La vida política de "Iván Márquez" no duró ni una legislatura
El Consejo de Estado ratificó la pérdida de investidura del exjefe guerrillero, quien había recibido una curul en el Congreso por cuenta del Acuerdo de Paz.
Redacción Judicial
De Iván Márquez, por estos días, no se saben muchas cosas: desde agosto de 2018 su paradero es desconocido y su respaldo al proceso de paz que él mismo auspició, incierto. Lo que sí es un hecho es que la vida pública y los cargos de elección popular ya no tienen cabida para él: la Sala Plena de Consejo de Estado confirmó su pérdida de investidura, decisión que había tomado la sala electoral (la Sala Quinta) de ese alto tribunal hace un mes.
Márquez, cuyo nombre de pila es Luciano Marín, nunca llegó a posesionarse como congresista, a pesar de que el Acuerdo de Paz firmado por las Farc y el gobierno Santos en 2016 le otorgó directamente un escaño a él y a nueve representantes más del partido FARC. Y, además, no dio una justificación válida para su ausencia ni renunció a su cargo. Por eso, dos veces, el Consejo de Estado decretó su muerte política.
En más de una ocasión, Márquez señaló públicamente que haber entregado las armas fue una equivocación. "En nombre de los comandantes militares del antiguo Estado Mayor Central de las Farc, comandantes de frentes y columnas, impactados por la traición del Estado al Acuerdo de Paz de La Habana, les reiteramos autocríticamente, que fue un grave error haber entregado las armas a un Estado tramposo”, dijo en mayo de este año.
Esa afirmación le costó una seria disputa con otro exjefe guerrillero, también líder hoy del partido FARC, quien como Márquez hizo parte del equipo negociador en La Habana: Timochenko. “No se trataba de sentarnos a lamentar con nostalgia los días de la guerra, sino de ponernos en movimiento general para dar a conocer a todos los colombianos y colombianas el sentido y los alcances del acuerdo”, le reprochó quien era el número uno de las Farc.
En ese momento, Timochenko agregó un reclamo sobre la ausencia de Márquez en el Congreso: “Desafortunadamente Iván no percibió la dimensión del puesto que nuestra larga lucha lo llevó a ocupar. Se fue, sin ningún tipo de explicación, y se negó a ocupar su curul en el senado, dejando acéfala nuestra representación parlamentaria en el momento que más requería su presencia".
::JEP ordena pruebas para verificar si Iván Márquez está incumpliendo el Acuerdo de Paz::
Por ultimo, Timochenko le reprochó “esa extraña y peligrosa relación con su sobrino Marlon Marín, relación que terminó por enredar a Santrich y enlodar nuestro trabajo político”. Marín es hoy el principal testigo de Estados Unidos contra Jesús Santrich, exjefe guerrillero que también hizo parte de las negociaciones con el gobierno Santos y cuya ubicación, desde el pasado 29 de junio, cuando abandonó su esquema de seguridad, es tan desconocida como la de Márquez.
El Consejo de Estado, por su parte, señaló que si bien Márquez manifestó un “desasosiego” por todo lo que estaba pasando tras la firma del Acuerdo de Paz –como los asesinatos de cientos de desmovilizados–, también tenía la posibilidad de “diseñar salidas concertadas con su partido para no sacrificar su obligación de promover la reintegración política colectiva”. Aun así, señaló el tribunal, Márquez no “atendió las obligaciones que le imponía la constitución ni observó lo pactado en el acuerdo (de Paz)”.
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De Iván Márquez, por estos días, no se saben muchas cosas: desde agosto de 2018 su paradero es desconocido y su respaldo al proceso de paz que él mismo auspició, incierto. Lo que sí es un hecho es que la vida pública y los cargos de elección popular ya no tienen cabida para él: la Sala Plena de Consejo de Estado confirmó su pérdida de investidura, decisión que había tomado la sala electoral (la Sala Quinta) de ese alto tribunal hace un mes.
Márquez, cuyo nombre de pila es Luciano Marín, nunca llegó a posesionarse como congresista, a pesar de que el Acuerdo de Paz firmado por las Farc y el gobierno Santos en 2016 le otorgó directamente un escaño a él y a nueve representantes más del partido FARC. Y, además, no dio una justificación válida para su ausencia ni renunció a su cargo. Por eso, dos veces, el Consejo de Estado decretó su muerte política.
En más de una ocasión, Márquez señaló públicamente que haber entregado las armas fue una equivocación. "En nombre de los comandantes militares del antiguo Estado Mayor Central de las Farc, comandantes de frentes y columnas, impactados por la traición del Estado al Acuerdo de Paz de La Habana, les reiteramos autocríticamente, que fue un grave error haber entregado las armas a un Estado tramposo”, dijo en mayo de este año.
Esa afirmación le costó una seria disputa con otro exjefe guerrillero, también líder hoy del partido FARC, quien como Márquez hizo parte del equipo negociador en La Habana: Timochenko. “No se trataba de sentarnos a lamentar con nostalgia los días de la guerra, sino de ponernos en movimiento general para dar a conocer a todos los colombianos y colombianas el sentido y los alcances del acuerdo”, le reprochó quien era el número uno de las Farc.
En ese momento, Timochenko agregó un reclamo sobre la ausencia de Márquez en el Congreso: “Desafortunadamente Iván no percibió la dimensión del puesto que nuestra larga lucha lo llevó a ocupar. Se fue, sin ningún tipo de explicación, y se negó a ocupar su curul en el senado, dejando acéfala nuestra representación parlamentaria en el momento que más requería su presencia".
::JEP ordena pruebas para verificar si Iván Márquez está incumpliendo el Acuerdo de Paz::
Por ultimo, Timochenko le reprochó “esa extraña y peligrosa relación con su sobrino Marlon Marín, relación que terminó por enredar a Santrich y enlodar nuestro trabajo político”. Marín es hoy el principal testigo de Estados Unidos contra Jesús Santrich, exjefe guerrillero que también hizo parte de las negociaciones con el gobierno Santos y cuya ubicación, desde el pasado 29 de junio, cuando abandonó su esquema de seguridad, es tan desconocida como la de Márquez.
El Consejo de Estado, por su parte, señaló que si bien Márquez manifestó un “desasosiego” por todo lo que estaba pasando tras la firma del Acuerdo de Paz –como los asesinatos de cientos de desmovilizados–, también tenía la posibilidad de “diseñar salidas concertadas con su partido para no sacrificar su obligación de promover la reintegración política colectiva”. Aun así, señaló el tribunal, Márquez no “atendió las obligaciones que le imponía la constitución ni observó lo pactado en el acuerdo (de Paz)”.
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