Miguel Polo Rosero, el primero del recambio que viene en la Corte Constitucional
La polémica elección del nuevo magistrado del alto tribunal es apenas un abrebocas del sacudón que le espera a al alto tribunal el próximo año. Cuatro togados dejan libres sus sillas. Así queda el panorama con la nueva llegada.
Jhordan C. Rodríguez
Como suele ocurrir en el país, un drama político se robó la atención de la ciudadanía sobre un asunto del más alto nivel relacionado con el poder judicial. Luego de que el Senado declarara nula la primera votación porque en el conteo de votos apareció uno de más (hecho que ya investiga la presidencia de esa cámara), en la tarde de este martes, la plenaria eligió a Miguel Efraín Polo Rosero como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. El abogado asumirá el cargo en febrero de 2025, cuando el magistrado Antonio José Lizarazo termia su periodo constitucional de ocho años. Su llegada significa no solo un reemplazo, sino que es también el primer paso para un recambio crucial de magistrados que se dará en menos de un año y sacudirá el interior del alto tribunal.
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Como suele ocurrir en el país, un drama político se robó la atención de la ciudadanía sobre un asunto del más alto nivel relacionado con el poder judicial. Luego de que el Senado declarara nula la primera votación porque en el conteo de votos apareció uno de más (hecho que ya investiga la presidencia de esa cámara), en la tarde de este martes, la plenaria eligió a Miguel Efraín Polo Rosero como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. El abogado asumirá el cargo en febrero de 2025, cuando el magistrado Antonio José Lizarazo termia su periodo constitucional de ocho años. Su llegada significa no solo un reemplazo, sino que es también el primer paso para un recambio crucial de magistrados que se dará en menos de un año y sacudirá el interior del alto tribunal.
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La Sala Plena de la Corte Constitucional se compone de nueve magistrados, cada uno con un periodo de ocho años y todos elegidos por el Senado, pero ternados por distintas autoridades: tres por la Presidencia de la República, tres por el Consejo de Estado y tres por la Corte Suprema de Justicia. En esta ocasión, Miguel Efraín Polo Rosero, quien obtuvo 57 votos en el Congreso, proviene de una terna del Consejo de Estado, dentro de la cual también estuvieron Jaime Humberto Tobar y Claudia Dangond Gisbone, siendo ella su mayor rival, lo que se vio demostrado en los 47 votos que obtuvo por parte de los senadores. De hecho, se hablaba en los pasillos del Congreso que la puja estaba entre los dos, por representar extremas orillas políticas.
Dangond Gibsone parecía hasta la tarde del pasado lunes la ganadora virtual, pues días antes de la primera plenaria logró el apoyo del Partido Conservador, Cambio Radical y un sector importante del Partido Liberal y el Centro Democrático. Su opositor en la elección, políticamente hablando, era Polo Rosero, quien en los últimos días contó principalmente con el apoyo del Pacto Histórico, por lo que se le relaciona con la ideología política del presidente Gustavo Petro, quien celebró en su cuenta de X la victoria de Polo en el Senado. Y aunque los magistrados electos por el Congreso aseguran cortar toda relación con sus electores y actuar con imparcialidad e independencia, en la Sala Plena cada uno deja entrever sus tendencias políticas.
La mayoría liberal en la Corte
Miguel Efraín Polo Rosero, aparentemente afín a las ideas liberales, se sumaría a ese bando al interior de la Corte Constitucional que tiene las mayorías. Junto a él se ubican el magistrado Vladimir Fernández Andrade, exsecretario jurídico de la Presidencia de la República y ternado el año pasado por el mismo Petro, para reemplazar al ahora exmagistrado Alejandro Linares. Asimismo, dentro de los togados con ideas más liberales están la magistrada Diana Fajardo, recordada por haber sido la única mujer dentro de las cuatro magistradas de la Constitucional que votó a favor de despenalizar el aborto en 2022. Y Natalia Ángel, quien arrancó en abril de 2022, en remplazo de Alberto Rojas Ríos.
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En la misma línea se ubica al actual presidente de la Corte, el magistrado José Fernando Reyes Cuartas, quien llegó al alto tribunal en 2017, justo después de que se firmara el Acuerdo de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, acuerdo que en su momento respaldó Reyes. Por último, está el magistrado Juan Carlos Cortés González, quien llegó a la Corte en octubre de 2022. En su exposición para ser seleccionado como magistrado por el Congreso, se mostró a favor de la protección de la protesta social. Para el momento de su elección, Petro tenía fuertemente consolidada una mayoría parlamentaria que le dieron a Cortés 84 de los 108 votos posibles en ese momento.
El tridente conservador
La elección de Polo Rosero deja, aparentemente, reducida la parte conservadora de la Corte Constitucional. En esa orilla se ubican el vicepresidente del alto tribunal, Jorge Enrique Ibáñez, quien fue uno de los togados que, en 2021, se opuso a la despenalización del aborto hasta la semana 24. Asimismo, Cristina Pardo y Paola Meneses, dos de las cuatro mujeres del alto tribunal, también estuvieron en contra de esta decisión histórica para los derechos reproductivos de las mujeres y personas gestantes en Colombia. Esos mismos tres magistrados tampoco estuvieron de acuerdo con declarar constitucional el derecho de morir dignamente, pues en la decisión que se tomó en julio de 2021, los tres salvaron su voto.
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Un recambio crucial
La llegada de Polo Rosero es solo el primero de cuatro cambios claves que vivirá el próximo año la Corte Constitucional. Después de su llegada en febrero de 2025, en mayo la magistrada Cristina Pardo será la segunda en salir de la Corte y el presidente Petro tendrá que presentar una terna para su reemplazo. Le seguirá la jurista Diana Fajardo, quien dejará su silla en la Sala Plena del alto tribunal en junio y su reemplazo saldrá de una terna de la Corte Suprema de Justicia. Por último, en septiembre de 2025, saldrá el actual presidente del alto tribunal, el magistrado José Fernando Reyes, cuyo despacho será ocupado por un abogado que terne la Suprema.
Así las cosas, dejarán la Corte dos hombres, una mujer liberal y una conservadora. Por ahora, Lizarazo trabaja a toda marcha para terminar lo que más pueda de acá a mediados de febrero, con una vacancia judicial de por medio. En todo caso, las elecciones de nuevos magistrados el próximo año será un tema para alquilar balcón. No solo por la redistribución de cargas, sino por dos asuntos importantes. El primero, porque a la Presidencia le queda un cupo para poner a otra ficha en una Sala Plena que, según el propio jefe de Estado, le ha dado “golpes blandos” a su proyecto de gobierno. Y segundo, porque la recomposición de la Corte será clave para saber si la alta corte mantiene su ejemplo de paridad de género o si se una a la Suprema y al Consejo de Estado, donde ese tema sigue siendo una deuda histórica.
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