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Este viernes 4 de diciembre de 2020 llegó deportado de Estados Unidos el exfiscal anticorrupción Luis Gustavo Moreno, luego de pagar una pena de 48 meses de prisión en ese país por los delitos de conspiración para lavar de dinero, conspiración para cometer fraude en giros bancarios y fraude bancario. La condena de Moreno fue dictada en enero de 2019 luego de que él y su socio, el abogado Luis Pinilla se declararan culpables por haberle pedido $100 millones, en territorio estadounidense, al exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons a cambio de entregarle información reservada de un expediente en su contra.
Al pisar suelo colombiano, Moreno fue detenido por las autoridades por los delitos de concusión y corrupción y fue trasladado al búnker de la Fiscalía General en Bogotá, en donde permanecerá detenido. El exfiscal anticorrupción fue capturado 27 de junio de 2017 y extraditado el 17 de mayo de 2018. En Colombia, Moreno tiene una condena por cumplir de 4 años y 10 meses de prisión impuesta por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia por su participación en el escándalo de corrupción llamado el cartel de la toga.
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Se trata de una organización criminal compuesta por abogados y al parecer exmagistrados de la propia Corte, que direccionaba procesos de alto perfil a cambio de grandes sumas de dinero. Moreno fue condenado en el 2018 por los delitos de concusión –cuando un servidor público se aprovecha de su cargo para exigir dinero– y por utilización indebida de información privilegiada. Dicha condena fue ratificada en julio de 2020 por la propia Corte luego se le se concediera el derecho de impugnar la decisión.
La condena impuesta a Moreno, incluye una multa por 143.74 salarios mínimos legales mensuales. Y en la misma quedó expresamente señalado que el descuento de la pena solo empezaría a contar una vez definiera su situación jurídica en Estados Unidos. La Corte Suprema, en la condena, le reprochó a Moreno haber usado su posición pública y su cargo para actos delictivos en el llamado cartel de la toga ya que ello causa “desprestigio y deslegitiman a un poder judicial”.
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“La Corte no puede dejar pasar esta oportunidad para expresar su perplejidad ante comportamientos como los juzgados, en los que un funcionario de alto nivel dentro de la estructura jerárquica de la Fiscalía General de la Nación, precisamente encargado de luchar contra la corrupción, defraudó tan hondamente la credibilidad del conglomerado social en sus funcionarios e instituciones, en especial, en las encargadas de administrar justicia”, dijo la Corte en ese momento. Actualmente, el exmagistrado del alto tribunal Gustavo Malo, está en juicio por supuestamente pertenecer a ese entramado criminal.
De hecho, el exfiscal Luis Gustavo Moreno es testigo estrella en varios procesos que avanzan en la justicia colombiana por el llamado “cartel de la toga”, como producto de un acuerdo que el exfuncionario llegó con la Fiscalía General, razón por la cual recibió un descuento de la mitad de la pena. En ese sentido, Moreno es testigo en el juicio que avanza en la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema contra Gustavo Malo Fernández, quien dejó de ser magistrado de ese alto tribunal el 21 de noviembre pasado. También es testigo en el juicio contra el expresidente de la Corte Suprema, Francisco Ricaurte que avanza en los juzgados de Paloquemao en Bogotá. Y en el proceso que se le sigue al exsenador Álvaro Ashton.
Igualmente, Moreno es protagonista principal en la acusación que en noviembre pasado le dictó la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes al expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Leonidas Bustos, quien se encuentra fuera del país. Dicha acusación señala a Bustos como el cerebro de ese cartel luego de contar con más de 36 pruebas testimoniales, entre ellas la de Moreno; y los exsenadores Musa Besaile (quién aceptó entregar un soborno de $2.000 millones), Hernán Andrade, el senador Germán Barón Cotrino, el exfiscal general encargado Fabio Espitia, y magistrados de las altas cortes.
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En noviembre de 2017, Moreno y Bustos tuvieron un careo de casi seis horas lleno de perlas, acusaciones mutuas y revelaciones inesperadas que reveló este diario en julio de 2019. En la diligencia Bustos interrogó a Moreno y hubo un fuerte choque entre ambos y en ella exfiscal afirmó: “Yo entiendo el ánimo de defensa del doctor Leonidas Bustos, pero no solo había una amistad; tuvimos una oficina con el doctor Francisco Ricaurte y dentro de esa oficina realizamos actos de corrupción”. Luego de un cruce de señalamientos irónicos por parte de Bustos hacia Moreno, el exfiscal contestó que sin el roce social y los contactos que le dieron Bustos y Francisco Ricaurte habría sido imposible que a sus escasos treinta años tuviera como clientes a poderosos parlamentarios.
Moreno explicó así la estrategia que usaron para darle prestigio: “Yo era un joven docente con un conocimiento fresco del derecho penal, pero no tenía acceso a este escenario de poder, congresistas, senadores y representantes. Lo que ellos hicieron fue darme a conocer al interior de la Corte [Suprema] presentándome a magistrados de la Sala Civil, la Sala Laboral, la Sala Penal... De hecho, alguna vez departimos en la casa de la doctora Ruth Marina [Díaz] con algunos magistrados de la Sala Penal, con el ministro de Defensa saliente, que después se fue a Washington, el doctor [Juan Carlos] Pinzón; me estaban promocionando para que nuestros actos a futuro no fueran tildados de corrupción”.
Bustos le preguntó quién había sido él para Moreno. Y este le dijo que, incluso en contravía de las circunstancias, seguía considerándolo como su papá, al tiempo que le expresó su “agradecimiento porque, al margen de las culpas que yo deba asumir y el grado de responsabilidad penal, fue un mentor y para mí no fue fácil tomar la decisión del marco de colaboración, porque implicaba traicionar a las personas que me habían dado un voto de confianza y que me habían acogido”. En ese instante Bustos le preguntó: “Sírvase decirle a esta comisión ¿quién lo recomendó para el cargo de fiscal anticorrupción ante el fiscal general de la nación?”. Moreno le respondió: “Doctor Leonidas, usted y yo sabemos quién lo hizo y con qué propósito (…) Yo no vengo a pelear con su señoría, yo estoy contando la verdad; usted sabe quién me postuló, usted si lo quisiera decir acá lo puede decir. No fue usted”.