Marcelo Pecci: Las pruebas contra los hermanos que habrían pagado por el asesinato
Según la Fiscalía, Ramón y Andrés Pérez Hoyos pagaron $1.500 millones para perpetrar el homicidio del fiscal. El ente investigador cuenta con evidencia para demostrar que el primero es un viejo conocido paramilitar de Los Rastrojos, y el segundo, un narcotraficante con vínculos con la mafia paraguaya.
Los hermanos Ramón y Andrés Pérez Hoyos tendrían la clave para desenredar los hilos oscuros que llevaron al asesinato del fiscal paraguayo, Marcelo Pecci, ocurrido en una playa de Barú (Bolívar) en mayo del año pasado. Al menos eso es lo que cree la Fiscalía, quien en la tarde de este domingo 15 de enero, les imputó cargos por, al parecer, haber sido los encargados de pagar el atentado que acabó con la vida del exitoso funcionario. Por eso, podrían saber de primera mano quién puso el dinero y dio la orden, al aparecer desde Paraguay, para asesinar a Pecci.
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Según el cronograma que presentó el fiscal del caro, Mario Burgos, los hermanos Pérez Hoyos fueron los coordinadores del homicidio, junto a Margareth Lizeth Chacón Zúñiga, quien es buscada por las autoridades colombianas, pero se encuentra prófuga en El Salvador. Para la Fiscalía, es claro que los tres coordinadores contactaron a Fernando Luis Correa, al parecer un viejo conocido de los hermanos por sus andanzas en grupos paramilitares.
El fiscal Burgos explicó que los hermanos Pérez Hoyos y Chacón Zúñiga, quien sería pareja de uno de ellos, concretaron los detalles del atentado en un restaurante de Medellín en la vía Las Palmas. Para probar su presunta participación en el homicidio, la Fiscalía cuenta, por ejemplo, con pruebas que muestran que los hermanos y Chacón Zúñiga se reunieron con Correa, viajaron a Cartagena para hacerle seguimiento a la operación y, además, realizaron transacciones de dinero.
(En contexto: Marcelo Pecci: así va el caso del fiscal antimafia paraguayo asesinado en Colombia)
Además, dos de los colaboradores de la Fiscalía han confirmado, bajo la gravedad del juramento, que Ramón y Andrés Pérez fueron los que dieron la orden y el dinero para perpetrar el atentado contra Pecci. Uno de los testigos es, precisamente, Fernando Luis Correa, quien fue el encargado de conseguir a las personas que debían seguir a Pecci y a su esposa en Cartagena, y al sicario que le disparó el funcionario.
“Sin su aporte trascendental, no se habría podido llegar a la muerte de Pecci”, agregó el fiscal Burgos, durante la audiencia de imputación de cargos. La Fiscalía cuenta con fotografías de los traslados de los hermanos y Chacón Zúñiga, así como evidencia material de que los tres estuvieron en Cartagena, antes del asesinato del fiscal, fotografías de las reuniones con Correa y recibos bancarios de retiros de dinero para pagar el viaje y el atentado.
(Lea también: Capturan en Venezuela a uno de los implicados en el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci)
Además de las evidencias del trayecto hacia Cartagena, recibos de la estadía en un hotel de esa ciudad y otros extractos bancarios, la Fiscalía cuenta con los testimonios que ha entregado Correa a las autoridades. Fue él quien señaló directamente a Ramón Pérez como la persona que lo llamó para contarle de la operación contra Pecci. Según ese testimonio, Pérez le contó a Correa que la “vuelta” se tenía que hacer porque el fiscal paraguayo “se la tenía montada a su patrón” y, al parecer, había logrado judicializar a un hermano de ese jefe.
Correa agregó un detalle clave: Ramón Pérez habría sido comandante de Los Rastrojos entre 2008 y 2010 y allí fue donde ambos se conocieron para esa misma época. El testigo también contó que Ramón Pérez tuvo nexos con jefes paramilitares de la talla de “Don Berna”, el “Alemán” y los hermanos Castaño y que, incluso, fue capturado y estuvo varios años preso en una cárcel de Córdoba y después en la de máxima seguridad de Cómbita.
Además, sobre Andrés Pérez, Correa agregó que se trataba de un empresario dedicado al narcotráfico y a moverle alijos de droga a su jefe, un capo paraguayo, cuya identidad no fue revelada por el testigo, y sería el autor intelectual del homicidio de Pecci. Según Correa, se pagaron $1.500 millones, pero él solo recibió $100 millones para la logística y $900 millones para las cinco personas que ya fueron condenadas. El resto del dinero, agregó, “se lo quedaron los de arriba”.
Dentro del material probatorio que presentó la Fiscalía durante la imputación de cargos, el fiscal Burgos insistió en que varias prendas de vestir fueron claves en la investigación. Una, sería una gorra que uno de los hermanos utilizó durante la planeación y días previos al asesinato de Pecci, que además encontraron las autoridades que hicieron un allanamiento a su residencia.
Y la otra, una camiseta que, además de haber quedado en fotografías y videos de días antes del atentado, la estaba usando Pérez Hoyos cuando fue capturado el pasado 14 de enero. Para la Fiscalía, “estas persona aportaron de forma trascendental para asesinar a Marcelo Pecci”. Por eso, el fiscal Burgos les imputó los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas. Se espera que en las próximas horas, el ente investigador pida una medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de los hermanos Pérez Hoyos.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Los hermanos Ramón y Andrés Pérez Hoyos tendrían la clave para desenredar los hilos oscuros que llevaron al asesinato del fiscal paraguayo, Marcelo Pecci, ocurrido en una playa de Barú (Bolívar) en mayo del año pasado. Al menos eso es lo que cree la Fiscalía, quien en la tarde de este domingo 15 de enero, les imputó cargos por, al parecer, haber sido los encargados de pagar el atentado que acabó con la vida del exitoso funcionario. Por eso, podrían saber de primera mano quién puso el dinero y dio la orden, al aparecer desde Paraguay, para asesinar a Pecci.
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Según el cronograma que presentó el fiscal del caro, Mario Burgos, los hermanos Pérez Hoyos fueron los coordinadores del homicidio, junto a Margareth Lizeth Chacón Zúñiga, quien es buscada por las autoridades colombianas, pero se encuentra prófuga en El Salvador. Para la Fiscalía, es claro que los tres coordinadores contactaron a Fernando Luis Correa, al parecer un viejo conocido de los hermanos por sus andanzas en grupos paramilitares.
El fiscal Burgos explicó que los hermanos Pérez Hoyos y Chacón Zúñiga, quien sería pareja de uno de ellos, concretaron los detalles del atentado en un restaurante de Medellín en la vía Las Palmas. Para probar su presunta participación en el homicidio, la Fiscalía cuenta, por ejemplo, con pruebas que muestran que los hermanos y Chacón Zúñiga se reunieron con Correa, viajaron a Cartagena para hacerle seguimiento a la operación y, además, realizaron transacciones de dinero.
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Además, dos de los colaboradores de la Fiscalía han confirmado, bajo la gravedad del juramento, que Ramón y Andrés Pérez fueron los que dieron la orden y el dinero para perpetrar el atentado contra Pecci. Uno de los testigos es, precisamente, Fernando Luis Correa, quien fue el encargado de conseguir a las personas que debían seguir a Pecci y a su esposa en Cartagena, y al sicario que le disparó el funcionario.
“Sin su aporte trascendental, no se habría podido llegar a la muerte de Pecci”, agregó el fiscal Burgos, durante la audiencia de imputación de cargos. La Fiscalía cuenta con fotografías de los traslados de los hermanos y Chacón Zúñiga, así como evidencia material de que los tres estuvieron en Cartagena, antes del asesinato del fiscal, fotografías de las reuniones con Correa y recibos bancarios de retiros de dinero para pagar el viaje y el atentado.
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Además de las evidencias del trayecto hacia Cartagena, recibos de la estadía en un hotel de esa ciudad y otros extractos bancarios, la Fiscalía cuenta con los testimonios que ha entregado Correa a las autoridades. Fue él quien señaló directamente a Ramón Pérez como la persona que lo llamó para contarle de la operación contra Pecci. Según ese testimonio, Pérez le contó a Correa que la “vuelta” se tenía que hacer porque el fiscal paraguayo “se la tenía montada a su patrón” y, al parecer, había logrado judicializar a un hermano de ese jefe.
Correa agregó un detalle clave: Ramón Pérez habría sido comandante de Los Rastrojos entre 2008 y 2010 y allí fue donde ambos se conocieron para esa misma época. El testigo también contó que Ramón Pérez tuvo nexos con jefes paramilitares de la talla de “Don Berna”, el “Alemán” y los hermanos Castaño y que, incluso, fue capturado y estuvo varios años preso en una cárcel de Córdoba y después en la de máxima seguridad de Cómbita.
Además, sobre Andrés Pérez, Correa agregó que se trataba de un empresario dedicado al narcotráfico y a moverle alijos de droga a su jefe, un capo paraguayo, cuya identidad no fue revelada por el testigo, y sería el autor intelectual del homicidio de Pecci. Según Correa, se pagaron $1.500 millones, pero él solo recibió $100 millones para la logística y $900 millones para las cinco personas que ya fueron condenadas. El resto del dinero, agregó, “se lo quedaron los de arriba”.
Dentro del material probatorio que presentó la Fiscalía durante la imputación de cargos, el fiscal Burgos insistió en que varias prendas de vestir fueron claves en la investigación. Una, sería una gorra que uno de los hermanos utilizó durante la planeación y días previos al asesinato de Pecci, que además encontraron las autoridades que hicieron un allanamiento a su residencia.
Y la otra, una camiseta que, además de haber quedado en fotografías y videos de días antes del atentado, la estaba usando Pérez Hoyos cuando fue capturado el pasado 14 de enero. Para la Fiscalía, “estas persona aportaron de forma trascendental para asesinar a Marcelo Pecci”. Por eso, el fiscal Burgos les imputó los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas. Se espera que en las próximas horas, el ente investigador pida una medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de los hermanos Pérez Hoyos.
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