Las pistas sobre quién está detrás de los asesinatos a funcionarios del INPEC
Tras el asesinato del director de la cárcel La Modelo, las autoridades indagan quién pudo estar detrás del hecho perpetrado el pasado jueves en el Barrios Unidos de Bogotá. Panfletos y recientes asesinatos contra funcionarios del INPEC apuntan a una organización criminal que opera en el Valle del Cauca.
David Escobar Moreno
Minutos después de que un sicario asesinara al director de la cárcel La Modelo de Bogotá el pasado jueves 16 de mayo, la Policía activó un plan candado para dar con su captura. “Ya se tiene un perímetro establecido y esperamos en los próximos días tener un resultado positivo”, señaló una alta fuente policial que hace parte de la búsqueda de los asesinos del coronel (r) Élmer Fernández Velasco, un crimen que tiene con las alarmas prendidas a las autoridades que buscan entender hasta dónde se extienden los tentáculos de las mafias en la capital del país. Además de este operativo, las autoridades indagan quiénes dieron la orden y dicen tener dos serios indicios: panfletos amenazantes y cuatro recientes crímenes contra guardias del Inpec.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
Minutos después de que un sicario asesinara al director de la cárcel La Modelo de Bogotá el pasado jueves 16 de mayo, la Policía activó un plan candado para dar con su captura. “Ya se tiene un perímetro establecido y esperamos en los próximos días tener un resultado positivo”, señaló una alta fuente policial que hace parte de la búsqueda de los asesinos del coronel (r) Élmer Fernández Velasco, un crimen que tiene con las alarmas prendidas a las autoridades que buscan entender hasta dónde se extienden los tentáculos de las mafias en la capital del país. Además de este operativo, las autoridades indagan quiénes dieron la orden y dicen tener dos serios indicios: panfletos amenazantes y cuatro recientes crímenes contra guardias del Inpec.
Lea: La Modelo: una cárcel con historia de hacinamiento, violencia y corrupción interna
Luego de que se conoció el asesinato del director, quien era coronel retirado de la Policía, pronto trascendieron las amenazas de muerte que había en su contra y que constituyen una de las principales pistas para las autoridades. El pasado 9 de mayo, luego de una brigada de inspección a las celdas de La Modelo, el director recibió panfletos en los que se le advirtió que, si seguía con las requisas, le matarían a la familia. La misiva venía suscrita por un hombre conocido en el patio número cuatro de esa prisión como “Pedro Pluma”, un hombre que, según su historial, ha entrado 16 veces a la cárcel, y en su pasado judicial figuran delitos como hurto, fuga de presos y fabricación de armas de fuego.
Le podría interesar: Nancy del Socorro Pérez será la nueva directora encargada de la cárcel La Modelo
Sin embargo, ninguna autoridad ha dicho oficialmente que esta persona fue quien ordenó asesinar al director Élmer Fernández, a pocos metros de la Escuela Militar en la Calle 80. Lo que sí está claro es que en los patios cuatro y cinco estaría enquistado un grupo de reclusos que tienen declarada una disputa interna con la guardia del Inpec. En la mañana del pasado viernes 17 de mayo, con menos de 24 horas de haberse cometido el crimen, se reportaron en estos dos patios disturbios entre la población carcelaria y los guardias del penal. Al cierre de esta edición, el Inpec preparaba un procedimiento para trasladar a Pedro Pluma y a otros 15 reclusos a centros de reclusión por establecer.
Las mil caras de la mafia
El asesinato de cuatro guardias de la entidad entre febrero y abril de este año también pusieron bajo la lupa a una organización criminal autodenominada como Muerte A Guardias Opresores (MAGO). De acuerdo con las autoridades, esta sería apenas una fachada de un temido grupo ilegal que opera en el Valle del Cauca, principalmente. Se trata de La Inmaculada, la banda delincuencial que durante los últimos 15 años, aproximadamente, sumió en el terror al municipio de Tuluá apunta de extorsiones, sicariato y otras acciones criminales relacionadas con el narcotráfico. Por ejemplo, el 19 de abril pasado, un sicario de esta banda asesinó al concejal tulueño Carlos Arturo Londoño.
Esta organización fachada, MAGO, se ha dado a conocer con las autoridades del Inpec porque también envía panfletos amenazantes contra los altos funcionarios de esta entidad. Por ejemplo, el 10 de mayo pasado, el grupo criminal difundió un mensaje en el que anunciaba un plan pistola contra los guardias, por cuenta de los traslados y requisas que se están desarrollando en varios centros de reclusión a nivel nacional. A las pocas horas del asesinato del director Fernández, MAGO emitió otro comunicado en el que advertía que no tenía nada que ver con el crimen y que se encontraba “en diálogos con organismos para evitar atentar contra otros funcionarios públicos”.
Sin embargo, en la noche del pasado jueves, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, señaló que el excomisionado para la Paz, Danilo Rueda, tuvo en el pasado acercamientos con La Inmaculada para que se sometieran a las autoridades. “Luego, el actual comisionado, Otty Patiño, encontró que no había voluntad para someterse”, aclaró Osuna, quien remarcó que desde entonces no se ha tenido ninguna comunicación con el grupo criminal, el cual es liderado por alias Pipe Tuluá. Este criminal, que fue trasladado la semana pasada desde la cárcel de Picaleña en Ibagúe (Tolima) a La Picota de Bogotá, también es conocido por amenazar a los guardias y hoy se indaga sobre su participación en el crimen de Fernández.
Esta no es la primera vez que hombres de Pipe Tuluá cambia de nombre para distraer a las autoridades. En el segundo semestre de 2023 y de cara a las elecciones regionales, La Inmaculada inició una escalada de violencia en el Valle del Cauca bajo otro rótulo criminal: la Oficina de Tuluá. Sectores políticos, periodistas y hasta jueces sufrieron las amenazas de muerte por parte del grupo ilegal, el cual ha sido señalado de decapitar a algunas de sus víctimas en esta zona del país. Los crímenes de La Inmaculada también han sido perpetrados bajo el nombre del cartel del Cilantro y la Cebolla, la cual extorsiona a campesinos y pequeños empresarios del sector agrícola.
Fuentes judiciales advierten que esta organización criminal tomó fuerza a comienzos de la segunda década de este siglo, tras la muerte y extradición de varios capos del cartel del norte del Valle y los Comba. Durante estos años, las autoridades capturaron a varios de sus líderes, entre ellos, alias Porrón, quien fue capturado en 2015 tras constatarse que extorsionaba a varias personas en Tuluá, entre ellos, al exfutbolista el Tino Asprilla. Incluso, para esa época, Pipe Tuluá, hermano de Porrón, fungió como sicario de La Inmaculada. Fuentes policiales advierten que ha sido difícil ponerle freno a La Inmaculada, pues desde prisión siguen dando órdenes para cometer crímenes.
Un oficial de la fuerza pública que sigue de cerca al grupo criminal le dijo a este diario que han identificado que La Inmaculada “daba línea desde las cárceles de La Dorada (Caldas), Picaleña, La Picota, La Tramacúa (Valledupar) y la de Girón (Santander)”. Sobre este último penal, El Espectador tuvo acceso a otra amenaza firmada por MAGO contra el Inpec y que está fechada el 8 de abril de 2024: “Sr. director general, le dejamos claro que cada vez que mueva uno de nosotros le vamos a dar a uno de los suyos. Cuente que ese patio de Girón están humillando a los presos. Se lo vamos a cerrar con sangre. Dígale a sus amigos de la DEA que le ayuden a buscar sapos para sus falsos positivos porque te queda grande”.
De cualquier modo, las autoridades aún no han dado detalles sobre la pesquisa que se adelanta sobre el asesinato al director de La Modelo, solo que los sicarios se movilizaban en una moto y tomaron rumbo hacia el norte de la ciudad. “Estamos revisando cámaras y reduciendo el cerco”, dice una fuente policial. Mientras tanto, el gobierno, de la mano del Ministerio de Justicia y el Inpec, barajan una serie de medidas para garantizar la seguridad de los guardias y altos funcionarios de la identidad, quienes cada día desarrollan su labor en un sistema penitenciario que ya ha sido sobrediagnosticado como un paciente permeado por la corrupción y el abuso de derechos a la población carcelaria.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.