Los casos y reveses que llevaron a Enilce López, alias La Gata, a morir en prisión
La exempresaria del chance nunca admitió responsabilidad por ninguno de los casos. En 2023, casi logra la libertad, pero otro crimen la mantuvo presa.
En la madrugada de este domingo, falleció en Barranquilla, Atlántico, una de las mujeres más poderosas de la costa Atlántica. La exempresaria del chance, Enilce López, alias La Gata, murió en la Clínica de la Costa, en la capital atlanticense, tras años padeciendo de múltiples enfermedades que deterioraron gravemente su salud. Aunque pasó más de una década buscando la libertad, nunca pudo librarse de la pena de 37 años de prisión que le fue impuesta por homicidio y sus vínculos con grupos paramilitares en esa región del país entre la década de 1990 y el 2000.
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En la madrugada de este domingo, falleció en Barranquilla, Atlántico, una de las mujeres más poderosas de la costa Atlántica. La exempresaria del chance, Enilce López, alias La Gata, murió en la Clínica de la Costa, en la capital atlanticense, tras años padeciendo de múltiples enfermedades que deterioraron gravemente su salud. Aunque pasó más de una década buscando la libertad, nunca pudo librarse de la pena de 37 años de prisión que le fue impuesta por homicidio y sus vínculos con grupos paramilitares en esa región del país entre la década de 1990 y el 2000.
En contexto: Murió Enilce López, alias la Gata, en Barranquilla
El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) confirmó que el deceso de La Gata se dio sobre las 12:48 de la madrugada en la clínica, a la que tuvo que ser trasladada el pasado 4 de enero por afectaciones en su salud. López permanecía cumpliendo su condena en prisión domiciliaria, debido a que en 2018 un informe médico reveló que para ese momento La Gata padecía 17 enfermedades, dentro de las que se encontraban depresión, hipertensión, hipotensión y cardiopatía, además de un cuadro de desnutrición que la mantenía con un peso de 34 kilos.
Los líos judiciales de Enilce López iniciaron hacia 2006, cuando fue capturada en su casa en Magangué junto a su hermano Arquímedes López. Aunque fue absuelta por este caso, pasó nueve meses presa en la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá, y por complicaciones en su salud desde esa época, tuvo que ser trasladada a la cárcel Rodrigo de Bastidas de Santa Marta, donde permaneció cerca de un año, hasta que fue enviada a prisión domiciliaria. En 2008, recuperó la libertad, pero tres años más tarde, la justicia volvió a encerrarla en prisión hasta el día de su muerte.
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En 2011, el Tribunal Superior de Bogotá la condenó al comprobar que fue promotora del paramilitarismo en la costa Caribe. En esa oportunidad, fue sentenciada a purgar nueve años de prisión por un juez de Bogotá por concierto para delinquir, debido a los vínculos que sostuvo con el bloque Héroes de los Montes de María de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Ese mismo año, se resolvió el caso que la condenó a más de tres décadas de prisión: el asesinato del vigilante Amaury Fabián Ochoa, en junio de 2000.
El caso del vigilante Ochoa derivó en la condena por homicidio y que además puso en evidencia su relación con grupo paramilitares, pues, según el expediente contra La Gata, fue ella quien ordenó a paramilitares que lo asesinaran. Desde 2011, López cumplía la pena por la cual nunca admitió responsabilidad, pero por su delicado estado de salud, se le otorgó el beneficio de casa por cárcel hasta 2013, cuando la Corte Suprema de Justicia ordenó que el Instituto de Medicina Legal realizara una valoración y se determinó que su desnutrición —una de las enfermedades que sufría en esa época— podía ser tratada en la cárcel.
Sin embargo, las complicaciones obligaron a que se le concediera la prisión domiciliaria, pero su estado de salud no impidió que siguiera buscando por distintas vías que se le absolviera. En febrero de 2023, La Gata López estuvo a punto de quedar en libertad, pues aunque un Juzgado de Ejecución de Penas de Barranquilla le concedió la suspensión de la pena por el deterioro de su salud y el INPEC iba a librar su boleta de libertad, se dieron cuenta de que la exempresaria del chance tenía otro lío judicial sin resolver que le truncó sus aspiraciones.
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El asesinato de Nunilia Ester Collazos Díaz, ocurrido en 2001 en Magangué (Bolívar), fue la razón que impidió que La Gata López quedara libre el año pasado. De acuerdo con las investigaciones de ese caso, el poder de Enilce López era tan grande para la época de los hechos, que, supuestamente, valiéndose de la ayuda de paramilitares, orquestó el homicidio de Collazos Días, a quien habían vinculado con una supuesta venta de alucinógenos en el municipio. Desde 2014, un fiscal de derechos humanos le impuso a medida de aseguramiento a López y los otros dos implicados en el hecho y esa pena estaba pendiente.
Enilce La Gata López nunca admitió responsabilidad en ninguno de los casos en los que se le vinculó, pero desde 2018 buscó que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) la acogiera y le otorgara beneficios. El compromiso con el que esa jurisdicción le abriría las ´puertas era que ella aportara información clara y precisa sobre sus vínculos con el paramilitarismo, parapolíticos y su responsabilidad en los crímenes por los que se le vincularon en la justicia ordinaria. Pero, el pasado 27 de diciembre, la JEP le cerró definitivamente sus puertas a la exempresaria.
La JEP determinó que La Gata nunca tuvo realmente interés de aportar a la verdad sobre el conflicto armado en Colombia. Para la Sala de Reconocimiento de Verdad de esa jurisdicción, López tenía que entregar nombres específicos de otras personas relacionadas con el paramilitarismo, la parapolítica y demás delitos con los que se le relacionó. Sin embargo, ella nunca asistió a la audiencia que programó esa jurisdicción para escucharla, lo que llevó a que se determinara que La Gata no haría aportes suficientes a la verdad. Información que ahora se lleva a la tumba.