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El periodista William Parra, procesado por presuntos nexos con las FARC, acusó este viernes a las fuerzas militares de querer "asfixiarle profesionalmente" con su supuesta vinculación con la guerrilla y denunció "amenazas de muerte" a sus abogados.
"La inteligencia militar está detrás de estas amenazas de muerte a mis abogados y (con la denuncia) buscan cerrarme todos los espacios, asfixiarme profesionalmente", dijo en declaraciones a la agencia Efe en Caracas, donde reside.
"En Colombia no tengo futuro profesional. Aquí va a ser igualmente complicado. ¿Quién me contrata con tremendos señalamientos, quién va a contratar esta papa caliente?", argumentó el periodista quien reiteró su inocencia, como ya lo hizo hace dos días en un comunicado.
Parra, quien fue periodista de Telesur, canal multiestatal con sede en Venezuela, entre 2006 y 2008, criticó, asimismo, lo que llamó la "arbitrareidad" de su proceso judicial, ya que, dijo, la fiscalía no le ha permitido ver las pruebas de sus acusaciones.
Explicó que sus abogados, el colectivo José Alvear Restrepo, que lleva varios casos de derechos humanos, "han solicitado una copia espejo para saber de qué es de lo que están acusando, y la fiscalía responde que no pueden presentar las pruebas porque es un asunto de seguridad nacional".
"Tenemos que defendernos de algo que no conocemos", afirmó, al criticar el proceso judicial iniciado en su contra en marzo de 2008.
Parra dijo, asimismo, que sus abogados le habían informado de que el fiscal antiterrorista, Ricardo Bejarano, quien solicitó la orden de captura en su contra el pasado lunes, fue suspendido por la Fiscalía General de Colombia.
"¿Cómo lo interpreto? ¿Son coincidencias, o es una aceptación de culpa?", manifestó Parra, quien señaló que obtuvo en marzo de este año la condición de refugiado en Venezuela.
Sin embargo, una fuente de la Fiscalía colombiana explicó a Efe en Bogotá que Bejarano no ha sido destituido y continua al frente de varios casos relacionados con presuntos nexos de políticos con la guerrilla, entre otros.
La Policía colombiana insistió hoy para que el periodista se presente ante el fiscal de Bogotá que dictó contra él la orden de detención y así evitar la intervención de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).
Bejarano procesó al periodista a partir de documentos hallados en los computadores confiscados a Luis Édgar Devia, alias "Raúl Reyes", segundo al mando y portavoz internacional de las FARC, muerto en un bombardeo del Ejército colombiano en Angostura, territorio ecuatoriano, el 1 de marzo de 2008.
Parra, quien también trabajó para la agencia Reuters y para la cadena Caracol, retó a la fiscalía colombiana a que aporte pruebas de su supuesta vinculación con la guerrilla y actividad como "financista" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Se trata de una maniobra política. Aparecieron los mágicos computadores de Raúl Reyes y casualmente aparezco yo", dijo.
"¿De dónde viene la persecución? De las fuerzas policiales. Porque mi trabajo ha sido denunciar las masacres paramilitares, los abusos contra campesinos y desplazados", añadió Parra, quien también fue jefe de prensa del presidente Ernesto Samper (1994-98).
El caso de Parra es seguido de cerca por organizaciones periodísticas nacionales e internacionales, como Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que han instado a que se respete el derecho al debido proceso y a la defensa, como base para el esclarecimiento de la verdad.
En sus declaraciones, el periodista colombiano otorgó al nuevo presidente colombiano, Juan Manuel Santos, el "beneficio de la duda" y valoró "sus buenas intenciones" en el camino hacia la paz para Colombia, tras un conflicto que dura más de 50 años.
Expresó, no obstante, su temor de lo que pueda hacer el "sector militarista que se había privilegiado durante estos 8 años de los beneficios de la guerra. Ahora va a sentir que va a perder un montón de millones y buscarán bombardear la paz".
"Son ellos quienes me tienen a mí y a mis abogados en el punto de mira", concluyó. EFE