Lo que dejó el rifirrafe entre el presidente Petro y el fiscal Barbosa
Un jalón de orejas por parte de la Corte Suprema de Justicia al jefe de Estado, un llamado a preservar la institucionalidad y no polarizar por parte de la Comisión de Disciplina Judicial y una visión errada de ambos a la que muchos no le dan crédito.
La opinión pública se convirtió en el ring de boxeo del presidente Gustavo Petro y el fiscal Francisco Barbosa. Los rifirrafes entre el primer mandatario y el jefe del búnker empezaron desde que el Gobierno inició su lucha por implementar la denominada “paz total”. En más de una ocasión, el fiscal le puso freno de mano. El jefe de Estado, por su parte, insistía. Hace unos días la discordia se agudizó cuando Gustavo Petro trinó una información sobre el fiscal Daniel Hernández donde afirmó que permitía homicidios por parte del Clan del Golfo en la costa norte. Ayer, la tensión estalló.
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La opinión pública se convirtió en el ring de boxeo del presidente Gustavo Petro y el fiscal Francisco Barbosa. Los rifirrafes entre el primer mandatario y el jefe del búnker empezaron desde que el Gobierno inició su lucha por implementar la denominada “paz total”. En más de una ocasión, el fiscal le puso freno de mano. El jefe de Estado, por su parte, insistía. Hace unos días la discordia se agudizó cuando Gustavo Petro trinó una información sobre el fiscal Daniel Hernández donde afirmó que permitía homicidios por parte del Clan del Golfo en la costa norte. Ayer, la tensión estalló.
Petro le dijo a Barbosa que por ser presidente era “su jefe”. Barbosa le salió al paso y le dijo que “no estaba a sus órdenes”. El descontento entre el jefe de Estado y el fiscal pasó de castaño a oscuro cuando Barbosa hizo un llamado a la comunidad internacional porque sus comentarios eran un “primer zarpazo a la justicia”. Incluso, mencionó que la Corte Suprema de Justicia estaba en riesgo porque se supone que si es su jefe también lo es del alto tribunal, porque es el ente que escoge al director del búnker.
Barbosa, en ese orden, instó a que, a través de la Comisión Interinstitucional, conformada por los presidentes de las altas cortes, hubiese un pronunciamiento a lo que consideró una “gravísima manifestación contra la independencia judicial y la división de poderes”. Las altas cortes, por su parte, aunque planeaban emitir un pronunciamiento conjunto, no lograron ponerse de acuerdo y, finalmente solo la Corte Suprema emitió un comunicado, en el que le jaló las orejas al presidente.
Le pidió cordura, respeto y sensatez por la armonía de los poderes públicos. Le recordó que el fiscal no tiene superior jerárquico y resaltó que es un funcionario cuya misión está regulada en el orden jurídico enmarcado en la autonomía e independencia de la Rama Judicial. Con una batalla perdida por partida doble ante la Corte Suprema y el fiscal, Petro volvió a salir al ruedo. En su cuenta de Twitter, el mandatario dijo que no ha faltado a la verdad y basó su hipótesis en el artículo 115 de la Constitución, que establece que se le designa al presidente de la República la función de jefe de Estado, jefe de Gobierno y máxima autoridad administrativa.
Consideró que con su comentario nunca faltó a su palabra ni a la Constitución y se mantuvo en que el fiscal Barbosa lo irrespetó como jefe de Estado cuando lo que estaba buscando era información sobre un caso en el que se investiga, a su juicio, un crimen de lesa humanidad. Con estas declaraciones de por medio, no solo como respuesta a la Corte Suprema, sino también al fiscal, el rifirrafe continuó. Barbosa citó a una declaración en el búnker de la Fiscalía y volvió a arremeter contra el primer mandatario.
Los señalamientos estuvieron subidos de tono al punto de mencionar que lo denunciará ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por poner en riesgo la independencia judicial del país. Incluso, aseguró que si atentaban contra su vida o la de su familia el responsable directo sería el presidente Petro. “He tomado la decisión de que salga del país mi familia en los próximos días por temor a que sean asesinados por cuenta de lo que ha ocurrido. Esto no es un juego, esto no es un mecanismo que puede tomarse a la ligera”, dijo.
Barbosa cerró su intervención recordando que los señalamientos hacia el fiscal Daniel Hernández se deben tratar en un marco de respeto, ya que además de ser uno de los funcionarios claves para el búnker, fue víctima de violencia porque su padre era uno de los funcionarios que cayó en la masacre La Rochela, en 1989. Hernández, por su parte, también tomó acciones. Denunció al presidente Petro ante la Comisión de Acusación e Investigación de la Cámara de Representantes por señalarlo como supuesto aliado del Clan del Golfo.
Magda Acosta, presidenta de la Comisión de Disciplina Judicial, quien se alejó del comunicado de la Corte Suprema y señaló que seguramente tocarían el tema en la Comisión Interinstitucional, que sesiona el próximo lunes, sentó su posición sobre los desencuentros. En diálogo con El Espectador, aseguró que “emitir pronunciamientos que generen confusión en la ciudadanía es lesivo para la democracia. En la ciudadanía se puede generar confusión al ver enfrentados a los poderes públicos por manifestaciones de tipo político que no conllevan a una armonía”.
La magistrada Acosta concluyó que las actuaciones del jefe de Estado y del fiscal desdibujan la función de cada uno y añadió que “se lesionan las instituciones cuando se ventilan estas diferencias a través de los medios de comunicación”. El defensor del Pueblo, Carlos Camargo, también salió al paso en la disputa e hizo un llamado a “la prudencia institucional”, pues consideró que el fiscal y el presidente están llamados a “trabajar con humildad” para enfrentar los desafíos del país.
El rechazo al enfrentamiento también llegó por parte del abogado constitucionalista Rodrigo Uprimny, quien dijo que ni Petro ni Barbosa tenían razón en sus argumentos. Por el contrario, calificó lo sucedido como una pelea de egos que, a su juicio, resulta inaceptable. El jurista recordó que en Colombia el fiscal no depende del Ejecutivo, como pasa en Estados Unidos. En ese sentido, escribió en una declaración que la tesis de Petro no solo es absurda, sino peligrosa porque, en ese orden, sería el jefe de todas la entidades y eso acabaría con la separación de los poderes y el Estado social de derecho.
Sobre la hipótesis de Barbosa, Uprimny consideró que también se equivoca al tildar de “dictador” al presidente por indagar sobre un expediente en el que se investiga un grave hecho de lesa humanidad. Le recordó al jefe del búnker que el mandatario puede solicitar información sobre investigaciones penales que tengan relevancia en el orden público. Si bien el abogado, académico y cofundador de Dejusticia resaltó que lo que pedía Petro estaba en el marco de su labor, reprochó que no lo hizo por los medios adecuados, guardando la prudencia y en los términos que son propios. Es decir, no siguió el principio de colaboración entre órganos del Estado. Uprimny reprochó la actitud de Barbosa porque, a su juicio, pudo limitarse a exigir prudencia y respeto sobre las solicitudes, pero, contrario a ello, salió con alevosía a seguir cazando pelea porque, al parecer, está en campaña, dijo. Y, finalmente, llamó a que ambos antepongan el interés nacional y recuerden que “errar es de humanos, pero preservar en el error es de necios”.