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La línea de meta de los expedientes sobre la despenalización del aborto en la Corte Constitucional parece cada vez más lejana. Aunque uno de ellos tenía como fecha límite para tomar una decisión el pasado 18 de noviembre, el caso quedó estancado por una situación que terminó apartando al magistrado Alejandro Linares del debate. Cuando ya era claro que no podía participar y eran ocho los juristas encargados de tomar una decisión, en la Sala Plena no lograron ponerse de acuerdo y la votación quedó empatada. Por eso, llamaron a dos conjueces y, ni con esa decisión, el panorama se logró aclarar. Ahora, la Corte está inundada de recusaciones en contra de uno de ellos. El trasfondo de esas peticiones podría tener serias implicaciones, pero hoy, tienen estancado el debate del aborto.
Este jueves 3 de febrero, la Sala Plena estaba lista para estudiar el asunto: ¿qué hacer con la recusación en contra de Juan Carlos Henao? El jurista fue elegido, por sorteo, para ser uno de los conjueces del caso. Pero a la Corte han llegado al menos 40 recusaciones en su contra, todas con una formato similar, en las que se argumenta que unas viejas declaraciones del exmagistrado, en las que expresó su posición frente al aborto, lo deberían apartar del debate. Según los argumentos, Henao ya emitió un juicio sobre el tema y por eso no debería desempatar la decisión de la Corte. Según los documentos, el jurista tiene como proyecto personal la despenalización del aborto y tiene un interés moral en la decisión. La cuestión no resultó tan simple en la Sala Plena de hoy.
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Una de las declaraciones que hoy tiene en veremos la participación de Henao en este debate las emitió en 2019 en una entrevista: “Yo soy de formación librepensadora. Esta posición genera incertidumbre, duda, polémica, debate; en contravía a ello, la derecha y su discurso gusta mucho porque da seguridad en lo afectivo, lo laboral, lo político, adoctrina de una forma más fácil. Creo que hay una posición ideológica en cada ser humano. Yo estoy a favor del aborto, no creo en imposiciones de la religión, no creo que el Estado tenga que ser confesional, que se limite la dosis mínima. Quienes estamos en contra de esta visión que se impone en el mundo, cuyo ejemplo más visible es Donald Trump, tenemos que seguir luchando por la libertad.”
Además de las decenas de recusaciones, a la Sala Plena llegó un escrito de uno de los demandantes que busca la despenalización del aborto: Causa Justa. La organización de juristas expertas en el tema le argumentó a la Corte, con jurisprudencia, doctrina y ejemplos en mano, por qué las peticiones parar apartar a Henao no está bien hechas, no cumplen con los mínimos legales y en realidad buscan entorpecer el trabajo del alto tribunal, que lleva más de 500 días sin resolver el tema. Además de las cuestiones puramente jurídicas, Causa Justa planteó un debate que puso en aprietos a la Sala Plena. Según el documento, la situación que enfrenta Henao por sus viejas declaraciones se parece mucho a una que tiene como protagonista a la magistrada Cristina Pardo.
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Causa Justa le explicó a la Corte que las palabras que utilizó Henao en la entrevista no representan de ninguna manera una “afectación al fuero interno” que ponga en duda su parcialidad, pues el jurista se limitó “a hacer una asociación superficial entre sus convicciones liberales”. La organización señaló que ya la Corte ha rechazado otras recusaciones por los mismos motivos y, a manera de ejemplo, puso el de Pardo. La magistrada, cuando fue secretaria jurídica de Presidencia en el gobierno Santos, escribió un documento en el que le pidió al entonces presidente que le permitiera apartarse de emitir un concepto frente a un proyecto de ley que buscaba la protección de víctimas de violencia sexual.
Pardo alegó en ese momento que objetaba consciencia porque no compartía, por razones ético-jurídicas, el fallo de 2006 la Corte Constitucional que despenalizó el aborto en tres causales. Además, Causa Justa recordó una declaración de la magistrada en medios de comunicación en la que también expresó su posición frente al aborto. “El ejemplo citado es muestra de que hacer explícita una posición personal e incluso haber objetado conciencia porque esta le impedía ejercer su función pública en concepto de la magistrada Pardo no ha impedido el ejercicio de sus funciones judiciales sin ninguna otra subordinación que a la Constitución. Si una objeción de conciencia no constituye “interés moral directo”, mucho menos lo constituyen declaraciones como las de Henao”, dice el documento de Causa Justa.
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Además del ejemplo de Pardo, Causa Justa recordó otro caso relacionado con el exprocurador Alejandro Ordóñez. Para la organización, el exfuncionario tenía un “interés moral directo” con expedientes sobre los derechos de parejas del mismo sexo en los que participó como cabeza del Ministerio Público. “En aquella ocasión, no se presentaron simples declaraciones aisladas en medios como en esta oportunidad (en el caso de Henao y Pardo), sino que las recusaciones (contra el procurador) hacían referencia a diferentes publicaciones académicas de Ordóñez, a conceptos jurídicos que emitió como Procurador, a sus declaraciones en foros académicos y profesionales, entre otras fuentes”, dicen las expertas, en los que dejó claro su rechazo a, por ejemplo, el matrimonio de esas parejas.
Aun así, la Corte consideró que no existía sustento suficiente para apartarlo de los proceso. En diálogo con este diario, María Isabel Niño, vocera de Causa Justa, hizo una advertencia crucial frente al caso que tiene ahora que resolver el alto tribunal: “Si la Corte va a ampliar excesiva y peligrosa la causal del impedimento, ¿qué va a pasar con los otros magistrados?”. La organización, además de alertar sobre esta situación, explicó en el documento que la decisión que se tome frente a la recusación de Henao podría tener también implicaciones en el derecho a la libertad de expresión de cualquier conjuez o magistrado, pero también en ámbitos como su libertad de culto y de ideología.
Una cuestión procedimental
Aunque a simple vista la despenalización del aborto podría llegar a ser una decisión sencilla dado que ya existe una jurisprudencia en el país que regula ese procedimiento, paradójicamente, los expedientes que hoy reposan en los despachos de los magistrados Lizarazo y Rojas Ríos están estancados por temas netamente procedimentales. Los más de 40 recursos que existen en contra del conjuez Henao, y que persiguen el mismo objetivo: apartarlo de la decisión final, es el talón de Aquiles no solo del exmagistrado sino también de la misma Corte, pues hasta que no se les dé trámite a cada uno de los documentos la Sala Plena no puede avanzar con una decisión de fondo.
El constitucionalista Juan Manuel Charry, explicó que las recusaciones hacen parte de los procesos que se adelantan en la Corte y son fundamentales para que se garantice la imparcialidad de los jueces que definirán algún tema. Si bien, el abogado tiene claro que avanzar con un trámite de esa índole tiene connotaciones en materia de tiempo, consideró que es netamente importante y necesario que sean resueltos en el marco del proceso. “Son trámites que se demoran, pero están previstos justamente para certificar que sobre el tema se pronuncie un juez imparcial”, resaltó y añadió que los conjueces o magistrados pueden hacer uso de su libertad de expresión y presentar opiniones sobre algunos temas en particular, pero no pueden llegar a ser jueces en los expedientes.
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Para el exmagistrado de la Corte Constitucional, Luis Guillermo Guerrero, la libertad de expresión es un tema “delicado y complejo” que debe analizar el alto tribunal. A su juicio, la corporación se enfrentará en más de una ocasión a situaciones como la de Henao. “En la lista de conjueces de la que se termina haciendo el sorteo pueden haber abogados, profesores o jueces que se han pronunciado en algún escenario sobre el tema. Eso es algo cotidiano y la Corte lo que tiene que hacer es revisar el caso en específico”. El jurista que abandonó la Corte hace un poco más de un año consideró que las recusaciones suelen ser frecuentes en los expedientes y que, así como lo afirmó Charry, se le debe dar curso.
“Mientras sigan llegando recusaciones la Corte las deberá acumular y tomar decisión para seguir con el análisis de fondo. La estrategia de seguir mandando recusaciones plantearía una dificultad para el estudio. Yo considero que en la medida en que las recusaciones versen sobre los mismos temas pues la Corte ya no tendría que atenderlas. Si la Corte decide que no hay recusación no habría cabida a unas nuevas”, dijo Guerrero. Sin embargo, Charry consideró que la Corte tiene la posibilidad de analizar si hay recusaciones injustificadas que pretendan dilatar el proceso.
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En ese orden, el abogado consideró que si la dilación viene por parte de un abogado habría cabida a sanciones, no obstante, eso no pasaría con algún particular. Por su parte, María Isabel Niño, vocera de Causa Justa, en diálogo con este diario, aseguró que los magistrados pueden tomar decisiones respecto de conductas que se puedan ver como dilatorias. “Jurídicamente tienen poderes como jueces. Uno de ellos es identificar quiénes son los ciudadanos de las solicitudes y analizar la finalidad de estas: si es avanzar en el proceso o frenarlo”, señaló y añadió que en ocasiones se puede presentar que expongan documentos que pretenden entorpecer el expediente. En ese orden, “los jueces tienen poderes para hacer un llamado de atención o la imposición de una multa”.
Por su parte, el exmagistrado Rubén Darío Henao estimó que la Corte no puede cerrar la puerta a no recibir ninguna recusación. “Solamente si la recusación es infundada, se rechaza de plano, y un rechazo de esos no quita más de un minuto, pero cuando la recusación tiene algún vicio de seriedad debe ser resuelta, y es tan seria la recusación a Henao que se aplazó la determinación para una próxima Sala”, resaltó el jurista quien coincidió con el exmagistrado Guerrero que si las nuevas recusaciones que lleguen al alto tribunal persiguen el mismo objetivo y tienen los mismos argumentos, se debe dar por sentado que sobre eso ya se tomó una decisión.
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