asesinada y quemada viva si ella insistía en su labor. Duque recabó ella misma las pruebas de que el DAS estaría detrás de las intimidaciones en su contra, y asistió a todas las diligencias judiciales que la llamaban, pero, a 15 años del hecho, anunció que abandonará la pelea.
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El exsubdirector del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Emiro Rojas, enfrenta un juicio ante el Juzgado Segundo Especializado de Bogotá por su presunta responsabilidad en los seguimientos, amenazas y tortura psicológica de los que fue víctima la periodista. Junto a él, en juicio también, está el exdetective Néstor Javier Pachón Bermúdez. Pero Duque anunció este lunes que no volverá a comparecer a las audiencias en contra de sus supuestos victimarios, pues, según le dijo a este diario, “a pesar de tantos años de lucha, el proceso ha caído en un estancamiento absoluto en el cual los victimarios están teniendo todo el poder para paralizar los casos y lograr su libertad”.
Aunque Duque dice que fue “una decisión bastante razonada y muy dolorosa”, es su manera “de decirles a estos tipos que reconozco que han ganado y que la impunidad ha ganado una vez más la batalla en este país”. Según la periodista, a pesar de que todo el proceso ha estado lleno de dilaciones, todo comenzó a empeorar en el último año, pues “el proceso ha caído en un estancamiento absoluto”, ya que los victimarios han buscado, incluso, la judicialización de Duque y han pedido que se investigue a las organizaciones de derechos humanos que la acompañan. Asimismo, porque este año le pusieron una “mordaza”.
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La periodista se refiere a la orden de la jueza que lleva el caso, quien en julio de este año concedió una petición que hizo la defensa del exdirector Rojas, y ordenó que la reportera no opine públicamente sobre el caso ni informe sobre el mismo. Según la funcionaria judicial, en una audiencia del 23 de febrero pasado, se les dijo a las partes que “si bien tienen derecho a la libertad de expresión, todo lo que suceda en el juicio no puede trascender y debe quedarse ahí”, porque, de lo contrario, se podría incurrir en una falta disciplinaria: la violación de la reserva sumarial.
El juzgado hizo referencia a dos mensajes de Twitter que hizo la periodista. Uno en el que cuestionó la petición de silenciarla y otro en el que menciona una nota periodística de El Espectador sobre un informe que entregó la Fiscalía a la Jurisdicción Especial para la Paz sobre la víctimización a líderes y defensores de derechos humanos por parte de agentes del Estado. El informe reseña los casos de Mario Calderón, Elsa Alvarado, Eduardo Umaña, Jaime Garzón y el de Claudia Julieta Duque, entre otros, y señala que, de las víctimas mencionadas, la periodista es la única que sigue con vida.
(En contexto: 'Lo de Claudia Julieta Duque fue tortura síquica': Fiscalía)
“Desde julio, que fui censurada por la jueza, yo siento que el DAS cumplió con su objetivo de callarme y, al mismo tiempo, asisto con alarma a decisiones que solo están implicando la parálisis de los procesos y que no me están brindando ningún tipo de garantías para continuar”, le dijo la periodista a este diario. Por esta razón, señaló que solo asistirá a la audiencia en la que se decida el recurso de reposición que interpuso contra la censura de la jueza, pero que desde este lunes renuncia “a perseguir una justicia que no va a llegar”.