Lo que ya se sabía, lo que no y lo que falta de las declaraciones de Aida Merlano

La condenada excongresista Aida Merlano reapareció hace una semana y, con sus declaraciones, reactivó un episodio que permanecía en pausa desde hace un poco más de un año. La Corte Suprema de Justicia la escuchó, en dos días, pues ella misma le pidió una audiencia para contarle lo que dice saber sobre el esquema de corrupción que la llevó a la cárcel y de cómo dos de las casas políticas más poderosas de la costa Caribe habrían participado de lo que las autoridades ya calificaron como una empresa criminal. Horas después de terminar su declaración, su testimonio se filtró en medios de comunicación. Y así comenzó la polémica.

La condenada excongresista Aida Merlano reapareció hace una semana y, con sus declaraciones, reactivó un episodio que permanecía en pausa desde hace un poco más de un año. La Corte Suprema de Justicia la escuchó, en dos días, pues ella misma le pidió una audiencia para contarle lo que dice saber sobre el esquema de corrupción que la llevó a la cárcel y de cómo dos de las casas políticas más poderosas de la costa Caribe habrían participado de lo que las autoridades ya calificaron como una empresa criminal. Horas después de terminar su declaración, su testimonio se filtró en medios de comunicación. Y así comenzó la polémica.

El Espectador le puso la lupa a su versión para entender la trascendencia de su testimonio, qué hay de nuevo en él y qué implicaciones tendrían, judicial y políticamente, las denuncias de la excongresista prófuga de la justicia colombiana.

Los vínculos con Alejandro Char

Las más recientes declaraciones de Merlano ante la Corte Suprema de Justicia se dieron en el marco de una investigación que adelanta el alto tribunal en contra del congresista Arturo Char, senador de Cambio Radical y hermano de Alejandro o Alex Char, precandidato presidencial y uno de los hombres más importantes de la política de la costa Caribe. El expediente de la Corte nació a raíz de la condena que le impuso a Merlano en 2019, en donde quedó en evidencia los presuntos vínculos de Arturo Char en el entramado de corrupción electoral por el que cayó la excongresista. Según la justicia, se trató de una empresa criminal que organizó un sofisticado sistema de compra de votos, financiada por personalidades del Atlántico.

(En contexto: Las razones de Aida Merlano para hablar sobre los Char en la Corte Suprema)

De lo que se sabe del testimonio de Merlano en la Corte, que habría durado más de 13 horas, pero del que solo se conocen apartes filtrados en medios, la excongresista les aseguró a los magistrados que los Char financiaron su campaña y el esquema de corrupción electoral que la llevó, en 2018, a conseguir una curul en el Senado. Según Merlano, Alejandro Char, hermano de Arturo Char, le dio dinero para su campaña. Como prueba, la prófuga de la justicia asegura que le entregó a los investigadores egresos, pagarés y cheques. Sin embargo, lo único que se conoce hoy es un video que, dice ella misma, probaría que Alejandro Char le entregó $500 millones para su campaña a la Cámara en 2014.

Esa prueba, revelada por la revista Semana, contiene las grabaciones de una cámara de seguridad que apuntaba hacia un parqueadero. Sin embargo, nunca se ve a Char ni tampoco la entrega del dinero. Merlano le aseguró a la revista Cambio que ese dinero venía empacado de pacas de billetes de $100 mil en una caja grande. Su declaración fue más allá y explicó que todo se trató de un montaje que el mismo Char quería hacerle, según ella, para que la casa Gerlein (de la que ella era muy cercana por su relación sentimental con Julio Gerlein), perdiera poder. En contraste, Merlano ha dicho en repetidas ocasiones que para ese momento ya sostenía otra relación sentimental con Alejandro Char.

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Aunque Merlano no lo mencionó, desde hace años es de público conocimiento la relación del clan Char con la excongesista condenada, en concreto, a través de la candidata Lilibeth Llinás, fórmula a la Cámara de Merlano en 2018, quien fue vinculada a la investigación por corrupción electoral. La Fiscalía le imputó cargos ese año y el juicio en su contra está en audiencias preliminares. Aun así, la entonces cuota de Cambio Radical y de los Char sigue vigente en la política y, según La Silla Vacía, ella es hoy la fórmula de Laureano Acuña, o Gato Volador. Él, aspirante al Senado y Llinás a la Cámara.

(Aquí puede leer detalles de esta historia)

¿Pruebas nuevas?

Hasta ahora no se conoce ninguna otra prueba que vincule al precandidato presidencial al esquema de corrupción electoral de Merlano. Aunque el video de la cámara de seguridad es una pieza procesal nueva, lo cierto es que desde hace al menos un año la gran mayoría de acusaciones de la excongresista contra la casa Char ya eran de público conocimiento. En agosto de 2020, luego de permanecer escondida durante meses, Merlano reapareció ante la opinión pública en una entrevista con la revista Semana que se realizó desde Venezuela, en donde se encuentra desde que se escapó de las autoridades en una teatral fuga. Desde ese momento, la excongresista habló sobre los Char, también denunció que había un plan para silenciarla y lo hizo con nombre propio.

Como en sus recientes declaraciones, en 2020 Merlano señaló que las familias Char y Gerlein le pagaron su escape, que ellos mismos la trataron de matar para que no hablara y que, en su travesía entre Colombia y Venezuela, fue violada. Las mismas acusaciones las ha hecho por estos días, no solo ante la Corte Suprema, sino también en medios de comunicación. La gran diferencia es que ahora la excongresista dijo que denunciará por secuestro y abuso sexual a los Char, aunque todavía no hay ningún documento radicado en la Fiscalía. Por su parte, la defensa del precandidato ha insistido en que es mentira, que Merlano no tiene cómo probar nada de sus denuncias y que él también la denunciará por falso testimonio.

Los nuevos personajes

Desde que Merlano apareció en Venezuela en 2020, ha insistido una y otra vez que tiene todo tipo de pruebas para demostrar los vínculos de otros políticos de la costa en casos de corrupción electoral. En 2022 reafirmó sus declaraciones, pero, al igual que en sus primeras versiones, la excongresista no ha revelado cuáles son esos documentos. Ella misma le dijo a la revista Cambio que tiene una agenda donde anotó todos los pagos que le hizo a candidatos a alcaldías, funcionarios públicos en ejercicio y congresistas, y que también tiene pruebas de cómo varios contratistas se beneficiaron de su relación con Char y los Gerlein, así como del dinero que le entregó a políticos presuntamente, provenientes de los bolsillos de ambas casas políticas.

(En contexto: El expediente de Aída Merlano)

Aunque no es claro todavía si a la Corte Suprema le mencionó los mismos nombres, lo que se sabe es que en medios de comunicación habló de personajes como: Fuad Char, Héctor Amarís, más conocido como el Oso Yogui, José Vargas, Laureano Acuña, conocido como El Gato Volador, Julio Gerlein, Alfredo Varela y José Name (de quien dijo, textualmente, será el primero que le volará la cabeza). De esta lista de nombres, del único que se tiene noticia sobre sus vínculos con este escándalo de corrupción es de Julio Gerlein. Aunque el empresario barranquillero falleció el año pasado, la Fiscalía lo acusó en 2019, luego de recopilar un dossier de pruebas de la trazabilidad de los pagos que Gerlein le habría girado a Merlano para, supuestamente, financiar su entramado criminal.

Esa investigación en contra del empresario arrancó en el ente investigador por petición de la Corte Suprema de Justicia, que ya había identificado a Gerlein como uno de los posibles financiadores del esquema de corrupción que llevó a Merlano a conseguir una curul en el Senado. El alto tribunal le pidió a la Fiscalía que también le siguiera la pista a otros posibles financiadores, sin embargo, el caso de Gerlein ha sido el único que, por ahora, ha avanzado en la justicia. En sus recientes declaraciones, Merlano volvió a mencionar a Julio Gerlein y dijo tener pruebas en su contra, aunque lo cierto es que su participación en este expediente es de público conocimiento, al menos desde 2019.

(Lea también: Los pagos que habría hecho Julio Gerlein a la red de compra de votos de Aida Merlano)

Una pulsera Cartier, una cena romántica y una relación sentimental

La reciente aparición de Merlano giró en torno, en un primer momento, al rededor de unas fotografías con las que quería demostrar que sí tuvo una relación romántica con Alex Char. Aunque era un secreto a voces, la excongresista logró acaparar la atención de la opinión pública, dando detalles del contexto de las imágenes y, además, explicando que esa relación era una prueba más de que Char estuvo detrás del andamiaje corrupto que la llevó al Senado. A medida que fue avanzando el escándalo, se conocieron más detalles: que el precandidato le regaló una cena romántica y también una lujosa pulsera de marca Cartier.

Los detalles de su relación íntima empezaron a acaparar el debate de fondo: un esquema de corrupción electoral en el que estarían implicadas dos de las más importantes casas políticas de la costa Caribe. La publicación de las fotografías obligó a Char a hablar en público sobre lo sucedido, una respuesta poco usual del político, pues son contadas las oportunidades en las que ha dado declaraciones a la prensa. El precandidato aceptó su relación con Merlano y aseguró que era un tema del pasado, que él mismo ya había enfrentado a su familia. Su misma esposa, Katia Nule, dijo este martes 8 de febrero, que el episodio ya estaba en el pasado.

Más allá de aceptar lo sucedido y de los detalles de esa relación amorosa, cuyo trasfondo en realidad sería un escandaloso caso de corrupción, Char aprovechó la oportunidad para desvirtuar lo dicho por Merlano. Además, su defensa, en cabeza del abogado Darío Bazzani, ha insistido en que todo es mentira. “Es una historia que viene de tiempo atrás y que comienza cuando la señora se fuga después de ser condenada por la Corte e inventa un supuesto complot”, explicó el abogado. Y tal y como lo advirtió Merlano, Char también anunció que la denunciará, pero en este caso, tampoco hay todavía un documento radicado en Fiscalía.

Los coletazos jurídicos y políticos

Desde que Merlano le pidió audiencia a la Corte Suprema, a comienzos de este 2022, sectores políticos salieron a revirar, alegando que sus declaraciones coincidirían, inevitablemente, con el inicio de una campaña electoral cuya estabilidad, al menos para los Char, parece ponerse en jaque por cuenta de las denuncias. No solo porque Arturo Char quiere repetir periodo en el Senado, sino porque Alex Char hace parte de la lista de precandidatos a la Presidencia por la coalición Equipo por Colombia.

Si bien habrá que esperar a que próximas encuestas midan el impacto de las denuncias de Merlano en las campañas de los hermanos Char, al menos en el Equipo por Colombia hubo cierta resistencia al tema. Aunque todos cerraron filas alrededor del exalcalde de Barranquilla, prefirieron no adentrarse en el asunto y dejar “todo en manos de la justicia”. Por ahora, en ese ámbito, esta todo por verse. Aunque la defensa de Char asegura que todo lo que dijo Merlano ya está dentro del expediente de la Corte Suprema y no hay nada nuevo, lo cierto es que en este momento no es claro cuál es el material probatorio que entregó la excongresista y cuál fue su testimonio completo en el alto tribunal.

Además, las denuncias que haya podido hacer contra Alex Char deberán pasar a la Fiscalía, pues la Corte solo puede investigar a su hermano, Arturo (por ser congresista), quien quedó en la tras escena de este revuelo de tintes mediáticos, jurídicos y políticos. Mientras tanto, el panorama para Merlano sigue siendo incierto para la justicia colombiana que ya la pidió en extradición. El problema es que, luego de que la Corte hiciera la petición formal, el gobierno Duque transmitió el mensaje al líder político venezolano, Juan Guaidó, que no tiene ningún poder en el vecino país.

Así, la excongresista seguirá siendo una prófuga de la justicia colombiana, que sigue interesada en saber hasta qué punto conoce las entrañas de un esquema de compra de votos que ya cobró su cabeza.

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