Las pruebas que podrían hundir a exparamilitares del Bloque Capital por crímenes en La Modelo
Tres hombres que estuvieron recluidos en la cárcel La Modelo de Bogotá son señalados de pertenecer a este frente de las Autodefensas, que hizo de la prisión su campo de guerra. Se les señala de responsables de, por lo menos, tres masacres, dos desapariciones y dos homicidios.
“El cianuro se usó mucho para matar a la gente. Eso entraba por el patio 3 y le daban un frasquito o polvito a cada mando de patio y uno se lo daba a la persona que iba a asesinar silenciosamente. Se les daba en la boca o con jeringa”. Así mataban gente en la cárcel La Modelo, en Bogotá, entre 1999 y 2002, según confesiones de exparamilitares en Justicia y Paz. Con pruebas como esta, la Fiscalía pidió el pasado 8 de febrero condenar a tres protagonistas del horror que se fraguó en este centro de reclusión, por los delitos de concierto para delinquir agravado, homicidio agravado y desaparición forzada. Mientras tanto, las pesquisas siguen avanzando en otros frentes.
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“El cianuro se usó mucho para matar a la gente. Eso entraba por el patio 3 y le daban un frasquito o polvito a cada mando de patio y uno se lo daba a la persona que iba a asesinar silenciosamente. Se les daba en la boca o con jeringa”. Así mataban gente en la cárcel La Modelo, en Bogotá, entre 1999 y 2002, según confesiones de exparamilitares en Justicia y Paz. Con pruebas como esta, la Fiscalía pidió el pasado 8 de febrero condenar a tres protagonistas del horror que se fraguó en este centro de reclusión, por los delitos de concierto para delinquir agravado, homicidio agravado y desaparición forzada. Mientras tanto, las pesquisas siguen avanzando en otros frentes.
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Se trata de Juan Carlos Cadavid Vélez, alias Cadavid; William Parra Arroyave y Albert Narváez Mejía, alias Belisario, exintegrantes de las Autodefensas que se reagruparon en la cárcel, al parecer bajo órdenes de Miguel Arroyave Ruíz, alias Arcángel, comandante de lo que se llamó el Bloque Interno Capital. Los paramilitares controlaban, para la época, el ala sur de la cárcel, y la guerrilla de las Farc el ala norte, sin intervención alguna de las autoridades y, por el contrario, con un aparente beneplácito. Casi 20 años más tarde, estos tres de los casi 200 hombres que alcanzó a tener Arcángel bajo su mando podrían ser condenados.
Ante la jueza 3 penal especializada de Bogotá la Fiscalía y la Procuraduría pidieron sentencia condenatoria por la posible responsabilidad de Cadavid, Belisario y Arroyave en, por lo menos, tres masacres, dos homicidios selectivos y dos desapariciones forzadas. Las pruebas en su contra incluyen “las versiones rendidas ante Justicia Transicional, los informes de policía judicial y la prueba documental incorporada a través de la práctica de inspecciones judiciales tanto al lugar de los hechos, como a procesos de la jurisdicción ordinaria, contenciosa administrativa y disciplinaria”, le dijo la Fiscalía a este diario.
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Testimonios dan cuenta, por ejemplo, del origen de la nefasta técnica de inyectar cianuro: “Cuando fueron a implementar el cianuro, ensayaron con el embolador. Al aplicarle la inyección de cianuro, convulsionó y no se volvió a mover. Lo envolvieron en cobijas y lo llevaron a la puerta blindada. Como a las dos horas regresó el embolador y le preguntó a alias Belisario: ‘Patrón, ¿qué fue lo que me aplicó que quedé con mucha hambre?, deme comida’. Quedaron aterrados porque no había muerto. Averiguaron y llegaron a la conclusión de que el cianuro actuaba en dosis muy pequeñas. Al día siguiente le aplicaron la dosis al embolador y murió. Ahí se empezó a implementar”.
El embolador era uno de confianza de uno de los jefes paras de La Modelo y la forma de su muerte, con todo y la arrastrada hasta la puerta blindada que separaba a los patios del ala sur de la entrada de la cárcel, fue replicada en decenas de ocasiones. Una vez muerta la víctima, la dejaban allí, “se tocaba la puerta, el Inpec recogía los cuerpos envueltos en una cobija y los reportaba como muertos por infartos, ahí no sé qué más pasaba”, contó Roberto Carlos Delgado, alias Negro Pacho, en Justicia y Paz. Este mismo expara reveló el liderazgo que ejercía Cadavid en el patio 3, por donde entraba el cianuro, que desde hace tiempo es considerado el de mejores condiciones en La Modelo.
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La Fiscalía considera que Cadavid, Belisario y Arroyave tuvieron un rol determinante en tres masacres ocurridas en la cárcel: la primera se dio el 8 de diciembre de 1999 en el patio 5 y resultaron muertos 11 internos y otros siete más, heridos; una segunda, que se dio el 27 de abril de 2000, dejando 26 víctimas mortales y 15 heridas; y una más, el 2 y 3 de julio de 2001, que tuvo lugar en el patio 2 (del ala norte, dominada por la guerrilla), en la que hubo 10 personas muertas y 23 heridas. Además, estarían detrás de las desapariciones de los señalados guerrilleros Janner Torres y Luis Norberto Osorio, que estaban recluidos en La Modelo por el secuestro de un ganadero.
Y, por último, se les vincula con los homicidios selectivos de Miguel Alfonso Manzano Bautista ocurrido el 9 de abril de 2002; así como del exparamilitar Benedicto Estupiñán Solano, alias El Cabezón, perpetrado el 22 de agosto de 2001. Este último, según dijo Mario Jaimes Mejía, alias El Panadero, fue asesinado por orden de Luis Cifuentes, jefe de las Autodefensas conocido como Águila, pues Estupiñán estaba colaborando con la Fiscalía y temía que revelara información sobre él. “Belisario me citó y era para matar a Benedicto. Yo le dije que en muertes así no me iba a meter, que si había algún conflicto con la guerrilla contara conmigo, pero con muertes así no”, declaró El Panadero.
Lo que sigue, entonces, es que la jueza del caso emita sentido de fallo para esclarecer responsabilidades en esta seguidilla de crímenes. Mientras tanto, el grupo de compulsa de copias de la Fiscalía sigue trabajando con base en lo que confesos miembros del Bloque Interno Capital de La Modelo han dicho en Justicia y Paz. Una de las líneas de investigación está enfocada en las desapariciones forzadas, crimen del que, en su momento, el ente investigador estimó unas 400 víctimas en esta prisión; la segunda está enfocada en el contexto de guerra y enfrentamiento; y la última, en las responsabilidades de terceros y funcionarios públicos.
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Sobre la línea de posible complicidad de las autoridades, se tiene que desde 2019 fueron llamados a indagatoria el general (r) Fabio Campos Silva, director Inpec para el momento de los hechos, el mayor (r) Jaime Gallo Zuleta, uno de sus asesores; el coronel (r) Luis Bernardo Maldonado Bernate, subdirector general de la entidad, y; Reinaldo Fierro Rico, director de la cárcel. Asimismo, en el caso fue llamado a juicio otro de los directores del penal para entonces, William Gacharná, pero antes de que comenzara esta etapa, en 2019, el exfuncionario pidió pista en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), sin que a la fecha le hayan dado respuesta sobre su sometimiento.