Margarita Cabello, una procuradora masona, discreta y poderosa
La recién elegida cabeza del Ministerio Público es una de las pocas mujeres masonas que hay en el país, ha contado con el respaldo de la familia Name durante casi toda su carrera y, en la Corte Suprema, más de un magistrado está convencido de que ella sí le pasaba información a Álvaro Uribe.
La elección de Margarita Cabello como procuradora es un nuevo pulso que la casa Char ganó dentro del Congreso. El pasado jueves 27 de agosto, en una jornada que el presidente del Senado (precisamente un Char, Arturo Char) programó como presencial acatando un fallo reciente de la Corte Constitucional, eran poco más de las 2 de la tarde cuando terminó el conteo de votos y se anunció que la ganadora de la contienda era Cabello, la candidata del presidente Duque. La exministra arrolló a sus contendientes: mientras Juan Carlos Cortés (candidato del Consejo de Estado) obtuvo 16 votos y Wilson Ruiz (candidato de la Corte Suprema) no consiguió ni uno, ella levantó el trofeo con 83.
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La elección de Margarita Cabello como procuradora es un nuevo pulso que la casa Char ganó dentro del Congreso. El pasado jueves 27 de agosto, en una jornada que el presidente del Senado (precisamente un Char, Arturo Char) programó como presencial acatando un fallo reciente de la Corte Constitucional, eran poco más de las 2 de la tarde cuando terminó el conteo de votos y se anunció que la ganadora de la contienda era Cabello, la candidata del presidente Duque. La exministra arrolló a sus contendientes: mientras Juan Carlos Cortés (candidato del Consejo de Estado) obtuvo 16 votos y Wilson Ruiz (candidato de la Corte Suprema) no consiguió ni uno, ella levantó el trofeo con 83.
Lea: Procuraduría: ¿una elección cantada en el Senado?
Difícilmente podía alguien declararse sorprendido del resultado, pues el ajedrez político se movió rápida y públicamente en su favor. El jefe de Estado la postuló el viernes 14 de agosto y el sábado siguiente el Partido de la U, que fue esencial para su victoria, determinó que la respaldaría. Luego vino Cambio Radical, que también levantó su pulgar hacia Cabello. El senador José Luis Pérez, vocero de ese movimiento, aseguró que de la decisión se apartaron tanto su jefe natural (Vargas Lleras) como los Char, pero, aseguran quienes fueron parte también de estas discusiones, cada uno tenía a su candidato. El de Vargas Lleras era Ruiz. El de los Char era la mujer ternada por el presidente de la República.
Esta elección estaba cantada también por un detalle que pocos saben: mientras Ruiz y Cortés empezaron a hacer campaña en el Senado una vez fueron elegidos por las altas cortes para ser parte de la terna, lo cual ocurrió el pasado 11 y 13 de agosto, respectivamente, Cabello empezó a hacer lo propio hace unos dos meses. Fuentes del Congreso, que incluso votaron por ella, le contaron a este diario: “Margarita comenzó su campaña antes. Era incierto a quiénes iban a ternar los otros y ella aprovechó”. Como ministra de Justicia su interacción con los congresistas era constante, especialmente en los últimos meses con el debate de la cadena perpetua. Y esa fue una oportunidad que ella no dejó pasar.
***
Margarita Cabello Blanco viene de una familia que, de una u otra forma, ha estado conectada a la historia de Colombia. Es la nieta del coronel Leandro Cabello, un hombre de cuna liberal que trabajó de la mano con el general Sabas Socarrás -una figura histórica en La Guajira- mientras en Colombia se libraba la Guerra de los Mil Días. Su padre, Leandro Cabello López, se hizo un reconocido abogado, fue diputado y logró la construcción del primer acueducto de Villanueva (La Guajira), su pueblo natal. Su tío Tomás Cabello, quien ya murió, fue alcalde de Villanueva y solía explicar que su árbol genealógico mostraba en su ascendencia a José Eusebio Canopán, un cacique del pueblo itoto, que vivía a orillas del río Villanueva.
Lea: Un debate ético y jurídico sobre las renuncias de Margarita Cabello en la justicia
Ella, que no pertenece a la élite barranquillera, ha llegado a los más altos cargos a los que un funcionario de la Rama Judicial puede aspirar con dos respaldos sobre sus hombros. El primero, su trabajo. “Es una mujer de muchas virtudes, muy discreta”, le dijo a este diario un funcionario judicial de Barranquilla. “Es seria, estudiosa, dedicada a su trabajo”, dijo una fuente de la Corte Suprema que compartió con ella durante varios años los escenarios de la Sala Plena. “Es muy cercana, muy abierta, buena anfitriona. Es pariente de un compositor vallenato (Gustavo Gutiérrez Cabello), ella se mueve en ese ambiente cultural que es importante”, agregó.
Vea: Cinco temas de los que surgen preguntas para la nueva procuradora, Margarita Cabello
Esa fuente de la Corte recuerda que, en 2017, varios magistrados de la Corte y del Consejo de Estado compartieron con Cabello en el Carnaval de Barranquilla. En el alto tribunal, más de un antiguo colega de la hoy procuradora recuerda que ella solía invitar a sus compañeros de Sala Plena para ese evento, que se realiza cada año en febrero. “Fuimos al concierto de Carlos Vives, en el que se presentó con Nicky Jam y Silvestre Dangond. Había mucha gente del poder Judicial, pero no recuerdo que estuvieran presentes políticos. De pronto Álex Char, él era alcalde en esa época, pero es que en Barranquilla todo el mundo es amigo”. Los Char, dicen otras fuentes consultadas por este diario, han sido claves en la vida de la exministra.
Ellos forman parte del segundo respaldo que ha impulsado la trayectoria de Cabello. Los Char, aseguran fuentes del Congreso, impulsaron la candidatura de Cabello Blanco en su colectividad, a la par que la llamada “bancada costeña”, aunque en el Capitolio saben que la ayuda crucial la aportó el Partido de la U. Pero, más allá del ajedrez que se movió para que Cabello alcanzara la Procuraduría, la casa Char ha sido importante en la vida de la exministra, sobre todo en los últimos años, cuando la tradicional alianza Char-Name-Gerlein se convirtió en el poderío de los Char, con Name y Gerlein un poco más a la sombra. En Barranquilla, por ejemplo, aseguran que Cabello es muy cercana de Jorge Padilla.
Jorge Padilla Sundheim era el jefe jurídico de la Alcaldía de Alex Char y, por años, ha sido uno de sus hombres de confianza. Desde su puesto en la administración local tenía que representar los intereses del Distrito frente a la Triple A (la empresa de Acueducto, Agua y Alcantarillado d Barranquilla, en la cual la ciudad era socia de la española Inassa), pero llegó allí tras varios años de relación comercial con la Triple A que lo hizo objeto de cuestionamientos. Además, se conoció un audio en el que Edmundo Rodríguez, exgerente de Inassa y a quien la Fiscalía le imputó cargos el año pasado por el escándalo de corrupción de la Triple A, se refería a Padilla como “un tipo listo”.
Padilla ha reiterado que él nunca hizo nada ilegal con la Triple A. Fuentes de alta credibilidad que conocen los pormenores del manejo político en Barranquilla aseguran que él mantiene a Cabello al día, reportándole todo lo que ocurre en la ciudad. “Cabello es el ángel guardián de Alex Char”, añadieron. Pero su tribu, dicen quienes conocen pormenores del poder en Barranquilla, son los Name. José Antonio y David Name Terán, caciques electorales de la Costa Atlántica. El primero llegó al Senado en 1978, el mismo año en que Julio César Turbay alcanzó la presidencia, y allí estuvo seis periodos más hasta que se retiró en 2006 para perder la Gobernación del Atlántico ante Eduardo Verano de la Rosa en 2007.
José Antonio Name murió cuatro años más tarde, mientras su hermano, el empresario David Name Terán, sigue siendo una voz poderosa en el Atlántico. Recientemente fue el protagonista de un escándalo que empezó cuando el periodista Daniel Coronell reveló unas grabaciones en las que se escucha al senador de la U Eduardo Pulgar -amigo de Margarita Cabello-, en un aparente intento de soborno a un juez de la República. En uno de los audios, un hombre, que sería Luis Fernando Acosta Osío (a quien Pulgar, al parecer, quería beneficiar sobornando al juez), insiste en pedir “ayuda”. El juez, por segunda vez, se niega. Y ahí entra una voz, que sería la de Name, a decir: “Pero la manito sirve”.
Name negó haber dicho eso y el asunto lo indagan las autoridades. Más allá del episodio, en Barranquilla es común oír que él es el poder tras el poder en todos los juzgados de la ciudad. “Él te arregla cualquier proceso, obviamente por una plata fuerte”, dijo alguien de alta credibilidad en Barranquilla. En Bogotá, fuentes de organismos investigativos aseveran que han recibido información en ese sentido, pero que nada se ha probado. Contra Name no existe ni una indagación preliminar. Lo más cercano fue la captura en agosto de 2015 de uno de sus abogados, Orlando Anaya, junto a 13 personas más, supuestos miembros de una red de corrupción judicial. Anaya se declaró inocente y fue llamado a juicio.
David Name Terán fue, además, quien inició a Margarita Cabello en la masonería, una sociedad secreta y filantrópica que por siglos se ha caracterizado por el secretismo. Dos fuentes de alto nivel, una de ellas también perteneciente a la masonería, se lo confirmaron a este diario. Name Terán “es el líder de la masonería en la Costa Atlántica, que representa a la escuela francesa, en la cual sí se admiten mujeres, razón por la cual Margarita Cabello puede estar allí. En el centro del país están los representantes de la escuela inglesa, donde solo se admiten hombres y hay varios expresidentes”. “Name ostenta la más alta distinción, es el único que tiene una logia donde hay mujeres, y una de ellas es Margarita”.
Fuentes en Barranquilla y del Congreso consultadas por este diario contaron que Cabello es cercana a políticos de lo que es conocido como la bancada costeña, entre ellos Eduardo Pulgar, Lidio García, Luis Diazgranados, Efraín Cepeda, Tarquino Pacheco (quien ya no está en el Capitolio) y José David Name Cardozo. Este último es sobrino del empresario David Name Terán y su primo, David Name Orozco, fue la fórmula vicepresidencial del exprocurador Alejandro Ordóñez en 2017, cuando este pensaba en lanzarse a la carrera por la Casa de Nariño. Ordóñez, hoy embajador de Colombia ante la OEA, es otro personaje clave en la vida de Margarita Cabello, la nueva procuradora general de la nación.
***
Margarita Cabello Blanco, la primera mujer en encabezar el Ministerio Público, es el clásico ejemplo de una funcionaria que recorrió la rama Judicial desde el primer peldaño hasta el último. En 30 años pasó de ser escribiente del Juzgado Noveno Civil Municipal de Barranquilla a ser la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, para unirse al Ejecutivo como ministra de Justicia en junio de 2019 y, a partir del próximo 16 de enero, será la nueva procuradora general de la Nación. En los ochenta fue jueza; en los noventa, magistrada del Tribunal Superior de Barranquilla. Era una funcionaria “discreta, tal vez por los temas que manejaba, que no eran penales”, dice otra fuente consultada.
El momento en que el camino de Cabello tomó otro rumbo fue abril de 2009, cuando aterrizó como delegada de la Sala Disciplinaria en la Procuraduría de Alejandro Ordóñez, abogado santandereano y lefebvrista que empezaba su primer período en el Ministerio Público. “No conozco a Ordóñez, pero Margarita no es rezandera. Ella a mí nunca ha tratado de adoctrinarme, no es del Opus Dei ni tampoco uribista recalcitrante. No creo que sea una persona oscura como dicen. Eso sí, es muy amiga de Martha Castañeda”, dice un magistrado de la Corte que asegura tener el mejor concepto de Cabello. Castañeda fue la viceprocuradora de Ordóñez hasta que este salió de la Procuraduría en 2016 por orden del Consejo de Estado.
En 2009 ocurrió otro suceso importante para Cabello: Mario Iguarán terminó su período como fiscal general y el entonces presidente Álvaro Uribe elaboró una terna de candidatos para sucederlo. Una de ellas, la abogada antioqueña Virginia Uribe, renunció a la postulación, y a la Casa de Nariño llegaron varias hojas de vida recomendadas por gente cercana al mandatario. Una de ellas era la de Margarita Cabello. “En esa época Cabello era una desconocida. El presidente la invitó a un café, para saber si a ella le interesaba la postulación”. Así conoció Cabello a Uribe, en la Casa de Nariño, en un encuentro en el que también estuvo el secretario jurídico Edmundo del Castillo.
Por estos días en que Cabello ha alcanzado tanta notoriedad, varios medios de comunicación han sacado a relucir un viejo dato: que ella, supuestamente, acompañó a Del Castillo a visitar al magistrado de la Corte Constitucional Nilson Pinilla justo un día antes de que la Corte emitiera fallo sobre el referendo con que el uribismo buscaba una tercera elección para Álvaro Uribe. “Yo iba mucho al Palacio de Justicia por trabajo, y si visité al magistrado Pinilla ese día, debió ser con propósitos institucionales. Pero yo no fui con la doctora Cabello. A ella creo que la he visto una única vez, en la reunión con el presidente Uribe que usted me menciona”, le dijo Del Castillo a El Espectador.
Una fuente que ha trabajado de la mano con el expresidente Uribe le dijo a este diario que “Cabello no es cercana al uribismo”, y que prueba de ello es que la Corte Suprema, con la cual Uribe tuvo tantos desencuentros a lo largo de sus ocho años como jefe de Estado, la eligió como magistrada en 2013. Otra fuente cercana a la Casa de Nariño dice que ella tampoco es cercana al presidente Duque. Entonces, ¿de dónde viene el poder que parece haber acumulado en los últimos años? Algunos dicen que de los políticos de la Costa; otros, que de Ordóñez y su gente. Dentro de la Corte, donde Cabello cultivó tanto amistades como desavenencias, por lo menos tres magistrados le expresaron a este diario que, en su criterio, para ella la Corte fue un trampolín. Nada más.
“Ella es una política y para todo tiene un candidato”, dijo uno de esos magistrados. “Lo suyo son las vanidades y las ganas de poder”, manifestó otro. En la entrevista que el expresidente Uribe -hoy detenido en su finca El Ubérrimo por un caso de supuesta manipulación de testigos- le dio a Semana hace poco, este mencionó que Cabello tenía “unos testimonios muy importantes” que podían confirmar que en la Sala Plena de la Corte Suprema se habló de su caso y que magistrados como Luis Antonio Hernández celebraban que estaba cerca su detención. Para más de un integrante del alto tribunal, esa mención de Uribe es la evidencia de que Cabello lleva mucho tiempo contándole al expresidente asuntos internos de la Corte.
Las fuentes que este diario consultó aseguran que el caso Uribe solo fue asunto de la Sala Plena una sola vez: en febrero de 2018, cuando el entonces magistrado José Luis Barceló ordenó que Uribe fuera investigado y su decisión causó un terremoto político, al punto que algunos de sus colegas en Sala Plena plantearon la posibilidad de que se emitiera un comunicado a la opinión pública pidiendo respeto por las decisiones judiciales. “Cabello fue la primera en oponerse”, confirmaron tres magistrados de la Corte. El cuarto magistrado con quien habló El Espectador insistió en que el caso Uribe nunca se abordó en Sala Plena, pero dijo: “No la veo a ella diciendo cosas chismosas”.
Los encontronazos de Cabello con miembros de la Corte, sobre todo de la Sala Penal, fueron frecuentes. En alguna ocasión mostró un interés inusitado en el expediente del expresidente, dicen. Un congresista del Centro Democrático confirmó a este diario que había miembros de la Sala Civil de la Corte que le pasaban información al expresidente Uribe de asuntos internos del alto tribunal, aunque no confirmó que fuera exactamente Cabello. Una vez elegida, entre quienes recibieron llamadas de ella estuvo el procurador actual, Fernando Carrillo, a quien le confirmó que guardaría absoluto silencio en público hasta que se asuma el cargo el próximo 16 de enero.
Lo mismo señaló en un comunicado de prensa que entregó a los medios de comunicación el viernes pasado. “No considero conveniente para la institucionalidad que haya dos voces opinando sobre asuntos que serán competencia del procurador Carrillo hasta que me posesione”, dijo allí. “A partir de hoy trabajaré con discreción y sin ningún tipo de protagonismo en la visión que implementaremos durante el próximo período al frente de la Procuraduría. El proceso de empalme lo concertaremos con el procurador Carrillo para instalarlo y realizarlo en los próximos meses”. Y agregó: “Hasta el 16 de enero de 2021 no haré declaraciones”.
La elección de Margarita Cabello como procuradora es un nuevo pulso que la casa Char ganó dentro del Congreso. El pasado jueves 27 de agosto, en una jornada que el presidente del Senado (precisamente un Char, Arturo Char) programó como presencial acatando un fallo reciente de la Corte Constitucional, eran poco más de las 2 de la tarde cuando terminó el conteo de votos y se anunció que la ganadora de la contienda era Cabello, la candidata del presidente Duque. La exministra arrolló a sus contendientes: mientras Juan Carlos Cortés (candidato del Consejo de Estado) obtuvo 16 votos y Wilson Ruiz (candidato de la Corte Suprema) no consiguió ni uno, ella levantó el trofeo con 83.
Difícilmente podía alguien declararse sorprendido del resultado, pues el ajedrez político se movió rápida y públicamente en su favor. El jefe de Estado la postuló el viernes 14 de agosto y el sábado siguiente el Partido de la U, que fue esencial para su victoria, determinó que la respaldaría. Luego vino Cambio Radical, que también levantó su pulgar hacia Cabello. El senador José Luis Pérez, vocero de ese movimiento, aseguró que de la decisión se apartaron tanto su jefe natural (Vargas Lleras) como los Char, pero, aseguran quienes fueron parte también de estas discusiones, cada uno tenía a su candidato. El de Vargas Lleras era Ruiz. El de los Char era la mujer ternada por el presidente de la República.
Esta elección estaba cantada también por un detalle que pocos saben: mientras Ruiz y Cortés empezaron a hacer campaña en el Senado una vez fueron elegidos por las altas cortes para ser parte de la terna, lo cual ocurrió el pasado 11 y 13 de agosto, respectivamente, Cabello empezó a hacer lo propio hace unos dos meses. Fuentes del Congreso, que incluso votaron por ella, le contaron a este diario: “Margarita comenzó su campaña antes. Era incierto a quiénes iban a ternar los otros y ella aprovechó”. Como ministra de Justicia su interacción con los congresistas era constante, especialmente en los últimos meses con el debate de la cadena perpetua. Y esa fue una oportunidad que ella no dejó pasar.
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Margarita Cabello Blanco viene de una familia que, de una u otra forma, ha estado conectada a la historia de Colombia. Es la nieta del coronel Leandro Cabello, un hombre de cuna liberal que trabajó de la mano con el general Sabas Socarrás -una figura histórica en La Guajira- mientras en Colombia se libraba la Guerra de los Mil Días. Su padre, Leandro Cabello López, se hizo un reconocido abogado, fue diputado y logró la construcción del primer acueducto de Villanueva (La Guajira), su pueblo natal. Su tío Tomás Cabello, quien ya murió, fue alcalde de Villanueva y solía explicar que su árbol genealógico mostraba en su ascendencia a José Eusebio Canopán, un cacique del pueblo itoto, que vivía a orillas del río Villanueva.
Ella, que no pertenece a la élite barranquillera, ha llegado a los más altos cargos a los que un funcionario de la Rama Judicial puede aspirar con dos respaldos sobre sus hombros. El primero, su trabajo. “Es una mujer de muchas virtudes, muy discreta”, le dijo a este diario un funcionario judicial de Barranquilla. “Es seria, estudiosa, dedicada a su trabajo”, dijo una fuente de la Corte Suprema que compartió con ella durante varios años los escenarios de la Sala Plena. “Es muy cercana, muy abierta, buena anfitriona. Es pariente de un compositor vallenato (Gustavo Gutiérrez Cabello), ella se mueve en ese ambiente cultural que es importante”, agregó.
Esa fuente de la Corte recuerda que, en 2017, varios magistrados de la Corte y del Consejo de Estado compartieron con Cabello en el Carnaval de Barranquilla. En el alto tribunal, más de un antiguo colega de la hoy procuradora recuerda que ella solía invitar a sus compañeros de Sala Plena para ese evento, que se realiza cada año en febrero. “Fuimos al concierto de Carlos Vives, en el que se presentó con Nicky Jam y Silvestre Dangond. Había mucha gente del poder Judicial, pero no recuerdo que estuvieran presentes políticos. De pronto Álex Char, él era alcalde en esa época, pero es que en Barranquilla todo el mundo es amigo”. Los Char, dicen otras fuentes consultadas por este diario, han sido claves en la vida de la exministra.
Ellos forman parte del segundo respaldo que ha impulsado la trayectoria de Cabello. Los Char, aseguran fuentes del Congreso, impulsaron la candidatura de Cabello Blanco en su colectividad, a la par que la llamada “bancada costeña”, aunque en el Capitolio saben que la ayuda crucial la aportó el Partido de la U. Pero, más allá del ajedrez que se movió para que Cabello alcanzara la Procuraduría, la casa Char ha sido importante en la vida de la exministra, sobre todo en los últimos años, cuando la tradicional alianza Char-Name-Gerlein se convirtió en el poderío de los Char, con Name y Gerlein un poco más a la sombra. En Barranquilla, por ejemplo, aseguran que Cabello es muy cercana de Jorge Padilla.
Jorge Padilla Sundheim era el jefe jurídico de la Alcaldía de Álex Char y, por años, ha sido uno de sus hombres de confianza. Desde su puesto en la administración local tenía que representar los intereses del Distrito frente a la Triple A (la empresa de Acueducto, Agua y Alcantarillado de Barranquilla, en la cual la ciudad era socia de la española Inassa), pero llegó allí tras varios años de relación comercial con la Triple A que lo hizo objeto de cuestionamientos. Además, se conoció un audio en el que Edmundo Rodríguez, exgerente de Inassa y a quien la Fiscalía le imputó cargos el año pasado por el escándalo de corrupción de la Triple A, se refería a Padilla como “un tipo listo”.
Padilla ha reiterado que él nunca hizo nada ilegal con la Triple A. Fuentes de alta credibilidad que conocen los pormenores del manejo político en Barranquilla aseguran que él mantiene a Cabello al día, reportándole todo lo que ocurre en la ciudad. “Cabello es el ángel guardián de Álex Char”, añadieron. Pero su tribu, dicen quienes conocen pormenores del poder en Barranquilla, son los Name. José Antonio y David Name Terán, caciques electorales de la Costa Atlántica. El primero llegó al Senado en 1978, el mismo año en que Julio César Turbay alcanzó la presidencia, y allí estuvo seis periodos más hasta que se retiró en 2006 para perder la Gobernación del Atlántico ante Eduardo Verano de la Rosa en 2007.
José Antonio Name murió cuatro años más tarde, mientras su hermano, el empresario David Name Terán, sigue siendo una voz poderosa en el Atlántico. Recientemente fue el protagonista de un escándalo que empezó cuando el periodista Daniel Coronell reveló unas grabaciones en las que se escucha al senador de la U Eduardo Pulgar -amigo de Margarita Cabello-, en un aparente intento de soborno a un juez de la República. En uno de los audios, un hombre, que sería Luis Fernando Acosta Osío (a quien Pulgar, al parecer, quería beneficiar sobornando al juez), insiste en pedir “ayuda”. El juez, por segunda vez, se niega. Y ahí entra una voz, que sería la de Name, a decir: “Pero la manito sirve”.
Name negó haber dicho eso y el asunto lo indagan las autoridades. Más allá del episodio, en Barranquilla es común oír que él es el poder tras el poder en todos los juzgados de la ciudad. “Él te arregla cualquier proceso, obviamente por una plata fuerte”, dijo alguien de alta credibilidad en Barranquilla. En Bogotá, fuentes de organismos investigativos aseveran que han recibido información en ese sentido, pero que nada se ha probado. Contra Name no existe ni una indagación preliminar. Lo más cercano fue la captura en agosto de 2015 de uno de sus abogados, Orlando Anaya, junto a 13 personas más, supuestos miembros de una red de corrupción judicial. Anaya se declaró inocente y fue llamado a juicio.
David Name Terán fue, además, quien inició a Margarita Cabello en la masonería, una sociedad secreta y filantrópica que por siglos se ha caracterizado por el secretismo. Dos fuentes de alto nivel, una de ellas también perteneciente a la masonería, se lo confirmaron a este diario. Name Terán “es el líder de la masonería en la Costa Atlántica, que representa a la escuela francesa, en la cual sí se admiten mujeres, razón por la cual Margarita Cabello puede estar allí. En el centro del país están los representantes de la escuela inglesa, donde solo se admiten hombres y hay varios expresidentes”. “Name ostenta la más alta distinción, es el único que tiene una logia donde hay mujeres, y una de ellas es Margarita”.
Fuentes en Barranquilla y del Congreso consultadas por este diario contaron que Cabello es cercana a políticos de lo que es conocido como la bancada costeña, entre ellos Eduardo Pulgar, Lidio García, Luis Diazgranados, Efraín Cepeda, Tarquino Pacheco (quien ya no está en el Capitolio) y José David Name Cardozo. Este último es sobrino del empresario David Name Terán y su primo, David Name Orozco, fue la fórmula vicepresidencial del exprocurador Alejandro Ordóñez en 2017, cuando este pensaba en lanzarse a la carrera por la Casa de Nariño. Ordóñez, hoy embajador de Colombia ante la OEA, es otro personaje clave en la vida de Margarita Cabello, la nueva procuradora general de la nación.
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Margarita Cabello Blanco, la primera mujer en encabezar el Ministerio Público, es el clásico ejemplo de una funcionaria que recorrió la rama Judicial desde el primer peldaño hasta el último. En 30 años pasó de ser escribiente del Juzgado Noveno Civil Municipal de Barranquilla a ser la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, para unirse al Ejecutivo como ministra de Justicia en junio de 2019 y, a partir del próximo 16 de enero, será la nueva procuradora general de la Nación. En los ochenta fue jueza; en los noventa, magistrada del Tribunal Superior de Barranquilla. Era una funcionaria “discreta, tal vez por los temas que manejaba, que no eran penales”, dice otra fuente consultada.
El momento en que el camino de Cabello tomó otro rumbo fue abril de 2009, cuando aterrizó como delegada de la Sala Disciplinaria en la Procuraduría de Alejandro Ordóñez, abogado santandereano y lefebvrista que empezaba su primer período en el Ministerio Público. “No conozco a Ordóñez, pero Margarita no es rezandera. Ella a mí nunca ha tratado de adoctrinarme, no es del Opus Dei ni tampoco uribista recalcitrante. No creo que sea una persona oscura como dicen. Eso sí, es muy amiga de Martha Castañeda”, dice un magistrado de la Corte que asegura tener el mejor concepto de Cabello. Castañeda fue la viceprocuradora de Ordóñez hasta que este salió de la Procuraduría en 2016 por orden del Consejo de Estado.
En 2009 ocurrió otro suceso importante para Cabello: Mario Iguarán terminó su período como fiscal general y el entonces presidente Álvaro Uribe elaboró una terna de candidatos para sucederlo. Una de ellas, la abogada antioqueña Virginia Uribe, renunció a la postulación, y a la Casa de Nariño llegaron varias hojas de vida recomendadas por gente cercana al mandatario. Una de ellas era la de Margarita Cabello. “En esa época Cabello era una desconocida. El presidente la invitó a un café, para saber si a ella le interesaba la postulación”. Así conoció Cabello a Uribe, en la Casa de Nariño, en un encuentro en el que también estuvo el secretario jurídico Edmundo del Castillo.
Por estos días en que Cabello ha alcanzado tanta notoriedad, varios medios de comunicación han sacado a relucir un viejo dato: que ella, supuestamente, acompañó a Del Castillo a visitar al magistrado de la Corte Constitucional Nilson Pinilla justo un día antes de que la Corte emitiera fallo sobre el referendo con que el uribismo buscaba una tercera elección para Álvaro Uribe. “Yo iba mucho al Palacio de Justicia por trabajo, y si visité al magistrado Pinilla ese día, debió ser con propósitos institucionales. Pero yo no fui con la doctora Cabello. A ella creo que la he visto una única vez, en la reunión con el presidente Uribe que usted me menciona”, le dijo Del Castillo a El Espectador.
Una fuente que ha trabajado de la mano con el expresidente Uribe le dijo a este diario que “Cabello no es cercana al uribismo”, y que prueba de ello es que la Corte Suprema, con la cual Uribe tuvo tantos desencuentros a lo largo de sus ocho años como jefe de Estado, la eligió como magistrada en 2013. Otra fuente cercana a la Casa de Nariño dice que ella tampoco es cercana al presidente Duque. Entonces, ¿de dónde viene el poder que parece haber acumulado en los últimos años? Algunos dicen que de los políticos de la Costa; otros, que de Ordóñez y su gente. Dentro de la Corte, donde Cabello cultivó tanto amistades como desavenencias, por lo menos tres magistrados le expresaron a este diario que, en su criterio, para ella la Corte fue un trampolín. Nada más.
“Ella es una política y para todo tiene un candidato”, dijo uno de esos magistrados. “Lo suyo son las vanidades y las ganas de poder”, manifestó otro. En la entrevista que el expresidente Uribe -hoy detenido en su finca El Ubérrimo por un caso de supuesta manipulación de testigos- le dio a Semana hace poco, este mencionó que Cabello tenía “unos testimonios muy importantes” que podían confirmar que en la Sala Plena de la Corte Suprema se habló de su caso y que magistrados como Luis Antonio Hernández celebraban que estaba cerca su detención. Para más de un integrante del alto tribunal, esa mención de Uribe es la evidencia de que Cabello lleva mucho tiempo contándole al expresidente asuntos internos de la Corte.
Las fuentes que este diario consultó aseguran que el caso Uribe solo fue asunto de la Sala Plena una sola vez: en febrero de 2018, cuando el entonces magistrado José Luis Barceló ordenó que Uribe fuera investigado y su decisión causó un terremoto político, al punto que algunos de sus colegas en Sala Plena plantearon la posibilidad de que se emitiera un comunicado a la opinión pública pidiendo respeto por las decisiones judiciales. “Cabello fue la primera en oponerse”, confirmaron tres magistrados de la Corte. El cuarto magistrado con quien habló El Espectador insistió en que el caso Uribe nunca se abordó en Sala Plena, pero dijo: “No la veo a ella diciendo cosas chismosas”.
Los encontronazos de Cabello con miembros de la Corte, sobre todo de la Sala Penal, fueron frecuentes. En alguna ocasión mostró un interés inusitado en el expediente del expresidente, dicen. Un congresista del Centro Democrático confirmó a este diario que había miembros de la Sala Civil de la Corte que le pasaban información al expresidente Uribe de asuntos internos del alto tribunal, aunque no confirmó que fuera exactamente Cabello. Una vez elegida, entre quienes recibieron llamadas de ella estuvo el procurador actual, Fernando Carrillo, a quien le confirmó que guardaría absoluto silencio en público hasta que se asuma el cargo el próximo 16 de enero.
Lo mismo señaló en un comunicado de prensa que entregó a los medios de comunicación el viernes pasado. “No considero conveniente para la institucionalidad que haya dos voces opinando sobre asuntos que serán competencia del procurador Carrillo hasta que me posesione”, dijo allí. “A partir de hoy trabajaré con discreción y sin ningún tipo de protagonismo en la visión que implementaremos durante el próximo período al frente de la Procuraduría. El proceso de empalme lo concertaremos con el procurador Carrillo para instalarlo y realizarlo en los próximos meses”. Y agregó: “Hasta el 16 de enero de 2021 no haré declaraciones”.
La elección de Margarita Cabello como procuradora es un nuevo pulso que la casa Char ganó dentro del Congreso. El pasado jueves 27 de agosto, en una jornada que el presidente del Senado (precisamente un Char, Arturo Char) programó como presencial acatando un fallo reciente de la Corte Constitucional, eran poco más de las 2 de la tarde cuando terminó el conteo de votos y se anunció que la ganadora de la contienda era Cabello, la candidata del presidente Duque. La exministra arrolló a sus contendientes: mientras Juan Carlos Cortés (candidato del Consejo de Estado) obtuvo 16 votos y Wilson Ruiz (candidato de la Corte Suprema) no consiguió ni uno, ella levantó el trofeo con 83.
Difícilmente podía alguien declararse sorprendido del resultado, pues el ajedrez político se movió rápida y públicamente en su favor. El jefe de Estado la postuló el viernes 14 de agosto y el sábado siguiente el Partido de la U, que fue esencial para su victoria, determinó que la respaldaría. Luego vino Cambio Radical, que también levantó su pulgar hacia Cabello. El senador José Luis Pérez, vocero de ese movimiento, aseguró que de la decisión se apartaron tanto su jefe natural (Vargas Lleras) como los Char, pero, aseguran quienes fueron parte también de estas discusiones, cada uno tenía a su candidato. El de Vargas Lleras era Ruiz. El de los Char era la mujer ternada por el presidente de la República.
Esta elección estaba cantada también por un detalle que pocos saben: mientras Ruiz y Cortés empezaron a hacer campaña en el Senado una vez fueron elegidos por las altas cortes para ser parte de la terna, lo cual ocurrió el pasado 11 y 13 de agosto, respectivamente, Cabello empezó a hacer lo propio hace unos dos meses. Fuentes del Congreso, que incluso votaron por ella, le contaron a este diario: “Margarita comenzó su campaña antes. Era incierto a quiénes iban a ternar los otros y ella aprovechó”. Como ministra de Justicia su interacción con los congresistas era constante, especialmente en los últimos meses con el debate de la cadena perpetua. Y esa fue una oportunidad que ella no dejó pasar.
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Margarita Cabello Blanco viene de una familia que, de una u otra forma, ha estado conectada a la historia de Colombia. Es la nieta del coronel Leandro Cabello, un hombre de cuna liberal que trabajó de la mano con el general Sabas Socarrás -una figura histórica en La Guajira- mientras en Colombia se libraba la Guerra de los Mil Días. Su padre, Leandro Cabello López, se hizo un reconocido abogado, fue diputado y logró la construcción del primer acueducto de Villanueva (La Guajira), su pueblo natal. Su tío Tomás Cabello, quien ya murió, fue alcalde de Villanueva y solía explicar que su árbol genealógico mostraba en su ascendencia a José Eusebio Canopán, un cacique del pueblo itoto, que vivía a orillas del río Villanueva.
Ella, que no pertenece a la élite barranquillera, ha llegado a los más altos cargos a los que un funcionario de la Rama Judicial puede aspirar con dos respaldos sobre sus hombros. El primero, su trabajo. “Es una mujer de muchas virtudes, muy discreta”, le dijo a este diario un funcionario judicial de Barranquilla. “Es seria, estudiosa, dedicada a su trabajo”, dijo una fuente de la Corte Suprema que compartió con ella durante varios años los escenarios de la Sala Plena. “Es muy cercana, muy abierta, buena anfitriona. Es pariente de un compositor vallenato (Gustavo Gutiérrez Cabello), ella se mueve en ese ambiente cultural que es importante”, agregó.
Esa fuente de la Corte recuerda que, en 2017, varios magistrados de la Corte y del Consejo de Estado compartieron con Cabello en el Carnaval de Barranquilla. En el alto tribunal, más de un antiguo colega de la hoy procuradora recuerda que ella solía invitar a sus compañeros de Sala Plena para ese evento, que se realiza cada año en febrero. “Fuimos al concierto de Carlos Vives, en el que se presentó con Nicky Jam y Silvestre Dangond. Había mucha gente del poder Judicial, pero no recuerdo que estuvieran presentes políticos. De pronto Álex Char, él era alcalde en esa época, pero es que en Barranquilla todo el mundo es amigo”. Los Char, dicen otras fuentes consultadas por este diario, han sido claves en la vida de la exministra.
Ellos forman parte del segundo respaldo que ha impulsado la trayectoria de Cabello. Los Char, aseguran fuentes del Congreso, impulsaron la candidatura de Cabello Blanco en su colectividad, a la par que la llamada “bancada costeña”, aunque en el Capitolio saben que la ayuda crucial la aportó el Partido de la U. Pero, más allá del ajedrez que se movió para que Cabello alcanzara la Procuraduría, la casa Char ha sido importante en la vida de la exministra, sobre todo en los últimos años, cuando la tradicional alianza Char-Name-Gerlein se convirtió en el poderío de los Char, con Name y Gerlein un poco más a la sombra. En Barranquilla, por ejemplo, aseguran que Cabello es muy cercana de Jorge Padilla.
Jorge Padilla Sundheim era el jefe jurídico de la Alcaldía de Álex Char y, por años, ha sido uno de sus hombres de confianza. Desde su puesto en la administración local tenía que representar los intereses del Distrito frente a la Triple A (la empresa de Acueducto, Agua y Alcantarillado de Barranquilla, en la cual la ciudad era socia de la española Inassa), pero llegó allí tras varios años de relación comercial con la Triple A que lo hizo objeto de cuestionamientos. Además, se conoció un audio en el que Edmundo Rodríguez, exgerente de Inassa y a quien la Fiscalía le imputó cargos el año pasado por el escándalo de corrupción de la Triple A, se refería a Padilla como “un tipo listo”.
Padilla ha reiterado que él nunca hizo nada ilegal con la Triple A. Fuentes de alta credibilidad que conocen los pormenores del manejo político en Barranquilla aseguran que él mantiene a Cabello al día, reportándole todo lo que ocurre en la ciudad. “Cabello es el ángel guardián de Álex Char”, añadieron. Pero su tribu, dicen quienes conocen pormenores del poder en Barranquilla, son los Name. José Antonio y David Name Terán, caciques electorales de la Costa Atlántica. El primero llegó al Senado en 1978, el mismo año en que Julio César Turbay alcanzó la presidencia, y allí estuvo seis periodos más hasta que se retiró en 2006 para perder la Gobernación del Atlántico ante Eduardo Verano de la Rosa en 2007.
José Antonio Name murió cuatro años más tarde, mientras su hermano, el empresario David Name Terán, sigue siendo una voz poderosa en el Atlántico. Recientemente fue el protagonista de un escándalo que empezó cuando el periodista Daniel Coronell reveló unas grabaciones en las que se escucha al senador de la U Eduardo Pulgar -amigo de Margarita Cabello-, en un aparente intento de soborno a un juez de la República. En uno de los audios, un hombre, que sería Luis Fernando Acosta Osío (a quien Pulgar, al parecer, quería beneficiar sobornando al juez), insiste en pedir “ayuda”. El juez, por segunda vez, se niega. Y ahí entra una voz, que sería la de Name, a decir: “Pero la manito sirve”.
Name negó haber dicho eso y el asunto lo indagan las autoridades. Más allá del episodio, en Barranquilla es común oír que él es el poder tras el poder en todos los juzgados de la ciudad. “Él te arregla cualquier proceso, obviamente por una plata fuerte”, dijo alguien de alta credibilidad en Barranquilla. En Bogotá, fuentes de organismos investigativos aseveran que han recibido información en ese sentido, pero que nada se ha probado. Contra Name no existe ni una indagación preliminar. Lo más cercano fue la captura en agosto de 2015 de uno de sus abogados, Orlando Anaya, junto a 13 personas más, supuestos miembros de una red de corrupción judicial. Anaya se declaró inocente y fue llamado a juicio.
David Name Terán fue, además, quien inició a Margarita Cabello en la masonería, una sociedad secreta y filantrópica que por siglos se ha caracterizado por el secretismo. Dos fuentes de alto nivel, una de ellas también perteneciente a la masonería, se lo confirmaron a este diario. Name Terán “es el líder de la masonería en la Costa Atlántica, que representa a la escuela francesa, en la cual sí se admiten mujeres, razón por la cual Margarita Cabello puede estar allí. En el centro del país están los representantes de la escuela inglesa, donde solo se admiten hombres y hay varios expresidentes”. “Name ostenta la más alta distinción, es el único que tiene una logia donde hay mujeres, y una de ellas es Margarita”.
Fuentes en Barranquilla y del Congreso consultadas por este diario contaron que Cabello es cercana a políticos de lo que es conocido como la bancada costeña, entre ellos Eduardo Pulgar, Lidio García, Luis Diazgranados, Efraín Cepeda, Tarquino Pacheco (quien ya no está en el Capitolio) y José David Name Cardozo. Este último es sobrino del empresario David Name Terán y su primo, David Name Orozco, fue la fórmula vicepresidencial del exprocurador Alejandro Ordóñez en 2017, cuando este pensaba en lanzarse a la carrera por la Casa de Nariño. Ordóñez, hoy embajador de Colombia ante la OEA, es otro personaje clave en la vida de Margarita Cabello, la nueva procuradora general de la nación.
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Margarita Cabello Blanco, la primera mujer en encabezar el Ministerio Público, es el clásico ejemplo de una funcionaria que recorrió la rama Judicial desde el primer peldaño hasta el último. En 30 años pasó de ser escribiente del Juzgado Noveno Civil Municipal de Barranquilla a ser la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, para unirse al Ejecutivo como ministra de Justicia en junio de 2019 y, a partir del próximo 16 de enero, será la nueva procuradora general de la Nación. En los ochenta fue jueza; en los noventa, magistrada del Tribunal Superior de Barranquilla. Era una funcionaria “discreta, tal vez por los temas que manejaba, que no eran penales”, dice otra fuente consultada.
El momento en que el camino de Cabello tomó otro rumbo fue abril de 2009, cuando aterrizó como delegada de la Sala Disciplinaria en la Procuraduría de Alejandro Ordóñez, abogado santandereano y lefebvrista que empezaba su primer período en el Ministerio Público. “No conozco a Ordóñez, pero Margarita no es rezandera. Ella a mí nunca ha tratado de adoctrinarme, no es del Opus Dei ni tampoco uribista recalcitrante. No creo que sea una persona oscura como dicen. Eso sí, es muy amiga de Martha Castañeda”, dice un magistrado de la Corte que asegura tener el mejor concepto de Cabello. Castañeda fue la viceprocuradora de Ordóñez hasta que este salió de la Procuraduría en 2016 por orden del Consejo de Estado.
En 2009 ocurrió otro suceso importante para Cabello: Mario Iguarán terminó su período como fiscal general y el entonces presidente Álvaro Uribe elaboró una terna de candidatos para sucederlo. Una de ellas, la abogada antioqueña Virginia Uribe, renunció a la postulación, y a la Casa de Nariño llegaron varias hojas de vida recomendadas por gente cercana al mandatario. Una de ellas era la de Margarita Cabello. “En esa época Cabello era una desconocida. El presidente la invitó a un café, para saber si a ella le interesaba la postulación”. Así conoció Cabello a Uribe, en la Casa de Nariño, en un encuentro en el que también estuvo el secretario jurídico Edmundo del Castillo.
Por estos días en que Cabello ha alcanzado tanta notoriedad, varios medios de comunicación han sacado a relucir un viejo dato: que ella, supuestamente, acompañó a Del Castillo a visitar al magistrado de la Corte Constitucional Nilson Pinilla justo un día antes de que la Corte emitiera fallo sobre el referendo con que el uribismo buscaba una tercera elección para Álvaro Uribe. “Yo iba mucho al Palacio de Justicia por trabajo, y si visité al magistrado Pinilla ese día, debió ser con propósitos institucionales. Pero yo no fui con la doctora Cabello. A ella creo que la he visto una única vez, en la reunión con el presidente Uribe que usted me menciona”, le dijo Del Castillo a El Espectador.
Una fuente que ha trabajado de la mano con el expresidente Uribe le dijo a este diario que “Cabello no es cercana al uribismo”, y que prueba de ello es que la Corte Suprema, con la cual Uribe tuvo tantos desencuentros a lo largo de sus ocho años como jefe de Estado, la eligió como magistrada en 2013. Otra fuente cercana a la Casa de Nariño dice que ella tampoco es cercana al presidente Duque. Entonces, ¿de dónde viene el poder que parece haber acumulado en los últimos años? Algunos dicen que de los políticos de la Costa; otros, que de Ordóñez y su gente. Dentro de la Corte, donde Cabello cultivó tanto amistades como desavenencias, por lo menos tres magistrados le expresaron a este diario que, en su criterio, para ella la Corte fue un trampolín. Nada más.
“Ella es una política y para todo tiene un candidato”, dijo uno de esos magistrados. “Lo suyo son las vanidades y las ganas de poder”, manifestó otro. En la entrevista que el expresidente Uribe -hoy detenido en su finca El Ubérrimo por un caso de supuesta manipulación de testigos- le dio a Semana hace poco, este mencionó que Cabello tenía “unos testimonios muy importantes” que podían confirmar que en la Sala Plena de la Corte Suprema se habló de su caso y que magistrados como Luis Antonio Hernández celebraban que estaba cerca su detención. Para más de un integrante del alto tribunal, esa mención de Uribe es la evidencia de que Cabello lleva mucho tiempo contándole al expresidente asuntos internos de la Corte.
Las fuentes que este diario consultó aseguran que el caso Uribe solo fue asunto de la Sala Plena una sola vez: en febrero de 2018, cuando el entonces magistrado José Luis Barceló ordenó que Uribe fuera investigado y su decisión causó un terremoto político, al punto que algunos de sus colegas en Sala Plena plantearon la posibilidad de que se emitiera un comunicado a la opinión pública pidiendo respeto por las decisiones judiciales. “Cabello fue la primera en oponerse”, confirmaron tres magistrados de la Corte. El cuarto magistrado con quien habló El Espectador insistió en que el caso Uribe nunca se abordó en Sala Plena, pero dijo: “No la veo a ella diciendo cosas chismosas”.
Los encontronazos de Cabello con miembros de la Corte, sobre todo de la Sala Penal, fueron frecuentes. En alguna ocasión mostró un interés inusitado en el expediente del expresidente, dicen. Un congresista del Centro Democrático confirmó a este diario que había miembros de la Sala Civil de la Corte que le pasaban información al expresidente Uribe de asuntos internos del alto tribunal, aunque no confirmó que fuera exactamente Cabello. Una vez elegida, entre quienes recibieron llamadas de ella estuvo el procurador actual, Fernando Carrillo, a quien le confirmó que guardaría absoluto silencio en público hasta que se asuma el cargo el próximo 16 de enero.
Lo mismo señaló en un comunicado de prensa que entregó a los medios de comunicación el viernes pasado. “No considero conveniente para la institucionalidad que haya dos voces opinando sobre asuntos que serán competencia del procurador Carrillo hasta que me posesione”, dijo allí. “A partir de hoy trabajaré con discreción y sin ningún tipo de protagonismo en la visión que implementaremos durante el próximo período al frente de la Procuraduría. El proceso de empalme lo concertaremos con el procurador Carrillo para instalarlo y realizarlo en los próximos meses”. Y agregó: “Hasta el 16 de enero de 2021 no haré declaraciones”.