Los prejuicios machistas de la Procuraduría en el caso de Modesto Aguilera
La entidad que dirige Margarita Cabello le pidió a la Corte Suprema cerrar el expediente contra el representante a la Cámara, cercano al clan Char. Lo hizo, dice el alto tribunal, echando mano de argumentos machistas e inaceptables en un caso en el que una mujer denunció al congresista por acoso sexual violento.
La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia tiene suficientes pruebas para afirmar que Modesto Aguilera Vides tiene que ir a juicio por, supuestamente, haber acosado sexual y violentamente a una joven barranquillera en octubre de 2020. El alto tribunal dejó constancia de sus hallazgos en un documento de 129 páginas en el que llamó a juicio al representante a la Cámara por el delito de acoso sexual violento contra Guisella Mejía Viana. Además de explicar las pruebas que hay en contra del político cercano al clan Char, el alto tribunal criticó la posición que tomó la Procuraduría en este expediente por echar mano de perjuicios machistas.
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La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia tiene suficientes pruebas para afirmar que Modesto Aguilera Vides tiene que ir a juicio por, supuestamente, haber acosado sexual y violentamente a una joven barranquillera en octubre de 2020. El alto tribunal dejó constancia de sus hallazgos en un documento de 129 páginas en el que llamó a juicio al representante a la Cámara por el delito de acoso sexual violento contra Guisella Mejía Viana. Además de explicar las pruebas que hay en contra del político cercano al clan Char, el alto tribunal criticó la posición que tomó la Procuraduría en este expediente por echar mano de perjuicios machistas.
Aguilera Vides está inmerso en este proceso judicial desde 2o22. El 8 de marzo de ese año, Mejía Viana denunció oficialmente que había sido víctima del miembro del partido Cambio Radical una noche entre octubre y noviembre de 2020 en la habitación de un hotel de Barranquilla. Lo que la joven le contó al menos tres veces a las autoridades es que su primo, Jonathan Torregosa, la invitó a un encuentro de jóvenes interesados en política con el congresista. Lo que se lee en el expediente es que su familiar la dejó sola con Aguilera en una habitación y él, según la denuncia, se abalanzó sorpresivamente sobre ella.
La acusación, conocida por este diario, señala que el representante la sujetó de los hombros, la besó en el cuello y le tocó los senos en contra de su voluntad. Pese a su “continuo y discernible rechazo de la denunciante”, continúa la Sala de Instrucción, se bajó el pantalón y se masturbó en frente de Guisella Mejía Viana. El alto tribunal recopiló decenas de testimonios y pruebas documentales para afirmar que existen indicios serios y graves de que Aguilera Vides cometió el delito y esas mismas evidencias las tuvo en cuenta la Procuraduría para afirmar justamente lo contrario de lo que sostiene la Corte: que no hay pruebas en contra del congresista.
El problema de la posición de la entidad en cabeza de Margarita Cabello es que optó por utilizar prejuicios machistas que en reiteradas ocasiones la justicia colombiana e internacional han criticado por su impertinencia en casos como el de Guisella Mejía Viana. En esta oportunidad, la Sala de Instrucción se encargó de poner en cintura al Ministerio Público, que desacreditó por completo el testimonio de la denunciante, le restó importancia y consideró que la presunta víctima no actúo como “se esperaba” solo por el simple hecho de que la mujer no rechazó activamente el acto sexual, no escapó del lugar y no denunció de inmediato.
Para el alto tribunal, esa posición es “inadmisible” por una razón: perpetúa conceptos machistas sobre el “comportamiento que se cree deben o deberían asumir las mujeres frente a la amenaza de una agresión sexual”. En otras palabras, explica la propia Sala de Instrucción, si una mujer no opone una reacción física a un avance sexual es porque consiente su realización. En el caso en estudio, la fórmula, dice la Corte, sería: como Guisella Mejía Viana “no ejecutó actos de resistencia física para evitar la interacción sexual” con Modesto Aguilera, entonces accedió voluntariamente “al contacto sexualizado”.
En este punto, el alto tribunal recordó lo que la justicia ha dicho sobre estas posiciones: que son discriminatorias y contrarias a la dignidad de la víctima, pues pone sobre ella la carga de evitar un acto violento y no en el agresor de no ejecutarlo. Además de desconocer la jurisprudencia nacional en internacional, la Procuraduría, señala la Sala, no tuvo en cuenta un dato adicional, clave a la luz de los argumentos que expuso: Mejía Vina sí rechazó el acto. Así lo señaló en su denuncia y en las ampliaciones que hizo de su relato, por ejemplo ante la propia Corte, en donde relató que ella mismo lo empujó con sus manos y le pidió respeto.
“El cuerpo no me daba para gritar. Tampoco podría irme porque no tenía un peso en efectivo para irme. Cuando él empieza a masturbarse, porque lo hizo delante mío, yo la verdad que me sentí acosada, vulnerada y humillada”, agregó la denunciante. La entidad en cabeza de Margarita Cabello no se quedó únicamente en ese argumento, machista para la Corte, sino que fue más allá. Para sostener que el alto tribunal no tenía cómo llamar a juicio a Aguilera, la Procuraduría señaló que no había cómo comprobar que entre el representante y Mejía Viana no existía una relación de subordinación o de poder y que solo se trató de un relación entre mayores de edad.
Sin embargo, la Sala explicó en más de 30 páginas por qué sí hay pruebas para demostrar que la denunciante sí estaba sometida a un vínculo asimétrico: Aguilera “no solo es un hombre adulto con amplia trayectoria política e influencia regional”, sino que además le había conseguido trabajo a dos familiares de la víctima, por lo que cualquier acto en su contra podía afectarlos. Justamente eso mismo sucedió. Luego de que Mejía Viana le contó a su familia lo sucedido en la habitación del hotel en Barranquilla, sus hermanos fueron despedidos.
Este diario acudió a la oficina de prensa de la Procuraduría, y aunque se presentaron los elementos para ubicar a la procuradora del caso y conocer su opinión como entidad, no se obtuvo respuesta. Por su parte, Modesto Aguilera siempre ha defendido su inocencia. Durante el proceso en la Corte, le restó importancia a la denuncia de Mejía Viana, dijo que no la conoce y que su denuncia tiene motivos políticos y económicos. El congresista aseguró que el caso arrancó justamente días antes de las elecciones de 2022 y que, además, detrás del caso habría “enemigos políticos dentro del partido” que quieren verlo caer. Sin embargo, el representante no entregó nombres ni evidencias sobre los supuestos intereses en verlo en el banquillo de los acusados, como sucederá durante el juicio en su contra que está a semanas de iniciar en la Corte Suprema.
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