La sorpresiva llegada de Carlos Bernal a la CIDH
Renunció a la Corte Constitucional cinco años antes de terminar su período, un comité evaluador lo rajó y organizaciones de derechos humanos pedían que no fuera elegido, entre otras cosas, por oponerse al aborto como derecho. Sin embargo, 21 Estados de la OEA le dieron su voto y será el nuevo comisionado.
Considera que “la Biblia fundamenta el principio de separación de poderes” en el Estado y, como magistrado de la Corte Constitucional ―cargo al que renunció con tres años en ejercicio―, defendió a capa y espada que “no existe un derecho fundamental a abortar”. A pesar de sus posiciones, Carlos Bernal Pulido es ahora el nuevo miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Fue elegido contra todo pronóstico, pues el comité evaluador de candidatos lo rajó y no era el de mayor trayectoria en el tema, pero el candidato colombiano recibió el respaldo del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
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Considera que “la Biblia fundamenta el principio de separación de poderes” en el Estado y, como magistrado de la Corte Constitucional ―cargo al que renunció con tres años en ejercicio―, defendió a capa y espada que “no existe un derecho fundamental a abortar”. A pesar de sus posiciones, Carlos Bernal Pulido es ahora el nuevo miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Fue elegido contra todo pronóstico, pues el comité evaluador de candidatos lo rajó y no era el de mayor trayectoria en el tema, pero el candidato colombiano recibió el respaldo del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
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Bernal no presentó entrevista para el cargo, pues se quejó de que el cuestionario tenía preguntas “irrespetuosas”. Cuando lo contactaron para reprogramar el encuentro, no contestó. Una coalición de 64 defensores de derechos humanos del país le pidió a la OEA que no lo eligiera, “por el peligro que Carlos Bernal Pulido representa para los derechos humanos en general, y en especial para aquellas poblaciones históricamente vulnerables”, entre otras razones. Y, sin embargo, resultó elegido. Al parecer, tras una fuerte campaña de Colombia. “Se la metieron toda. El propio presidente Duque estaba muy interesado en que la candidatura saliera adelante”, dijo una fuente.
Alejandro Ordóñez embajador de la misión colombiana en la OEA, calificó la decisión del consejo permanente como un “éxito en la tarea de defender los derechos de todos, sin preferencias ideológicas”. Junto a Carlos Bernal, fueron elegidos Roberta Clarke, de Barbados, y fue reelegido para un nuevo período el comisionado Joel Hernández, de México. Clarke, quien llega de dirigir la oficina regional de ONU Mujeres en el sur de África, tiene un amplio recorrido por agencias de Naciones Unidas y ha asesorado a países del Caribe en derechos humanos. Hernández, por su parte, fue presidente de la CIDH en 2020 y tiene una larga carrera diplomática en la OEA, vinculado a temas de seguridad.
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La trayectoria de Carlos Bernal, en cambio, ha sido primordialmente académica, aunque también fue asesor jurídico de entidades del Estado, como el Ejército y la Fiscalía (en esta última tiene un contrato de asesoría por $240 millones que va hasta diciembre de este año). Su mayor acercamiento a la defensa de derechos humanos lo tuvo en su corto paso por la Corte Constitucional y allí, “emitió algunos votos que podrían ser contrarios a los derechos de ciertos grupos en situación de discriminación histórica”, según se lee en el informe final del Panel Independiente de Expertos y Expertas, que evaluó a los aspirantes a la CIDH.
“Al Panel le caben dudas sustanciales sobre la adecuación de algunos de los votos emitidos por el candidato Bernal a las fuentes y estándares del Sistema (interamericano)”, añade el documento, que se conoció en octubre pasado. En cambio, el mismo Panel elogió a las dos candidatas que se terminaron quemando: la chilena Antonia Urrejola, actual presidenta de la CIDH, y la estadounidense Alexandra Huneeus, profesora de la Universidad de Wisconsin y asesora internacional de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Una fuente que conoce el tejemaneje de estos procesos dijo que Chile no hizo campaña por su candidata y fue ahí que Colombia aprovechó.
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Las negociaciones de estos votos las hace la Cancillería que, al parecer, se lanzó a buscar apoyos en toda la OEA tan pronto se dieron cuenta del poco apoyo de su gobierno que tenía la chilena, a pesar de ser de las favoritas. “El colombiano se quemaba. Pero el presidente Duque no quería que pasara lo mismo de hace unos años con Everth Bustamante ―político uribista nominado por su Gobierno a la CIDH que se quemó―. Entonces Colombia, con mucha inteligencia, se la jugó por conseguir los votos de los Estados del Caribe: Colombia apoyó a la candidata de Barbados y, a cambio, los catorce países del Caribe apoyaban a Bernal”, dijo la fuente. Bernal recibió 21 votos, pero son secretos.
Las posturas de Bernal
La carta que 64 defensores de derechos humanos enviaron a la OEA critica, en concreto, seis puntos sobre el paso de Carlos Bernal por la Corte Constitucional, que consideran un mal precedente para alguien que aspirara a la CIDH. “Hizo más difícil el acceso a la justicia, hizo menos transparente el debate constitucional en sede de tutela, generó retrocesos y erosión de garantías en diversos frentes, incluidos el derecho a la educación de niños y niñas en zonas rurales, los derechos de las mujeres, de personas LGBT, de la población campesina; impulsó acciones basándose en sus creencias religiosas, y abandonó su cargo como magistrado”, dice la carta.
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Por ejemplo, Bernal inventó un “test de vulnerabilidad”, un criterio adicional para evaluar si procede o no una tutela. Esta construcción del exmagistrado ha sido vista como una forma de limitar la tutela, incluso por su colega de sala, la magistrada Diana Fajardo. También, cuando la Corte protegió los derechos de la comunidad que luchaba contra la minería en Santurbán, Bernal dijo que el alto tribunal se extralimitó. En una sentencia muy celebrada que les reconoció la pensión sobreviviente a los hermanos que sean menores de edad, Bernal se opuso. Pero es en los derechos de personas LGBT y de las mujeres en donde más se cuestionan sus posturas.
Al revisar la tutela de una mujer trans hostigada en la cárcel, Bernal se refirió a la víctima con su nombre masculino durante todo el proceso. Además, impidió que Colombia Diversa, una de las organizaciones más reconocidas en la defensa de esta población, interviniera en el caso. En la sonada tutela de la youtuber Kika Nieto contra este diario, por la crítica de Las Igualadas a sus comentarios sobre parejas homosexuales, él respaldó a Nieto. En otro caso, en el que la Corte protegió el derecho a la higiene menstrual de las mujeres habitantes de calle, Bernal salvó su voto. Según su visión, la higiene íntima de las mujeres no hace parte de sus derechos sexuales.
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Un claro frente de disidencia con la Corte Constitucional y hasta con la Corte Interamericana de Derechos Humanos es el aborto. En una de sus últimas salas plenas, Bernal defendió que la Corte debía declarar que la vida no comienza al nacer, sino desde la concepción. Su postura, desde luego, fue derrotada, pero quedó en un conocido salvamento de voto en el que escribió: “No existe un derecho fundamental a abortar, ni un derecho fundamental a la interrupción voluntaria del embarazo, ni a decidir con libertad acerca de la práctica del aborto”. En otro caso, dijo que en las interrupciones del embarazo también se debería tener en cuenta la opinión del padre.
Su fe, incluso, ha trascendido a su labor académica y en 2019, siendo magistrado, escribió un artículo titulado “Fundamentos bíblicos de la separación de poderes y la función catalizadora del juez”. En la publicación, que él ha defendido en varias ocasiones, Bernal sostiene que “la Biblia institucionaliza un sistema de separación de poderes entre diferentes autoridades” y esa debe ser la base “de un modelo de separación de poderes apropiado para el constitucionalismo democrático”. Cuando el panel que evaluaría a todos los candidatos a la CIDH intentó preguntarle por estos temas, el exmagistrado se rehusó a asistir a la entrevista. Fue el único candidato no entrevistado.
“Agradezco el voto de confianza de los Estados parte de la OEA y la nominación con la que me honró el Gobierno colombiano. Como comisionado de la CIDH trabajaré con empeño y total compromiso por la satisfacción de los DD. HH. en nuestra región”, escribió Bernal en Twitter tras la elección.
Organizaciones de derechos humanos habían cuestionado si su cercanía a la Fiscalía y al Ejército se cruzaría con su eventual labor como comisionado, que está por verse. Pero el exmagistrado tuvo el espaldarazo del Gobierno y eso más que bastó. La expectativa crece entre miembros del sistema interamericano por ver cómo serán sus cuatro años en Washington.