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José Eduardo González, militar, exparamilitar y exjefe de seguridad de Ecopetrol, es el nuevo protagonista del conflicto armado aceptado en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Después de cuatro años desde que González presentó su solicitud, la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas aceptó el esquema de presentación de verdad que propuso. Se sometió a cambio de suspender el accionar de la justicia ordinaria, que le sigue la pista en ocho procesos, dos de ellos como jefe de seguridad de Ecopetrol y seis de ellos como segundo comandante del Frente Lanceros de las Autodefensas.
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La hoja de vida de González es particular. Inició su carrera en el Ejército en 1982 y la terminó en 1995, cuando su tío, el general retirado Antonio Sánchez Vargas, le propuso trabajar con Ecopetrol. La palanca era clara, pues su tío era el director de Seguridad Nacional de la principal empresa de petróleos del país. “Me manifestó que precisamente estaban buscando un oficial idóneo que ayudara a cambiar las estrategias de seguridad en Barrancabermeja por la importancia estratégica no solo para la empresa sino para el país y el momento que estaba viviendo la empresa”, explicó.
Sin embargo, su llegada a Ecopetrol tenía otro matiz, como reveló en su solicitud a la JEP. Explicó que para 1996 o 1997, en la casa de huéspedes de la refinería, se reunió con su tío, con el director corporativo de Seguridad de Ecopetrol, Maco Tulio Restrepo, y el jefe de seguridad de la refinería de Barrancabermeja, coronel Óscar Virgüez. Todo para “estudiar y crear las condiciones para el ingreso de las autodefensas al sur de Bolívar, al Magdalena Medio y a Barrancabermeja”, agregó.
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La preocupación de la empresa, según explicó el compareciente, es que la zona era de gran influencia para tres de las gerencias estratégicas de Ecopetrol. Además, se estaban presentando gran cantidad de atentados terroristas y extorsiones, y una fuerte presencia de guerrillas, en especial del Eln. Entre las contribuciones de Ecopetrol al paramilitarismo, según González, estuvo la contratación de un helicóptero UH1H, autorizado por el coronel (r) Virgüez para apoyar transporte de personal, de municiones y logística para las Autodefensas.
Además, el compareciente aseguró que se les hizo otro tipo de aportes de los paramilitares: “Inflando la cantidad de efectivos reportados como tropas al servicio de las diferentes gerencias de Ecopetrol, tanto del batallón Nueva Granada como del Batallón N° 45 Héroes de Majagual. Para que quedaran dentro del convenio Interinstitucional a cambio de colaborar con las incursiones de las Autodefensas”.
De otro lado, González hizo aportes con respecto a la relación del paramilitarismo y los denominados “grupos especiales” de la Quinta Brigada del Ejército, entre 1986 y 1987; las posibles causas de la muerte del exsenador Jaime Pardo Leal; la relación de la Fuerza Pública con la creación de las autodefensas en Urabá; los primeros grupos de autodefensas; y sobre el entrenamiento del mercenario israelí Yair Klein a las autodefensas campesinas.
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Ante la JEP, el exjefe de seguridad de Ecopetrol se comprometió a presentar un proyecto productivo integral, el cual estaría conformado por la creación de dos cooperativas integradas por víctimas del paramilitarismo en Barbosa y Barrancabermeja (Santander). Asimismo, un programa para la recolección de residuos orgánicos residenciales de sus áreas urbanas y los desechos agroindustriales en el área rural. Incluso, aseguró que podría entregar un cuadro al óleo como símbolo reparador.
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