Las contradicciones de Enrique Pardo Hasche en el caso Uribe
La Sala de Instrucción de la Corte Suprema, que ordenó detener al expresidente Álvaro Uribe en un caso por fraude procesal y soborno, pidió investigar al testigo Enrique Pardo al encontrar inconsistencias en su testimonio. Esta es la historia.
Juan Guillermo Monsalve Pineda, exparamilitar condenado, ha repetido a la justicia que el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez tendría nexos con grupos paramilitares. Las gestiones de sus abogados, con intermediación de terceras personas, para conseguir que se retractara es el episodio central de la investigación que hoy tiene detenido preventivamente al exjefe de Estado por presunto fraude procesal y soborno por orden de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia. La decisión del alto tribunal ordena a la Fiscalía investigar a Enrique Pardo Hasche, compañero de prisión de Monsalve, por presunto falso testimonio.
Y la razón de ello es que encontró múltiples contradicciones en sus declaraciones, pues Enrique Pardo manifestó con insistencia que él solo quería ayudar a su amigo y compañero de cárcel, porque este se mostraba arrepentido y hasta lloraba por haber relacionado al expresidente con hechos ilegales. No obstante, luego de examinar las pruebas del expediente, la Sala de Instrucción encontró que Monsalve fue instado por varias vías a que hiciera esa supuesta retractación y que Pardo participó activamente y ayudó al abogado Diego Cadena en las gestiones.
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Sobre Pardo Hasche se sabía que él fue quien intervino para que Monsalve se animara a recibir a Cadena, en representación de Álvaro Uribe, el 22 de febrero de 2018. Reunión en la que se le pidió que firmara un documento que ya estaba listo, en el que se retractaba de sus dichos a la justicia y afirmaba, falsamente, que había implicado al expresidente porque había recibido promesas de beneficios de parte del senador Iván Cepeda. Monsalve se negó a hacerlo ese día y antes cuestionó la urgencia que tenía su interlocutor para que se firmara el documento. Pardo dijo que no estuvo en esa conversación, sino en una mesa aledaña hablando con su excuñada María Mercedes Williamson y el abogado Jaime Lombana.
La decisión de la Corte habla de cinco reuniones entre Pardo y Cadena, de las cuales al menos en tres estuvo Monsalve y en las que se le insistió al testigo de la necesidad de hacer la carta. En una ocasión, señaló Pardo a la Corte, les dijo que era “importante que llegaran a una conclusión, porque yo ya no quería seguir involucrado en esto”. Monsalve pidió prueba de que Cadena sí venía de parte de Uribe Vélez, grabó las conversaciones y dijo comprometerse a hacer la carta y, según Pardo, le ayudó a redactarla y a poner en ella lo que se había acordado.
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A la Corte Suprema sí llegó una misiva el lunes 2 de abril de 2018, que entregó Deyanira Gómez Sarmiento, esposa de Monsalve. En apenas un párrafo decía que había sido convencido a declarar contra los hermanos Álvaro y Santiago Uribe. Y luego de su firma puso una “nota aclaratoria”: “Esta carta la hago bajo preción (sic) del abogado Diego Cadena y Enrique Pardo jacher “Alias” “El Gringo” quienes fueron enviados por expresidente Álvaro Uribe Vélez”. La carta fue radicada con un memorial pidiendo seguridad para el testigo y anexando copia de los audios que este grabó a Pardo Hasche, “en los cuales le realiza ofrecimientos e indica cómo debe hacer la retractación de las declaraciones rendidas por él a favor de Álvaro Uribe”.
Para la Corte, Pardo incurrió en varias contradicciones. En la declaración jurada dijo que Monsalve le pidió que le ayudara a conseguir a una persona cercana a Uribe Vélez, pero en una carta manuscrita, que envió el 12 de abril de 2018, dijo que le “sugerí” el contacto. De hecho, el 31 de diciembre de 2017, Pardo contactó a su cuñado Ricardo Williamson porque “él conocía” a una persona allegada al expresidente. A los pocos días, dice la carta, su cuñado le informó que un abogado Cadena iba a ir a la cárcel. Lo que inició las gestiones de su parte.
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No obstante, en la declaración jurada Pardo dijo fue una casualidad que al momento que hizo esa llamada a Williamson, esa persona allegada estaba “casualmente” con él: Vicky Jaramillo. De otro lado, Pardo insistió en que no estuvo sentado con Monsalve y Cadena en la reunión del 22 de febrero, pero en su carta dijo que sí y narró de lo que habló. Pardo además estuvo en contacto con el abogado Cadena cuando este se iba a encontrar con Deyanira Gómez en Bogotá y se mostró preocupado porque ella decía que en la citada carta era producto de las exigencias de ambos a Monsalve. En una llamada interceptada el lunes 2 de abril de 2018, fecha en que se radicó la carta, Pardo le dice a Cadena: “Pero le ha debido decir si no es que nosotros no le estábamos exigiendo nada a él”.
Todo este interés, dice la Corte, “resulta extraño si se repara en que según el dicho de Pardo Hasche, no era un asunto suyo y ya no quería seguir involucrado”. La comunicación sigue entre ambos enfatizando en que tiene que quedar claro que había sido Monsalve quien los contactó. Para la Corte, realmente ambos se están esforzando en parecer que la gestión que están haciendo fue iniciativa del testigo. Y en otra llamada, más tarde ese día, Pardo le insiste en que quedó nervioso por la expresión “exigencia” y Cadena trató de tranquilizarlo diciendo que no había nada ilegal.
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Más de 13 llamadas llevaron a la Corte a preguntarse por qué Cadena y Pardo seguían con sus gestiones, asumiendo el riesgo de ser señalados como manipuladores de testigos, si realmente solo querían “ayudar” a Monsalve. La respuesta de la Corte es que no era ese su objetivo, sino conseguir la retractación. “La conclusión que arrojan las legales interceptaciones no es otra que el pleno conocimiento, conciencia y voluntad de Enrique Pardo Hasche y su interlocutor Diego Cadena de estar desplegando una conducta ilegal para lograr a cambio de ofrecimientos y presiones que Monsalve Pineda se retractara (…) y al advertir que no lo lograrían, enfilaron sus esfuerzos para edificar una estrategia que pudiera justificar su actuar.
Nota de la editora. Luego de esta publicación, la defensa del expresidente Álvaro Uribe aseguró que nunca conoció a Enrique Pardo Hasche. El Espectador tampoco dijo que se conocieran.
Juan Guillermo Monsalve Pineda, exparamilitar condenado, ha repetido a la justicia que el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez tendría nexos con grupos paramilitares. Las gestiones de sus abogados, con intermediación de terceras personas, para conseguir que se retractara es el episodio central de la investigación que hoy tiene detenido preventivamente al exjefe de Estado por presunto fraude procesal y soborno por orden de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia. La decisión del alto tribunal ordena a la Fiscalía investigar a Enrique Pardo Hasche, compañero de prisión de Monsalve, por presunto falso testimonio.
Y la razón de ello es que encontró múltiples contradicciones en sus declaraciones, pues Enrique Pardo manifestó con insistencia que él solo quería ayudar a su amigo y compañero de cárcel, porque este se mostraba arrepentido y hasta lloraba por haber relacionado al expresidente con hechos ilegales. No obstante, luego de examinar las pruebas del expediente, la Sala de Instrucción encontró que Monsalve fue instado por varias vías a que hiciera esa supuesta retractación y que Pardo participó activamente y ayudó al abogado Diego Cadena en las gestiones.
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Sobre Pardo Hasche se sabía que él fue quien intervino para que Monsalve se animara a recibir a Cadena, en representación de Álvaro Uribe, el 22 de febrero de 2018. Reunión en la que se le pidió que firmara un documento que ya estaba listo, en el que se retractaba de sus dichos a la justicia y afirmaba, falsamente, que había implicado al expresidente porque había recibido promesas de beneficios de parte del senador Iván Cepeda. Monsalve se negó a hacerlo ese día y antes cuestionó la urgencia que tenía su interlocutor para que se firmara el documento. Pardo dijo que no estuvo en esa conversación, sino en una mesa aledaña hablando con su excuñada María Mercedes Williamson y el abogado Jaime Lombana.
La decisión de la Corte habla de cinco reuniones entre Pardo y Cadena, de las cuales al menos en tres estuvo Monsalve y en las que se le insistió al testigo de la necesidad de hacer la carta. En una ocasión, señaló Pardo a la Corte, les dijo que era “importante que llegaran a una conclusión, porque yo ya no quería seguir involucrado en esto”. Monsalve pidió prueba de que Cadena sí venía de parte de Uribe Vélez, grabó las conversaciones y dijo comprometerse a hacer la carta y, según Pardo, le ayudó a redactarla y a poner en ella lo que se había acordado.
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A la Corte Suprema sí llegó una misiva el lunes 2 de abril de 2018, que entregó Deyanira Gómez Sarmiento, esposa de Monsalve. En apenas un párrafo decía que había sido convencido a declarar contra los hermanos Álvaro y Santiago Uribe. Y luego de su firma puso una “nota aclaratoria”: “Esta carta la hago bajo preción (sic) del abogado Diego Cadena y Enrique Pardo jacher “Alias” “El Gringo” quienes fueron enviados por expresidente Álvaro Uribe Vélez”. La carta fue radicada con un memorial pidiendo seguridad para el testigo y anexando copia de los audios que este grabó a Pardo Hasche, “en los cuales le realiza ofrecimientos e indica cómo debe hacer la retractación de las declaraciones rendidas por él a favor de Álvaro Uribe”.
Para la Corte, Pardo incurrió en varias contradicciones. En la declaración jurada dijo que Monsalve le pidió que le ayudara a conseguir a una persona cercana a Uribe Vélez, pero en una carta manuscrita, que envió el 12 de abril de 2018, dijo que le “sugerí” el contacto. De hecho, el 31 de diciembre de 2017, Pardo contactó a su cuñado Ricardo Williamson porque “él conocía” a una persona allegada al expresidente. A los pocos días, dice la carta, su cuñado le informó que un abogado Cadena iba a ir a la cárcel. Lo que inició las gestiones de su parte.
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No obstante, en la declaración jurada Pardo dijo fue una casualidad que al momento que hizo esa llamada a Williamson, esa persona allegada estaba “casualmente” con él: Vicky Jaramillo. De otro lado, Pardo insistió en que no estuvo sentado con Monsalve y Cadena en la reunión del 22 de febrero, pero en su carta dijo que sí y narró de lo que habló. Pardo además estuvo en contacto con el abogado Cadena cuando este se iba a encontrar con Deyanira Gómez en Bogotá y se mostró preocupado porque ella decía que en la citada carta era producto de las exigencias de ambos a Monsalve. En una llamada interceptada el lunes 2 de abril de 2018, fecha en que se radicó la carta, Pardo le dice a Cadena: “Pero le ha debido decir si no es que nosotros no le estábamos exigiendo nada a él”.
Todo este interés, dice la Corte, “resulta extraño si se repara en que según el dicho de Pardo Hasche, no era un asunto suyo y ya no quería seguir involucrado”. La comunicación sigue entre ambos enfatizando en que tiene que quedar claro que había sido Monsalve quien los contactó. Para la Corte, realmente ambos se están esforzando en parecer que la gestión que están haciendo fue iniciativa del testigo. Y en otra llamada, más tarde ese día, Pardo le insiste en que quedó nervioso por la expresión “exigencia” y Cadena trató de tranquilizarlo diciendo que no había nada ilegal.
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Más de 13 llamadas llevaron a la Corte a preguntarse por qué Cadena y Pardo seguían con sus gestiones, asumiendo el riesgo de ser señalados como manipuladores de testigos, si realmente solo querían “ayudar” a Monsalve. La respuesta de la Corte es que no era ese su objetivo, sino conseguir la retractación. “La conclusión que arrojan las legales interceptaciones no es otra que el pleno conocimiento, conciencia y voluntad de Enrique Pardo Hasche y su interlocutor Diego Cadena de estar desplegando una conducta ilegal para lograr a cambio de ofrecimientos y presiones que Monsalve Pineda se retractara (…) y al advertir que no lo lograrían, enfilaron sus esfuerzos para edificar una estrategia que pudiera justificar su actuar.
Nota de la editora. Luego de esta publicación, la defensa del expresidente Álvaro Uribe aseguró que nunca conoció a Enrique Pardo Hasche. El Espectador tampoco dijo que se conocieran.