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                                                                                                                                La vida al interior de la cárcel de Villavicencio, la primera con casos de COVID-19

                                                                                                                                A los guardias de este penal les ha tocado organizar hasta rifas para comprar implementos de bioseguridad, y los internos, crear tapabocas con botellas de gaseosa. Solo hay agua tres horas al día y el hacinamiento asciende al 98 %.

                                                                                                                                Felipe Morales Sierra / @elmoral_es

                                                                                                                                En este centro de reclusión van 25 contagios y tres muertes por COVID-19. / Archivo Particular
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Por iniciativa propia, los dragoneantes anunciaron que se van a acuartelar en el penal para no exponer a mayores riesgos a sus familias y porque, como ocurre con el personal de salud, algunos guardianes de esta cárcel han sido discriminados por sus vecinos. Asimismo, dispusieron otro espacio en la cárcel llamado La Quinta, donde antes estaban recluidos los servidores públicos, para albergar casos sospechosos a quienes no les han practicado las pruebas, pues la percepción que hay en la cárcel sobre la pandemia del coronavirus, en palabras de un interno, es que, “al paso que va esto, todos debemos estar contagiados, pero les están haciendo la prueba es a los que se van desmayando”.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El Inpec ha acudido a particulares para buscar donaciones y en las últimas semanas logró darles a todos los reclusos jabón y un tapabocas desechable. Entre la dotación que prometió Fiduprevisora hay, por ejemplo, 602 litros de jabón y la administración municipal también ha prometido artículos de higiene. Ante la escasez, dentro de la cárcel han recurrido a otros medios. Algunos reclusos arman caretas artesanales con botellas de gaseosa y una cabuya, para cubrirse nariz y boca; y, los que tienen los recursos, compran tapabocas en el mercado informal interno, donde el precio por unidad asciende a $10.000, cinco veces su valor en la calle.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                El desayuno se reparte hacia las 8:00 a.m., el almuerzo a las 11:00 a.m. y la cena máximo a las 4:00 p.m. A esas horas, los internos hacen una extensa fila en la que intentan mantener un metro de distancia hacia delante y hacia atrás por precaución, mientras algunos reclusos entregan la comida. La repartición suele ser responsabilidad de los internos que redimen su pena trabajando en la cocina, pero por estos días ninguno de los rancheros ―como los llaman― quiere entrar a los patios, así que, tras cocinar los alimentos, los acercan hasta las puertas de los pabellones en carritos, evitando ponerse en riesgo, pero alargando todo el proceso.

                                                                                                                                Los guardias poco entran a los patios, salvo para el conteo, un proceso en el que verifican que estén todos los reclusos que deberían, el cual se hace cuando abren las celdas en la mañana y cuando las cierran por la noche. Dragoneantes de este centro de reclusión le dijeron a este diario que no sienten que estén preparados para enfrentar esta pandemia y que, de hecho, el Inpec poco los ha dotado. Por ejemplo, aunque se ha recomendado que los funcionarios más expuestos a un contagio porten tapabocas N95, a los guardianes les entregaron máscaras quirúrgicas desechables y han tenido que hacer rifas y colectas para conseguir todo tipo de implementos de bioseguridad.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Fiduprevisora ya ha anunciado que dotará a los guardias y garantizará el acceso a servicios de salud de los internos. Mientras tanto, los contagios en el penal van aumentando y aunque, como le dijo un guardia a este diario, el Gobierno podría haber aprovechado la crisis de Villavicencio para hacer una “prueba piloto” de las medidas a adoptar cuando llegara el virus a otras cárceles, en el penal reina la zozobra. “Lo único que han hecho es montar acordonamientos de Ejército y Policía, porque solo les preocupa que nos volemos”, dijo un interno. Y “si uno protesta, recibe es garrote”, complementa otro. Así que, dice un tercer recluso: “Nos toca es esperar y ver cómo nos vamos muriendo uno a uno”.

                                                                                                                                En este centro de reclusión van 25 contagios y tres muertes por COVID-19. / Archivo Particular
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Por iniciativa propia, los dragoneantes anunciaron que se van a acuartelar en el penal para no exponer a mayores riesgos a sus familias y porque, como ocurre con el personal de salud, algunos guardianes de esta cárcel han sido discriminados por sus vecinos. Asimismo, dispusieron otro espacio en la cárcel llamado La Quinta, donde antes estaban recluidos los servidores públicos, para albergar casos sospechosos a quienes no les han practicado las pruebas, pues la percepción que hay en la cárcel sobre la pandemia del coronavirus, en palabras de un interno, es que, “al paso que va esto, todos debemos estar contagiados, pero les están haciendo la prueba es a los que se van desmayando”.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El Inpec ha acudido a particulares para buscar donaciones y en las últimas semanas logró darles a todos los reclusos jabón y un tapabocas desechable. Entre la dotación que prometió Fiduprevisora hay, por ejemplo, 602 litros de jabón y la administración municipal también ha prometido artículos de higiene. Ante la escasez, dentro de la cárcel han recurrido a otros medios. Algunos reclusos arman caretas artesanales con botellas de gaseosa y una cabuya, para cubrirse nariz y boca; y, los que tienen los recursos, compran tapabocas en el mercado informal interno, donde el precio por unidad asciende a $10.000, cinco veces su valor en la calle.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                El desayuno se reparte hacia las 8:00 a.m., el almuerzo a las 11:00 a.m. y la cena máximo a las 4:00 p.m. A esas horas, los internos hacen una extensa fila en la que intentan mantener un metro de distancia hacia delante y hacia atrás por precaución, mientras algunos reclusos entregan la comida. La repartición suele ser responsabilidad de los internos que redimen su pena trabajando en la cocina, pero por estos días ninguno de los rancheros ―como los llaman― quiere entrar a los patios, así que, tras cocinar los alimentos, los acercan hasta las puertas de los pabellones en carritos, evitando ponerse en riesgo, pero alargando todo el proceso.

                                                                                                                                Los guardias poco entran a los patios, salvo para el conteo, un proceso en el que verifican que estén todos los reclusos que deberían, el cual se hace cuando abren las celdas en la mañana y cuando las cierran por la noche. Dragoneantes de este centro de reclusión le dijeron a este diario que no sienten que estén preparados para enfrentar esta pandemia y que, de hecho, el Inpec poco los ha dotado. Por ejemplo, aunque se ha recomendado que los funcionarios más expuestos a un contagio porten tapabocas N95, a los guardianes les entregaron máscaras quirúrgicas desechables y han tenido que hacer rifas y colectas para conseguir todo tipo de implementos de bioseguridad.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por Felipe Morales Sierra / @elmoral_es

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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