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Durante el desarrollo de la Operación Agamenón, una acción conjunta entre Fuerzas Militares y Policía en el Urabá antioqueño, fue finalmente capturado el líder del Clan del Golfo: Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. El capturado criminal perteneció a distintos grupos armados antes de llegar a dirigir el grupo armado de mayor presencia en Colombia, pues fue guerrillero y paramilitar hasta empezar a lucrarse con el negocio por el que es pedido en extradición por Estados Unidos: narcotráfico.
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Úsuga, recientemente capturado, tendrá que responder ante las autoridades estadounidenses. El paramilitar y narcotraficante responderá específicamente ante la Corte del Distrito Sur de Florida, la Corte del Distrito Oriente de Nueva York y la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Los hechos por los que solicitan a Otoniel, y a otros capos del narcotráfico —algunos ya fallecidos o capturados—, en Estados Unidos se establecieron por ese país hace algunos años, pues desde la década de 2010 algunas de las cortes mencionadas lo requirieron por sus acciones ilegales.
En el caso de la Corte del Distrito Sur de Florida, desde el 4 de junio de 2015 ese tribunal ha requerido a Dairo Antonio Úsuga por ”conspiración para poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada a sabiendas de que será importada a los Estados Unidos”. Este delito, dice la Corte, podría tener una pena de cadena perpetua.
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En esa ocasión, el tribunal estadounidense señaló del mismo delito a Jhon Jairo Álvarez, alias Cero 10, quien pertenecía al Clan del Golfo hasta su muerte en 2016 durante un operativo de la Fuerza Pública. Lo mismo pasó con Roberto Vargas, alias Gavilán, segundo al mando del Clan del Golfo hasta que murió en medio de un combate con las autoridades en agosto de 2017.
Por otra parte, la Corte del Distrito Oriente de Nueva York desde el 12 de agosto de 2015 ha requerido a Otoniel por: manejar una empresa criminal, por conspiración para la fabricación de cocaína, por la distribución internacional de droga, por conspiración de asesinato y por el uso de armas de fuego para favorecer el tráfico de drogas. De acuerdo con las pruebas de esa Corte, Úsuga y otros narcotraficantes del Clan del Golfo habrían enviado entre 2003 y 2012 más de 73 toneladas y media de cocaína a distintos países de Centro y Suramérica, ruta que haría la droga antes de llegar finalmente a Estados Unidos.
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Asimismo, las autoridades estadounidenses aseguraron que Los Urabeños, como ser refieren a la organización de Otoniel en sus documentos, “coordinaban la producción, la compra y la transferencia de los envíos de cocaína, así como la recepción de los envíos de cocaína en México y América Central”. Ese mismo tribunal sostuvo que el Clan del Golfo “también controlaba el territorio en varias zonas de Colombia e imponía un ‘impuesto’ a los narcotraficantes que operaban en las regiones bajo su control”.
El último tribunal que ha requerido a Otoniel ha sido la Corte del Distrito Sur de Nueva York, ante esta, Dairo Antonio Úsuga deberá responder por tres faltas contra ese país: conspiración para proporcionar apoyo material a una organización terrorista, conspiración para importar estupefacientes y conspiración narcoterrorista.
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Esta Corte hizo el requerimiento del hoy capturado Otoniel desde el 6 de septiembre de 2016, en el cual piden también que responda otro de los creadores del Clan del Golfo: Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, capturado el 15 de abril de 2009 y extraditado a los Estados Unidos nueve años después, el 23 de abril de 2018. Así como los dos reconocidos paramilitares, ese tribunal solicitó a los hermanos de los dos capos, pues Freddy Enrique y John Jairo Rendón, hermanos de Don Mario, fueron llamados a comparecer al igual que el fallecido Juan De Dios Úsuga, alias Giovanni, quien murió en una operación de la Fuerza Pública en enero de 2012.
En Colombia, Otoniel deberá responder por docenas de crímenes, pues en su contra ya hay seis sentencias en firme y las ya mencionadas órdenes de extradición a Estados Unidos. Según la Policía, Úsuga es el responsable del soporte y expansión criminal del grupo armado organizado conformado por 3.800 integrantes. Según las autoridades, El Clan del Golfo tiene influencia en 12 departamentos y 128 municipios de Colombia, siendo responsables de delitos de narcotráfico, extorsión, homicidios selectivos contra líderes sociales, desplazamiento forzado, corrupción y acciones armadas contra la población y la Fuerza Pública.
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