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“Me encantaría llegar a la Defensoría del Pueblo”, exministro de Justicia

Néstor Osuna, saliente titular de la cartera de Justicia del gobierno del presidente Gustavo Petro, habló con El Espectador sobre los retos que le esperan a Ángela María Buitrago, las apuestas del Ejecutivo que están próximas a llegar y lo que será su futuro tras salir del Ministerio.

04 de julio de 2024 - 01:03 a. m.
Ministro de Justicia, en entrevista.
Ministro de Justicia, en entrevista.
Foto: Óscar Pérez

¿Qué le dijo el presidente cuando le comunicó que usted ya no estaría al frente de la cartera de Justicia?

Específicamente sobre el cambio en Justicia no hubo ninguna conversación exacta, sino que la idea del presidente es que para la segunda mitad de gobierno haya un equipo fresco, renovado. Por eso está cambiando a varios ministros y cambiará a algunos más. Quiere que el segundo tiempo del gobierno sea estelar, más volcado hacia el cambio, más acelerado. En ese sentido, sin que yo haya sentido que hubiera un reparo específico a la cartera de Justicia, pues es como es una carrera de relevos. Una persona que no lleve dos años metida en esto, de pronto tiene más margen de acción que alguien que lleva dos años.

¿Eso no sería un contrasentido cuando se está a punto de radicar al menos 13 proyectos en el Congreso que han reunido todo su trabajo durante dos años?

Yo creo que eso se va a seguir, no sé si exactamente los mismos proyectos, pero al menos los más importantes, yo consideraría creería que esa es una línea que se puede continuar y creo que el presidente está en la línea de continuar con esos proyectos.

Usted logró hacer concertaciones con el Congreso en estos dos años, ¿cómo ve la llegada de la nueva ministra para hacer ese tipo de concertaciones que muchas veces son más políticas que jurídicas?

Yo creo que se podría pensar de ella lo mismo que me pasaba a mí hace dos años, es decir, yo no tenía experiencia parlamentaria. Sí, había sido candidato algunas veces, pero presentar un proyecto de ley, defender, ir a una sesión de control político, no lo había hecho nunca y eso se va aprendiendo. Es cierto que me quedo con el orgullo que pude tejer unas relaciones creo que muy saludables con el Congreso, en el sentido de que respetando a los partidos de oposición, por supuesto mucha mayor cercanía con la bancada de gobierno y los partidos que le apoyan, tuve unas relaciones fluidas, argumentadas con todos los partidos, a todos les presenté los proyectos que íbamos a presentar, las ideas, los borradores, escucharlos y creo que eso es un buen ejercicio democrático y me hizo ver que realmente hay un equipo humano en ese Congreso que quiere trabajar, que está dispuesto a revisar los proyectos, a mejorarlos, a criticar, que no comen entero nada y eso me pareció interesante. Creo que a la ministra Buitrago lo podrá hacer hecho incluso mucho mejor, por su experiencia en derecho penal, que es algo que yo siempre tenía que buscar asesores y ella no los va a necesitar.

Aunque el presidente varias veces ha hablado de una constituyente, usted siempre se mostró firme en que no se había hablado de adelantar, pero en caso de hacerlo sería con los lineamientos de la Constitución. ¿Cree que eso influyó de alguna manera en su salida del Ministerio?

Nunca me dijo nada al respecto, nunca me hizo un reproche ni me dio ninguna instrucción al respecto, entonces yo supondría que no. Pero además, yo nunca le escuché al presidente la idea de una Asamblea Constituyente convocada por fuera del marco constitucional. El discurso del presidente era activar el poder constituyente, la capacidad popular de tomar decisiones y ver si eso desemboca en alguna cambio de Constitución, pero no una cosa de que la finalidad sea convocar una Asamblea Constituyente. Entonces, yo creería que no, porque nunca formó parte de nuestras conversaciones o de una instrucción o de un reproche suyo, y sigo manteniendo que si se va a convocar una Asamblea Constituyente, a la cual no le tengo miedo, tienen que ser por los procedimientos que están establecidos en la Constitución.

¿Por qué no le tiene miedo a una posible constituyente?

Porque es un mecanismo que se ha establecido en la Constitución, porque es un mecanismo que para introducir reformas importantes puede llegar a ser necesario en algún momento, hay esa línea jurisprudencial de la sustitución de la Constitución que ha bloqueado muchas reformas. Si uno piensa, por ejemplo, en una reforma profunda de la Procuraduría, pues seguramente se va a encontrar con la teoría de la sustitución de la Constitución. Si uno quiere una descentralización territorial más profunda de la que tenga, más cercana a un Estado autonómico, pues se va a encontrar con que eso no se puede hacer por acto legislativo, porque sustituye la Constitución. Por esas cosas puede ocurrir.

Yo creo que hay una reacción histérica a la palabra “Constituyente” y que no es para tanto. Además, el procedimiento es dilatado, exigente de mayorías, no es una cosa de calentura de un día para otro.

Tras su salida del gobierno, se ha hablado de que usted podría aspirar a conformar la terna para ser Defensor del Pueblo. ¿Le gustaría llegar a ese cargo ahora?

Me encantaría, pero no tengo ninguna información del presidente al respecto. El presidente no me ha dicho nada, pero me gustaría llegar, porque es un cargo maravilloso, porque es un cargo que permite volcarse a la defensa de la población, a uno de los grandes déficits de nuestro país que son los derechos humanos. Esa es la idea de la magistratura de la palabra, es el funcionario que no castiga, no es fiscal, no es juez, pero denuncia, pone en evidencia, facilita colaboraciones para mejorarle la vida a muchas personas, llama la atención de las autoridades. Es un cargo de una utilidad pública mayúscula. Pero, el presidente no me ha dicho nada al respecto, ni yo le he sugerido, ni me ha hecho un guiño ni nada de eso.

En dado caso, ¿cómo le gustaría enfocar la Defensoría del Pueblo?

Me encantaría una Defensoría, por ejemplo, volcada a colaborar en la construcción de la paz. Eso es bien importante, porque paz, derechos humanos, son absolutamente cercanos el uno al otro, porque la Defensoría del Pueblo tiene posibilidades de llegar y dialogar de temas que a veces a un comisionado de paz, un fiscal o un procurador le quedan difíciles, entonces esa es una cosa bien interesante. Además, después de dos años de haber conocido lo que conocí este país, el mundo de la exclusión en este país es una cosa terrible que requiere, todo lo que uno pueda trabajar por esos millones y millones de colombianos absolutamente desposeídos.

Regresando un poco sobre el trabajo que hizo como ministro, algunos sectores lo criticaban por el poco avance en temas como la regulación de la coca. ¿Qué decir a eso?

Yo diría que ahí vamos. En noviembre del año pasado publicamos un proyecto de decreto para usos lícitos de la hoja de coca, por supuesto que decreto muy controversial, pero dentro de las controversias que surgieron estuvo la de la necesidad de consulta previa y admito que esa discusión nos ha aplazado tomar decisiones muy controversiales, muy difíciles, que tienen impacto internacional, que tienen impacto interno. Pero, hay una posibilidad de hacer una versión de usos lícitos, que no tengan ningún referente a poblaciones indígenas y, por tanto, no requiriera consulta previa, pero me parece que es regular para una parte del asunto y no para toda, o hacer la consulta previa y pues resolver ese tema al que sí probablemente nos faltó más decisión.

¿Con qué se queda de haber estado en ese cargo de ministro de Justicia?

Siempre he pensado que este es un país muy injusto, pero lo que vi, lo que viví y lo que me tocó sufrir estos dos años me dicen que es muchísimo más injusto de lo que yo pensaba. Es un país construido en el clasismo, en la discriminación, en la crueldad punitiva, y cambiar eso es un esfuerzo descomunal.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

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CARLOS(lcggj)05 de julio de 2024 - 02:29 p. m.
Sin duda, el doctor NÉSTOR OSUNA, gran jurista, gran intelectual, excelente persona, sería un magnífico candidato a dirigir la Defensoría del Pueblo. Institución, lamentablemente, dirigida hasta hace poco por un individuo mediocre y politiquero como, CARLOS CAMARGO.
Sara(d89ha)04 de julio de 2024 - 02:02 p. m.
Sí Doctor Osuna, cambiar el punitivismo milenario por justicia restaurativa implica romper un paradigma globalizado: encerrar,cancelar y anular la humanidad de quien se equivoca,una negación absoluta a buscar su resocialización y dar solución del origen de los punibles. No se propende por el fin a multiples violencias o abandono estatal y familiar de niños (as), adolescentes, mujeres población desplazada.Pero eso sí, se oferta principio de oportunidad y/o absolución para la corrupción rampante.
DORA(2370)04 de julio de 2024 - 02:22 a. m.
Ojalá lord Petrosky, escuche y lo ponga en la Defensoría, no puede desperdiciar la oportunidad de poner a alguien juicioso y conocedor como el doctor Osuna en ese cargo tan importante.
MARTHA(y07c1)04 de julio de 2024 - 02:17 a. m.
A hacer lo mismo que en mi justicia,nada
William(16260)04 de julio de 2024 - 01:21 a. m.
Es una vergüenza este personaje con esas inclinaciones. Que generada esta Sociedad. El otro hecho, engresado del Externado, egresamos que dominan el poder judicial y entre de control, que tienen en caos todos los estamentos de la justicia
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