La hoja de vida y los expedientes que tuvo la nueva fiscal Luz Adriana Camargo
La abogada penalista y nueva cabeza del ente investigador tiene más de dos décadas de experiencia en la Rama Judicial, en donde se desempeñó como fiscal delegada ante la Corte Suprema y luego como magistrada auxiliar de ese mismo alto tribunal, donde conoció expedientes por parapolítica. Además, participó en casos internacionales, como el de los periodistas de El Comercio asesinados en Colombia en 2018.
Luz Adriana Camargo Garzón está de regreso en su casa. La frase es de ella misma y la anuncio en noviembre del año pasado, cuando hizo su presentación oficial ante la Corte Suprema de Justicia como una de las tres candidatas ternadas por el presidente Gustavo Petro para reemplazar al exfiscal Francisco Barbosa Delgado. Lo dijo porque, durante 26 años, estuvo al servicio de la Rama Judicial, a donde regresa como una de las funcionarias más poderosas del país: la fiscal general de la nación. La nueva cabeza del búnker es una mujer bogotana de 59 años que inició su carrera en el mundo del derecho en los primeros eslabones de la carrera judicial. Luego de terminar su bachillerato en el Colegio María Mazzarello en 1981, entró a estudiar Derecho en la Universidad de la Sabana.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Luz Adriana Camargo Garzón está de regreso en su casa. La frase es de ella misma y la anuncio en noviembre del año pasado, cuando hizo su presentación oficial ante la Corte Suprema de Justicia como una de las tres candidatas ternadas por el presidente Gustavo Petro para reemplazar al exfiscal Francisco Barbosa Delgado. Lo dijo porque, durante 26 años, estuvo al servicio de la Rama Judicial, a donde regresa como una de las funcionarias más poderosas del país: la fiscal general de la nación. La nueva cabeza del búnker es una mujer bogotana de 59 años que inició su carrera en el mundo del derecho en los primeros eslabones de la carrera judicial. Luego de terminar su bachillerato en el Colegio María Mazzarello en 1981, entró a estudiar Derecho en la Universidad de la Sabana.
Lea: Las mujeres en la justicia: un techo de cristal que aún no se rompe
Se graduó como abogada en 1986 y no le dio espera a iniciar su trabajo profesional, pues para 1987 ya estaba vinculada a un juzgado de Bogotá, como oficial mayor, donde revisó casos de homicidios y delitos contra la fe pública. Para octubre del año siguiente, Camargo fue nombrada como juez de instrucción criminal, con funciones casi idénticas a lo que hoy en día hace un fiscal: investigar a ciudadanos por la comisión de delitos y tomar decisiones para su eventual judicialización. Mientras empezaba sus primeros pinos en la investigación judicial, la abogada inició una especialización en Derecho Penal y Criminología en la Universidad de Libre de Colombia, y obtuvo el título al año siguiente.
Entre abril de 1989 y marzo de 1991, Camargo hizo una breve pausa en su carrera al servicio público, y se estrenó como abogada litigante. Pero volvió a la Rama Judicial en un momento crucial para Colombia: el nacimiento de la Constitución Política de 1991 y, con ella, la creación de la Fiscalía General de la Nación. A la recién creada entidad Luz Adriana Camargo llegó como la directora seccional administrativa y financiera de Bogotá y Cundinamarca, en donde se dedicó a programar y ejecutar el presupuesto de la corporación en esos dos territorios, pero también investigó y tomó decisiones de fondo en investigaciones contra ministros, gobernadores y miembros de misión diplomática, por delitos de corrupción.
Le podría interesar: El lío que se armó en la Corte Suprema con la elección de Luz Adriana Camargo
Para 1995, la recién nombrada como jefa del búnker ya era fiscal delegada ante jueces penales de Bogotá, pero allí solo duró un año, pues en 1996 volvió a ser ascendida por la administración del entonces fiscal general, Alfonso Valdivieso Sarmiento. En noviembre de ese año, Camargo fue nombrada como fiscal auxiliar delegada ante la Corte Suprema de Justicia, uno de los encargos de más alto nivel en toda la Fiscalía, pues se trata de los funcionarios que se encargan de investigar a gobernadores y ministros, especialmente en casos de corrupción. Ocho años después, Luz Adriana Camargo fue nombrada en propiedad como fiscal ante el alto tribunal.
En total, Camargo trabajó en la Fiscalía durante 12 años, entre 1992 y 2004. Solo salió del ente investigador para dar un paso de gigante: el 9 de marzo de 2005 fue nombrada como magistrada auxiliar de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema. Al alto tribunal llegó en otro momento crucial para la investigación judicial de uno de los más graves escándalos de la primera década del siglo: la infiltración de organizaciones paramilitares en política, un caso más conocido como la parapolítica. Allí conoció al hoy ministro de Defensa, Iván Velásquez, con quien trabajó de la mano en varias de esas investigaciones que llevaron a la cárcel a varios políticos.
Entre otros casos que tuvo en sus manos está el de la Yidispolítica, que llevó a las condenas de algunos políticos como los exministros Diego Palacio y Sabas Pretelt por entregar coimas a la entonces congresista Yidis Medina y a Teodolindo Avendaño, a cambio de sus votos para aprobar la reelección de Álvaro Uribe. Después de 10 años en la Corte Suprema, Luz Adriana Camargo abandonó la su carrera en la Rama Judicial para intentar suerte en otros terrenos más internacionales. Para 2014, y siguiendo los pasos de su colega Velásquez, llegó a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG-ONU), donde el hoy ministro llegó a ser su director.
Para 2018, Camargo volvió cambiar de terreno y se dedicó a ser perito en litigios internacionales ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). Dentro de sus más recientes casos está el de Santiago Leguizamón, un periodista paraguayo asesinado en 1991, y por el que el Estado de Paraguay fue condenado en 2022. Camargo aportó su experiencia para emitir conceptos sobre la violencia contra periodistas en regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión. Similar tarea tuvo como consultora de un equipo que se dedicó a hacerle seguimiento a la investigación por el secuestro y asesinato en Colombia de los periodistas ecuatorianos Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra.
Luz Adriana Camargo estuvo en terrenos internacionales hasta 2022. Ahora, con su elección como fiscal, la penalista vuelva a la que considera su casa, la Rama Judicial. Su trayectoria en el ámbito nacional e internacional, en especial su cercanía al ministro Velásquez, le han traído críticas. Pero ella misma las contestó en la presentación que le dio a la Corte Suprema en noviembre pasado: “Estuve al servicio de cuatro fiscales y de tres magistrados de la Sala de Casación Penal. Quiero decir que yo no estoy acá en representación de persona alguna. No esgrimo ninguna bandera distinta a la de la Rama Judicial, que además me comprometo a defender”. Así, comienza una nueva era en la Fiscalía General de la Nación, y los ojos están puestos en Luz Adriana Camargo Garzón.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.