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El expresidente Juan Manuel Santos, en un episodio sin precedentes, ofreció perdón a los familiares de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales durante su gestión como ministro de Defensa, en una rendición de cuentas ante la Comisión de la Verdad. Durante más de tres horas, el exmandatario explicó que su ministerio fue clave para acabar con el flagelo, sin embargo, las Madres de Falsos Positivos (Mafapo), si bien reconocieron que es un gran paso, exigen mucho más para intentar digerir uno los capítulos más inhumanos del conflicto armado en el país.
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“Esperamos una reunión donde nos vea a los ojos Juan Manual Santos. Más de 13 años gritando que nuestros hijos no eran guerrilleros. Por fin lo escuchamos de su boca”, explicaron los familiares de las víctimas a través de su cuenta de Twitter. De acuerdo con el colectivo, creado en 2008 cuando se destaparon centenares de casos que involucraban al Ejército, es necesario que el exmandatario acuda a una reunión con las madres y familiares de los mal llamados “falsos positivos”, en la cual no haya documentos de por medio, sino un diálogo desde las entrañas.
Esperamos una reunión donde nos vea a los ojos @JuanManSantos
— Madres Falsos Positivos de Colombia (@MAFAPOCOLOMBIA) June 11, 2021
Más de 13 años gritando que nuestros hijos no eran guerrilleros. Por fin lo escuchamos de su boca.
Queremos reiterar que nos lanzaremos al Congreso. Ahora nuestra voz es la de miles de víctimas en todo el país. pic.twitter.com/7LLBhjabp9
En charla con El Espectador, Jacqueline Castillo, directora y fundadora de Mafapo, quien durante más de una década ha pedido justicia por la ejecución de su hermano Jaime Castillo, aseguró que las palabras del exmandatario son un buen inicio, pero que aún falta mucha tela por cortar. “Queremos saber la verdad, aún no hay verdad plena. Nos perece bien que reconozcan que eran jóvenes civiles, que no era unos jóvenes guerrilleros. Hay una parte donde Santos dice que tiene muchas pruebas donde quisieron impedir que sucedieran esos falsos positivos, pero ¿Cuáles son esas pruebas? Queremos conocerlas”, explicó.
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El discurso de Santos, que incluso hizo sollozar al presidente de la Comisión de la Verdad, el padre Francisco de Roux, contó con el historial de su gestión en el Ministerio de Defensa (2006-2009), durante el segundo gobierno del expresidente Álvaro Uribe. Santos aseguró que, en la cartera, el secreto a voces por los “falsos positivos” fue creciendo como una bola de nieve en picada y, además, cuando los casos ya marcaban las decenas, fue necesario darle la cara al país, crear una oficina de DD. HH y sacar de su cargo a generales como Hernán Mejía, condenado a 14 años por aliarse con las Auc para presentar civiles y “paras” castigados como guerrilleros muertos en combate.
Por otro lado, Mafapo reaccionó a la muerte por COVID-19 de Don Raúl Carvajal, hoy 12 de junio, quien durante años estacionó su camión en la esquina de la Séptima con Av. Jiménez en Bogotá, exigiendo justicia por el presunto asesinato de su hijo Raúl Antonio Carvajal Londoño en 2006. De acuerdo con Carvajal, férreo opositor al expresidente Uribe, la víctima era un cabo del Ejército a quien militares habrían silenciado por negarse a ejecutar personas. Sin embargo, la versión oficial de las autoridades da cuenta de que, según las investigaciones, murió en combates con la guerrilla.
Don Raúl, su lucha no morirá. Ahora también es nuestra.
— Madres Falsos Positivos de Colombia (@MAFAPOCOLOMBIA) June 12, 2021
Paz en su tumba viejito. ¡Cómo nos duele esta noticia! Gracias por enseñarnos el significado de la palabra dignidad. pic.twitter.com/y01vyvm5aV
En contexto: Don Raúl Carvajal murió por COVID-19 y esperando la verdad sobre el asesinato de su hijo soldado
Mafapo es una organización sin ánimo de lucro que inició su trabajo una vez se conoció que jóvenes de Soacha, a quienes se les ofreció trabajos en fincas de Norte de Santander, fueron engañados, asesinados y vestidos como guerrilleros muertos en combate, en 2008. Jacqueline Castillo, de hecho, se enteró durante ese año que su hermano había muerto, luego de que desde Ocaña le dijeran que Jaime Castillo era un supuesto guerrillero, cuando en realidad se trataba de un comerciante, quien se ganaba la vida en cercanías del Éxito de la Av.68 con Américas, en Bogotá.