Los testigos que hundieron a Jorge Visbal Martelo

Salvatore Mancuso, “Ernesto Báez” y “Don Berna” le contaron a la Fiscalía cómo el exembajador “se aprovechó” de su presidencia en Fedegán para apoyar el paramilitarismo en la Costa Caribe.

DIANA DURÁN NÚÑEZ
21 de junio de 2018 - 03:00 a. m.
Jorge Visbal Martelo fue presidente de Fedegán desde 1991 hasta 2004.  / Archivo El Espectador
Jorge Visbal Martelo fue presidente de Fedegán desde 1991 hasta 2004. / Archivo El Espectador
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Jorge Visbal Martelo ha sido senador de la U, presidente de Fedegán durante 13 años, embajador y hombre cercano tanto al expresidente Álvaro Uribe como al presidente Juan Manuel Santos. La pulcritud de su hoja de vida empezó a tambalear en julio de 2011, cuando se abrió investigación formal en su contra por nexos con grupos paramilitares. En marzo de 2012, la Fiscalía ordenó su detención preventiva y Visbal Martelo, entonces embajador ante Perú, viajó a Colombia a entregarse. El vicefiscal Jorge Perdomo lo dejó libre y el caso quedó sometido a un vaivén entre la Corte Suprema y la Fiscalía que reclamaban competencia para manejarlo. Al final quedó en manos de la Fiscalía, la cual acaba de obtener su condena.

“El procesado, desde el año 1998 y hasta el año 2005, mantuvo nexos con miembros del denominado estado mayor de las autodefensas y, además, formó parte de un grupo especial asesor”, señaló la Fiscalía al pedir su condena. En su favor hablaron tres expresidentes: Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y Ernesto Samper. En el período de este último fue, precisamente, que comenzaron las movidas cuestionadas de Visbal Martelo, según documentó la justicia. Como miembro del Consejo Nacional de Paz que creó Samper, Visbal Martelo “nunca tuvo autorización del Gobierno Nacional para tener acercamientos con integrantes de las autodefensas”.

(Lea: Exsenador Jorge Visbal Martelo, condenado por nexos con paramilitares)

El Juzgado Quinto Penal del Circuito Especializado concluyó que Visbal Martelo era culpable del delito de concierto para delinquir agravado. Para condenarlo, el juzgado tuvo en cuenta testimonios como el de Salvatore Mancuso, quien aseguró que Visbal Martelo había empezado a forjar sus vínculos con los paramilitares tras haberse convertido en “víctima directa del actuar de grupos guerrilleros y aprovechando la condición que por aquel entonces ostentaba, como presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan)”. Según la justicia, Visbal Martelo abusó de su posición de liderazgo en Fedegán para empezar a tener encuentros con la cúpula de las Auc.

La familia del exsenador es de Corozal (Sucre) y vivía del negocio del ganado. En los años 80, ser ganadero en la Costa era realmente difícil o peligroso, y la familia Visbal Martelo lo vivió en carne propia: su tío, mentor y ex gobernador de Sucre, Nelson Martelo, fue secuestrado y luego asesinado por las Farc. Mancuso afirmó que Visbal Martelo y el gremio ganadero, en general, tenían una afinidad ideológica con las autodefensas. En sus declaraciones bajo juramento, Visbal Martelo aseguró que cualquier contacto con jefes paramilitares fue en nombre de la paz, por la cual —dijo— también trabajó desde el Consejo Nacional de Paz que apoyó diálogos con el Eln.

Mancuso, además, dijo en sus declaraciones que Visbal Martelo les había pedido a las Auc que “hicieran presencia en determinados sitios de la geografía nacional, so pretexto de combatir la presencia guerrillera y los supuestos abusos de que eran víctimas, ante el proceder omisivo de las fuerzas del Estado (…) reconoció la afinidad del procesado con los integrantes del alto mando de las autodefensas, que paulatinamente se fue afianzando cada que se hacían más frecuentes los encuentros, pues él como ganadero también había sido víctima de la subversión”. El exjefe paramilitar agregó que Visbal Martelo y los ganaderos de esa región pagaban un “tributo” por la seguridad que los paramilitares les prestaban.

Las palabras de Mancuso fueron respaldadas por otro exjefe “para”: Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez. Confirmó haber visto a Visbal Martelo con frecuencia y aseveró que lo conoció por medio del jefe paramilitar Carlos Castaño en 1998. “Este deponente refirió que Visbal Martelo era muy allegado al comandante Castaño y dejó entrever que no necesariamente todos los encuentros con los máximos dirigentes de las Auc obedecía(n) a las negociaciones orientadas hacia los diálogos de paz”, se lee en el fallo. Duque agregó que Visbal Martelo hizo parte de una reunión que fue bautizada “la cumbre”, organizada en el año 2002 en la finca La Veintiuno, ubicada en San Pedro de Urabá.

Se trataba de una de las propiedades preferidas por los Castaño para reunirse con sus aliados, la cual fue incautada en octubre de 2017 y ahora es parte del inventario de la Unidad de Víctimas. A ese encuentro, mencionó Ernesto Báez, habrían asistido los jefes “paras” Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40; Ramiro Cuco Vanoy; Carlos Mauricio García, alias Doble Cero, y la habría encabezado Carlos Castaño, quien desapareció hacia el año 2004 —Moneleche, mano derecha de Vicente Castaño, admitió que él lo había asesinado—. “El doctor Visbal Martelo tomaba whisky con Carlos”, aseveró Ernesto Báez al detallar la mentada reunión.

(Lea: Corte Suprema asumirá proceso contra Jorge Visbal Martelo por 'parapolítica')

Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, también declaró en contra de Visbal Martelo: “Era un miembro de la parte política de las autodefensas. También hacía parte del denominado Grupo de los Doce (no confundir con Los 12 Apóstoles), que era un grupo orientador, consejero, como la última instancia de la organización, con la cual tenía contacto el comandante Carlos Castaño (…) cuando habían (sic) decisiones de alta relevancia ellos eran con los cuales Carlos (Castaño) consultaba qué se podía hacer en ese aspecto, eran los que de una u otra manera apoyaban a la organización, los que tenían contactos a nivel de altos representantes de las diferentes instancias gubernamentales”.

Estas versiones consonantes definieron la suerte de Jorge Visbal Martelo: nueve años de prisión, según la sentencia que se conoció ayer, por sus nexos con el paramilitarismo. Su captura se ordenó de inmediato; por ahora al menos no podrá tener el privilegio de la prisión domiciliaria como lo solicitó. Visbal Martelo, quien fue embajador en Canadá nombrado por Álvaro Uribe y en Perú por Juan Manuel Santos, siempre se declaró inocente, por lo que se espera que en los próximos días apele la sentencia ante el Tribunal Superior de Bogotá. Él, hasta el final, insistió en que sus acercamientos con los paramilitares se hicieron en nombre de la paz.

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Por DIANA DURÁN NÚÑEZ

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