La Universidad de La Sabana contra la adopción gay
En criterio de este centro educativo, no existe ningún derecho a adoptar y que “una pareja con personas de distinto sexo configura en líneas generales, el ambiente más propicio para el cuidado y desarrollo de un menor”.
Juan Sebastián Jiménez Herrera
“Lo mejor posible para los niños y las futuras generaciones es que solo puedan ser adoptados por parejas heterosexuales”. Esta es la conclusión a la que llega la Universidad de La Sabana en el concepto enviado a la Corte Constitucional, que actualmente estudia la posibilidad de que las parejas homosexuales adopten. La Sabana, al igual que la Iglesia y la Procuraduría, se han mostrado contrarias a la posibilidad de que estas parejas adopten y, a diferencia de lo que han dicho entidades como el ICBF y el Ministerio de Salud, ha señalado que es perjudicial que se le permita a las parejas del mismo sexo adoptar.
En su concepto de 39 páginas, la Sabana señala, con base en algunos estudios científicos realizados en su mayoría entre 1965 y 1995, que es perjudicial para los adoptados que una pareja homosexual los crie. Sostiene por ejemplo que en la población homosexual activa “hay una clara tendencia a una alta promiscuidad, y que sus uniones, sean de hecho, sean con legalización como unión civil o como matrimonio en los países donde se aceptó dicha figura, son mucho menos estables, fieles y duraderas que las heterosexuales”.
Y agrega que los hogares de parejas homosexuales “pueden ser seriamente riesgosos para la salud e integridad de los niños desamparados. Investigaciones empíricas y experiencias clínicas demuestran que los hogares con adultos que tienen relaciones sexuales de tipo homosexual introducen inherentemente factores más estresantes a los niños y niñas adoptados, porque estos adultos presentan más problemas sicológicos, como la ansiedad, la depresión ideas e intentos de suicidio, suicidio y desordenes de la conducta, y de HIV (…) En hogares en los que habita un adulto homosexual, los niños tienen más probabilidades de experimentar estrés y perjuicios asociados al abuso sexual por parte de un adulto homosexual”.
De la misma forma señala que los “menores adoptados por parejas homosexuales, tienen una mayor tendencia a desarrollar la misma orientación sexual”. Y citando un estudio de 1999 dice que “entre las causas de la homosexualidad se encuentran en un entorno familiar difícil o insatisfactorio en la primera y segunda infancia”. Resultados que difieren ostensiblemente con la posición de varias entidades como la Asociación Americana de Sicología que desde hace varios años ha dicho que la homosexualidad no es una enfermedad. De la misma forma, se distancia ampliamente de pronunciamientos como el del Colegio Colombiano de Sicólogos que ha dicho que no hay ningún riesgo para los menores criados por parejas homosexuales.
Estos estudios, dice La Sabana, “carecen de evidencia científica sólida, tienen crasos errores de metodología científica, y están contaminados con subjetividades a priori”. A renglón seguido, la universidad cita los testimonios de varios ‘exhomosexuales’ y adultos que fueron criados por homosexuales quienes se quejan de la promiscuidad de estos “¿Qué enseñanza de vida deja un padre que un día tiene una pareja y al otro día otra y que explicita su promiscuidad ante su hija?”, se pregunta La Sabana.
Y concluye que “existe al menos la duda razonable de que dichas parejas sean aptas para adoptar y que por el contrario se aconseja claramente no innovar en la tendencia transcultural y transhistórica de que sea un padre y una madre los que realicen el proceso de crianza y educación de un hijo (…) La mayor posibilidad de promiscuidad y de inestabilidad de las relaciones homosexuales y el mayor abuso de sustancias, según confirman muchas investigaciones con rigor científico, sobre el estilo de vida de parejas homosexuales, genera una grave incertidumbre respecto del interés superior y prioritario del menor”.
Finaliza diciendo que “con fundamento en los argumentos científicos existentes, los cuales no podrían ignorarse en el análisis y la exposición de motivos como antecedente, que el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, exige una adopción realizada por un hombre y una mujer. Sólo un padre y una madre pueden dar ‘máxima satisfacción’ al desarrollo de los derechos del niño en un medio familiar”. La Corte ya tiene en sus manos el concepto de la Universidad de La Sabana y el de otros centros educativos. La discusión tiene dividida a la Corte entre quienes aprueban y quienes rechazan la posibilidad de que las parejas homosexuales adopten. Todo apunta a que el 6 de febrero habrá un veredicto al respecto.
“Lo mejor posible para los niños y las futuras generaciones es que solo puedan ser adoptados por parejas heterosexuales”. Esta es la conclusión a la que llega la Universidad de La Sabana en el concepto enviado a la Corte Constitucional, que actualmente estudia la posibilidad de que las parejas homosexuales adopten. La Sabana, al igual que la Iglesia y la Procuraduría, se han mostrado contrarias a la posibilidad de que estas parejas adopten y, a diferencia de lo que han dicho entidades como el ICBF y el Ministerio de Salud, ha señalado que es perjudicial que se le permita a las parejas del mismo sexo adoptar.
En su concepto de 39 páginas, la Sabana señala, con base en algunos estudios científicos realizados en su mayoría entre 1965 y 1995, que es perjudicial para los adoptados que una pareja homosexual los crie. Sostiene por ejemplo que en la población homosexual activa “hay una clara tendencia a una alta promiscuidad, y que sus uniones, sean de hecho, sean con legalización como unión civil o como matrimonio en los países donde se aceptó dicha figura, son mucho menos estables, fieles y duraderas que las heterosexuales”.
Y agrega que los hogares de parejas homosexuales “pueden ser seriamente riesgosos para la salud e integridad de los niños desamparados. Investigaciones empíricas y experiencias clínicas demuestran que los hogares con adultos que tienen relaciones sexuales de tipo homosexual introducen inherentemente factores más estresantes a los niños y niñas adoptados, porque estos adultos presentan más problemas sicológicos, como la ansiedad, la depresión ideas e intentos de suicidio, suicidio y desordenes de la conducta, y de HIV (…) En hogares en los que habita un adulto homosexual, los niños tienen más probabilidades de experimentar estrés y perjuicios asociados al abuso sexual por parte de un adulto homosexual”.
De la misma forma señala que los “menores adoptados por parejas homosexuales, tienen una mayor tendencia a desarrollar la misma orientación sexual”. Y citando un estudio de 1999 dice que “entre las causas de la homosexualidad se encuentran en un entorno familiar difícil o insatisfactorio en la primera y segunda infancia”. Resultados que difieren ostensiblemente con la posición de varias entidades como la Asociación Americana de Sicología que desde hace varios años ha dicho que la homosexualidad no es una enfermedad. De la misma forma, se distancia ampliamente de pronunciamientos como el del Colegio Colombiano de Sicólogos que ha dicho que no hay ningún riesgo para los menores criados por parejas homosexuales.
Estos estudios, dice La Sabana, “carecen de evidencia científica sólida, tienen crasos errores de metodología científica, y están contaminados con subjetividades a priori”. A renglón seguido, la universidad cita los testimonios de varios ‘exhomosexuales’ y adultos que fueron criados por homosexuales quienes se quejan de la promiscuidad de estos “¿Qué enseñanza de vida deja un padre que un día tiene una pareja y al otro día otra y que explicita su promiscuidad ante su hija?”, se pregunta La Sabana.
Y concluye que “existe al menos la duda razonable de que dichas parejas sean aptas para adoptar y que por el contrario se aconseja claramente no innovar en la tendencia transcultural y transhistórica de que sea un padre y una madre los que realicen el proceso de crianza y educación de un hijo (…) La mayor posibilidad de promiscuidad y de inestabilidad de las relaciones homosexuales y el mayor abuso de sustancias, según confirman muchas investigaciones con rigor científico, sobre el estilo de vida de parejas homosexuales, genera una grave incertidumbre respecto del interés superior y prioritario del menor”.
Finaliza diciendo que “con fundamento en los argumentos científicos existentes, los cuales no podrían ignorarse en el análisis y la exposición de motivos como antecedente, que el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, exige una adopción realizada por un hombre y una mujer. Sólo un padre y una madre pueden dar ‘máxima satisfacción’ al desarrollo de los derechos del niño en un medio familiar”. La Corte ya tiene en sus manos el concepto de la Universidad de La Sabana y el de otros centros educativos. La discusión tiene dividida a la Corte entre quienes aprueban y quienes rechazan la posibilidad de que las parejas homosexuales adopten. Todo apunta a que el 6 de febrero habrá un veredicto al respecto.