La turbia historia del poderoso clan Gnecco en el Cesar
La noticia más reciente sobre esta familia tiene que ver con el actual gobernador de ese departamento, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, a quien la Corte Suprema halló culpable de corrupción electoral. Entre los miembros de su familia hay un líder paramilitar, un exgobernador condenado por corrupción, un contrabandista en la frontera con Venezuela y nexos con las mafias locales.
David Escobar Moreno
En las próximas semanas se conocerá cuánto tiempo tendrá que estar en prisión el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, luego de que la Corte Suprema lo encontrara culpable en primera instancia del delito de corrupción al sufragante. Este proceso judicial del mandatario regional se suma a los que otros miembros de su familia han tenido que afrontar en el pasado y que, en algunos casos, terminaron en condenas. En el mundo político, Monsalvo Gnecco era considerado como el heredero de una reconocida familia, cuyo auge se dio hacia los años ochenta cuando llegaron al departamento a invertir en bombas de gasolina y tractomulas para el transporte de carbón.
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En las próximas semanas se conocerá cuánto tiempo tendrá que estar en prisión el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, luego de que la Corte Suprema lo encontrara culpable en primera instancia del delito de corrupción al sufragante. Este proceso judicial del mandatario regional se suma a los que otros miembros de su familia han tenido que afrontar en el pasado y que, en algunos casos, terminaron en condenas. En el mundo político, Monsalvo Gnecco era considerado como el heredero de una reconocida familia, cuyo auge se dio hacia los años ochenta cuando llegaron al departamento a invertir en bombas de gasolina y tractomulas para el transporte de carbón.
El primer miembro del clan que empezó a tener líos con la justicia fue Lucas Gnecco Cerchar, tío del actual gobernador. En 2000 fue condenado en dos oportunidades. La primera, a 42 meses de prisión por constreñimiento al elector y, la segunda, a 10 años por irregularidades en contratos durante su administración. Nueve años después, la Sala Penal de la Corte Suprema lo condenó a 24 años y nueve meses de cárcel por haber suscrito, entre 1998 y el 2000, 101 contratos de manera irregular que le costaron al departamento un detrimento de $9.680 millones.
El gobernador Monsalvo Gnecco es hijo de Cielo Gnecco Cerchar, la mayor de cinco hermanos. Según la Silla Vacía, es el verdadero poder del clan político desde el homicidio de su hermano Jorge Gnneco Cerchar, miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia. El 11 de agosto de 2001, fue asesinado a los 55 años en Sabanas de San Ángel (Magdalena) por hombres de los exjefes paramilitares Jorge 40, Carlos Castaño y Salvatore Mancuso. Su asesinato se perpetró, aparentemente, por disputas internas entre los paramilitares por el control de la droga en la Sierra Nevada de Santa Marta. Incluso, su nombre apareció en el libro del periodista Fabio Castillo, Los Jinetes de la Cocaína. (Los hombres que habrían intercedido por el “Ñeñe” Hernández)
Jorge Gnecco era reconocido como el líder del clan familiar y generaba influencia en la política del denominado “Gran Magdalena” (departamentos de Cesar, La Guajira y Magdalena). En los noventa fue diputado por el Cesar y permitió impulsar la carrera de su hermano Lucas, quien fue electo concejal del municipio de La Paz, luego representante a la Cámara y después dos veces gobernador de ese departamento. Estos dos hermanos también fueron claves en la creación de la Convivir Guaymaral con los hombres de Salvatore Mancuso y los Castaño. La conformación de este grupo se dio en medio de la incursión de las Farc y el Eln en esta región.
En el Cesar, desde finales de los años sesenta hasta los noventa, el poder lo detentaron los Araújo, los Castro, los García, los Murgas, los Cuello, los Baute o los Pupo (de esta última familia viene alias Jorge 40). La hegemonía la rompió Jorge y Lucas Gnecco y, desde entonces, el poder quedó en esta familia y sus fichas políticas. Otro dato clave es que el narcotraficante Marcos de Jesus Figueroa fungió como jefe de escoltas de Jorge Gnecco. Alias Marquitos Figueroa, apodado como el terror de La Guajira, también terminó haciéndole vueltas del bajo mundo al exgobernador de ese departamento, Francisco Kiko Gómez Cerchar.
El exmandatario departamental está preso en La Picota condenado a 52 años de prisión por el asesinato -perpetrado por los hombres de Marquitos- de la exalcaldesa del municipio de Barrancas, Yandra Brito. Kiko Gómez Cerchar es primo de Elvia Cerchar, madre de los Gnecco Cerchar y abuela del actual gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco. Elvia Cerchar, al igual que su esposo, Lucas de Jesús Gnecco Navas provienen de familias de migrantes origen italiano que llegaron a Colombia en el siglo XIX y de familias guajiras de mestizos españoles y tribus nativas Wayúu. (La trastienda electoral en clave vallenata: la lucha por el poder en la tierra de los Gnecco)
Sobre el patriarca de los Gnecco, es decir, el abuelo del actual gobernador del Cesar, también hay registros de sus andanzas en el tráfico de marihuana durante los años 70 y 80 en la costa Caribe y el contrabando en la frontera colombo venezolana. Lucas de Jesús Gnecco Navas es primo de Andrés Samper Gnecco, padre del expresidente de Colombia, Ernesto Samper. Otro de los hijos de Gnneco Navas que terminó enredado con la justicia fue José Pepe Gnecco Cerchar, firmante del llamado “Pacto de Ralito” con los paramilitares de Salvatore Mancuso, los hermanos Castaño y Jorge 40. En 2009, precluyó la investigación contra el exsenador por los presuntos nexos con las autodefensas.
Con el reciente pronunciamiento de la Corte sobre el gobernador Monsalvo Gnneco este clan sigue dando de qué hablar sobre sus oscuras relaciones políticas y de las que tuvieron en el crimen organizado de la costa Caribe. Por ahora, la Corte advirtió que el gobernador asistió a todas las audiencias dentro del proceso. Por ahora, añadió el alto tribunal, no es necesario ordenar su captura y, en consecuencia, Monsalvo Gnecco permanecerá en libertad, por lo menos hasta que se conozca la sentencia en su contra. Con esta decisión, el funcionario tendrá que dejar su cargo como gobernador y el Gobierno deberá convocar a unas elecciones atípicas para encontrar su reemplazo