Este lunes continúo el juicio penal contra Fabián Sanabria, profesor y sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia, por el delito de acceso carnal violento agravado por la confianza. La hipótesis del caso es que, en 2013, el denunciante, Steven López, fue violado al interior del apartamento del docente, luego de que éste le ofreciera alcohol y de prometerle, al parecer, ofertas de trabajo.
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La Fiscalía ha sostenido que el 23 de septiembre de 2013, el profesor Fabián Sanabria habría citado al denunciante en su apartamento, ubicado en el sector Las Aguas, en el centro de Bogotá. El “joven estaba interesado en que se le recibiría la hoja de vida para conseguir trabajo”, manifiesta la Fiscalía. Allí habría sucedido la violación, que ha sido negada tajantemente por Sanabria.
En abril de 2023, Steven López detalló ante la justicia la manera en la que se habría consumado la violación, la cual, señala el expediente, habría sido orquestada con el uso de drogas. Este 22 de julio, la Fiscalía llamó a testificar a Sandra Liliana Torres, psicóloga que atendió a la víctima desde 2018, a través de un proceso conocido como mindfulness.
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Según explicó Torres, Steven López acudió a su oficina buscando sanar procesos que le estaban generando mucho estrés, ansiedad y alteraciones emocionales. “Le hicimos acompañamiento emocional. Lo veía como una persona bastante afectada emocionalmente. Sentía mucha rabia, tristeza, asociada con el llanto. Manifestaba que le habían generado mucho dolor en su vida”, explicó en el juicio.
Durante el interrogatorio de la Fiscalía, la psicóloga Torres detalló el trabajo realizado con Steven López, poniendo como hecho clave una enfermedad que sufre el paciente, por la cual ha sido discriminado durante los últimos años, al punto de negarle trabajos por la condición que este diario se abstiene de revelar.
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El tema de la dificultad para encontrar trabajo es clave, dado que, justamente, Steven López asegura que el motivo por el cual se encontró con Fabián Sanabria aquel día de 2013 fue por una oferta de trabajo con la que Sanabria habría motivado el encuentro. Una teoría que la psicóloga Torres arropó con su testimonio.
“(Durante el proceso de mindfulness)... Steven narró los hechos y dijo que iba por una oportunidad laboral, que era alguien de una universidad, un profesor que lo había invitado a su apartamento. De un momento al otro empezó a llorar, eso para mí fue impactante. Me contó que (el profesor) le pedía que hiciera como gato y que luego de eso, parecía que le hubieran dado algo, porque al salir se sentía adolorido. Se sentía física y mentalmente abusado”, detalló la psicóloga.
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Tiempo después, en ese proceso guiado por Torres, según su testimonio, la víctima le contó que se trataba del profesor Sanabria. Y que le había costado mucho tiempo poder contar lo que le había sucedido, pero, con el proceso de mindfulness, la psicóloga notó que Steven López había empezado a quitarse un peso de encima.
A su turno la defensa del profesor Sanabria le hizo el contrainterrogatorio a la psicóloga Torres. Durante la cascada de preguntas y respuestas, la jueza del caso conoció que Torres no era profesional en psicología al momento del trabajo con Steven López. El defensor de Sanabria, además, indagó en la manera en que el mindfulness puede ser considerado un tratamiento experimental y no una herramienta de origen científico.
Cuando el defensor de Sanabria le preguntó a la psicóloga Torres si había registro de sus charlas con Steven López, la testigo respondió que no. Cuando se le preguntó si el mindfulness es un mecanismo de terapia mental, la psicóloga respondió que no, que era una estrategia de apoyo y gestión emocional, que tendría soporte académico documentado en universidades estadounidenses.
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El año pasado, López señaló que conoció a Sanabria por un amigo en común y que, luego de ello, lo agregó en Twitter. Allí habrían intercambiado números, según la declaración, y habían desarrollado una relación con fines de amistad. “Yo me vi con él porque me agradaba la amistad que estábamos construyendo. Lo veía como ese siguiente paso a cultivar en una amistad. Me vi con él porque estaba la posibilidad de que él me ayudara a conseguir un empleo estable”, señaló López.
Luego de ingresar a su vivienda, según López, Sanabria le habría ofrecido un trago y le habría enseñado las obras de arte que existían en ese lugar. Poco a poco, dijo el testigo, empezó a sentirse mareado. “Yo me siento en su cama, como en la punta de la cama. Él con el peso de su propio cuerpo me va acostando. Ahí empieza el forcejeo que para él era como un juego. Él empieza a besarme y eran unos besos muy babosos y él me babeó la cara y el cuello. Yo le decía que se esperara. Parecía como un demonio de Tasmania”, agregó.
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