Los “peros” a una eventual extradición de “Otoniel” a EE.UU.
Ante la posibilidad de que el recientemente capturado líder del Clan del Golfo termine ante las autoridades estadounidenses, crecen las voces que apuntan a que su envío terminará asegurando la impunidad en delitos tan graves como violencia sexual, masacres y verdades sobre el nacimiento de las autodefensas en los años noventa de la mano de la Casa Castaño.
David Escobar Moreno
Con Otoniel en poder de las autoridades, son varias las preguntas que surgen con respecto al futuro judicial que tendría el recientemente capturado líder del Clan del Golfo, el grupo armado sucesor del paramilitarismo más grande en Colombia y que, según cifras de la fuerza pública, está conformado por 3.500 hombres. Fuentes militares y de Policía comentan que el futuro de Otoniel estaría en Estados Unidos, donde dos cortes federales lo solicitan por delitos de narcotráfico. Incluso, el ministro de Defensa, Diego Molano, señaló el pasado fin de semana que el trámite de extradición será iniciado de manera conjunta entre Fiscalía y el Ministerio de Justicia.
Sin embargo, a las pocas horas de su captura, organizaciones sociales y abogados de víctimas del conflicto expresaron sus preocupaciones sobre la eventual extradición del peligroso narcoparamilitar, quien tiene una extensa hoja de vida criminal por graves delitos, como acceso carnal abusivo con menor de catorce años, asesinatos, desplazamiento forzado, entre otros. Además, Otoniel participó de la masacre paramilitar de Mapiripán en 1997 mientras militaba en las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Fundamentalmente, la preocupación que existe es que Otoniel termine procesado en Estados Unidos y que los procesos penales en Colombia queden en ceros.
Galería: las nuevas fotos de Otoniel en su registro de detención
En la justicia colombiana, Otoniel tiene en su contra 122 órdenes de captura y siete medidas de aseguramiento por delitos como homicidio, reclutamiento, concierto para delinquir, secuestro extorsivo, terrorismo y narcotráfico. Incluso, el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, señaló que Otoniel es el determinador de la muerte de al menos 100 hombres de la institución policial que lo persiguieron durante los últimos años en la operación Agamenón. Además, su pasado criminal está vinculado totalmente con la creación y expansión del paramilitarismo en Colombia a finales de los años noventa y principios de este siglo.
Lo que viene para el Clan del Golfo tras la captura de alias “Otoniel”
Otoniel y su fallecido hermano Juan de Dios Úsuga albergaron el ADN de los fundadores de las Auc: los hermanos Carlos y Vicente Castaño en Urabá y los Llanos Orientales. Otoniel fue ficha clave de alias Don Mario en la creación del temido bloque Centauros, una estructura criminal que fue ideada por Vicente Castaño para expandir sus negocios al margen de la ley en las llanuras del departamento del Meta. Otoniel es señalado por las autoridades de haber participado con otros 100 paramilitares en la masacre de un número indeterminado de campesinos en Mapiripán en julio de 1997.
El Bloque Centauros en los Llanos Orientales fue la puntada inicial de lo que luego sería el Bloque Capital en Bogotá, liderado por Henry de Jesús López, alias Mi Sangre (antiguo líder de la Oficina de Envigado), el narcotraficante Miguel Arroyave y el propio Don Mario. A bordo de este tridente criminal estaba un joven Otoniel, pero curtido en crimen organizado. Por cuenta de esta estructura criminal que llegó a la capital pasaron una buena parte de los crímenes de alto calibre que eran perpetrados en Bogotá desde finales de los años noventa y que eran preparados en los conocidos centros comerciales Sanandresitos, donde hoy el Clan del Golfo tiene conexiones.
Una de las primeras voces en contra de la posible extradición de Otoniel fue la del Colectivo José Alvear Restrepo, que representa a las víctimas de la masacre de Mapiripán. Los abogados señalaron que el narcoparamilitar primero debe responder por “crímenes de lesa humanidad, dentro de ellos masacres, asesinatos de líderes sociales, delitos sexuales, todos ellos mucho más graves que el delito de narcotráfico. Su extradición sería un mecanismo de impunidad donde puede terminar negociando sus penas, cambiando su identidad y quedándose allá. Esto sería una burla a las víctimas en Colombia y sus derechos a la verdad y la justicia. Exigimos que no sea extraditado”.
Otra voz crítica es la de la investigadora del conflicto Norma Vera, quien ha denunciado hasta en Naciones Unidas las decenas de abusos sexuales que sufrieron mujeres y menores de edad en medio del conflicto por parte del exjefe paramilitar Hernán Giraldo, quien fue extraditado en 2008 y volvió en febrero de 2021. “Sería una gran decepción para las víctimas en delitos tan delicados como la violencia sexual. La justicia colombiana no tiene como prioridad estos delitos y puede que termine pasando lo que pasó con las víctimas de Giraldo”, señaló la investigadora que hace veeduría sobre la situación de orden público en la costa Caribe.
El abogado de víctimas Germán Romero señaló que sería clave que Otoniel se quedara en Colombia para poder esclarecer qué agentes estatales le ayudaron durante años a no ser capturado. “La Comunidad de Paz de San José de Apartadó siempre denunció la presencia y crímenes del Agc (Clan del Golfo) en Apartadó. En ese sentido, es clave preguntarse si la justicia colombiana va a interrogar a Otoniel para esclarecer la articulación con la Fuerza Pública en esa región de Urabá y Córdoba”.
Jorge Molano, quien también ha representado a víctimas del conflicto, coincide con los puntos expuestos por la investigadora Vera y el abogado Romero en cuanto a esclarecer los vínculos que pudo tener Otoniel con agentes del Estado y que no ocurra lo que pasó con delincuentes como los narcotraficantes el Tuso Sierra o el antiguo jefe de la Oficina de Envigado, alias Rogelio, quienes terminaron en Estados Unidos con pocas o nulas aportaciones en la justicia colombiana. Además, señala que “en estos momentos la Fiscalía debería estar adelantando diligencias con Otoniel para que se indaguen varios aspectos que puedan aportar a la verdad y la justicias de las víctimas”.
Las razones de EE.UU. para pedir a “Otoniel” en extradición
El escenario hipotético en EE.UU.
El Espectador se contactó con dos personas que conocen de cerca la entraña del Clan del Golfo y la familia de alias Otoniel. Uno de ellos, quien pide anonimato por motivos de seguridad, señala que “seguramente irá a juicio pues la Fiscalía se negará a hacer acuerdos con una persona de tal perfil. Es un trofeo para los americanos y con él tratan de enviar el mensaje de que la justicia americana es estricta. Siendo así no tiene motivo alguno para hablar de nada ni de nadie, y si llegare a hablar de algo, será sujeto a reserva por los agentes y fiscales federales, información que nunca se comparte con Colombia. Eso de ser ‘aliados’ es solo a conveniencia de los americanos”.
Y agregó: “Dónde queda Colombia? En ningún lado. En Estados Unidos se respeta que el procesado o condenado no quiera hablar con ninguna autoridad diferente a la americana, así lo hizo el Chapo, y otros tantos de alto perfil. Sus secretos se quedarán en una tumba de su celda americana, y aquí ‘todos bien, gracias’; los políticos y la prensa colombiana siempre caen en lo mismo: ‘En EE.UU los ponen a cantar’, y para qué hablar si de todas formas le espera una pena mínima de 35 años. No le darán un día de rebaja”. Dos abogados que han tenido experiencia con paramilitares y narcotraficantes ante la justicia de los Estados Unidos señalan que Otoniel, de tocar suelo de los Estados Unidos, no volverá.
Uno de ellos afirma que “el primer consejo legal que da un abogado americano a su cliente es no hablar salvo que eso le genere una reducción de pena sustancial. Como no le ofrecerán nada a Otoniel o casi nada, mejor el silencio, no tiene sentido hablar”. Otro penalista dice que ve un panorama aún más difícil porque son dos cortes las que requieren a Otoniel. “Lo que los abogados del capo apuntarán es intentar bajar las agravaciones de de los delitos que le imputen y que eso quede solo en narcotráfico, sin cargos de terrorismo. En mi concepto, no volveremos a ver a Otoniel en Colombia”, puntualizó el penalista que asesoró a grandes capos de los Llanos Orientales, el Valle del Cauca y Boyacá.
Las cuatro fuentes consultadas aseguran que sería más descabellado que Otoniel termine pidiendo pista en la JEP, ya que cuando se desmovilizó del Bloque Centauros en 2004, siguió delinquiendo. Además, apunta una de las fuentes, “Él mismo Acuerdo de Paz dice en uno de sus apartes que el Estado debe combatir a las estructuras neoparamilitares, como el Clan del Golfo, y Otoniel justamente representa a esas estructuras”. Por ahora, además de la declaración del ministro de Defensa, no se sabe sobre el paradero en materia judicial del que, hasta hace tres días, era uno de los hombres más buscados en Colombia.
Con Otoniel en poder de las autoridades, son varias las preguntas que surgen con respecto al futuro judicial que tendría el recientemente capturado líder del Clan del Golfo, el grupo armado sucesor del paramilitarismo más grande en Colombia y que, según cifras de la fuerza pública, está conformado por 3.500 hombres. Fuentes militares y de Policía comentan que el futuro de Otoniel estaría en Estados Unidos, donde dos cortes federales lo solicitan por delitos de narcotráfico. Incluso, el ministro de Defensa, Diego Molano, señaló el pasado fin de semana que el trámite de extradición será iniciado de manera conjunta entre Fiscalía y el Ministerio de Justicia.
Sin embargo, a las pocas horas de su captura, organizaciones sociales y abogados de víctimas del conflicto expresaron sus preocupaciones sobre la eventual extradición del peligroso narcoparamilitar, quien tiene una extensa hoja de vida criminal por graves delitos, como acceso carnal abusivo con menor de catorce años, asesinatos, desplazamiento forzado, entre otros. Además, Otoniel participó de la masacre paramilitar de Mapiripán en 1997 mientras militaba en las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Fundamentalmente, la preocupación que existe es que Otoniel termine procesado en Estados Unidos y que los procesos penales en Colombia queden en ceros.
Galería: las nuevas fotos de Otoniel en su registro de detención
En la justicia colombiana, Otoniel tiene en su contra 122 órdenes de captura y siete medidas de aseguramiento por delitos como homicidio, reclutamiento, concierto para delinquir, secuestro extorsivo, terrorismo y narcotráfico. Incluso, el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, señaló que Otoniel es el determinador de la muerte de al menos 100 hombres de la institución policial que lo persiguieron durante los últimos años en la operación Agamenón. Además, su pasado criminal está vinculado totalmente con la creación y expansión del paramilitarismo en Colombia a finales de los años noventa y principios de este siglo.
Lo que viene para el Clan del Golfo tras la captura de alias “Otoniel”
Otoniel y su fallecido hermano Juan de Dios Úsuga albergaron el ADN de los fundadores de las Auc: los hermanos Carlos y Vicente Castaño en Urabá y los Llanos Orientales. Otoniel fue ficha clave de alias Don Mario en la creación del temido bloque Centauros, una estructura criminal que fue ideada por Vicente Castaño para expandir sus negocios al margen de la ley en las llanuras del departamento del Meta. Otoniel es señalado por las autoridades de haber participado con otros 100 paramilitares en la masacre de un número indeterminado de campesinos en Mapiripán en julio de 1997.
El Bloque Centauros en los Llanos Orientales fue la puntada inicial de lo que luego sería el Bloque Capital en Bogotá, liderado por Henry de Jesús López, alias Mi Sangre (antiguo líder de la Oficina de Envigado), el narcotraficante Miguel Arroyave y el propio Don Mario. A bordo de este tridente criminal estaba un joven Otoniel, pero curtido en crimen organizado. Por cuenta de esta estructura criminal que llegó a la capital pasaron una buena parte de los crímenes de alto calibre que eran perpetrados en Bogotá desde finales de los años noventa y que eran preparados en los conocidos centros comerciales Sanandresitos, donde hoy el Clan del Golfo tiene conexiones.
Una de las primeras voces en contra de la posible extradición de Otoniel fue la del Colectivo José Alvear Restrepo, que representa a las víctimas de la masacre de Mapiripán. Los abogados señalaron que el narcoparamilitar primero debe responder por “crímenes de lesa humanidad, dentro de ellos masacres, asesinatos de líderes sociales, delitos sexuales, todos ellos mucho más graves que el delito de narcotráfico. Su extradición sería un mecanismo de impunidad donde puede terminar negociando sus penas, cambiando su identidad y quedándose allá. Esto sería una burla a las víctimas en Colombia y sus derechos a la verdad y la justicia. Exigimos que no sea extraditado”.
Otra voz crítica es la de la investigadora del conflicto Norma Vera, quien ha denunciado hasta en Naciones Unidas las decenas de abusos sexuales que sufrieron mujeres y menores de edad en medio del conflicto por parte del exjefe paramilitar Hernán Giraldo, quien fue extraditado en 2008 y volvió en febrero de 2021. “Sería una gran decepción para las víctimas en delitos tan delicados como la violencia sexual. La justicia colombiana no tiene como prioridad estos delitos y puede que termine pasando lo que pasó con las víctimas de Giraldo”, señaló la investigadora que hace veeduría sobre la situación de orden público en la costa Caribe.
El abogado de víctimas Germán Romero señaló que sería clave que Otoniel se quedara en Colombia para poder esclarecer qué agentes estatales le ayudaron durante años a no ser capturado. “La Comunidad de Paz de San José de Apartadó siempre denunció la presencia y crímenes del Agc (Clan del Golfo) en Apartadó. En ese sentido, es clave preguntarse si la justicia colombiana va a interrogar a Otoniel para esclarecer la articulación con la Fuerza Pública en esa región de Urabá y Córdoba”.
Jorge Molano, quien también ha representado a víctimas del conflicto, coincide con los puntos expuestos por la investigadora Vera y el abogado Romero en cuanto a esclarecer los vínculos que pudo tener Otoniel con agentes del Estado y que no ocurra lo que pasó con delincuentes como los narcotraficantes el Tuso Sierra o el antiguo jefe de la Oficina de Envigado, alias Rogelio, quienes terminaron en Estados Unidos con pocas o nulas aportaciones en la justicia colombiana. Además, señala que “en estos momentos la Fiscalía debería estar adelantando diligencias con Otoniel para que se indaguen varios aspectos que puedan aportar a la verdad y la justicias de las víctimas”.
Las razones de EE.UU. para pedir a “Otoniel” en extradición
El escenario hipotético en EE.UU.
El Espectador se contactó con dos personas que conocen de cerca la entraña del Clan del Golfo y la familia de alias Otoniel. Uno de ellos, quien pide anonimato por motivos de seguridad, señala que “seguramente irá a juicio pues la Fiscalía se negará a hacer acuerdos con una persona de tal perfil. Es un trofeo para los americanos y con él tratan de enviar el mensaje de que la justicia americana es estricta. Siendo así no tiene motivo alguno para hablar de nada ni de nadie, y si llegare a hablar de algo, será sujeto a reserva por los agentes y fiscales federales, información que nunca se comparte con Colombia. Eso de ser ‘aliados’ es solo a conveniencia de los americanos”.
Y agregó: “Dónde queda Colombia? En ningún lado. En Estados Unidos se respeta que el procesado o condenado no quiera hablar con ninguna autoridad diferente a la americana, así lo hizo el Chapo, y otros tantos de alto perfil. Sus secretos se quedarán en una tumba de su celda americana, y aquí ‘todos bien, gracias’; los políticos y la prensa colombiana siempre caen en lo mismo: ‘En EE.UU los ponen a cantar’, y para qué hablar si de todas formas le espera una pena mínima de 35 años. No le darán un día de rebaja”. Dos abogados que han tenido experiencia con paramilitares y narcotraficantes ante la justicia de los Estados Unidos señalan que Otoniel, de tocar suelo de los Estados Unidos, no volverá.
Uno de ellos afirma que “el primer consejo legal que da un abogado americano a su cliente es no hablar salvo que eso le genere una reducción de pena sustancial. Como no le ofrecerán nada a Otoniel o casi nada, mejor el silencio, no tiene sentido hablar”. Otro penalista dice que ve un panorama aún más difícil porque son dos cortes las que requieren a Otoniel. “Lo que los abogados del capo apuntarán es intentar bajar las agravaciones de de los delitos que le imputen y que eso quede solo en narcotráfico, sin cargos de terrorismo. En mi concepto, no volveremos a ver a Otoniel en Colombia”, puntualizó el penalista que asesoró a grandes capos de los Llanos Orientales, el Valle del Cauca y Boyacá.
Las cuatro fuentes consultadas aseguran que sería más descabellado que Otoniel termine pidiendo pista en la JEP, ya que cuando se desmovilizó del Bloque Centauros en 2004, siguió delinquiendo. Además, apunta una de las fuentes, “Él mismo Acuerdo de Paz dice en uno de sus apartes que el Estado debe combatir a las estructuras neoparamilitares, como el Clan del Golfo, y Otoniel justamente representa a esas estructuras”. Por ahora, además de la declaración del ministro de Defensa, no se sabe sobre el paradero en materia judicial del que, hasta hace tres días, era uno de los hombres más buscados en Colombia.