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La Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas Awá (Camawari) denuncia una grave crisis humanitaria frente a la cual, más de 4.000 personas, pertenecientes a resguardos indígenas del Nariño, se encuentran sin respuesta institucional. Según la autoridad, desde el 28 de mayo, enfrentamientos entre disidencias de las FARC del frente Iván Ríos y el ELN. Ante la situación de miedo y la zozobra, cientos de familias tuvieron que desplazarse forzosamente.
La comunidad Camawari ha sido la encargada de atender a las familias que llegan desplazadas en coordinación con la administración del municipio de Ricaurte, sin embargo, denuncian en medios locales que la capacidad institucional para su atención es limitada. Por ello, hacen un llamado urgente a la Gobernación de Nariño para que atienda la compleja situación, y le brinde atención a estas familias ante el conflicto que viven en zonas rurales de la zona.
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Entre los hechos de violencia que denuncia la asociación se menciona que el resguardo de Palmar Imbí, el cual cuenta con una población aproximada de 630 indígenas awá, estaba alistándose para las labores diarias en las fincas, cuando escucharon las ráfagas de disparos y la explosión de un artefacto dentro de la comunidad. Desde ese día, 14 de junio, la docente del centro educativo Imbí, no ha logrado salir del resguardo.
“Esto se suma a los graves hechos que se vienen presentando desde el mes de abril con los atentados contra líderes y hostigamiento de estos grupos armados ilegales en los resguardos de Pialapi Pueblo Viejo, Ramos Mongon y Palmar Imbí”, expone Camawari. Si bien esta situación ocurre desde el mes de abril, la asociación afirma que el gobierno departamental y demás entidades de orden nacional no los han escuchado, de ahí que se agudice la situación de vulnerabilidad y el riesgo por la presencia y el accionar de estos grupos armados.
Según ellos, el confinamiento y desplazamiento de varias comunidades de los resguardos de la Milagrosa Cuaiquer Viejo, Cuascuabi Paldubi, Vegas Chagii Chimbuza y Magúí, han causado que 1.382 familias tengan que salir de su territorio, sin ningún acompañamiento, hasta el momento, por parte de la institucionalidad. De la misma forma, denuncian el confinamiento de 4.000 personas aproximadamente en los resguardos la
“Hoy más que nunca ratificamos nuestra posición de seguir ejerciendo control en el territorio indígena como pueblo Awá, a que seguiremos nuestro camino en búsqueda de la paz, a no desfallecer en la protección de nuestras comunidades de cualquier daño que ejerza estos grupos armados legales e ilegales. La madre tierra, el territorio (Katsa su) se respeta. Nuestros pueblos indígenas, mujeres, niñas y niños no se tocan, se protegen, y así lo seguiremos haciendo”, comunica la autoridad indígena.
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