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La investigación del agente especial del Servicio de Rentas Internas de Estados Unidos Kurt Evan Hartwell documentó cómo entre 2004 y 2011 las mafias del narcotráfico usaron distintas firmas comisionistas de la Bolsa de Colombia para lavar más de US$4 millones. Doce corredores de estas compañías fueron acusados por una corte de Florida porque diseñaron un plan para trasladar al país los millonarios ingresos de estupefacientes cobrados por estas organizaciones ilegales en México y Puerto Rico. Hoy, varios de ellos están colaborando con la justicia colombiana, que indaga los coletazos financieros del descalabro de Interbolsa.
El Espectador conoció que una comisión de la Fiscalía se desplazó a Miami hace dos semanas con el fin de tomarles declaración a algunos comisionistas que fueron extraditados el año pasado a Estados Unidos y que se mostraron dispuestos a detallar cómo el narcotráfico se había tomado varias empresas de corretaje en un negocio redondo. Los investigadores de la Fiscalía regresaron al país con testimonios, correos electrónicos y documentos que constituyen un verdadero arsenal de evidencias que están siendo analizadas en un proceso paralelo al del caso Interbolsa, pero con conexiones y protagonistas en común.
“A nosotros el tema de Interbolsa nos puso en alerta, pero lo cierto es que muchas cosas graves pasaron en la Bolsa y eso es lo que queremos investigar. Además, queremos que la información que Estados Unidos tiene sobre la relación entre ‘narcos’ y corredores nos pueda servir en procesos en Colombia”, le dijo a este diario un alto funcionario de la Fiscalía. Entre tanto, se sabe que hay tres frentes de investigación sobre Interbolsa: el primero tiene que ver con la ‘inflada’ de la acción de Fabricato; el segundo, con los fondos de inversión de Curazao y Luxemburgo, y el tercero, con la información que desde distintas cárceles de EE.UU. entregaron los corredores de la mafia.
El Espectador tuvo acceso a las pruebas de la justicia norteamericana en contra de nueve comisionistas ya extraditados y otros tres que están a días de enfrentar un juicio en la Corte del Distrito Sur de Florida. Los nombres de Manuel Madero Luzardo y Carlos Eduardo Leyton constituyen la piedra angular de las pesquisas de la justicia que salpicaron a las comisionistas Intervalores S.A., Compañía de Profesionales de Bolsa y Stanford S.A. Leyton fue detenido con fines de extradición el 13 de noviembre de 2012, 11 días después de que el emporio de la firma Interbolsa fuera intervenido y liquidado por el gobierno.
Leyton ofició como representante legal o directivo, entre 2005 y 2011, de tres empresas comisionistas que fueron intervenidas por el Estado por operaciones riesgosas con el dinero de sus clientes: Agronegocios S.A., Intervalores S.A. y Proyectar Valores. De esta última es gestor Juan Carlos Ortiz —investigado por el caso Interbolsa y el Fondo Premium, a donde fueron a parar US$174 millones de los que no se volvió a tener noticia—, quien hoy oficia como el hombre detrás del poder en el equipo de fútbol Los Millonarios.
La investigación
Carlos Eduardo Leyton y su mano derecha, la comisionista Fanny Esperanza Gil, utilizaron cuentas bancarias estadounidenses, un negocio en Florida y expedientes comerciales falsos para obtener “el permiso del gobierno colombiano para recibir dólares en una cuenta de Intervalores”. Lo más sofisticado de esta investigación del Servicio de Rentas Internas de Estados Unidos es que la firma Logistical Engineering, la empresa fachada a través de la cual la mafia legalizaba el lavado en Florida, fue creada por agentes norteamericanos y estuvo durante años bajo su control y vigilancia. Leyton y su círculo cayeron redondos. Estados Unidos supo siempre el destino de los dineros y se tomó su tiempo para recoger las pruebas.
Además, un informante confidencial que tenía trato con Leyton y Gil aportó información extra sobre la megaoperación de lavado en las entrañas de la Bolsa de Colombia. Los seguimientos comenzaron en 2004 cuando empezó a moverse el dinero a través de Logistical Engineering. El informante le proporcionó al comisionista Manuel Madero la cuenta bancaria de esta supuesta firma de servicios técnicos y de ingeniería, haciéndole creer que por allí podía legalizar los recursos del narcotráfico. Uno a uno pasaron por allí los corredores procesados en EE.UU.
La operación era sencilla. A través de casas de cambio en México, Puerto Rico, Suiza, así como Nueva York, se consignaban en las cuentas bancarias de estos corredores las ganancias ilícitas que, a su turno, pasaban por el filtro de la empresa Logistical Engineering. Entonces se presentaban facturas falsas a personas colombianas que supuestamente habían prestado sus servicios a esta compañía. Así se disfrazaba el recibo de los ingresos del narcotráfico, con una novedad: los pagos se acreditaban a cuentas que controlaban los comisionistas en firmas como Compañía de Profesionales de Bolsa, Stanford o Intervalores.
En los indictments de Estados Unidos a los que tuvo acceso El Espectador se lee que los 12 comisionistas involucrados movieron dinero de México hacia Estados Unidos y de allí a Colombia. En el caso de Leyton, Gil y Fernando Álvarez, otro comisionista, se movieron más de US$470.000 en siete operaciones financieras. En idénticas transacciones los corredores Luis Glicerio Figueroa, Hugo Sighinolfi Encinales, Daniel Bernal Colmenares, Juliana Rubio y María Margarita Salinas, entre junio de 2007 y octubre de 2008, hicieron circular más de US$2 millones. Y Carlos García, Manuel Madero, Héctor Martínez y Juan Alberto Charria realizaron operaciones por más de US$900.000.
Agentes norteamericanos consiguieron expedientes bancarios, transferencias cablegráficas de la Reserva Federal, correos electrónicos, interceptaciones telefónicas, audiograbaciones y grabaciones en video de reuniones de los corredores, así como entrevistas con informantes confidenciales y otros testigos sobre una de las más grandes operaciones de lavado de la mafia. Así se supo que desde septiembre de 2007 el comisionistas Manuel Madero envió transferencias cablegráficas de negocios cambiarios mexicanos y de un negocio dedicado a exportaciones de vehículos a la cuenta bancaria de Logistical Engineering.
Luego estos fondos pasaban a su cuenta personal en Colombia como cliente de Intervalores. Entre el 28 de junio de 2007 y el 11 de junio de 2012 se grabaron un sinnúmero de reuniones entre Madero, Leyton y Gil, a las que también asistió el testigo protegido de EE.UU. En dichas conversaciones, según la corte federal, reconocieron que los fondos que se transferían a Intervalores se derivaban del narcotráfico. Todos se jactaban de que Logistical Engineering era la cubierta perfecta para sus operaciones. Los agentes norteamericanos seguían atentamente estas conclusiones.
En el aval que la Corte Suprema de Justicia le dio a la extradición de Carlos Eduardo Leyton el pasado 13 de marzo, aparecen datos más reveladores. Por ejemplo, en una conversación grabada, el informante se presentó como un hombre de negocios que recibía dolares en Estados Unidos y que enviaba dicho dinero a Colombia. Así ganó la confianza de estos corredores. También se lee que Carlos Eduardo Leyton era quien vigilaba cada una de las operaciones de su círculo de comisionistas. Su colaboradora Fanny Gil estaba encargada de la elaboración de los cheques o transferencias electrónicas para pagarles a Madero y los demás.
“Madero utilizaba los pesos colombianos para pagarse a sí mismo, al personal de la empresa, a corredores que tramitaban la transferencia, y a los narcotraficantes que eran los dueños del dinero o a sus intermediarios”, se lee en el concepto de la Corte Suprema. Lo increíble es que mientras la mafia juraba que su operación era impecable, que la Bolsa de Colombia estaba en sus manos a través de algunos comisionistas y que podía mover dinero a sus anchas sin ser descubierta por cuenta de su sofisticada red financiera, Estados Unidos los tuvo en la mira desde el año 2004. Hoy los protagonistas de la mayor infiltración del narcotráfico en los círculos de la Bolsa de Colombia están dispuestos a seguir destapando la olla.
Uno de los que ya testificaron es el corredor Manuel Madero Luzardo. Las claves de cómo penetró la mafia a la Bolsa las tiene Estados Unidos. La Fiscalía está convencida de que si indaga por esa vía, encontrará también las claves de lo ocurrido con Interbolsa. Por lo pronto, el organismo investigador multiplicó sus frentes para rastrear en redondo ya no sólo los escandalosos episodios con los repos de Fabricato —con Alessandro Corridori, Juan Carlos Ortiz, Víctor Maldonado, Tomás y Rodrigo Jaramillo a la cabeza—, sino además establecer los hilos sueltos del narcotráfico de los que no se ocupó EE.UU.
El cuestionado comisionista Carlos Leyton
Sólo falta el aval del presidente Juan Manuel Santos para que el cuestionado comisionista de bolsa Carlos Eduardo Leyton Sinisterra sea extraditado a Estados Unidos, donde se le investiga por supuesto lavado de activos. El 13 de marzo la Corte Suprema de Justicia dio concepto favorable respecto al envío de Leyton a ese país. En noviembre pasado, el cuestionado corredor, de 48 años de edad, fue capturado con fines de extradición. De esta forma se dio fin a una carrera con bastantes altibajos. Hasta ese momento Leyton había sido representante legal de tres corredoras de bolsa que terminaron intervenidas por la Superintendencia de Valores por engaños y malos manejos del dinero de sus clientes: Agronegocios S. A., Intervalores S. A. y Proyectar Valores. Esta última cuestionada, además, por mover dineros del cuestionado clan Nule. Ahora Leyton se prepara para enfrentar la justicia estadounidense.