Militares aceptaron haber violado a niña embera en Risaralda y quedaron detenidos
La Fiscalía les imputó el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado a siete uniformados, uno de ellos en calidad de cómplice y el resto, como autores. Todos se declararon culpables, anunció el fiscal general Francisco Barbosa.
Los siete militares procesados por la violación de una niña de 12 años, perteneciente a la etnia embera katío, en Risaralda, aceptaron ser los responsables del atroz hecho que ha despertado la indignación de todo el país. En la audiencia de imputación de cargos, que se llevó a cabo en horas de la mañana de este jueves 25 de junio, en el Juzgado Promiscuo Penal Municipal de Pueblo Rico, la Fiscalía les imputó el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años. El fiscal General, Francisco Barbosa, indicó que ahora estos sujetos se exponen a una pena de entre 16 a 30 años de prisión.
(En contexto: Fiscalía investiga a ocho soldados por abuso sexual a niña indígena en Risaralda)
El ente acusador reveló que los siete soldados procesados por este caso son Juan Camilo Morales Poveda, Yair Stiven González, José Luis Holguín Pérez, Juan David Guaidi Ruiz, Oscar Eduardo Gil Alzate, Deyson Andrés Isaza Zapata y Luis Fernando Mangareth Hernández. A todos se les imputó el mismo delito, pero a seis de ellos en calidad de autores y al otro como cómplice.
La Fiscalía indicó que se realizaron más de 40 acciones investigativas para poner en evidencia a los siete soldados suscritos al Batallón de Alta Montaña de Genova (Quindío), que prestaban labores de apoyo al Batallón de Artillería San Mateo ubicado en Pereira (Risaralda). “Ellos mancharon su uniforme y la dignidad de la niñez de Colombia, por eso se les solicitó medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario”, señaló el fiscal general. La petición fue acogida por el juez ante el cual se hizo la imputación, quien ordenó que los siete militares deben quedar recluidos en una guarnición militar.
Horas antes de la audiencia de imputación de cargos, se conoció que uno de los soldados ofreció dinero a una de las hermanas de la niña abusada para evitar que el caso fuera conocido. Felicinda, hermana de la menor, le dijo a Semana que su hermana les había contado que “unos soldados la cogieron a la fuerza, le taparon la boca y no le dejaron gritar. (…) Los soldados le dijeron que no dijera nada, que la demandaban, entonces ella dijo que no iba a decir nada”.
El caso que ha indignado al país pone sobre la mesa la reciente aprobación de la cadena perpetua para abusadores de menores de edad en el país. Ante la pregunta de una periodista sobre la sugerencia del presidente Iván Duque de “estrenar” la norma con estos militares, el fiscal respondió: “Van a responder por el delito el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado (...) Esa es la norma vigente y sobre eso estamos trabajando. La pena sería entre los 16 y los 30 años de prisión”.
(Lea también: Los cabos sueltos que deja la aprobación de la cadena perpetua)
La hermana de la niña abusada indicó que ella se encuentra en un centro asistencial en Puerto Rico (Risaralda) y que “el médico dice que ella está un poquito mejor, pero yo sé que mi hermana no está bien. Lo que pasa es que esa muchacha es como calladita. Ella es una niña, ella no sabe nada de esas cosas. Además, tampoco me está gustando que una de las enfermeras que estaba con nosotros dijo que no podía quedar nadie con ella. Para mí eso no está bien, porque en este momento ella tiene que estar con alguien”.
Fuentes cercanas al caso indicaron ayer que cinco uniformados ya habían sido reconocidos por la víctima que según sus familiares, ha estado muy afectada por el abuso. Además, la familia también reiteró el temor que ha traído la situación a sus vidas. Según los que Felicinda le dijo a Semana, “tenemos miedo una parte porque usted sabe que la gente tiene su modo con plata. Nosotros como pobres tenemos miedo porque de pronto ellos nos manden a hacer cosas a nosotros, mi familia. Ellos saben quiénes somos nosotros y todo”.
Por su lado, está tarde llegó a Pereira la Directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Lina Arbeláez, para acompañar personalmente a la niña y a su familia. Asimismo, el comandante de la V división del Ejército, el mayor general Luis Mauricio Ospina, se reunió en horas de la mañana con la comunidad embera katio y mostró su apoyo a la investigación.
Los hechos ocurrieron el pasado lunes 22 de junio en Santa Cecilia, un caserío de Pueblo Rico (Risaralda). Las primeras versiones indicaron que se trataba de ocho miembros del Ejército identificados como los presuntos autores del hecho. La Autoridad Tradicional Indígena de Pueblo Rico (Risaralda) aseguró que: “Esta no solo ha sido una agresión para nuestra niña y su dignidad como ser humano y como miembro de un pueblo ancestral, ha sido una agresión para todo nuestro pueblo Embera Katío”.
(Le puede interesar: Militar que abusó sexualmente de por lo menos cinco subalternos no podrá volver al Ejército)
Los siete militares procesados por la violación de una niña de 12 años, perteneciente a la etnia embera katío, en Risaralda, aceptaron ser los responsables del atroz hecho que ha despertado la indignación de todo el país. En la audiencia de imputación de cargos, que se llevó a cabo en horas de la mañana de este jueves 25 de junio, en el Juzgado Promiscuo Penal Municipal de Pueblo Rico, la Fiscalía les imputó el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años. El fiscal General, Francisco Barbosa, indicó que ahora estos sujetos se exponen a una pena de entre 16 a 30 años de prisión.
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El ente acusador reveló que los siete soldados procesados por este caso son Juan Camilo Morales Poveda, Yair Stiven González, José Luis Holguín Pérez, Juan David Guaidi Ruiz, Oscar Eduardo Gil Alzate, Deyson Andrés Isaza Zapata y Luis Fernando Mangareth Hernández. A todos se les imputó el mismo delito, pero a seis de ellos en calidad de autores y al otro como cómplice.
La Fiscalía indicó que se realizaron más de 40 acciones investigativas para poner en evidencia a los siete soldados suscritos al Batallón de Alta Montaña de Genova (Quindío), que prestaban labores de apoyo al Batallón de Artillería San Mateo ubicado en Pereira (Risaralda). “Ellos mancharon su uniforme y la dignidad de la niñez de Colombia, por eso se les solicitó medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario”, señaló el fiscal general. La petición fue acogida por el juez ante el cual se hizo la imputación, quien ordenó que los siete militares deben quedar recluidos en una guarnición militar.
Horas antes de la audiencia de imputación de cargos, se conoció que uno de los soldados ofreció dinero a una de las hermanas de la niña abusada para evitar que el caso fuera conocido. Felicinda, hermana de la menor, le dijo a Semana que su hermana les había contado que “unos soldados la cogieron a la fuerza, le taparon la boca y no le dejaron gritar. (…) Los soldados le dijeron que no dijera nada, que la demandaban, entonces ella dijo que no iba a decir nada”.
El caso que ha indignado al país pone sobre la mesa la reciente aprobación de la cadena perpetua para abusadores de menores de edad en el país. Ante la pregunta de una periodista sobre la sugerencia del presidente Iván Duque de “estrenar” la norma con estos militares, el fiscal respondió: “Van a responder por el delito el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado (...) Esa es la norma vigente y sobre eso estamos trabajando. La pena sería entre los 16 y los 30 años de prisión”.
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La hermana de la niña abusada indicó que ella se encuentra en un centro asistencial en Puerto Rico (Risaralda) y que “el médico dice que ella está un poquito mejor, pero yo sé que mi hermana no está bien. Lo que pasa es que esa muchacha es como calladita. Ella es una niña, ella no sabe nada de esas cosas. Además, tampoco me está gustando que una de las enfermeras que estaba con nosotros dijo que no podía quedar nadie con ella. Para mí eso no está bien, porque en este momento ella tiene que estar con alguien”.
Fuentes cercanas al caso indicaron ayer que cinco uniformados ya habían sido reconocidos por la víctima que según sus familiares, ha estado muy afectada por el abuso. Además, la familia también reiteró el temor que ha traído la situación a sus vidas. Según los que Felicinda le dijo a Semana, “tenemos miedo una parte porque usted sabe que la gente tiene su modo con plata. Nosotros como pobres tenemos miedo porque de pronto ellos nos manden a hacer cosas a nosotros, mi familia. Ellos saben quiénes somos nosotros y todo”.
Por su lado, está tarde llegó a Pereira la Directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Lina Arbeláez, para acompañar personalmente a la niña y a su familia. Asimismo, el comandante de la V división del Ejército, el mayor general Luis Mauricio Ospina, se reunió en horas de la mañana con la comunidad embera katio y mostró su apoyo a la investigación.
Los hechos ocurrieron el pasado lunes 22 de junio en Santa Cecilia, un caserío de Pueblo Rico (Risaralda). Las primeras versiones indicaron que se trataba de ocho miembros del Ejército identificados como los presuntos autores del hecho. La Autoridad Tradicional Indígena de Pueblo Rico (Risaralda) aseguró que: “Esta no solo ha sido una agresión para nuestra niña y su dignidad como ser humano y como miembro de un pueblo ancestral, ha sido una agresión para todo nuestro pueblo Embera Katío”.
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