Le pido al fiscal que diga la verdad en caso Springer: Alejandro Ramelli
El hombre que se opuso al contrato de Natalia Springer le dijo a El Espectador que teme por su vida. Sostuvo que el jefe de la Oficina Informática presentó objeciones técnicas al trabajo que ella entregó.
Juan David Laverde Palma
El abogado Alejandro Ramelli Arteaga era un hombre tan cercano al fiscal, que el propio Eduardo Montealegre lo llevó a la Fiscalía en 2012 para crear la Unidad de Análisis y Contextos (Unac), su proyecto bandera. En esas andaba cuando apareció, en septiembre de 2013, el polémico contrato por $895 millones que le otorgó el fiscal a Natalia Springer para el procesamiento de datos sobre crímenes de las Farc. Pronto esa cercanía se acabó. En diálogo con este diario, Ramelli –magistrado auxiliar de la Corte Constitucional que acredita una maestría en Francia, un doctorado en España y más de 30 publicaciones en revistas académicas– despachó todas sus verdades. Y no se guardó casi nada. Incluso dijo estar seguro de que los anónimos amenazantes que le han llegado en los últimos días provienen de la Fiscalía.
¿Qué le responde al fiscal Montealegre, quien dijo que usted “levitaba”?
No tengo conocimientos de levitación. Yo simplemente hice un trabajo técnico, serio, que organizó todo un equipo de expertos.
¿Por qué el fiscal está tan atrincherado defendiendo a Natalia Springer?
No sé, tiene que preguntarle a él.
¿Qué le presentó Natalia Springer a la Unac?
No fue a mí, fue a todo un equipo de colaboradores de la Fiscalía donde se encontraban politólogos, antropólogos, expertos de sistemas, geógrafos que hicieron ese análisis. Yo lo que hice fue avalar a mi equipo.
¿Pero usted leyó el informe de Natalia Springer?
Sí, claro, lo leí. No hay conexión entre la información que ella suministra y las hipótesis investigativas de la Unidad, no estaban debidamente acreditados los análisis cualitativos y cuantitativos, los patrones macrocriminales no estaban debidamente construidos, no estaba clara la línea del tiempo, tenía muchos problemas con las fuentes de información, por lo cual esa información recogida (para reconstruir los crímenes de las Farc) no podía sustentarse ante un juez.
Si ese primer trabajo resultó tan inútil para la Unac, ¿por qué después terminaron dándole otros contratos que sumaron 4.276 millones?
No tengo ninguna respuesta, porque no tuve que ver más con los demás contratos, después del primer informe me retiré y no tengo idea de qué ha sucedido
¿Usted le presentó al fiscal general sus consideraciones sobre el trabajo de Natalia Springer?
Sí, él sabía. Le presenté un informe muy detallado con todas las observaciones.
¿Ese informe se lo presentó cuándo?
Se lo presenté el 4 de febrero de 2014.
¿Cuál fue la respuesta del fiscal?
No se la voy a decir.
Ok, no me la diga. Pero usted se retira tres días después, el 7 de febrero de 2014, ¿por qué?
Precisamente porque teníamos un proyecto colectivo y realmente estaban cuestionando era el informe de la Unidad. Pensé que sobraba allí, que debían nombrar a otra persona.
¿Usted decide irse porque era incómodo para el contrato de Natalia Springer?
Simplemente porque entendí que mi función había culminado en esa Unidad.
¿Era la firma de Natalia Springer la única en Colombia que podía desarrollar ese trabajo?
Muy buena pregunta. Precisamente la Unac se constituyó con ese propósito.
¿En sus reparos usted le hizo saber eso al fiscal?
Él lo sabía. Precisamente toda la Unidad fue constituida para hacer eso.
¿A qué atribuye la actitud agresiva del fiscal hacia usted hoy?
No tengo idea. Yo no respondo a ataques personales. No me meto con la gente, no he descalificado a Natalia Springer, tampoco al señor fiscal. Es un asunto técnico, no es pasional, no es de egos, como dice el fiscal.
El fiscal dijo que a usted lo echaron del Externado, ¿eso es verdad?
Eso no es verdad. Una vez tuve una diferencia con el señor rector, como la han tenido muchísimos profesores del Externado, y nuevamente estuve allá. Eso no tiene ningún misterio en ninguna universidad de Colombia. Además he dictado clases en la Nacional, los Andes, la Sergio Arboleda, son como ocho universidades.
¿Por qué Montealegre dice que usted le puso obstáculos a Natalia Springer en su trabajo?
Para nada. Tengo los informes de todas las reuniones donde les pedía a los fiscales y analistas que le entregaran todo. Hay un informe del 27 de noviembre (de 2013) donde los mismos fiscales me dicen: no han venido a recoger la información. Hay cartas que yo envié a Medicina Legal solicitándoles que le colaborara al grupo de Natalia Springer. Yo, lejos de obstaculizar la ejecución de ese contrato.
¿Por qué el fiscal hace gestiones particulares ante César Caballero, de Cifras y Conceptos, para que le entreguen datos a Natalia Springer? ¿Eso no lo tenía que hacer ella?
Eso lo tenía que hacer ella.
¿Eso lo hace el fiscal para otros expedientes?
No sé, usted tendría que preguntarle a él. Yo tampoco manejo todos los contratos de la Fiscalía, simplemente tuve conocimiento de uno, que es este.
¿Por qué se designa al jefe de sistemas de la Fiscalía, Carlos Useda, como interventor de un contrato cuya finalidad era desempolvar realidades del conflicto? ¿Acaso Useda es un experto en este tipo de temas?
En principio tiene sentido porque también hay aspectos de bases de datos, de informática. De entrada no es descabellado.
¿O sea que él sí podía determinar si los algoritmos de Natalia Springer funcionaban o no?
No me atrevo a calificar su experticia profesional.
Desde julio de 2013, el fiscal Montealegre dice que hay que firmar con Natalia Springer. ¿Cómo puede interpretar la gente que él ordene ese contrato, y que cuando hay diferencias entre ustedes y ella, él se autodesigne interventor?
Eso tienen que preguntárselo a él, yo no tengo respuesta.
¿Es cierto que el interventor, Carlos Useda, también halló reparos en el trabajo de Springer?
Él también presentó objeciones técnicas desde el punto de vista matemático, de las ecuaciones y demás.
O sea, usted, el interventor del contrato y todo el equipo de la Unac conceptuaron que los resultados de Natalia Springer no servían. Entonces, ¿por qué le pagaron?
No tengo ni idea.
La cronología en este caso es importante: el 24 de diciembre de 2013 la Unac objetó los resultados entregados. El 21 de enero de 2014 ella pide una cita para discutir las observaciones. El 23 de enero usted le contesta que sí se pueden reunir, pero que primero ella le responda por escrito las 18 objeciones. El 24 de enero el fiscal Montealegre, a través de un acta, acepta los resultados de Natalia Springer, y el 29 de enero se le paga. ¿Eso cómo se explica?
No tiene explicación. Tendría que preguntarle al fiscal.
¿Es posible que en 24 horas ella hubiera podido corregir los yerros metodológicos de su primer informe para dejar tan a gusto al fiscal con sus resultados?
Tiene que preguntarle a ella. Pregúntele cómo lo hizo.
¿Cómo se entera usted que, a pesar de sus críticas, el fiscal ordenó pagar ese contrato?
Me lo dijo el interventor.
¿Usted qué hizo después?
Sentí que todas las opiniones de los integrantes de la Unidad que trabajaban en ese tema no fueron tomadas en consideración ni respondidas. Entonces siente uno ahí una pérdida de confianza.
¿Es usted un incompetente, como lo sugirió el fiscal?
Si yo era incompetente no sé por qué me asignaron la responsabilidad de liderar la Unac.
Usted llegó a la Fiscalía por invitación del fiscal a montar la Unac, el proyecto consentido de Montealegre. Sin embargo, tras su salida, poco se supo de resultados. ¿Por qué?
Toca preguntarle a la Fiscalía qué ha pasado allá. Le quiero decir una cosa, los procesos de los falsos positivos se movieron cuando yo estuve en esa unidad. Esos procesos no iban para ninguna parte en relación con la presunta responsabilidad de los aforados o generales. Eso le consta a todo el mundo. Y yo los moví, a costa de mi seguridad y de mi familia.
Usted dejó constancia de que por haber movido esos procesos temía por su vida. ¿Por qué exactamente?
A ese tema le metí todo el hombro. Mire, ese tema está bajo reserva, pero esos procesos de los falsos positivos sólo avanzaron cuando yo estuve en esa unidad.
¿Antes nadie le había parado bolas a las investigaciones contra generales por casos de falsos positivos?
Tal cual.
¿Ha vuelto a hablar con el fiscal Montealegre?
Nunca.
Usted denunció amenazas en su contra. ¿Cuándo empezaron esas amenazas y a qué se las atribuye?
Creo que es una persecución que me tienen desde hace tiempo. Quieren acabar con mi prestigio profesional, con mi carrera, han enviado anónimos diciendo que ya me hicieron echar de otros cargos y que me van a hacer echar del que tengo (como magistrado auxiliar de la Corte Constitucional). Todo esto empezó desde que salí de la Fiscalía. Puede que exista una relación de causalidad.
¿Teme por su vida?
Sí.
¿Le pediría al fiscal que lo proteja?
¿Usted cree que me va a cuidar? Pensaría que no.
¿Cree que esos anónimos amenazantes provienen de la Fiscalía?
Estoy seguro.
¿Y de gente cercana al fiscal?
No tengo idea, son anónimos.
¿Qué le quiere decir al fiscal general?
Que diga la verdad. Le pido que diga las cosas como son. Le resumo lo que pienso con una frase de Unamuno: ‘‘Podéis vencer pero no convencer’’.
jlaverde@elespectador.com
El abogado Alejandro Ramelli Arteaga era un hombre tan cercano al fiscal, que el propio Eduardo Montealegre lo llevó a la Fiscalía en 2012 para crear la Unidad de Análisis y Contextos (Unac), su proyecto bandera. En esas andaba cuando apareció, en septiembre de 2013, el polémico contrato por $895 millones que le otorgó el fiscal a Natalia Springer para el procesamiento de datos sobre crímenes de las Farc. Pronto esa cercanía se acabó. En diálogo con este diario, Ramelli –magistrado auxiliar de la Corte Constitucional que acredita una maestría en Francia, un doctorado en España y más de 30 publicaciones en revistas académicas– despachó todas sus verdades. Y no se guardó casi nada. Incluso dijo estar seguro de que los anónimos amenazantes que le han llegado en los últimos días provienen de la Fiscalía.
¿Qué le responde al fiscal Montealegre, quien dijo que usted “levitaba”?
No tengo conocimientos de levitación. Yo simplemente hice un trabajo técnico, serio, que organizó todo un equipo de expertos.
¿Por qué el fiscal está tan atrincherado defendiendo a Natalia Springer?
No sé, tiene que preguntarle a él.
¿Qué le presentó Natalia Springer a la Unac?
No fue a mí, fue a todo un equipo de colaboradores de la Fiscalía donde se encontraban politólogos, antropólogos, expertos de sistemas, geógrafos que hicieron ese análisis. Yo lo que hice fue avalar a mi equipo.
¿Pero usted leyó el informe de Natalia Springer?
Sí, claro, lo leí. No hay conexión entre la información que ella suministra y las hipótesis investigativas de la Unidad, no estaban debidamente acreditados los análisis cualitativos y cuantitativos, los patrones macrocriminales no estaban debidamente construidos, no estaba clara la línea del tiempo, tenía muchos problemas con las fuentes de información, por lo cual esa información recogida (para reconstruir los crímenes de las Farc) no podía sustentarse ante un juez.
Si ese primer trabajo resultó tan inútil para la Unac, ¿por qué después terminaron dándole otros contratos que sumaron 4.276 millones?
No tengo ninguna respuesta, porque no tuve que ver más con los demás contratos, después del primer informe me retiré y no tengo idea de qué ha sucedido
¿Usted le presentó al fiscal general sus consideraciones sobre el trabajo de Natalia Springer?
Sí, él sabía. Le presenté un informe muy detallado con todas las observaciones.
¿Ese informe se lo presentó cuándo?
Se lo presenté el 4 de febrero de 2014.
¿Cuál fue la respuesta del fiscal?
No se la voy a decir.
Ok, no me la diga. Pero usted se retira tres días después, el 7 de febrero de 2014, ¿por qué?
Precisamente porque teníamos un proyecto colectivo y realmente estaban cuestionando era el informe de la Unidad. Pensé que sobraba allí, que debían nombrar a otra persona.
¿Usted decide irse porque era incómodo para el contrato de Natalia Springer?
Simplemente porque entendí que mi función había culminado en esa Unidad.
¿Era la firma de Natalia Springer la única en Colombia que podía desarrollar ese trabajo?
Muy buena pregunta. Precisamente la Unac se constituyó con ese propósito.
¿En sus reparos usted le hizo saber eso al fiscal?
Él lo sabía. Precisamente toda la Unidad fue constituida para hacer eso.
¿A qué atribuye la actitud agresiva del fiscal hacia usted hoy?
No tengo idea. Yo no respondo a ataques personales. No me meto con la gente, no he descalificado a Natalia Springer, tampoco al señor fiscal. Es un asunto técnico, no es pasional, no es de egos, como dice el fiscal.
El fiscal dijo que a usted lo echaron del Externado, ¿eso es verdad?
Eso no es verdad. Una vez tuve una diferencia con el señor rector, como la han tenido muchísimos profesores del Externado, y nuevamente estuve allá. Eso no tiene ningún misterio en ninguna universidad de Colombia. Además he dictado clases en la Nacional, los Andes, la Sergio Arboleda, son como ocho universidades.
¿Por qué Montealegre dice que usted le puso obstáculos a Natalia Springer en su trabajo?
Para nada. Tengo los informes de todas las reuniones donde les pedía a los fiscales y analistas que le entregaran todo. Hay un informe del 27 de noviembre (de 2013) donde los mismos fiscales me dicen: no han venido a recoger la información. Hay cartas que yo envié a Medicina Legal solicitándoles que le colaborara al grupo de Natalia Springer. Yo, lejos de obstaculizar la ejecución de ese contrato.
¿Por qué el fiscal hace gestiones particulares ante César Caballero, de Cifras y Conceptos, para que le entreguen datos a Natalia Springer? ¿Eso no lo tenía que hacer ella?
Eso lo tenía que hacer ella.
¿Eso lo hace el fiscal para otros expedientes?
No sé, usted tendría que preguntarle a él. Yo tampoco manejo todos los contratos de la Fiscalía, simplemente tuve conocimiento de uno, que es este.
¿Por qué se designa al jefe de sistemas de la Fiscalía, Carlos Useda, como interventor de un contrato cuya finalidad era desempolvar realidades del conflicto? ¿Acaso Useda es un experto en este tipo de temas?
En principio tiene sentido porque también hay aspectos de bases de datos, de informática. De entrada no es descabellado.
¿O sea que él sí podía determinar si los algoritmos de Natalia Springer funcionaban o no?
No me atrevo a calificar su experticia profesional.
Desde julio de 2013, el fiscal Montealegre dice que hay que firmar con Natalia Springer. ¿Cómo puede interpretar la gente que él ordene ese contrato, y que cuando hay diferencias entre ustedes y ella, él se autodesigne interventor?
Eso tienen que preguntárselo a él, yo no tengo respuesta.
¿Es cierto que el interventor, Carlos Useda, también halló reparos en el trabajo de Springer?
Él también presentó objeciones técnicas desde el punto de vista matemático, de las ecuaciones y demás.
O sea, usted, el interventor del contrato y todo el equipo de la Unac conceptuaron que los resultados de Natalia Springer no servían. Entonces, ¿por qué le pagaron?
No tengo ni idea.
La cronología en este caso es importante: el 24 de diciembre de 2013 la Unac objetó los resultados entregados. El 21 de enero de 2014 ella pide una cita para discutir las observaciones. El 23 de enero usted le contesta que sí se pueden reunir, pero que primero ella le responda por escrito las 18 objeciones. El 24 de enero el fiscal Montealegre, a través de un acta, acepta los resultados de Natalia Springer, y el 29 de enero se le paga. ¿Eso cómo se explica?
No tiene explicación. Tendría que preguntarle al fiscal.
¿Es posible que en 24 horas ella hubiera podido corregir los yerros metodológicos de su primer informe para dejar tan a gusto al fiscal con sus resultados?
Tiene que preguntarle a ella. Pregúntele cómo lo hizo.
¿Cómo se entera usted que, a pesar de sus críticas, el fiscal ordenó pagar ese contrato?
Me lo dijo el interventor.
¿Usted qué hizo después?
Sentí que todas las opiniones de los integrantes de la Unidad que trabajaban en ese tema no fueron tomadas en consideración ni respondidas. Entonces siente uno ahí una pérdida de confianza.
¿Es usted un incompetente, como lo sugirió el fiscal?
Si yo era incompetente no sé por qué me asignaron la responsabilidad de liderar la Unac.
Usted llegó a la Fiscalía por invitación del fiscal a montar la Unac, el proyecto consentido de Montealegre. Sin embargo, tras su salida, poco se supo de resultados. ¿Por qué?
Toca preguntarle a la Fiscalía qué ha pasado allá. Le quiero decir una cosa, los procesos de los falsos positivos se movieron cuando yo estuve en esa unidad. Esos procesos no iban para ninguna parte en relación con la presunta responsabilidad de los aforados o generales. Eso le consta a todo el mundo. Y yo los moví, a costa de mi seguridad y de mi familia.
Usted dejó constancia de que por haber movido esos procesos temía por su vida. ¿Por qué exactamente?
A ese tema le metí todo el hombro. Mire, ese tema está bajo reserva, pero esos procesos de los falsos positivos sólo avanzaron cuando yo estuve en esa unidad.
¿Antes nadie le había parado bolas a las investigaciones contra generales por casos de falsos positivos?
Tal cual.
¿Ha vuelto a hablar con el fiscal Montealegre?
Nunca.
Usted denunció amenazas en su contra. ¿Cuándo empezaron esas amenazas y a qué se las atribuye?
Creo que es una persecución que me tienen desde hace tiempo. Quieren acabar con mi prestigio profesional, con mi carrera, han enviado anónimos diciendo que ya me hicieron echar de otros cargos y que me van a hacer echar del que tengo (como magistrado auxiliar de la Corte Constitucional). Todo esto empezó desde que salí de la Fiscalía. Puede que exista una relación de causalidad.
¿Teme por su vida?
Sí.
¿Le pediría al fiscal que lo proteja?
¿Usted cree que me va a cuidar? Pensaría que no.
¿Cree que esos anónimos amenazantes provienen de la Fiscalía?
Estoy seguro.
¿Y de gente cercana al fiscal?
No tengo idea, son anónimos.
¿Qué le quiere decir al fiscal general?
Que diga la verdad. Le pido que diga las cosas como son. Le resumo lo que pienso con una frase de Unamuno: ‘‘Podéis vencer pero no convencer’’.
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