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Dos hombres trasladados desde la cárcel de Villavicencio llegaron al centro penitenciario de Guaduas el 1 de abril. Como para la fecha no se había identificado la llegada del virus centro carcelario alguno, se instalaron en el penal sin la menor sospecha. El panorama cambió el pasado 22 de abril, cuando se conoció que uno de los dos reclusos trasladados había contraído el COVID-19. Este penal se covierte, entonces, en la cuarta cárcel en identificar casos de COVID-19.
Tardaron más los resultados de los tests que los actos de rechazo hacia el personal de Inpec que trabaja en el penal. En dialogo con El Espectador, Juan Carlos Montenegro, presidente del sindicato Sinalpec seccional Guaduas, habló sobre la discriminación que enfrentan en las últimas horas los guardianes en los pueblos de Guaduas, Honda y Mariquita. Además denuncia que aún no reciben elementos de bioseguridad .
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¿Cómo llegó el COVID-19 a Guaduas?
Los dos internos llegaron aquí el 1 de abril y desde ese momento se aislaron por protocolo porque no había casos de COVID-19 en ninguna cárcel. Esta semana se tomó la decisión de hacerle la prueba a no solo dos internos que llegaron de Villavicencio, sino a otros internos. Entre los otros internos a los que se les realizó la prueba se encuentra un hombre que salió a una cita médica, le hicieron una cirugía y cuando llegó se tomó la decisión de aislarlo por protocolo. Otro interno que tuvo una fractura en un brazo también se le tomó la prueba. Las pruebas llegaron ayer y uno de los dos internos que venía de Villavicencio dio positivo, pero nunca ha presentado síntomas, ni siquiera una tos o fiebre.
¿Cuándo les hicieron la prueba?
La prueba se las hicieron esta semana y el resultado llegó ayer a las 8.00 u 8:30 de la mañana.
¿Qué ocurrió para que sientan que los funcionarios del Inpec están siendo discriminados?
Ayer, los funcionarios que trabajan todos los días en oficina salieron en la tarde para sus casas. Al momento de llegar a Honda no les permitieron el ingreso, había un señor de seguridad que pusieron en la entrada del municipio que les dijo que no se les permitía el ingreso y que, si entraban, iban a acompañarlos. Llevaron a dos o tres compañeros hasta la casa les dijeron que empacaran sus cosas rápido y chao. Inclusive a una chica que trabaja en el aérea de sanidad fueron a amedrentarla a la casa y le dijeron que no querían verla por allá, que ella era el contagio y que iba a contagiar a la gente. A muchos van pasando por el barrio y los vecinos les gritan groserías y les dicen que no nos quieren ver allá, que somos un foco de contagio, que nosotros los estamos sentenciando a muerte.
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¿A qué se debió todo esto?
Gente que es malintencionada y que empezó a crear pánico sin información verdadera.
¿Qué hicieron luego de conocer del primer contagio?
Nosotros llamamos a los internos de derechos humanos, le informamos a ellos qué era lo que estaba pasando, les pedimos colaboración para que no crearan traumatismo con los compañeros. Se le informó al personal para tomar todas las medidas preventivas. Pero la gente del municipio no entiende y en Guaduas también, aunque allí no se ha sentido tanto como en Honda, que han hecho hasta seguimientos de los contagiados y les han pintado los carros.
¿Se han planteado soluciones?
Hoy tuvimos una reunión y se llegó a un acuerdo. El alcalde de Mariquita estaba reacio al tema y dijo que hasta que no se hiciera un cerco epidemiológico no iba a permitir el paso, pero eso no es de un día para el otro. El señor del casino de la cárcel también nos renunció, entonces esta mañana no teníamos ni desayuno ni almuerzo porque el señor salió dejó eso abandonado. La procuradora de esta región dijo que iba a tomar cartas en el asunto porque él no podía hacer eso por el contrato que tenía.
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¿A qué acuerdo llegaron?
En la reunión se llegó al acuerdo de que esta tarde se van a hacer caravanas para que los funcionarios de la cárcel puedan ingresar al municipio, pero como van a hacer el recorrido en caravana la gente va a empezar a identificar dónde vive cada persona. Esa medida puede ser para bien, como puede ser para mal. No se sabe si es mejor la enfermedad que la cura porque puede ser peligroso, pero esa fue la decisión que tomo el alcalde de Honda.
¿A ustedes ya les hicieron pruebas?
No, a ningún guardián. Solamente a los internos.
¿Por qué?
Porque las pruebas a los privados de la libertad las hace su EPS. Al personal del Inpec nos toca con la Secretaria de Salud Guaduas, pero estuvimos esperando que viniera la de Guaduas y hasta la fecha nadie se ha asomado por acá. Además, nos han puesto trabas y dicen que no les corresponde a ellos, que todo lo hacen por teléfono.
¿Qué les han dicho las ARL?
No se han manifestado. No nos dan ni tapabocas ni guantes, nos ha tocado a nosotros mismos comprarlos. Ni siquiera a la gente de la EPS de los internos les han brindado los medios necesarios. Lo único que les han dado es gel desinfectante y jabón. No ha llegado ni un solo traje sabiendo que tenemos un interno con COVID-19, no ha llegado ni por parte de la Alcaldía de Guaduas ni de la de Honda, donde recie el 50% del personal de esta cárcel. En lugar de discriminarnos, ojalá nos apoyaran, pero el Inpec y la ARL se hacen los de la vista gorda.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.