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                                                                                                                                  Manual de tortura paramilitar

                                                                                                                                  Tribunal de Justicia y Paz identificó al menos 25 formas de tortura perpetradas por las autodefensas. El Espectador revela los peores vejámenes promovidos por ese grupo en tres décadas de violencia.

                                                                                                                                  Juan David Laverde Palma

                                                                                                                                  Las autodefensas cometieron torturas en 15 departamentos del país, documentó el tribunal. / Archivo.
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  El estudio del tribunal encontró cosas como estas: el tiempo de duración de las torturas osciló en promedio entre una y ocho horas (han sido atípicos los casos registrados de tortura que tardan semanas o meses). La mayoría de los vejámenes se dieron “en espacios abiertos como carreteras interveredales, fincas con extensos pastizales o predios ubicados a la orilla de un río caudaloso”. Por ejemplo, en las Autodefensas Campesinas de Puerto Boyacá, las torturas ocurrieron en Los Transmisores, un predio alejado del casco urbano de Puerto Boyacá, muy cerca al río Magdalena. Las Autodefensas Campesinas del Sur del Cesar vejaron a muchos en una carretera ubicada en el corregimiento de Puerto Mosquito, en Aguachica. “El 63% de los civiles torturados por las Autodefensas del Sur del Cesar fueron posteriormente asesinados, el 14% fueron desaparecidos forzadamente y el 23% quedaron vivos”, señaló el fallo.

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                                                                                                                                  En cambio, el uso de cuchillos, machetes o motosierras para desmembrar vivas a las personas estuvo asociado con una estrategia de guerra contrainsurgente. Aquí la tortura fue usada únicamente como castigo, no como método para obtener información. “El método de infligir dolor estuvo estrechamente ligado a la calidad de la víctima o al señalamiento que de ésta hacía el victimario”, advirtió la sentencia conocida por El Espectador. “Los paramilitares quemaron con fuego o ácidos a aquellos que señalaron como enlaces directos de la subversión”. En cuanto a los métodos de tortura sicológica como el encierro, el aislamiento crónico, la privación del sueño y la humillación pública, el tribunal observó que estos vejámenes fueron aplicados como castigos con fines correctivos a los mismos integrantes de un grupo paramilitar que desacataban normas disciplinarias.

                                                                                                                                  En síntesis, las formas de tortura revelaron no solo la sevicia de los victimarios sino lo que éstos pensaban de sus víctimas. A los ladrones, las autodefensas los quemaban, o los sometían a golpizas brutales. “La forma de infligir daño físico y mental a la víctima estuvo relacionada con objetivos de guerra ideados por los paramilitares”, concluyó el tribunal de Justicia y Paz. A continuación el recuento de las formas de tortura perpetradas por las autodefensas:

                                                                                                                                  1. La bolsa de jabón: Amarraban las manos de la víctima con cabuyas, la obligaban a sentarse, le ponían una bolsa con detergente en la cabeza y el rostro, y cerraban con fuerza dicha bolsa hasta bloquear las vías respiratorias. Esta modalidad fue utilizada por el Frente Fronteras del Bloque Catatumbo, al mando de Jorge Iván Laverde, alias el Iguano, en el sector de El Cerro en Cúcuta.

                                                                                                                                  2. La toalla mojada con sal para ganado: Ataban las manos de las víctimas con esposas y las obligaban a sentarse mientras otra persona llenaba un balde con pizcas de sal para ganado. Luego mojaban una toalla, se las ponían sobre ojos, nariz y boca y la aprietan hasta propiciarles asfixia, vómito y quemazón en las fosas nasales. Esta técnica fue utilizada por el Frente Héctor Julio Peinado en una casa clandestina ubicada en el barrio Romero Díaz en Aguachica (Cesar). Javier Antonio Quintero, alias Pica, lo describió así: “Uno coge un balde grande con agua y lo llena con sal de ganado, y remoja bien la toalla, y después se le enrolla la cabeza en la toalla, y la sal le quema la nariz, le quema la cara y lo está ahogando… Eso hace que la persona hable”.

                                                                                                                                  3. La soga al cuello: Amarraban las manos y el cuello de la víctima con una soga, la obligaban a caminar largas distancias en esas condiciones y, posteriormente, lo colgaban de un árbol amarrado del cuello hasta que se moría como consecuencia del ahorcamiento. Los ‘paras’ del Frente José Pablo Díaz, del Bloque Norte, lo usaron en Remolino (Magdalena).

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  6. Golpiza en la cara: A un presunto colaborador de la guerrilla, miembros del Frente Contrainsurgencia Wayuu le amarraron con cuerdas las manos y los pies, lo tiraron al suelo boca arriba y desde un barranco le dejaron caer piedras pesadas en la cara hasta desfigurarle el rostro. ¿El objetivo? Que confesara los movimientos de la insurgencia en Maicao (La Guajira).

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  9. Golpiza en el pecho: A presuntos integrantes de bandas delincuenciales en Aguachica (Cesar), los ‘paras’ los amarraban a una silla y los golpeaban con objetos contundentes hasta fracturarles el tórax.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  11. Mutilaciones en orejas: Consiste en amarrar a la víctima con las manos atrás a un árbol mientras con arma cortopunzante le cercenan las orejas antes de rematarlo con disparos. Una modalidad de tortura que se presentó en el Frente Turbo del Bloque Bananero, al mando de H.H., quién impuso estos vejámenes a políticos y militantes de la Unión Patriótica. También, hombres de las Autodefensas de Cundinamarca y del Bloque Catatumbo, perpetraron estas torturas.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  13. Desmembramiento: Quienes eran tildados de ser guerrilleros sufrían esta forma de tortura la mayoría de las veces. Según los hallazgos de la justicia, las víctimas eran desmembradas vivas. Una modalidad aplicada por el Bloque Norte en Bosconia (Cesar) y en Remolino y Chivolo (Magdalena), donde en ocasiones amarraban con alambres de púa los cuerpos de civiles. En el Bloque Mineros, con cuchillos, descuartizaban a quienes desafiaban la autoridad de Ramiro Cuco Vanoy. Casos similares se presentaron en Meta y Vichada. Hubo motosierras en Nariño, Puerto Boyacá, Atlántico, Cesar y Arauca.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  15. Perturbación psíquica: El encierro, el aislamiento, la privación del sueño, las humillaciones públicas y los trabajos forzosos, fueron modalidades utilizadas. Por lo general, estas técnicas tendieron a ser aplicadas en los mismos integrantes del grupo ilegal que infringían el régimen disciplinario. La impulsaron jefes paramilitares como Ramón Isaza, alias el Viejo, Luis Eduardo Cifuentes, alias el Águila, y Baldomero Linares, alias Don Guillermo. En un predio de 50 hectáreas ubicado entre Puerto Triunfo y Puerto Boyacá, Ramón Isaza creo “La isla”, un espacio de trabajos forzados para los ‘paras’ rebeldes. Allí, incluso, algunos eran regados con miel en el cuerpo para que los picaran insectos.

                                                                                                                                  16. Orina paramilitar: Encerraban a sus víctimas durante días en un hueco cavado en la tierra, donde el cuerpo estaba enterrado pero la cabeza y el cuello quedaban sobre la superficie. Allí los paramilitares los orinaban.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  19. Violencia sexual: Estos actos buscaron marcar a las víctimas, además de causarles dolor. Acceso carnal violento, mutilación de órganos sexuales, prostitución o esclavitud sexual. Encabeza la lista de esta forma de tortura el Frente Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo, quien obligó a menores de edad (especialmente vírgenes) a sostener relaciones sexuales con él. Cuando una madre sacaba a sus hijas de la zona, Giraldo decretaba castigarla. Se conoció un caso en donde el jefe paramilitar les ordenó a sus hombres violar varias veces a una mamá que mandó a su hija a otra región para no entregársela. Alias Codazzi, en Magdalena, también promovió el abuso masivo de mujeres en Sitio Nuevo, El Plato y Chivolo.

                                                                                                                                  20. Torturas combinadas: No siempre los paramilitares adoptaron una sola forma de provocar daño. En muchos casos combinaron la estrangulación, la mutilación o las golpizas. Por ejemplo, en Remolino (Magdalena), se documentó un caso donde integrantes del Bloque Norte amarraron a un presunto colaborador de la guerrilla a un árbol, lo sometieron a puñetazos en el estómago, y lo empezaron a cortar con un machete en cada parte del cuerpo hasta descuartizarlo.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  22. Violencia sexual y mordiscos: En Tarazá (Antioquia) a una mujer catalogada como “inmoral” por Luis Adrián Palacios, alias Diomedes, la encerraron en un cuarto, la amarraron a una silla, la obligaron a practicarle sexo oral a varios paramilitares y luego le mutilaron los pezones a mordiscos. Como si ya no fuera tanto, para rematarla la empujaron desde un segundo piso.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  25. Descargas eléctricas y quemaduras: En la vereda Cantagallo de La Palma (Cundinamarca), hombres al mando de alias Tumaco amarraron a un presunto colaborador de la guerrilla, le conectaron cables en el pecho, lo electrocutaron, le esparcieron ácido por todo el cuerpo, y cuando estaba agonizando lo remataron con disparo. Sobre el cadáver pusieron el siguiente letrero: “Esto le pasó por sapo. Esto también para los que sigan colaborando con la guerrilla”.

                                                                                                                                  Las autodefensas cometieron torturas en 15 departamentos del país, documentó el tribunal. / Archivo.
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  El estudio del tribunal encontró cosas como estas: el tiempo de duración de las torturas osciló en promedio entre una y ocho horas (han sido atípicos los casos registrados de tortura que tardan semanas o meses). La mayoría de los vejámenes se dieron “en espacios abiertos como carreteras interveredales, fincas con extensos pastizales o predios ubicados a la orilla de un río caudaloso”. Por ejemplo, en las Autodefensas Campesinas de Puerto Boyacá, las torturas ocurrieron en Los Transmisores, un predio alejado del casco urbano de Puerto Boyacá, muy cerca al río Magdalena. Las Autodefensas Campesinas del Sur del Cesar vejaron a muchos en una carretera ubicada en el corregimiento de Puerto Mosquito, en Aguachica. “El 63% de los civiles torturados por las Autodefensas del Sur del Cesar fueron posteriormente asesinados, el 14% fueron desaparecidos forzadamente y el 23% quedaron vivos”, señaló el fallo.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  En cambio, el uso de cuchillos, machetes o motosierras para desmembrar vivas a las personas estuvo asociado con una estrategia de guerra contrainsurgente. Aquí la tortura fue usada únicamente como castigo, no como método para obtener información. “El método de infligir dolor estuvo estrechamente ligado a la calidad de la víctima o al señalamiento que de ésta hacía el victimario”, advirtió la sentencia conocida por El Espectador. “Los paramilitares quemaron con fuego o ácidos a aquellos que señalaron como enlaces directos de la subversión”. En cuanto a los métodos de tortura sicológica como el encierro, el aislamiento crónico, la privación del sueño y la humillación pública, el tribunal observó que estos vejámenes fueron aplicados como castigos con fines correctivos a los mismos integrantes de un grupo paramilitar que desacataban normas disciplinarias.

                                                                                                                                  En síntesis, las formas de tortura revelaron no solo la sevicia de los victimarios sino lo que éstos pensaban de sus víctimas. A los ladrones, las autodefensas los quemaban, o los sometían a golpizas brutales. “La forma de infligir daño físico y mental a la víctima estuvo relacionada con objetivos de guerra ideados por los paramilitares”, concluyó el tribunal de Justicia y Paz. A continuación el recuento de las formas de tortura perpetradas por las autodefensas:

                                                                                                                                  1. La bolsa de jabón: Amarraban las manos de la víctima con cabuyas, la obligaban a sentarse, le ponían una bolsa con detergente en la cabeza y el rostro, y cerraban con fuerza dicha bolsa hasta bloquear las vías respiratorias. Esta modalidad fue utilizada por el Frente Fronteras del Bloque Catatumbo, al mando de Jorge Iván Laverde, alias el Iguano, en el sector de El Cerro en Cúcuta.

                                                                                                                                  2. La toalla mojada con sal para ganado: Ataban las manos de las víctimas con esposas y las obligaban a sentarse mientras otra persona llenaba un balde con pizcas de sal para ganado. Luego mojaban una toalla, se las ponían sobre ojos, nariz y boca y la aprietan hasta propiciarles asfixia, vómito y quemazón en las fosas nasales. Esta técnica fue utilizada por el Frente Héctor Julio Peinado en una casa clandestina ubicada en el barrio Romero Díaz en Aguachica (Cesar). Javier Antonio Quintero, alias Pica, lo describió así: “Uno coge un balde grande con agua y lo llena con sal de ganado, y remoja bien la toalla, y después se le enrolla la cabeza en la toalla, y la sal le quema la nariz, le quema la cara y lo está ahogando… Eso hace que la persona hable”.

                                                                                                                                  3. La soga al cuello: Amarraban las manos y el cuello de la víctima con una soga, la obligaban a caminar largas distancias en esas condiciones y, posteriormente, lo colgaban de un árbol amarrado del cuello hasta que se moría como consecuencia del ahorcamiento. Los ‘paras’ del Frente José Pablo Díaz, del Bloque Norte, lo usaron en Remolino (Magdalena).

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  6. Golpiza en la cara: A un presunto colaborador de la guerrilla, miembros del Frente Contrainsurgencia Wayuu le amarraron con cuerdas las manos y los pies, lo tiraron al suelo boca arriba y desde un barranco le dejaron caer piedras pesadas en la cara hasta desfigurarle el rostro. ¿El objetivo? Que confesara los movimientos de la insurgencia en Maicao (La Guajira).

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  9. Golpiza en el pecho: A presuntos integrantes de bandas delincuenciales en Aguachica (Cesar), los ‘paras’ los amarraban a una silla y los golpeaban con objetos contundentes hasta fracturarles el tórax.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  11. Mutilaciones en orejas: Consiste en amarrar a la víctima con las manos atrás a un árbol mientras con arma cortopunzante le cercenan las orejas antes de rematarlo con disparos. Una modalidad de tortura que se presentó en el Frente Turbo del Bloque Bananero, al mando de H.H., quién impuso estos vejámenes a políticos y militantes de la Unión Patriótica. También, hombres de las Autodefensas de Cundinamarca y del Bloque Catatumbo, perpetraron estas torturas.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  16. Orina paramilitar: Encerraban a sus víctimas durante días en un hueco cavado en la tierra, donde el cuerpo estaba enterrado pero la cabeza y el cuello quedaban sobre la superficie. Allí los paramilitares los orinaban.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  20. Torturas combinadas: No siempre los paramilitares adoptaron una sola forma de provocar daño. En muchos casos combinaron la estrangulación, la mutilación o las golpizas. Por ejemplo, en Remolino (Magdalena), se documentó un caso donde integrantes del Bloque Norte amarraron a un presunto colaborador de la guerrilla a un árbol, lo sometieron a puñetazos en el estómago, y lo empezaron a cortar con un machete en cada parte del cuerpo hasta descuartizarlo.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  22. Violencia sexual y mordiscos: En Tarazá (Antioquia) a una mujer catalogada como “inmoral” por Luis Adrián Palacios, alias Diomedes, la encerraron en un cuarto, la amarraron a una silla, la obligaron a practicarle sexo oral a varios paramilitares y luego le mutilaron los pezones a mordiscos. Como si ya no fuera tanto, para rematarla la empujaron desde un segundo piso.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  25. Descargas eléctricas y quemaduras: En la vereda Cantagallo de La Palma (Cundinamarca), hombres al mando de alias Tumaco amarraron a un presunto colaborador de la guerrilla, le conectaron cables en el pecho, lo electrocutaron, le esparcieron ácido por todo el cuerpo, y cuando estaba agonizando lo remataron con disparo. Sobre el cadáver pusieron el siguiente letrero: “Esto le pasó por sapo. Esto también para los que sigan colaborando con la guerrilla”.

                                                                                                                                  Por Juan David Laverde Palma

                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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