La renuncia de Carlos Bernal y la carrera para llegar a la Corte Constitucional (detalles)
La sorpresiva renuncia del magistrado Carlos Bernal y la próxima salida de su colega Luis Guillermo Guerrero deja sin dos fichas conservadoras al alto tribunal. El momento convulso y además extraordinario, pasa a convertirse en una puja de poder. El presidente Iván Duque deberá hacer una terna.
El jueves pasado, al terminar la sesión de Sala Plena en la Corte Constitucional, el magistrado Carlos Bernal Pulido pidió la palabra y anunció que renunciaba a su cargo para hacer parte del cuerpo de profesores de la Universidad de Dayton en Ohio, Estados Unidos. La oferta que garantiza la educación para sus dos hijas fue tan tentadora como para decirle adiós al alto tribunal, aun cuando le faltaban cinco años de magistratura. La noticia no solo tomó por sorpresa a sus ocho colegas, sino que revolvió el ambiente al interior de la Corte Constitucional en momentos en que se adelanta ya un proceso de selección para reemplazar al magistrado Luis Guillermo Guerrero, quien termina su periodo en septiembre próximo.
Para el círculo cercano de Bernal las razones de su decisión son claras y se remiten de manera exclusiva a la oferta de la universidad, que es privada, cristiana y de la Sociedad de María (marianistas). “Sus hijas son lo más importante en su vida”, explicó una fuente que también comentó que el magistrado, abiertamente cristiano, había recibido otras ofertas tanto en Estados Unidos como en Hong Kong. Con esta decisión, Bernal se suma a los juristas que han dejado el alto tribunal para volver a la Academia como Eduardo Montealegre y Juan Carlos Henao, quien apadrinó a Bernal en 2017 cuando el entonces presidente Juan Manuel Santos lo ternó para reemplazar a María Victoria Calle. La renuncia de Bernal implica entonces que debe ser el presidente Iván Duque el que elabore una terna para ocupar su silla.
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En ese sentido, la decisión de Bernal le abrió una oportunidad al presidente Duque que no estaba en la baraja pues, inicialmente, estaba previsto que durante su mandato presidencial presentara ternas para la Fiscalía y la Procuraduría. Este hecho ha levantado polvo en los corrillos políticos y judiciales, en donde los rumores no se hicieron esperar. No obstante, desde su círculo cercano son enfáticos en afirmar que su salida obedece estrictamente a una situación familiar. Así incluso lo consideran algunos integrantes de la propia Corte que, en todo caso, se mostraron “golpeados” por la decisión. “Me parece que no tiene compromiso por el país”, dijo una fuente a este diario. Otra aseguró que su salida es una “lástima” y que, además, afecta las cargas al interior de la Corte ya que Bernal, como Guerrero son de tendencia conservadora.
“La Sala ya estaba armada. En una corte tan pequeña el cambio de uno y ahora de dos magistrados es traumático”, indicó una voz del alto tribunal. Y alguien más comentó no creer que la renuncia esté relacionada con la disputa que abiertamente ha tenido Carlos Bernal con su colega Alberto Rojas Ríos. Se refiere por un lado a los reparos que hizo el primero a la elección de Rojas Ríos como presidente del alto tribunal y a unas diferencias que se sienten incluso en la Sala Plena como tensionantes de dos personas que están en opuestos ideológicos. Bernal es considerado el magistrado más conservador del alto tribunal y Rojas, el más liberal. Los choques han sido evidentes en asuntos claves como aborto. Aunque no tanto en otros en los que Bernal ha manifestado su apoyo a la mayoría de la Sala Plena como la defensa férrea de la libertad de prensa.
La renuncia de Bernal llegó justo un día después que el Consejo de Estado eligiera a los juristas Jorge Ibánez, Natalia Ángel y Marino Henao como los nominados para que, de ellos, el Senado elija el reemplazo de Luis Guillermo Guerrero. Además, plantea la posibilidad que ambas elecciones se junten. “Se genera un ruido enorme”, dijo una fuente consultada. En teoría, una vez el senado acepte la renuncia de Bernal a la magistratura, el presidente Duque debe hacer una invitación pública para que los interesados se postulen y luego el jefe de Estado podrá incluir, a su criterio, personas a ese listado. Entre tanto, los tiempos corren y en la Corte Constitucional no quieren que estos procesos se demoren, más ahora que están atareados estudiando de fondo los decretos emitidos en estado de excepción para atender la pandemia.
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En pocas palabras, como mucho que hacer, dos despachos vacíos no sirven. Y menos cuando la representación conservadora se vería disminuida, algo que, es esencial para que en la Sala Plena (donde hay nueve personas) haya representación del país y un debate profuso. Por eso, no se ve en la Corte con buenos ojos que ambas elecciones se junten y, a estas dos, el proceso de elección del próximo jefe o jefa de la Procuraduría General. “Me preocupa quiénes puedan llegar”, dijo otra persona consultada por este diario, quien tiene claro que la puja de poder por el “botín” de la Corte Constitucional ya inició pues no hubo tiempo de procesar la terna elegida por el Consejo de Estado cuando la renuncia de Bernal metió en la baraja nuevos jugadores.
De los ternados para reemplazar a Luis Guillermo Guerero, el único que tiene origen conservador es Jorge Enrique Ibáñez, un “peso pesado”, con amplía carrera como abogado litigante. Doctor en Derecho y postdoctor en derechos humanos y Derecho Penal Internacional de la Universidad Alfonso X El Sabio, es árbitro de la Cámara de Comercio, fue asesor de la Asamblea Constituyente y en 2003, durante el gobierno de Álvaro Uribe se le ofreció el viceministerio de Justicia, pero lo rechazó. Los corrillos revelaron después que varias afirmaciones suyas en clase sobre las investigaciones que marchaban contra el entonces ministro Fernando Londoño llegaron a sus oídos. Hoy se dice que tiene el apoyo de la universidad Sergio Arboleda, en donde da clases, al igual que de la Universidad Javeriana.
“No es una terna de uno como dicen. No creo que (Ibáñez) vaya a tener todos los votos como están diciendo”, comentó una fuente de la Corte, en donde la jurista Natalia Ángel Cabo tiene varios adeptos pues la conocen desde que fue judicante allí y magistrada auxiliar. Ángel Cabo, abogada de la Universidad de los Andes con maestría en derecho constitucional de Harvard es considerada la más progresista y liberal de la terna. De hecho, ya había sido ternada para la Corte Constitucional en 2017 junto a Isabel Cristina Jaramillo y Cristina Pardo Schlesinger para reemplazar en el cargo al condenado Jorge Pretelt, y obtuvo un significativo apoyo entonces.
En contexto: “No existe un derecho fundamental a abortar”: el voto del magistrado Carlos Bernal)
Marino Tadeo, fue el tercer elegido de la terna, en un proceso en el que los juristas Claudia Dangond y Miguel Polo recibieron importantes votaciones en el Consejo de Estado. Marino Henao fue director de la Escuela Superior de Administración Pública, ESAP, entre 1986 y 1991; ha sido profesor de derecho público, trabajó en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional-USAID como director del Centro Latinoamericano para la gestión Urbana; fue procurador y magistrado auxiliar del Consejo de Estado.
El jueves pasado, al terminar la sesión de Sala Plena en la Corte Constitucional, el magistrado Carlos Bernal Pulido pidió la palabra y anunció que renunciaba a su cargo para hacer parte del cuerpo de profesores de la Universidad de Dayton en Ohio, Estados Unidos. La oferta que garantiza la educación para sus dos hijas fue tan tentadora como para decirle adiós al alto tribunal, aun cuando le faltaban cinco años de magistratura. La noticia no solo tomó por sorpresa a sus ocho colegas, sino que revolvió el ambiente al interior de la Corte Constitucional en momentos en que se adelanta ya un proceso de selección para reemplazar al magistrado Luis Guillermo Guerrero, quien termina su periodo en septiembre próximo.
Para el círculo cercano de Bernal las razones de su decisión son claras y se remiten de manera exclusiva a la oferta de la universidad, que es privada, cristiana y de la Sociedad de María (marianistas). “Sus hijas son lo más importante en su vida”, explicó una fuente que también comentó que el magistrado, abiertamente cristiano, había recibido otras ofertas tanto en Estados Unidos como en Hong Kong. Con esta decisión, Bernal se suma a los juristas que han dejado el alto tribunal para volver a la Academia como Eduardo Montealegre y Juan Carlos Henao, quien apadrinó a Bernal en 2017 cuando el entonces presidente Juan Manuel Santos lo ternó para reemplazar a María Victoria Calle. La renuncia de Bernal implica entonces que debe ser el presidente Iván Duque el que elabore una terna para ocupar su silla.
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En ese sentido, la decisión de Bernal le abrió una oportunidad al presidente Duque que no estaba en la baraja pues, inicialmente, estaba previsto que durante su mandato presidencial presentara ternas para la Fiscalía y la Procuraduría. Este hecho ha levantado polvo en los corrillos políticos y judiciales, en donde los rumores no se hicieron esperar. No obstante, desde su círculo cercano son enfáticos en afirmar que su salida obedece estrictamente a una situación familiar. Así incluso lo consideran algunos integrantes de la propia Corte que, en todo caso, se mostraron “golpeados” por la decisión. “Me parece que no tiene compromiso por el país”, dijo una fuente a este diario. Otra aseguró que su salida es una “lástima” y que, además, afecta las cargas al interior de la Corte ya que Bernal, como Guerrero son de tendencia conservadora.
“La Sala ya estaba armada. En una corte tan pequeña el cambio de uno y ahora de dos magistrados es traumático”, indicó una voz del alto tribunal. Y alguien más comentó no creer que la renuncia esté relacionada con la disputa que abiertamente ha tenido Carlos Bernal con su colega Alberto Rojas Ríos. Se refiere por un lado a los reparos que hizo el primero a la elección de Rojas Ríos como presidente del alto tribunal y a unas diferencias que se sienten incluso en la Sala Plena como tensionantes de dos personas que están en opuestos ideológicos. Bernal es considerado el magistrado más conservador del alto tribunal y Rojas, el más liberal. Los choques han sido evidentes en asuntos claves como aborto. Aunque no tanto en otros en los que Bernal ha manifestado su apoyo a la mayoría de la Sala Plena como la defensa férrea de la libertad de prensa.
La renuncia de Bernal llegó justo un día después que el Consejo de Estado eligiera a los juristas Jorge Ibánez, Natalia Ángel y Marino Henao como los nominados para que, de ellos, el Senado elija el reemplazo de Luis Guillermo Guerrero. Además, plantea la posibilidad que ambas elecciones se junten. “Se genera un ruido enorme”, dijo una fuente consultada. En teoría, una vez el senado acepte la renuncia de Bernal a la magistratura, el presidente Duque debe hacer una invitación pública para que los interesados se postulen y luego el jefe de Estado podrá incluir, a su criterio, personas a ese listado. Entre tanto, los tiempos corren y en la Corte Constitucional no quieren que estos procesos se demoren, más ahora que están atareados estudiando de fondo los decretos emitidos en estado de excepción para atender la pandemia.
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En pocas palabras, como mucho que hacer, dos despachos vacíos no sirven. Y menos cuando la representación conservadora se vería disminuida, algo que, es esencial para que en la Sala Plena (donde hay nueve personas) haya representación del país y un debate profuso. Por eso, no se ve en la Corte con buenos ojos que ambas elecciones se junten y, a estas dos, el proceso de elección del próximo jefe o jefa de la Procuraduría General. “Me preocupa quiénes puedan llegar”, dijo otra persona consultada por este diario, quien tiene claro que la puja de poder por el “botín” de la Corte Constitucional ya inició pues no hubo tiempo de procesar la terna elegida por el Consejo de Estado cuando la renuncia de Bernal metió en la baraja nuevos jugadores.
De los ternados para reemplazar a Luis Guillermo Guerero, el único que tiene origen conservador es Jorge Enrique Ibáñez, un “peso pesado”, con amplía carrera como abogado litigante. Doctor en Derecho y postdoctor en derechos humanos y Derecho Penal Internacional de la Universidad Alfonso X El Sabio, es árbitro de la Cámara de Comercio, fue asesor de la Asamblea Constituyente y en 2003, durante el gobierno de Álvaro Uribe se le ofreció el viceministerio de Justicia, pero lo rechazó. Los corrillos revelaron después que varias afirmaciones suyas en clase sobre las investigaciones que marchaban contra el entonces ministro Fernando Londoño llegaron a sus oídos. Hoy se dice que tiene el apoyo de la universidad Sergio Arboleda, en donde da clases, al igual que de la Universidad Javeriana.
“No es una terna de uno como dicen. No creo que (Ibáñez) vaya a tener todos los votos como están diciendo”, comentó una fuente de la Corte, en donde la jurista Natalia Ángel Cabo tiene varios adeptos pues la conocen desde que fue judicante allí y magistrada auxiliar. Ángel Cabo, abogada de la Universidad de los Andes con maestría en derecho constitucional de Harvard es considerada la más progresista y liberal de la terna. De hecho, ya había sido ternada para la Corte Constitucional en 2017 junto a Isabel Cristina Jaramillo y Cristina Pardo Schlesinger para reemplazar en el cargo al condenado Jorge Pretelt, y obtuvo un significativo apoyo entonces.
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Marino Tadeo, fue el tercer elegido de la terna, en un proceso en el que los juristas Claudia Dangond y Miguel Polo recibieron importantes votaciones en el Consejo de Estado. Marino Henao fue director de la Escuela Superior de Administración Pública, ESAP, entre 1986 y 1991; ha sido profesor de derecho público, trabajó en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional-USAID como director del Centro Latinoamericano para la gestión Urbana; fue procurador y magistrado auxiliar del Consejo de Estado.