Los expedientes engavetados en un juzgado militar de Ocaña

Aun duele mucho el asesinato por militares del suboficial Raul Carvajal, es terrible que la fuerza pública sea cómplice de la muerte de sus propios empleados, qué triste; habrá Paz cuando los militares culpables confiesen y pidan perdón a las familias.

La destitución "fulminante" tardó años en llegar pero, bueno, al menos llegó

No sólo es echar gente por inepta o encubridora, eso es lo administrativo; son los cargos penales por los vencimientos de términos acaecidos; las demandas que ha pagado el estado y hacer reposicion de las mismas; los recursos usados en valde sin efecto alguno. Hay que ser más exaustivos. Aplica también para los militares y demás funcionarios del estado con relación directa con esas investigaciones.

Si por la justicia penal militar llueve, por la justicia ordinaria no escampa. Que bueno que en los consejos seccionales de disciplina judicial tuviesemos un funcionario con la actividad, el dinamismo, el entusiasmo como el Director de la justicia penal Militar.

Toda una empresa criminal con tentáculos por todos lados. Desde los tiempos de Luis Camilo Osorio, el tristemente célebre fiscal al servicio de Uribe cuando comenzó la matanza de civiles inermes y humildes, las gavetas fueron el destino de las investigaciones. Ahora pasaremos años leyendo cada día la bitácora de tanta ignominia en nombre de la "seguridad democrática y la confianza inversionista". Excecrable todo lo que ocurrió en ese período siniestro de nuestra desgraciada historia.