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Según la Fiscalía, Blanco Maya —medio hermano del ex procurador Edgardo Maya— tuvo una estrecha relación con el bloque Norte de las Auc y fue Charris Castro quien le detalló a la justicia cómo esa supuesta relación había derivado en el asesinato de los líderes sindicales de la multinacional Drummond.
Charris, condenado en agosto de 2009 por este crimen, fue quien guió a los paramilitares enviados por alias Tolemaida para cometer los asesinatos, pues necesitaban a alguien que los reconociera. Según su relato, el 6 de marzo de 2001 Tolemaida y Blanco se reunieron en las instalaciones de la Drummond y allí planearon los homicidios. Dos días más tarde, dijo Charris, éste acompañó a su jefe a San Ángel (Magdalena) a reunirse con Tolemaida nuevamente. Locarno y Orcasita, presidente y vicepresidente del Sintramienérgetica, murieron una semana después.
Comentarios de trabajadores de la Drummond que señalaban en Blanco Maya una posible responsabilidad por lo ocurrido empezaron a circular. Algunos decían que los sindicalistas habían amenazado con entrar en paro si la Drummond no terminaba el contrato que tenía con ISA, empresa que prestaba servicio de alimentación. Otros lo veían más como una disputa común. El 26 de julio de 2002, ante la falta de evidencias, la Fiscalía suspendió el proceso, pero desde 2007 el caso se reactivó.
Alcides Mattos (Samario), Javier Ochoa (Mecánico) y John Jairo Esquivel (El Tigre) fueron algunos de los ex ‘paras’ con quienes la Fiscalía contrastó el testimonio de Charris. Samario —condenado en septiembre de 2009 por este crimen— y los otros coincidieron en las delaciones contra Blanco Maya por el asesinato de los sindicalistas. El ex jefe ‘para’ Jorge 40 también reconoció su participación. Blanco Maya, quien este martes debía rendir indagatoria en la Fiscalía, seguirá en aprietos con la justicia mientras se esclarece del todo las circunstancias en que murieron los líderes sindicalistas.