Las dudas que sembró Armando Benedetti sobre financiación de la campaña presidencial
El exembajador en Venezuela despertó el fantasma del Proceso 8.000 por cuenta de unos audios y declaraciones que sembraron la duda sobre el dinero que entró a la campaña presidencial de Petro. Sin embargo, sobre el papel es poco lo que ha dicho el exfuncionario.
Las palabras del exembajador Armando Benedetti que han salido a la superficie resuenan en la opinión pública, que ahora mismo se pregunta si acaso la campaña del gobierno Petro recibió dineros de origen ilegal, como sucedió con la de Ernesto Samper en los años 90. La comparación, incluso, vino del propio Benedetti: “En el momento en que yo diga quién dio la plata aquí en la Costa (...) lee cómo empezó el hijueputa 8.000 y por qué empezó, ahí está la clave de lo que te va a pasar”, le dijo Benedetti a Laura Sarabia, la exjefa de gabinete de Petro, según unos audios divulgados por la revista Semana.
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Las palabras del exembajador Armando Benedetti que han salido a la superficie resuenan en la opinión pública, que ahora mismo se pregunta si acaso la campaña del gobierno Petro recibió dineros de origen ilegal, como sucedió con la de Ernesto Samper en los años 90. La comparación, incluso, vino del propio Benedetti: “En el momento en que yo diga quién dio la plata aquí en la Costa (...) lee cómo empezó el hijueputa 8.000 y por qué empezó, ahí está la clave de lo que te va a pasar”, le dijo Benedetti a Laura Sarabia, la exjefa de gabinete de Petro, según unos audios divulgados por la revista Semana.
En contexto: Las personas que Benedetti menciona en los audios, ¿quién es quién en el escándalo?
En los audios Benedetti se refiere al tema más de una vez y deja entrever que las consecuencias de romper su silencio serían muy graves. “Nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos”. “Una vez que dispare, hijueputa, nos ahogamos todos. Te lo juro”. Sus advertencias, sin embargo, no han dado en ningún blanco aún. No menciona nombres, no dice lugares, no da fechas. Este lunes, la misma revista Semana lo entrevistó y, al preguntarle quién puso la plata en la Costa, Benedetti contestó que no podía decirlo por una razón: “Porque tengo que aclarar qué fue lo que pasó”. “Tengo unos indicios (...). Me echaron unos cuentos”, añadió.
Tres días antes el exembajador le había dicho a Cambio que él tenía “toda la información de lo que pasó en campaña” y que podía decir, con certeza, que en ella no hubo “nada irregular”. Ante la falta de claridad y precisión que ha mostrado hasta ahora, el próximo 13 de junio será la verdadera prueba de fuego para lo que Benedetti tiene por decir. Ese día, el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo espera a las 9 de la mañana para que rinda testimonio y aporte información que podría servir como sustento para investigar si a la campaña Petro ingresaron recursos, o no reportados, o de origen ilegal. A las 2 de la tarde de ese día hará lo mismo Laura Sarabia, quien antes de trabajar con Petro lo hizo con Benedetti.
Pero, ¿qué fue exactamente lo que dijo Benedetti?
Para arrancar a entender este episodio del escándalo hay que hacer un pequeño recuento de cómo llegamos hasta aquí. La semana pasada la niñera que trabajaba para Laura Sarabia, exjefa de gabinete, denunció que la habían presionado e intimidado después del hurto de un dinero del apartamento de su jefe en enero de este año. En medio de esa tormenta política, que tenía tintes de abuso de poder y extralimitaciones de uniformados de seguridad de la Casa de Nariño, el panorama se tornó gris cuando el fiscal Francisco Barbosa anunció que la niñera y otra empleada de Sarabia habían sido interceptadas ilegalmente en una investigación en contra del Clan del Golfo en Chocó.
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La revelación convirtió un escándalo político en uno judicial, por el que serán llamados a interrogatorio la propia Sarabia y Benedetti, entre otros funcionarios, como agentes de la Policía, y en el que habría delitos como el de falsedad en documento público, escuchas ilegales, fraude procesal y hasta prevaricato. Todo lo que sucedió en el episodio de las interceptaciones ilegales es materia de indagación penal en la Fiscalía y, por ahora, no han dado mayor avance, contrario a lo que ha sucedido con el enfoque político de este escándalo. La revista Semana publicó una serie de mensajes entre Sarabia y Benedetti, antes de la salida de ambos del círculo cercano de Petro.
Benedetti no sabe quién puso la plata de la campaña en la Costa
La decisión de apartarlos de su gabinete la tomó el propio presidente el pasado 2 de junio, en medio de un terremoto político por la confirmación de que las exempleadas de Sarabia fueron “chuzadas” y el papel que habría cumplido el exembajador en Venezuela en esa historia de poder y, al parecer, exceso de poder. Los mensajes entre ambos exfuncionarios tienen detalles de lo que sucedió antes de su salida, de la manera en que Benedetti hablaba con la exjefa de gabinete (para muchos un caso de maltrato), pero sobre todo que, en lo que ha dicho el exdiplomático, es más bien poco lo que conoce sobre irregularidades en el Gobierno y en la financiación de la campaña presidencial de Petro.
Sin embargo, la duda la sembró él mismo. En uno de los audios de sus conversaciones con Sarabia, Benedetti dijo que él había ayudado a conseguir $15.000 millones en la Costa Caribe, que sabía “la verdad” sobre la campaña y que, si decía lo que sabía, todos se iban presos. Hasta ahí llegaron sus declaraciones. No dio detalles ni de dónde salió ese dinero, si era o no lícito, cuál era esa verdad de la que hablaba y por qué podían terminar en la cárcel. Las precisiones tampoco las hizo en una entrevista que posteriormente le dio a Semana, en la que quedó claro que no sabe quién puso la plata de la campaña en la Costa.
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Los $15.000 millones: más dudas que certezas
La cifra que soltó Benedetti en uno de los groseros mensajes que se cruzó con Laura Sarabia fue la oportunidad para recordar el Proceso 8.000. Él dijo: “En el momento en que yo diga quién dio la plata aquí en la Costa, yo sé que es esa mondá, tú no sabes un culo de historia, lee cómo empezó el hijueputa 8.000, y por qué empezó. Ahí está la clave de todo lo que te va a pasar. Y si tú crees que es un chantaje, a una forma hijueputa de ustedes, no es un chantaje todavía, vamos a ver qué tal que uno diga quién fue el que puso la plata aquí en la Costa”. Sin embargo, en una entrevista posterior a la divulgación de los audios, Benedetti moderó su respuesta.
Aclaró que no consiguió los $15.000 millones, que nunca recogió ningún dinero para la campaña y que ni siquiera habló con las personas que entregaron esa plata. Es más, explicó que esa cifra la sacó porque una persona se la dijo. “Nunca en la vida he recibido plata de una campaña (…). Pero no hablé con las personas que dieron la plata. Yo sé que daban plata para la campaña y eso, pero nunca en la vida gestioné plata. Yo en esa vaina no me meto ni por el hijueputa, ni por el hijueputa”, expresó el exembajador en la entrevista en la que, ante una pregunta del medio de comunicación sobre si sabía si los financiadores eran narcotraficantes, Benedetti contestó que no sabía.
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Ante estas declaraciones el propio presidente reaccionó a través de su cuenta de Twitter. Aclaró que esos “chantajes sobre cargos públicos o contratos, ni se han recibido en la campaña dineros de personas ligadas al narco, ni mucho menos se han manejado cifras como $15.000 millones por fuera de nuestra contabilidad”. Gustavo Petro le pidió a Benedetti que dé las explicaciones del caso a las autoridades, y el Consejo Nacional Electoral ya lo citó formalmente para que haga lo propio ante esa entidad (también pidió la versión de Laura Sarabia). La declaración de Benedetti dio también para que los asesores de la campaña dieran un parte de tranquilidad sobre el manejo del dinero. Pero la duda quedó sembrada.
¿Y qué tiene que ver esto con el Proceso 8.000?
Las declaraciones de Benedetti dieron para todo, incluso para revivir el fantasma del Proceso 8.000, el escándalo político y judicial que arrancó en 1994 y que el presidente Ernesto Samper cargó como un piano durante todo su gobierno. El 21 de junio de ese año, el candidato presidencial Andrés Pastrana divulgó los llamados narcocasetes. Se trataba de varias grabaciones en las que el periodista Alberto Giraldo conversaba con los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela -capos del cartel de Cali-, y de tales conversaciones quedaban dudas sobre la penetración de la campaña del candidato ganador. Dudas similares, para muchos, como las planteadas ahora por Benedetti.
En su momento, las autoridades hicieron lo suyo y, una a una, fueron dando los resultados de sus pesquisas. La primera y más contundente fue la Fiscalía. El entonces fiscal Alfonso Valdivieso anunció el inicio de más de 20 investigaciones en contra de senadores, representantes a la Cámara, funcionarios y hasta periodistas por presuntos nexos con el cartel de Cali. La más importante fue la investigación preliminar que anunció contra el tesorero de la campaña Samper Presidente, Santiago Medina Serna. De esta manera, el 8.000 tocó también las puertas del Gobierno. En adelante, el pan de cada día en los medios fueron las revelaciones del escándalo judicial.
Medina fue capturado un año después de las revelaciones de los narcocasetes, y así empezó su negociación con la justicia. A cambio de su versión, la Fiscalía le ofreció toda clase de beneficios que no dudó en recibir. Él confesó que en la campaña existió una doble contabilidad para desviar dineros no reportados al Consejo Nacional Electoral, violando los topes de gastos; y luego hizo un recuento pormenorizado de la penetración de la mafia en la empresa electoral, asegurando que el plan comenzó a concretarse en Madrid, España, en 1993, en el denominado Pacto de Recoletos. Después cayeron más hombres de confianza del Gobierno.
Primero el ministro de Defensa, Fernando Botero Zea, quien había sido el director de la campaña presidencial, y después Juan Manuel Avella, exdirector administrativo de la campaña. La confesión de Medina dejó clara la penetración de la mafia en la política, pero la justicia nunca llegó hasta los máximos responsables. En todo caso, por ahora los audios y las declaraciones de Benedetti no parecieran tener el valor que, en su momento, tuvieron los narcocasetes que con nombre propio fueron tumbando a los alfiles del gobierno Samper. Por eso la prueba de fuego para el Gobierno estará en lo que el exembajador pueda contar la próxima semana ante el Consejo Nacional Electoral.
En esa misma entidad ya hay procesos sobre el financiamiento de la campaña, incluyendo uno que se abrió luego de que Day Vásquez, exesposa de Nicolás Petro (hijo del presidente), contara cómo él habría llevado dinero de cuestionables personajes a las cuentas de su papá. Además, Benedetti no solo tendrá que dar sus explicaciones ante el CNE, sino que ahora le toca también ante la Fiscalía, pues el exministro Alfonso Prada lo denunció por falsas imputaciones. Al igual que hace 30 años, serán las autoridades las encargadas de esclarecer lo sucedido en este nuevo capítulo de crisis que enfrenta el gobierno Petro, apenas en 10 meses de haber arrancado.
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