“Marquitos Figueroa”, condenado por homicidio que dio origen a la “Ñeñepolítica”
Un juez determinó que el denominado terror de La Guajira fue uno de los determinadores del asesinato de Óscar Rodríguez Pomar, el cual terminó investigando a José “Ñeñe” Hernández, un cuestionado ganadero que terminó interceptado y develando supuestos pagos “por debajo de la mesa” en la campaña de Iván Duque.
El presunto narcotraficante y líder de una banda delincuencial en la Costa, Marcos Figueroa García, conocido como Marquitos Figueroa, fue condenado por la muerte de Óscar Rodríguez, hijo del sastre Carlos Rodríguez. Según le explicó el abogado Miguel Ángel Del Río a El Espectador, el Juzgado 7 Penal de Circuito de Barranquilla dictó sentido de fallo condenatorio contra el procesado y el próximo 11 de enero se leerá el monto de la sentencia. Es el caso que dio origen a la “ñeñepolítica”.
En contexto: “La Fiscalía quiso ocultar los audios de ‘El Ñeñe’”
“Estamos pidiendo 450 meses de prisión, más de 37 años. Marquitos Figueroa ya quedó condenado por el asesinato de Óscar Eduardo Rodríguez. La investigación de ese homicidio, durante la cual hubo interceptaciones del Ñeñe Hernández, trajo como consecuencia la “ñeñepolítica”, le dijo Del Río a este diario. Según la teoría del caso, el ganadero Hernández pidió a Marquitos Figueroa asesinar a padre de la víctima, dueño de la sastrería GQ de Barranquilla, pero por error terminó muerto Óscar Rodríguez.
El presente expediente inició en agosto de 2011, cuando en la tarde fue asesinada la víctima a través de varios disparos, cuando iba camino a casa del sastre Carlos Rodríguez. Días después del atentado fueron capturados el sicario y dos de sus ayudantes. Rodríguez mismo le señaló a la Fiscalía, según la fiscal Jenny Ortiz Ladino, una reunión en una finca en Venezuela en la que habrían participado Marquitos Figueroa, el Ñeñe Hernández y el exalcalde de Tenerife (Magdalena), Omar Alejandro Vanegas.
En esa reunión se habría concretado el plan para asesinarlo, referencio Rodríguez, para que el Ñeñe Hernández no tuviese que cancelarle una millonaria deuda. Al parecer, entre todos negociaron el atentado en $300 millones que serían directo para la organización que Marquitos Figueroa lideraría en la costa. Todo indica que, al final, los sicarios confundieron a la víctima y en lugar de asesinar al sastre Carlos Rodríguez, terminaron matando a su hijo.
En contexto: Los hilos y la “compinchería” detrás del caso del que nació la ñeñepolítica
Contra el Ñeñe Hernández, quien fue asesinado en Brasil hace un par de años, ya pesaba una compulsa de copias desde antes de 2014. Para 2020, se publicó un informe de interceptaciones al número del ganadero. Entre los registros estaba una llamada del 3 de junio de 2018, entre Hernández y María Claudia Daza, conocida como la Caya Daza, una mujer muy cercana al Centro Democrático y antigua integrante de la Unidad de Trabajo Legislativo del expresidente Álvaro Uribe.
En ese audio, el Ñeñe Hernández habla sobre “pasar plata por debajo de la mesa” para impulsar la campaña de Iván Duque en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. “Se le estaban haciendo interceptaciones al Ñeñe para establecer su posible participación en el homicidio de Óscar Eduardo. Cuando la Fiscalía que adelanta este caso me dejó ver el material probatorio, como abogado de la víctima que soy, me di cuenta de que había un informe (…) que advertía que, en algunas de las grabaciones, se podría detectar la materialización de un fraude electoral”, le dijo Del Río a este diario en junio de 2020.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Según lo que ha podido determinar las autoridades hasta el momento, el “Ñeñe” tenía que responder por una deuda de $ 1.000 millones a Carlos Rodríguez, reconocido sastre de artistas vallenatos. Para no pagarle, Hernández habría mandado a matar a Rodríguez padre, pero los sicarios se habrían equivocado y mataron a Óscar, que ese día manejaba el carro de su papá.
El pasado 28 de octubre, el Consejo Nacional Electoral (CNE) archivó la investigación contra el presidente Iván Duque por la presunta entrada irregular de recursos a su campaña. Para el tribunal electoral, no había elementos suficientes para continuar con el proceso. No obstante, el Centro Democrático sigue bajo la lupa. Por otro lado, el pasado 2 de diciembre, el presidente de la Comisión de Acusación de la Cámara, el representante del Centro Democrático Óscar Villamizar, pidió archivar las pesquisas contra el máximo mandatario por el episodio de la “Ñeñepolítica”.
Funcionarios públicos involucrados en el escándalo están en problemas judiciales. Específicamente, los investigadores que escudriñaron en las comunicaciones del Ñeñe Hernández. El patrullero Wadith Velásquez y al mayor de la Policía, Jefferson Tocarruncho, están imputados por los delitos de violación ilícita de comunicaciones, utilización ilícita de redes de comunicaciones, falsedad ideológica en documento público y fraude procesal. Al parecer, habrían interceptado irregularmente a un grupo de uniformados que se habrían quedado con el dinero de un allanamiento en Cali.
El presunto narcotraficante y líder de una banda delincuencial en la Costa, Marcos Figueroa García, conocido como Marquitos Figueroa, fue condenado por la muerte de Óscar Rodríguez, hijo del sastre Carlos Rodríguez. Según le explicó el abogado Miguel Ángel Del Río a El Espectador, el Juzgado 7 Penal de Circuito de Barranquilla dictó sentido de fallo condenatorio contra el procesado y el próximo 11 de enero se leerá el monto de la sentencia. Es el caso que dio origen a la “ñeñepolítica”.
En contexto: “La Fiscalía quiso ocultar los audios de ‘El Ñeñe’”
“Estamos pidiendo 450 meses de prisión, más de 37 años. Marquitos Figueroa ya quedó condenado por el asesinato de Óscar Eduardo Rodríguez. La investigación de ese homicidio, durante la cual hubo interceptaciones del Ñeñe Hernández, trajo como consecuencia la “ñeñepolítica”, le dijo Del Río a este diario. Según la teoría del caso, el ganadero Hernández pidió a Marquitos Figueroa asesinar a padre de la víctima, dueño de la sastrería GQ de Barranquilla, pero por error terminó muerto Óscar Rodríguez.
El presente expediente inició en agosto de 2011, cuando en la tarde fue asesinada la víctima a través de varios disparos, cuando iba camino a casa del sastre Carlos Rodríguez. Días después del atentado fueron capturados el sicario y dos de sus ayudantes. Rodríguez mismo le señaló a la Fiscalía, según la fiscal Jenny Ortiz Ladino, una reunión en una finca en Venezuela en la que habrían participado Marquitos Figueroa, el Ñeñe Hernández y el exalcalde de Tenerife (Magdalena), Omar Alejandro Vanegas.
En esa reunión se habría concretado el plan para asesinarlo, referencio Rodríguez, para que el Ñeñe Hernández no tuviese que cancelarle una millonaria deuda. Al parecer, entre todos negociaron el atentado en $300 millones que serían directo para la organización que Marquitos Figueroa lideraría en la costa. Todo indica que, al final, los sicarios confundieron a la víctima y en lugar de asesinar al sastre Carlos Rodríguez, terminaron matando a su hijo.
En contexto: Los hilos y la “compinchería” detrás del caso del que nació la ñeñepolítica
Contra el Ñeñe Hernández, quien fue asesinado en Brasil hace un par de años, ya pesaba una compulsa de copias desde antes de 2014. Para 2020, se publicó un informe de interceptaciones al número del ganadero. Entre los registros estaba una llamada del 3 de junio de 2018, entre Hernández y María Claudia Daza, conocida como la Caya Daza, una mujer muy cercana al Centro Democrático y antigua integrante de la Unidad de Trabajo Legislativo del expresidente Álvaro Uribe.
En ese audio, el Ñeñe Hernández habla sobre “pasar plata por debajo de la mesa” para impulsar la campaña de Iván Duque en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. “Se le estaban haciendo interceptaciones al Ñeñe para establecer su posible participación en el homicidio de Óscar Eduardo. Cuando la Fiscalía que adelanta este caso me dejó ver el material probatorio, como abogado de la víctima que soy, me di cuenta de que había un informe (…) que advertía que, en algunas de las grabaciones, se podría detectar la materialización de un fraude electoral”, le dijo Del Río a este diario en junio de 2020.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Según lo que ha podido determinar las autoridades hasta el momento, el “Ñeñe” tenía que responder por una deuda de $ 1.000 millones a Carlos Rodríguez, reconocido sastre de artistas vallenatos. Para no pagarle, Hernández habría mandado a matar a Rodríguez padre, pero los sicarios se habrían equivocado y mataron a Óscar, que ese día manejaba el carro de su papá.
El pasado 28 de octubre, el Consejo Nacional Electoral (CNE) archivó la investigación contra el presidente Iván Duque por la presunta entrada irregular de recursos a su campaña. Para el tribunal electoral, no había elementos suficientes para continuar con el proceso. No obstante, el Centro Democrático sigue bajo la lupa. Por otro lado, el pasado 2 de diciembre, el presidente de la Comisión de Acusación de la Cámara, el representante del Centro Democrático Óscar Villamizar, pidió archivar las pesquisas contra el máximo mandatario por el episodio de la “Ñeñepolítica”.
Funcionarios públicos involucrados en el escándalo están en problemas judiciales. Específicamente, los investigadores que escudriñaron en las comunicaciones del Ñeñe Hernández. El patrullero Wadith Velásquez y al mayor de la Policía, Jefferson Tocarruncho, están imputados por los delitos de violación ilícita de comunicaciones, utilización ilícita de redes de comunicaciones, falsedad ideológica en documento público y fraude procesal. Al parecer, habrían interceptado irregularmente a un grupo de uniformados que se habrían quedado con el dinero de un allanamiento en Cali.