Las Farc y una tregua casi exitosa
Informes de la Defensoría del Pueblo, el Cerac y la Fundación Paz y Reconciliación dan cuenta de una reducción de la violencia entre el 15 de diciembre y ayer.
Juan Sebastián Jiménez Herrera
Las Farc no cumplieron con la tregua navideña anunciada el pasado 15 de diciembre y finalizada ayer. Aunque, de acuerdo con tres informes revelados ayer, parece que estuvieron muy cerca de hacerlo. Estos tres documentos destacan que durante ese mes se redujeron los ataques contra uniformados y miembros de la sociedad civil y que la violencia generada durante ese período fue, al parecer, por cuenta de frentes disidentes.
En uno de estos documentos, realizado por la Fundación Paz y Reconciliación, que dirige el analista León Valencia, se asegura que las Farc cumplieron en 95% con la tregua anunciada. De acuerdo con la entidad, durante este mes las Farc realizaron 20 acciones armadas contra uniformados y civiles. Sin embargo, se dice que “apenas cuatro de ellas” fueron violaciones a la tregua. Se trata de tres ataques perpetrados en los municipios antioqueños de Anorí, San Andrés de Cuerquía y Briceño, así como el derribamiento de una torre de energía en Convención (Norte de Santander).
En un segundo informe, realizado por el Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac), entidad creada en 2005 por académicos vinculados a universidades colombianas, británicas, suizas y estadounidenses, se sostiene que durante este mes las Farc realizaron 12 acciones unilaterales, 26 menos que entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre pasados, es decir, una reducción del 65%. “Similar nivel de cumplimiento al de la tregua llevada a cabo entre el 20 de diciembre de 2012 y el 20 de enero de 2013” (ver infografía).
Por su parte, la Defensoría del Pueblo informó que durante el mes de tregua “se registró una sustancial disminución de las acciones armadas de esta guerrilla contra la Fuerza Pública”. De acuerdo con el organismo, en este mes las Farc perpetraron tres acciones armadas en contra de la Fuerza Pública y cuatro en contra de la sociedad civil. Estas acciones ocasionaron “tres desplazamientos forzados —en Carurú (Vaupés), Anorí (Antioquia) y Riosucio (Chocó)— y una amenaza contra una concejal del municipio de Puerto Rico (Caquetá)”. No obstante, la entidad resaltó “que en departamentos de fuerte presencia de las Farc, como Putumayo, Cauca, Nariño, Valle del Cauca, Chocó, Huila, Arauca y Meta, no se registraron atentados, acciones armadas ni hostilidades que afectaran la estructura vial, energética, eléctrica o de comunicaciones”.
¿Disidencias?
En su informe, la Fundación Paz y Reconciliación es vehemente al señalar a frentes que, al parecer, no apoyan los diálogos que adelantan las Farc y el Gobierno en La Habana como presuntos responsables de estas violaciones a la tregua. Al respecto expresa su preocupación por “el comportamiento de cuatro estructuras de las Farc; el frente 18 y el frente 36, que operan en Antioquia; el frente 57, en el Chocó, y el frente 16, en el Vichada. Estas estructuras no han seguido del todo las órdenes de las Farc, y para el caso del frente 36 ha violado las dos treguas”, refiriéndose a la reciente tregua y a la realizada entre el 20 de diciembre de 2012 y el 20 de enero de 2013.
Algo similar arguye el Cerac, entidad para la cual esta tregua constituye “un hecho de paz”, pero, a la vez, “muestra las limitaciones de la comandancia de las Farc para controlar el comportamiento de todos sus frentes y columnas, y para que estos se plieguen a las decisiones del Secretariado de esa organización”.
De acuerdo con el Cerac, las 12 acciones unilaterales registradas en su informe “pueden verse como demostración del nivel de desintegración al interior de las Farc, que si bien es menor al que en un momento se esperaba y ha sido señalado por otros analistas, sí evidencia la desobediencia de ciertos miembros de dicha organización y la distancia que existe entre la guerrilla que aún está en campo y las decisiones del equipo negociador que los está representando en Cuba”.
Agrega que, “más que divisiones, este comportamiento puede dar muestra de disidencias al interior de las Farc en torno al proceso de diálogo; específicamente, en cuanto a la existencia de frentes y columnas para los que el proceso de desmovilización representaría la pérdida de control de rentas derivadas del narcotráfico y la explotación de minerales”.
No obstante, en su criterio, no hay evidencias de “una división de carácter estratégico frente al proceso de diálogo, que ponga en peligro la cohesión del grupo negociador en la mesa ni la sostenibilidad de los acuerdos alcanzados. Si hay disidencias, son marginales”.
La respuesta de las Farc
A diferencia de lo que aseguran dos de los informes citados, las Farc culpan de las acciones armadas registradas durante este mes a los ataques de las Fuerzas Militares y no a su aparente incapacidad para controlar algunos frentes disidentes.
Al anunciar el fin de la tregua, el comandante guerrillero y miembro de la comisión negociadora de las Farc, Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo, sostuvo que “podemos aseverar que los escasos hechos de guerra en los que se vieron involucradas unidades nuestras durante un mes del cese al fuego correspondieron a acciones de legítima defensa producidas ante la persecución y asedio delirantes que tropas y unidades policiales practicaron sin tregua”.
No obstante, cabe indicar que el Gobierno nunca se ha comprometido con un cese al fuego y que, pese a encontrarse negociando con las Farc, esto no significa que las Fuerzas Militares vayan a bajar la guardia. El primer mandatario ha dicho que si las Farc quieren humanizar el conflicto, deben acelerar en el camino a una salida negociada del mismo.
“Tenemos que seguir la ofensiva, no darles un minuto de descanso, no darles un minuto de tregua para que no tengan la capacidad de cometer actos como los que acabamos infortunadamente de ver esta mañana”, dijo el pasado 7 de diciembre durante un consejo de seguridad realizado tras un atentado de las Farc en Inzá (Cauca) donde murieron nueve personas y 40 quedaron heridas.
“Si las Farc creen que con actos como este nos van a llevar a un cese al fuego, se equivocan, se equivocan de cabo a rabo. (...) No podemos bajar la guardia ni un solo minuto y reitero: la ofensiva militar se mantiene hasta el momento en que lleguemos a un acuerdo. Ahí pensaremos en dar el paso al cese al fuego”.
Tras esta tregua casi exitosa, el Gobierno y las Farc se preparan para una nueva ronda de diálogos en la que el tema de las drogas va a ser protagonista. Las Farc ya han dicho que no van a prorrogar la tregua. Queda entonces que, como lo ha pedido el mismo Gobierno, se avance en los acuerdos para que Colombia no tenga que conformarse con treguas sino con una paz duradera.
jjimenez@elespectador.com
@juansjimenezh
Las Farc no cumplieron con la tregua navideña anunciada el pasado 15 de diciembre y finalizada ayer. Aunque, de acuerdo con tres informes revelados ayer, parece que estuvieron muy cerca de hacerlo. Estos tres documentos destacan que durante ese mes se redujeron los ataques contra uniformados y miembros de la sociedad civil y que la violencia generada durante ese período fue, al parecer, por cuenta de frentes disidentes.
En uno de estos documentos, realizado por la Fundación Paz y Reconciliación, que dirige el analista León Valencia, se asegura que las Farc cumplieron en 95% con la tregua anunciada. De acuerdo con la entidad, durante este mes las Farc realizaron 20 acciones armadas contra uniformados y civiles. Sin embargo, se dice que “apenas cuatro de ellas” fueron violaciones a la tregua. Se trata de tres ataques perpetrados en los municipios antioqueños de Anorí, San Andrés de Cuerquía y Briceño, así como el derribamiento de una torre de energía en Convención (Norte de Santander).
En un segundo informe, realizado por el Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac), entidad creada en 2005 por académicos vinculados a universidades colombianas, británicas, suizas y estadounidenses, se sostiene que durante este mes las Farc realizaron 12 acciones unilaterales, 26 menos que entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre pasados, es decir, una reducción del 65%. “Similar nivel de cumplimiento al de la tregua llevada a cabo entre el 20 de diciembre de 2012 y el 20 de enero de 2013” (ver infografía).
Por su parte, la Defensoría del Pueblo informó que durante el mes de tregua “se registró una sustancial disminución de las acciones armadas de esta guerrilla contra la Fuerza Pública”. De acuerdo con el organismo, en este mes las Farc perpetraron tres acciones armadas en contra de la Fuerza Pública y cuatro en contra de la sociedad civil. Estas acciones ocasionaron “tres desplazamientos forzados —en Carurú (Vaupés), Anorí (Antioquia) y Riosucio (Chocó)— y una amenaza contra una concejal del municipio de Puerto Rico (Caquetá)”. No obstante, la entidad resaltó “que en departamentos de fuerte presencia de las Farc, como Putumayo, Cauca, Nariño, Valle del Cauca, Chocó, Huila, Arauca y Meta, no se registraron atentados, acciones armadas ni hostilidades que afectaran la estructura vial, energética, eléctrica o de comunicaciones”.
¿Disidencias?
En su informe, la Fundación Paz y Reconciliación es vehemente al señalar a frentes que, al parecer, no apoyan los diálogos que adelantan las Farc y el Gobierno en La Habana como presuntos responsables de estas violaciones a la tregua. Al respecto expresa su preocupación por “el comportamiento de cuatro estructuras de las Farc; el frente 18 y el frente 36, que operan en Antioquia; el frente 57, en el Chocó, y el frente 16, en el Vichada. Estas estructuras no han seguido del todo las órdenes de las Farc, y para el caso del frente 36 ha violado las dos treguas”, refiriéndose a la reciente tregua y a la realizada entre el 20 de diciembre de 2012 y el 20 de enero de 2013.
Algo similar arguye el Cerac, entidad para la cual esta tregua constituye “un hecho de paz”, pero, a la vez, “muestra las limitaciones de la comandancia de las Farc para controlar el comportamiento de todos sus frentes y columnas, y para que estos se plieguen a las decisiones del Secretariado de esa organización”.
De acuerdo con el Cerac, las 12 acciones unilaterales registradas en su informe “pueden verse como demostración del nivel de desintegración al interior de las Farc, que si bien es menor al que en un momento se esperaba y ha sido señalado por otros analistas, sí evidencia la desobediencia de ciertos miembros de dicha organización y la distancia que existe entre la guerrilla que aún está en campo y las decisiones del equipo negociador que los está representando en Cuba”.
Agrega que, “más que divisiones, este comportamiento puede dar muestra de disidencias al interior de las Farc en torno al proceso de diálogo; específicamente, en cuanto a la existencia de frentes y columnas para los que el proceso de desmovilización representaría la pérdida de control de rentas derivadas del narcotráfico y la explotación de minerales”.
No obstante, en su criterio, no hay evidencias de “una división de carácter estratégico frente al proceso de diálogo, que ponga en peligro la cohesión del grupo negociador en la mesa ni la sostenibilidad de los acuerdos alcanzados. Si hay disidencias, son marginales”.
La respuesta de las Farc
A diferencia de lo que aseguran dos de los informes citados, las Farc culpan de las acciones armadas registradas durante este mes a los ataques de las Fuerzas Militares y no a su aparente incapacidad para controlar algunos frentes disidentes.
Al anunciar el fin de la tregua, el comandante guerrillero y miembro de la comisión negociadora de las Farc, Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo, sostuvo que “podemos aseverar que los escasos hechos de guerra en los que se vieron involucradas unidades nuestras durante un mes del cese al fuego correspondieron a acciones de legítima defensa producidas ante la persecución y asedio delirantes que tropas y unidades policiales practicaron sin tregua”.
No obstante, cabe indicar que el Gobierno nunca se ha comprometido con un cese al fuego y que, pese a encontrarse negociando con las Farc, esto no significa que las Fuerzas Militares vayan a bajar la guardia. El primer mandatario ha dicho que si las Farc quieren humanizar el conflicto, deben acelerar en el camino a una salida negociada del mismo.
“Tenemos que seguir la ofensiva, no darles un minuto de descanso, no darles un minuto de tregua para que no tengan la capacidad de cometer actos como los que acabamos infortunadamente de ver esta mañana”, dijo el pasado 7 de diciembre durante un consejo de seguridad realizado tras un atentado de las Farc en Inzá (Cauca) donde murieron nueve personas y 40 quedaron heridas.
“Si las Farc creen que con actos como este nos van a llevar a un cese al fuego, se equivocan, se equivocan de cabo a rabo. (...) No podemos bajar la guardia ni un solo minuto y reitero: la ofensiva militar se mantiene hasta el momento en que lleguemos a un acuerdo. Ahí pensaremos en dar el paso al cese al fuego”.
Tras esta tregua casi exitosa, el Gobierno y las Farc se preparan para una nueva ronda de diálogos en la que el tema de las drogas va a ser protagonista. Las Farc ya han dicho que no van a prorrogar la tregua. Queda entonces que, como lo ha pedido el mismo Gobierno, se avance en los acuerdos para que Colombia no tenga que conformarse con treguas sino con una paz duradera.
jjimenez@elespectador.com
@juansjimenezh